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Tanto en el sur de Chile como en todos lados, los bosques antiguos corren peligro debido a la explotación ilegal de madera.
© FAO/Max Valencia

Gestión forestal sostenible

Proteger el legado de la naturaleza en pro de un futuro más verde

Deteniéndose la deforestación, puede reducirse alrededor de un 11 % anual de las emisiones de gases de efecto invernadero, con lo que se salvaguardaría gran parte de la biodiversidad terrestre de la Tierra y se prestarían servicios ecosistémicos esenciales.

Los ecosistemas en riesgo de deforestación y degradación, como las turberas, los manglares, los rodales maduros y las marismas, contienen al menos 260 gigatoneladas de “carbono irrecuperable”. A menos que se adopten medidas suplementarias, se calcula que entre 2016 y 2050 se perderán 289 millones de hectáreas de bosques tropicales, lo que supondrá la emisión de 169 gigatoneladas de equivalente de dióxido de carbono a la atmósfera.

Pero los bosques no son solo un sumidero de carbono esencial: también ayudan a las comunidades rurales a adaptarse a los efectos del cambio climático, entre otras cosas, mediante la provisión de medios de vida a más de 1 600 millones de personas. Los bosques protegidos, gestionados de forma sostenible y restaurados proporcionan una gran cantidad de beneficios para la biodiversidad y otros servicios ecosistémicos. Detener la deforestación y aumentar la cubierta forestal son, por tanto, soluciones rentables para mitigar los efectos del cambio climático.

Sistemas nacionales de monitoreo de los bosques

La FAO ha prestado apoyo a más de 50 países en el desarrollo de sistemas nacionales de seguimiento forestal con los que recopilar información relevante y fiable sobre los bosques. Dichos sistemas normalmente producen datos que permiten la medición, notificación y verificación de los flujos de carbono forestal, información que es fundamental para participar en el Programa de colaboración de las Naciones Unidas para la reducción de emisiones debidas a la deforestación y la degradación forestal en los países en desarrollo (REDD+).

Los bosques y los Pueblos Indígenas

Los Pueblos Indígenas y los bosques de sus territorios ancestrales desempeñan una función irremplazable en la acción por el clima. Solo los territorios de los bosques de América Latina y el Caribe contienen el 14 % del carbono almacenado en los bosques tropicales de todo el mundo.

Históricamente, donde los Pueblos Indígenas han estado presentes, los bosques han sufrido mucha menos deforestación y degradación que en otros lugares; pero eso está cambiando con rapidez.

En 2015, junto con el Grupo de representantes indígenas de las siete regiones socioculturales del mundo, la FAO estableció una hoja de ruta para colaborar con los Pueblos Indígenas. El objetivo es promover el reconocimiento de sus sistemas alimentarios y de conocimiento como elementos determinantes de la sostenibilidad.

En la COP 26, celebrada en Glasgow en 2021, 141 gobiernos se comprometieron a detener y revertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra para 2030 a través de la Declaración de los líderes de Glasgow sobre los bosques y el uso de la tierra.

Para lograr este objetivo, se comprometieron más de 20 000 millones de dólares, incluidos 1 700 millones de dólares de 2021 a 2025 destinados a promover los derechos de tenencia de tierras forestales de las comunidades locales y los Pueblos Indígenas.

Estos objetivos se reforzaron mediante la Cumbre de Líderes sobre Bosques y Clima, puesta en marcha en la COP 27 para velar por el cumplimiento de los compromisos asumidos en Glasgow a fin de detener e invertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra para 2030. Esta asociación voluntaria de 26 países está en plena consonancia con la labor de la FAO en materia forestal y con la Asociación de Colaboración en materia de Bosques.

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