El estado de los mercados de productos básicos agrícolas 2024

Parte 2 COMERCIO Y NUTRICIÓN: DETERMINAR LOS VÍNCULOS

¿Cómo puede el comercio afectar a la nutrición?

La mayoría de los economistas estarían de acuerdo en que, en general, el comercio aumenta el bienestar. Desde el establecimiento de la OMC en 1995, el comercio ha experimentado una gran expansión y los últimos estudios sugieren que, por término medio, esto ha generado efectos mayormente positivos, aunque heterogéneos, en el bienestar64. En los países que están abiertos al comercio, los recursos se asignan en función de la ventaja comparativa, lo cual reduce los costos de producción y aumenta la eficiencia. A más largo plazo, el comercio promueve los beneficios indirectos de la tecnología y los conocimientos entre los países. Esto aumenta el crecimiento al mejorar la productividad y la calidad de los productos y fomentar la innovación65.

En los sectores de la alimentación y la agricultura, se pueden derivar mayores beneficios de la apertura de los mercados que en otros. La ventaja comparativa en la esfera de la agricultura está determinada por la tecnología y la dotación de recursos naturales, como la tierra y el agua, que presentan diferencias significativas entre los países. El comercio ayuda a los países a superar sus limitaciones de recursos naturales y a generar beneficios mediante la importación de alimentos a precios más bajos de países con tierra y agua en abundancia, a fin de garantizar la seguridad alimentaria de sus ciudadanos66.

No obstante, la apertura de los mercados y sus efectos en la sociedad son controvertidos y son objeto de intenso debate entre los defensores de la liberalización del comercio y los críticos de la globalización. En efecto, los beneficios del comercio pueden distribuirse de forma asimétrica, lo que genera desigualdad entre los países y dentro de ellos67. La apertura de los mercados afecta al precio de los productos y los factores de producción, incluidos los salarios, y puede dejar ganadores y perdedores. En la agricultura existe una gran preocupación en relación con la capacidad de los pequeños agricultores de los países en desarrollo para competir a escala mundial en los mercados libres, pero también con respecto a los vínculos entre el comercio, la salud y la nutrición68.

El comercio y la salud

Muchos investigadores examinan las repercusiones de la apertura de los mercados en una economía mediante el estudio de los resultados de salud como medida alternativa del bienestar. La mejora de la salud de las personas y la reducción de las desigualdades en materia de salud son fundamentales para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Un examen sistemático de las repercusiones del comercio en la salud señala una serie de resultados, como la reducción de la mortalidad infantil, el aumento de la esperanza de vida, la mejora de la salud de los trabajadores y cambios en la composición de los alimentos disponibles para el consumo que podrían afectar a los hábitos alimenticios y, por ende, a la nutrición69, 70.

Por ejemplo, los analistas, utilizando datos de 80 economías emergentes y países en desarrollo entre 1960 y 2010, hallaron indicios de que la liberalización del comercio había reducido la mortalidad infantil en aproximadamente la mitad de los países examinados, mientras que no había tenido efectos significativos en los demás casos. Ello podría atribuirse al aumento de los ingresos y, más concretamente, a la reducción de los impuestos a la agricultura, que tuvieron un efecto positivo en los ingresos agrícolas71.

En África, se constató que una política que permitía el acceso libre de derechos a los Estados Unidos de América por parte de numerosos países del África subsahariana —la Ley sobre Crecimiento y Oportunidad en África que se promulgó en 2000— reducía la mortalidad infantil en los países subsaharianos que exportaban grandes cantidades de productos agrícolas y minerales a los Estados Unidos de América, en comparación con los países exportadores de petróleo72. El aumento del empleo en estos sectores con un alto coeficiente de mano de obra generó ingresos y ayudó a reducir la mortalidad infantil. En efecto, se observó una mayor disminución de la mortalidad infantil en familias en las que las madres estaban empleadas en la agricultura y el trabajo manual.

En la mayoría de los estudios se subraya que los ingresos son la principal vía mediante la cual el comercio repercute en la salud. Sin embargo, este efecto positivo puede limitarse a los grupos de población o sectores de la economía que se benefician del aumento del comercio, dando lugar a desigualdades de ingresos que podrían generar múltiples cargas de la malnutrición (véase la Parte 1).

