info
close
En los arrozales en terrazas de Bali (Indonesia) se utiliza un sistema de riego sostenible denominado “subak”.
© Unsplash/Geio Tischler

Producción agrícola sostenible

La agricultura del mañana significa producir más alimentos con una menor huella ecológica

La mayoría de los alimentos que consumimos provienen de las plantas: cerca del 12 % de las tierras del mundo están destinadas a la producción de cultivos. El trigo, el arroz y el maíz aportan el 60 % de la ingesta mundial de energía alimentaria. En total, se cultivan unas 6 000 especies de plantas para la producción de alimentos. Aun así, el cambio climático está alterando los ecosistemas y dañando la biodiversidad, al mismo tiempo que crea nuevos nichos donde las plagas pueden prosperar.

La restauración de los ecosistemas contribuye a mitigar el cambio climático y reduce los riesgos de extinción de especies y futuras pandemias.
La agrosilvicultura por sí sola podría aumentar la seguridad alimentaria de 1 300 millones de personas.


Fuente: FAO. 2021. Balances de alimentos. En: FAOSTAT. Roma. (Consultado el 7 de noviembre de 2023.) https://www.fao.org/faostat/es/#data/FBS
https://doi.org/10.4060/CC8055EN-fig02

Producción vegetal sostenible y resiliente al clima en aras de la seguridad alimentaria

El suelo es un sumidero de carbono esencial y el hogar del 25 % de la biodiversidad del mundo: alberga ecosistemas esenciales para preservar la vida. Mejorar la gestión de los suelos puede incrementar la oferta de alimentos y compensar hasta el 20 % de las emisiones actuales de GEI a escala mundial, proporcionando una herramienta valiosa para regular el clima y un camino para salvaguardar los servicios ecosistémicos.

Es necesario adoptar medidas preventivas de mitigación de los efectos del cambio climático y de adaptación a este para limitar la propagación internacional de plagas a través del comercio y los viajes.

Las opciones de mitigación y adaptación a corto y medio plazo incluyen el uso de variedades vegetales resistentes y la modificación del microclima.

Mediante instrumentos como la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria y el Convenio de Rotterdam para la aplicación del procedimiento de consentimiento fundamentado previo aplicable a ciertos plaguicidas y productos químicos peligrosos objeto de comercio internacional, la FAO proporciona a sus Miembros asistencia técnica sobre el terreno para identificar y realizar pruebas piloto de alternativas a los pesticidas químicos que sean más valiosas, sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, y menos peligrosas.

Alianza mundial sobre los suelos

La Alianza mundial sobre los suelos (AMS) de la FAO es un mecanismo establecido en 2012, con reconocimiento mundial, cuya misión es impulsar la presencia de los suelos en la agenda mundial. Los principales objetivos de la Alianza son los siguientes:

  • promover la gestión sostenible de los suelos y mejorar la gobernanza del suelo a fin de velar por que los suelos sean sanos y productivos;
  • respaldar la prestación de servicios ecosistémicos esenciales en aras de la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición, la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos, y el desarrollo sostenible.

El AMS y su Grupo técnico intergubernamental sobre los suelos han elaborado una serie de mapas de suelos a través de procesos dirigidos por los países a fin de respaldar la adopción de decisiones fundamentadas a nivel nacional. Desde 2012, el programa de desarrollo de la capacidad del AMS ha llegado a más de 7 000 expertos nacionales de más de 170 países.

Dos de los mapas elaborados constituyen herramientas esenciales para hacer frente a la crisis climática: el mapa sobre el carbono orgánico del suelo, que permite a los países extraer conclusiones sobre la distribución y el estado de sus reservas de carbono orgánico del suelo, y el mapa mundial del posible almacenamiento del carbono orgánico del suelo, que permite determinar las regiones, los tipos de suelo y los sistemas de producción agrícola con mayor potencial para compensar las emisiones de GEI.

Recarbonización de los Suelos del Mundo

El Mecanismo para la reconstitución del carbono orgánico de los suelos del mundo (RECSOIL) es un mecanismo que amplía la gestión sostenible de los suelos. Respalda los incentivos nacionales y regionales de la agricultura que restauran los suelos degradados, a la vez que evitan la liberación de GEI a la atmósfera y contribuyen a los esfuerzos de fijación de carbono.

El agua, un recurso cada vez más escaso

La agricultura absorbe alrededor del 70 % del total de las extracciones mundiales de agua dulce. En algunas regiones en desarrollo, el 95 % del agua se destina a la agricultura.
Mientras tanto, gran parte de nuestra huella hídrica está encubierta.
Consumimos más agua a través de los alimentos que ingerimos que del agua que bebemos (es decir, “la comemos”): se necesitan entre 2 000 y 5 000 litros para producir los alimentos que consume una persona al día.
Y mientras que para producir 1 kilogramo de lentejas se emplean aproximadamente 1 250 litros de agua, para producir 1 kilogramo de carne de vacuno se utilizan alrededor de 13 000 litros de agua.

A medida que la población mundial sigue creciendo, los niveles de vida aumentan, las dietas cambian y los efectos del cambio climático se intensifican. Si se mantienen los modelos de consumo actuales, en 2025 dos tercios de la población mundial podrían vivir en países con estrés hídrico.

Beef Pulse Water Infographic
AWARe

Acción sobre adaptación y resiliencia del sector hídrico

La iniciativa de la Presidencia de la COP 27, denominada Acción sobre adaptación y resiliencia del sector hídrico (AWARE), se puso en marcha con objeto de impulsar una cooperación inclusiva que se ocupara del agua como elemento esencial para la adaptación al cambio climático y la resiliencia. La misión de la iniciativa consiste en: 1) reducir las pérdidas de agua y mejorar el suministro; 2) apoyar las medidas en materia de políticas y de adaptación; 3) promover la cooperación y las interrelaciones entre el agua y la acción por el clima con objeto de cumplir la Agenda 2030, en particular el ODS 6.

Aprovechar el poder de la lluvia

El Senegal es susceptible a los fenómenos meteorológicos extremos, como lluvias torrenciales seguidas de períodos prolongados de sequía. Estos fenómenos son cada vez más intensos e impredecibles, lo que dificulta la vida de los agricultores. Casi el 90 % de los agricultores senegaleses dependen de la agricultura de secano.

En el Senegal, se ha estado trabajando en permitir el acceso periódico al agua en el marco del proyecto de refuerzo de la adaptación agrícola (SAGA), así como en aumentar la eficiencia de su utilización. En estrecha consulta con las comunidades locales, la FAO ha puesto en práctica sistemas de riego adaptados a las necesidades de los agricultores.

Por ejemplo, en la aldea nororiental de Oudalaye, la FAO ayudó a los productores a trabajar en una práctica agroecológica tradicional, denominada Gulle Kisnal, para reducir la evaporación de agua.

Gulle Kisnal es una técnica agroecológica de gestión hídrica en la que se cava un círculo alrededor de las plantas para garantizar que el agua se concentre dentro de la pequeña cuenca y no se desperdicie debido a la evaporación o la escorrentía. Junto con otros métodos, el cultivo de plantas mediante Gulle Kisnal en el marco del proyecto SAGA de la FAO ha incrementado las ganancias de más de 300 hogares y les ha aportado dietas más nutritivas y equilibradas.

back to top