¿Se está avanzando hacia los ODS al ritmo necesario para cumplir con el plazo de la Agenda 2030? Claramente no. Y aun así, dejando a un lado los monumentales contratiempos, no todo está perdido. En septiembre de 2021, en un informe en el que se hacía un seguimiento de los progresos realizados con respecto a los indicadores de los ODS relacionados con la alimentación y la agricultura, la FAO halló importantes avances en ámbitos como la aplicación de medidas contra la pesca INDNR, la gestión forestal sostenible, la eliminación de las subvenciones a las exportaciones agrícolas, la inversión para potenciar la productividad agrícola en los países en desarrollo, y el acceso libre de aranceles para los países en desarrollo y países menos adelantados, en particular para los productos agrícolas.
Aún queda mucha distancia que recorrer. El mundo debe ampliar la inversión en la agricultura y en la ciencia e innovación pertinentes. Debería mejorar el acceso de los agricultores a las nuevas tecnologías agrícolas, los servicios de crédito y los recursos de información. Hay una necesidad urgente de apoyar a los productores de alimentos en pequeña escala, de conservar los recursos fitogenéticos y zoogenéticos para la alimentación y la agricultura, y de adoptar medidas destinadas a combatir la volatilidad de los precios alimentarios. Hay que hacer más para evitar que fenómenos potencialmente peligrosos se conviertan en catástrofes de gran magnitud. Es indispensable utilizar el agua de manera más eficiente en las regiones más afectadas por un elevado estrés hídrico, focalizar las intervenciones para reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos, y proteger los ecosistemas terrestres y forestales en general. Se requieren medidas mucho más firmes en relación con los aspectos jurídicos y prácticos de los derechos de las mujeres sobre la tierra. La amenaza de la pesca INDNR debe combatirse de forma más enérgica. Y en todos estos diferentes objetivos, existe una intensa necesidad de contar con datos oportunos y de gran calidad.
Desde su creación, la FAO ha venido liderando los esfuerzos internacionales para erradicar el hambre y lograr la seguridad alimentaria en el mundo. Ahora es evidente que sus objetivos son los objetivos del mundo, que estos solo pueden lograrse en el marco del desarrollo sostenible, en el que el crecimiento económico va acompañado de desarrollo social y protección ambiental. Así pues, la FAO se esfuerza por empoderar a las comunidades locales, lo que a su vez contribuye a allanar el camino para el cumplimiento de la Agenda 2030 y los ODS. El camino nunca está exento de obstáculos. Pero esta gran misión, evidenciada por la función de la FAO como organismo responsable de 21 indicadores de los ODS y como anfitriona del Centro de Coordinación de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, seguirá adelante sin descanso: la FAO continuará haciendo participar a todos los agentes, incluido el sector privado como asociado estratégico, para conformar sistemas agroalimentarios prósperos, sostenibles y que mejoren las condiciones de la humanidad.