El comercio y la nutrición

El comercio de bienes y servicios puede afectar a la nutrición a través de muchos canales directos e indirectos y mecanismos complejos. El comercio probablemente se vea determinado junto con otros factores económicos y sociales, como los ingresos, la inversión, la educación y el estilo de vida, que también afectan a la nutrición, lo que dificulta la determinación de sus efectos en las evaluaciones empíricas. De hecho, los mecanismos exactos y los efectos relativos a los diferentes resultados nutricionales pueden variar según el contexto y la etapa de desarrollo, pero hasta la fecha se han reunido pocas pruebas empíricas de estas relaciones73, 74.

En algunos estudios se han tratado de explicar los efectos de las dimensiones económicas, políticas y sociales de la globalización en los resultados nutricionales, como la prevalencia de la obesidad o el IMC, una medición de la grasa corporal basada en la estatura y el peso. Este conjunto de investigaciones empíricas ofrece resultados contradictorios (véase el Recuadro 2.4). Algunas conclusiones indican que la globalización política y social aumenta el IMC al incidir en los estilos de vida a través de flujos de información e influencias sociales. Se ha observado que la expansión de la globalización económica, que abarca el comercio de bienes y servicios, así como la IED, guarda relación ya sea con un mayor o menor IMC medio o la prevalencia de la obesidad y el sobrepeso, en función de los resultados nutricionales específicos y el índice de globalización elegido por el analista, el número de países considerados en la muestra y los métodos de estimación.

RECUADRO 2.4La globalización y los resultados nutricionales: estudios empíricos

Un estudio en el que se analizaban los efectos de la globalización y otras variables en 190 países durante el período comprendido entre 1980 y 2008 sugiere que los factores internos, como el aumento del producto interno bruto (PIB) per cápita y la urbanización, se asociaban con un aumento del índice de masa corporal (IMC) medio en los hombres y las mujeres. Aunque con la globalización económica no se preveía un aumento del IMC medio, se comprobó que los ingresos per cápita tenían un efecto importante. Entre los países de ingresos bajos, un mayor PIB per cápita se asoció con un aumento del IMC. En los países de ingresos altos, este efecto se invirtió, ya que el aumento del PIB se asociaba con una reducción del IMC, con posibles disminuciones en la prevalencia del sobrepeso y la obesidad106.

Por el contrario, en otro estudio sobre una muestra de 127 países entre 1980 y 2008, se indica que la globalización económica tiene una relación positiva con un aumento moderado del IMC107. En varios estudios se tuvieron en cuenta indicadores diferentes del IMC, como la prevalencia de la obesidad o el sobrepeso. La globalización económica no suele demostrar tener ningún efecto o un efecto de disminución en la prevalencia de la obesidad o el sobrepeso. En un estudio que abarcaba 56 países entre 1991 y 2009 se determinó que la globalización está relacionada, de forma sustancial y significativa, con el aumento de la propensión individual al sobrepeso en las mujeres. Sin embargo, se observó que en este efecto había un predominio de las dimensiones políticas y sociales de la globalización, y no el aspecto económico108.

En otro estudio de 180 países se muestra que las dimensiones políticas y sociales de la globalización reducen la prevalencia de la obesidad en niños y jóvenes109.

Otras dimensiones de la globalización, como la mejora de la comunicación y los flujos de información, pueden afectar a las preferencias de los consumidores, los hábitos alimenticios y los resultados nutricionales. En todo el mundo, se observa que una integración social más estrecha, medida en forma de índice de contactos personales internacionales, flujos de información internacional y afinidad cultural, tiene una relación positiva con la obesidad110, 111.

En otro estudio se muestra que los aspectos socioculturales de la globalización y el acceso a la tecnología de la información y la comunicación disminuyen la proporción de jóvenes de entre 15 y 19 años con sobrepeso y obesos, lo que sugiere que una mayor interconectividad internacional en este grupo de edad podría ayudar a promover los conocimientos sobre hábitos alimentarios y estilos de vida más saludables112.

En un estudio sobre los efectos de la globalización social y la apertura de los mercados en el IMC promedio, se constató una relación entre el aumento de la globalización social, por un lado, y un mayor IMC medio y una mayor disponibilidad de proteínas de origen animal y azúcar para el consumo, por otro. Estos resultados se vieron influenciados primordialmente por componentes específicos de la globalización social, como los flujos de información a través de la televisión e Internet. La apertura de los mercados no reveló ningún efecto en los resultados relativos a la alimentación o la salud113.

En otro grupo de estudios empíricos se explora la relación entre la apertura de los mercados de mercancías (todos los productos) y los resultados nutricionales (véanse más detalles sobre los resultados nutricionales en el Recuadro 2.5). En el Brasil, se demostró que la apertura de los mercados de mercancías tuvo importantes efectos positivos en la prevalencia del sobrepeso y la obesidad entre 1988 y 2008, lo que sugiere que el comercio aumentó la disponibilidad de alimentos procesados con un contenido elevado de calorías y de otros productos y servicios que podrían promover un estilo de vida más sedentario75.

RECUADRO 2.5Metas nutricionales mundiales

En la 65.ª Asamblea Mundial de la Salud, celebrada en 2012, los gobiernos nacionales se comprometieron con la consecución de seis metas nutricionales que debían alcanzarse para 2025: lograr una reducción del 40 % en el número de niños menores de cinco años con retraso del crecimiento, lograr una reducción del 50 % en la prevalencia de la anemia en mujeres en edad reproductiva, lograr una reducción del 30 % en la prevalencia de la insuficiencia de peso al nacer, conseguir que no haya un aumento del sobrepeso infantil, incrementar hasta en un 50 % como mínimo la tasa de lactancia materna exclusiva en los seis primeros meses, y reducir y mantener en menos de un 5 % la emaciación infantil en todo el mundo. En 2013, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una séptima meta, detener el aumento de la obesidad en adultos, como parte del Plan de acción mundial para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles. Se realizaron progresos en la mayoría de las metas nutricionales mundiales, pero fueron desiguales en relación con los distintos indicadores y el mundo todavía no está en camino de cumplir todas ellas. 

La prevalencia de la desnutrición se utiliza para vigilar el hambre a nivel mundial y regional, así como el indicador 2.1.1 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Se define como la proporción de la población con un consumo habitual de alimentos insuficiente para proporcionar, por término medio, la cantidad de energía alimentaria necesaria para mantener una vida normal, activa y sana. La prevalencia del sobrepeso en adultos es también un indicador importante del estado de salud general de una persona. El sobrepeso ha aumentado rápidamente en la mayoría de los países y en todas las regiones del mundo. La prevalencia mundial del sobrepeso se estimaba en un 43% en 2022.

METAS NUTRICIONALES MUNDIALES

FUENTES: FAO, FIDA, OMS, PMA y UNICEF. 2023. El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2023. Urbanización, transformación de los sistemas agroalimentarios y dietas saludables a lo largo del continuo rural-urbano. Roma, FAO. https://doi.org/10.4060/cc3017es; OMS. (sin fecha). Global Targets 2025: To improve maternal, infant and young child nutrition. En: OMS. [Consultado el 30 de abril de 2024]. https://www.who.int/teams/nutrition-and-food-safety/global-targets-2025

A escala mundial, en un estudio de 175 países que abarcó el período comprendido entre 1975 y 2016, se constató que la apertura de los mercados de mercancías se asociaba positivamente con la prevalencia de la obesidad, ya que un aumento del 10 % en la apertura de los mercados había provocado, en promedio, un aumento del 0,8 % en la prevalencia de la obesidad76.

Se comprobó que estos efectos eran más importantes en los países de ingresos medianos bajos, seguidos de los países de ingresos medianos altos y bajos, lo que indicaba que el aumento de los ingresos era la vía mediante la cual el comercio repercutía en la nutrición. En efecto, en otro estudio comparado de varios países, se mostró que una mayor apertura de los mercados de mercancías daba lugar a la reducción de las tasas de retraso del crecimiento y los efectos se transmitían, en gran medida, a través del aumento de los ingresos77.

En un estudio de 151 países en el que se examinan los efectos del comercio en la suficiencia del suministro de energía alimentaria, la diversidad de la alimentación y aspectos de la seguridad alimentaria relacionados con la calidad entre 1980 y 2007 también se sugiere la importancia de los ingresos como vía mediante la que la apertura de los mercados de mercancías incide en la nutrición78. Se constató que, en promedio, la apertura de los mercados de mercancías tenía una importante repercusión neta positiva en la seguridad alimentaria, medida como suficiencia del suministro de energía alimentaria. También se observó que contribuía a la mejora de las dietas al ampliar la disponibilidad del suministro de proteínas de origen animal medio para el consumo en cada país y al aumentar los ingresos, daba lugar a una mayor demanda de productos de origen animal.

Las vías en las que el comercio alimentario incide en la nutrición

Los datos empíricos sobre los vínculos entre el comercio de alimentos y los resultados nutricionales siguen siendo escasos y hasta la fecha solo se han examinado estos vínculos de forma más sistemática en unos pocos estudios79. El comercio agrícola y alimentario constituye una importante forma de garantizar la diversidad de las dietas. Dado que el comercio mejora la disponibilidad y accesibilidad de los alimentos que favorecen una dieta saludable, y también de los alimentos hipercalóricos con un alto contenido de grasas, azúcares o sal, puede tener efectos desiguales en los resultados nutricionales80, 81.

Los vínculos entre el comercio y los hábitos alimenticios y los resultados nutricionales son intrincados. Los efectos del comercio pueden ser muy heterogéneos entre los distintos países tanto en lo que respecta a la dirección como a la magnitud, dependiendo de la posición de un país respecto de la senda del desarrollo, sus características estructurales y el contexto nacional en materia de políticas. Esto hace que la relación entre el comercio y los resultados nutricionales sea ambigua y difícil de determinar y medir empíricamente.

Al centrarse en la repercusión de las políticas comerciales de los sectores de la alimentación y la agricultura, también se observan resultados diversos. Se ha señalado que la liberalización del comercio es uno de los principales mecanismos a través de los cuales el comercio incide en la salud y la nutrición82. En términos generales, la bibliografía empírica parece indicar que existe una amplia asociación entre la liberalización del comercio, la mejora de la calidad de las dietas y la reducción de la desnutrición83. Otros estudios sugieren que el comercio, y en particular los acuerdos comerciales, aumentan la disponibilidad de alimentos procesados e incrementan las tasas de obesidad84, 85, 86. Reconociendo las vías y efectos que puede tener el comercio de alimentos en la nutrición, tal vez sea necesario centrarse especialmente en el comercio de categorías de alimentos específicas y sus vínculos con los resultados nutricionales. No obstante, es posible conceptualizar numerosas vías mediante las cuales el comercio afecta a la nutrición. Sin embargo, la mayoría de estos efectos son endógenos, se producen simultáneamente y se refuerzan entre sí, por lo que resulta difícil determinar relaciones causales. Para el presente informe se llevó a cabo un estudio econométrico que tiene por objeto diferenciar los distintos efectos de la apertura de los mercados y los ingresos en determinados indicadores nutricionales (véase el Recuadro 2.6).

RECUADRO 2.6La estimación de los efectos medios de la apertura de los mercados alimentarios en determinados indicadores nutricionales

La simple correlación entre un indicador nutricional, como la prevalencia de la obesidad, y la apertura de los mercados alimentarios no revela necesariamente el efecto causal medio subyacente. La apertura de los mercados alimentarios podría afectar a la obesidad mediante varias vías, entre ellas los ingresos. Al mismo tiempo, la apertura del comercio y los ingresos podrían determinarse simultáneamente, aunque ambos pueden afectar a la obesidad de forma independiente. Por ejemplo, la apertura de los mercados alimentarios puede facilitar la transformación estructural y el aumento de los ingresos incrementando la disponibilidad de alimentos y el acceso a ellos en un país. Este tipo de análisis requiere un marco de modelización que pueda separar el efecto de la apertura de los mercados alimentarios del efecto de los ingresos.

Utilizando datos sobre la prevalencia de la obesidad en adultos y la prevalencia del retraso del crecimiento en niños menores de cinco años, se llevó a cabo un ejercicio de modelización para el presente informe en el que se determinaron y estimaron los efectos independientes de la apertura de los mercados alimentarios y el producto interno bruto (PIB) per cápita en varios países. Para dar cabida a la heterogeneidad de las repercusiones, ya que los efectos de la apertura de los mercados y los ingresos probablemente difieran entre países con distintos niveles de desarrollo, el marco de modelización ofrece estimaciones a lo largo de la distribución de los resultados nutricionales, esto es, para los valores más bajos de obesidad y retraso del crecimiento (percentil 10 de la distribución), los valores intermedios (percentil 50 de la distribución) y los valores más altos (percentil 90 de la distribución). Por ejemplo, los valores elevados de obesidad por lo general se observan en los países de ingresos medianos y altos, mientras que la elevada prevalencia del retraso del crecimiento es frecuente en los países de ingresos bajos.

Las repercusiones estimadas respaldan el concepto de transición nutricional. El aumento de los ingresos es un importante factor impulsor de la transición nutricional, y los efectos del PIB per cápita en la obesidad y el retraso del crecimiento son siempre más marcados que las repercusiones de la apertura de los mercados. El incremento de los ingresos da lugar a una disminución de las tasas de retraso del crecimiento y un aumento de las tasas de obesidad. Estos efectos son más marcados en los países de ingresos medianos en rápido desarrollo con niveles de retraso del crecimiento y obesidad bajos o medios (Figura 2.12).

FIGURA 2.12Efectos medios de la apertura de los mercados alimentarios y el producto interno bruto per cápita en la prevalencia de la obesidad en adultos y la prevalencia del retraso del crecimiento en niños

NOTAS: En la figura se muestran los efectos estimados de la apertura de los mercados y el producto interno bruto (PIB) per cápita en la prevalencia de la obesidad en la población adulta y la prevalencia del retraso del crecimiento en niños menores de cinco años. Se calculan los efectos para los niveles más bajos, intermedios y más altos de obesidad y retraso del crecimiento. Las zonas sombreadas indican los intervalos de confianza de las estimaciones. La apertura de los mercados se define como la relación del comercio alimentario y agrícola con respecto a la magnitud del sector agrícola y alimentario de un país. La prevalencia de la obesidad se define como el porcentaje de adultos cuyo índice de masa corporal es igual o superior a 30 kg/m2. La prevalencia del retraso del crecimiento se define como el porcentaje de niños menores de cinco años con una estatura para la edad inferior a dos desviaciones típicas por debajo de la mediana de los patrones de crecimiento infantil de la Organización Mundial de la Salud.

FUENTE: Elaboración de los autores a partir de Engemann, H., Jafari, Y. y Zimmermann, A. (próxima publicación). Diversity of food supply across countries and the impact of international trade. Nota técnica elaborada para El estado de los mercados de productos básicos agrícolas 2024. Roma, FAO.

El comercio de alimentos es importante para la seguridad alimentaria y la nutrición.

Se ha demostrado que la apertura de los mercados alimentarios reduce el retraso del crecimiento en todos los niveles de desarrollo, ya que un mayor comercio aumenta la disponibilidad y diversidad de alimentos (véase la Parte 3). Los efectos son menos notorios en los países con altos niveles de retraso del crecimiento, que suelen observarse en los países de ingresos bajos, posiblemente porque estos países no están bien integrados en los mercados mundiales de alimentos y no mantienen un comercio intenso.

La apertura de los mercados está relativamente asociada con el aumento de la prevalencia de la obesidad solo en niveles muy altos de obesidad. Los niveles más altos de obesidad se encuentran en muchos pequeños Estados insulares en desarrollo, como las islas del Pacífico y países de África septentrional y de Asia occidental (véase la Parte 4). Debido a las limitaciones de tierra, agua y otros recursos que afectan a su capacidad de producción alimentaria y agrícola, estos países dependen en gran medida de las importaciones de alimentos para alimentar a sus poblaciones y comercian mucho (Figura 2.2).

En estos casos, en los que la capacidad nacional de producción es limitada, el comercio de alimentos puede estar directamente relacionado con el aumento de los niveles de obesidad. En los países que presentan niveles de obesidad bajos o medios, la repercusión de la apertura de los mercados alimentarios en las tasas de obesidad no es muy diferente de cero.

La disponibilidad de alimentos y el acceso a ellos

El comercio de alimentos permite más importaciones de alimentos y, por tanto, aumenta la disponibilidad de alimentos destinados al consumo en un país. Esto ayuda a superar las limitaciones que supone la distribución desigual de los recursos naturales para el suministro de alimentos y nutrientes en los países. Con una mayor disponibilidad, descienden los precios internos de los alimentos, lo que los hace más accesibles. El aumento de la disponibilidad y el descenso de los precios pueden repercutir en el consumo total de alimentos y la composición de las dietas, lo que afecta a los resultados nutricionales a nivel individual y de la población (véase la Parte 3)87. Al mismo tiempo, el comercio puede incrementar la disponibilidad de alimentos ultraprocesados de alta densidad energética y ricos en grasas, azúcares o sal, por lo que determina hábitos alimenticios que se asocian con el sobrepeso y la obesidad (véase la Parte 4).

La diversidad de la alimentación

Una mayor apertura de los mercados alimentarios permite asimismo una mayor variedad de importaciones de alimentos y un suministro de alimentos más diversificado. Los mercados mundiales permiten el intercambio de alimentos producidos en determinadas condiciones climáticas, del suelo y otras condiciones naturales y, por tanto, contribuyen a la diversidad de las dietas, lo que podría mejorar los resultados nutricionales (véase la Parte 3)88. Se constató que el comercio de alimentos promueve una dieta más saludable y equilibrada, ya que los países tienen acceso a una mayor variedad de alimentos y un suministro suficiente de macro- y micronutrientes89.

La estabilidad del suministro de alimentos

La apertura de los mercados alimentarios también permite realizar ajustes estacionales en las importaciones de alimentos, al permitir un suministro de alimentos más estable en cuanto a la cantidad y diversidad a lo largo del año o en caso de perturbaciones, como fenómenos meteorológicos extremos que afectan a la producción. Por lo tanto, el comercio puede ser un potente motor que amortigüe las fluctuaciones del suministro y reduzca la volatilidad de los precios en un país. La estabilidad del suministro de alimentos y de los precios de los alimentos aborda los resultados nutricionales a corto plazo, como la emaciación infantil. Análisis recientes indican que, en promedio, en los países de ingresos medianos y bajos, un aumento del 5 % en el precio real de los alimentos incrementa el riesgo de emaciación en un 9 % y de emaciación grave en un 14 %. Estos riesgos afectan a los niños pequeños, así como a niños más mayores que habitualmente experimentan un deterioro de la calidad de la dieta a raíz del aumento de los precios de los alimentos90.

El aumento de los ingresos

Existen canales más indirectos en los que el comercio afecta a la nutrición, como por ejemplo a través de sus efectos en la economía en general. La apertura del comercio alimentario puede impulsar el crecimiento económico en un país y acelerar el proceso de transformación estructural. El comercio de alimentos, en especial las importaciones, puede ayudar a satisfacer las necesidades alimentarias nacionales, sin mantener a una gran cantidad de mano de obra en la agricultura. Las importaciones de alimentos permiten a la mano de obra que en un principio se dedicaba a la agricultura liberarse y migrar a sectores no agrícolas más productivos, y así acelerar aún más el crecimiento91. En un estudio en el que se analiza el proceso de transformación estructural en la República de Corea, se constata que las importaciones agrícolas desempeñaron un papel crucial en el desarrollo de la economía92.

Los efectos del aumento de los ingresos en la ingesta de alimentos y la nutrición se han investigado adecuadamente. El aumento de los ingresos puede mejorar el acceso a los alimentos y generar un cambio del consumo de una gran proporción de alimentos básicos a la adopción de hábitos alimenticios más diversos, que incluyan carne y pescado, leche, huevos, frutas y hortalizas, y grasas y aceites (véase la Parte 1). Este cambio puede mejorar la suficiencia de nutrientes de las dietas, pero también puede dar lugar a un mayor consumo de alimentos ultraprocesados con un alto contenido de grasas, azúcares o sal, que pueden contribuir a aumentar la prevalencia del sobrepeso y la obesidad (véase la Parte 4).

Al mismo tiempo, bien por la intensificación de la competencia, bien por el impulso al proceso de transformación estructural, la apertura de los mercados también puede afectar a la distribución de los ingresos y la desigualdad y tener consecuencias negativas para la seguridad alimentaria y la nutrición. Un estudio sugiere que, en función de los niveles de ingresos iniciales, la magnitud y la competitividad del sector alimentario y agrícola de un país, la apertura de los mercados alimentarios puede aumentar la prevalencia de la subalimentación, ya que los agricultores experimentan un descenso de los ingresos debido a la caída de los precios, lo que puede contrarrestar los logros nutricionales de los sectores no agrícolas de la economía93.

La formación de los hábitos de los consumidores

El comercio puede afectar también a los hábitos alimenticios mediante la transferencia de alimentos y sabores entre países94. Una mayor disponibilidad de alimentos importados puede orientar las preferencias y gustos de los consumidores hacia ellos y mantener su consumo. Por ejemplo, un análisis centrado en la reunificación de Alemania sugiere que, al presentarse una amplia variedad de alimentos a los alemanes del este, estos modificaron sus hábitos alimenticios, lo que dio lugar a un cambio en las pautas alimentarias que podría explicar el aumento de la prevalencia del sobrepeso y la obesidad95.

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