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Remendando redes tras una mañana de pesca en Andhra Pradesh (India).
© FAO/Harsha Vadlamani

La transformación de los sistemas alimentarios acuáticos

Afianzar la pesca y los sistemas alimentarios acuáticos en las políticas y las medidas

Los océanos albergan hasta el 80 % de todas las formas de vida. Son, asimismo, el mayor sumidero de carbono del mundo y un recurso fundamental en la pesca y la acuicultura, ya que contribuyen a lograr la seguridad alimentaria y nutricional, mantienen la flora y fauna silvestres y proporcionan puestos de trabajo. Los ríos y los lagos también desempeñan un papel significativo en la seguridad alimentaria mundial. Los alimentos acuáticos, procedentes tanto de aguas marinas como continentales, son una fuente alimenticia vital para 3 000 millones de personas.

El cambio climático está afectando a la accesibilidad, la disponibilidad y el comercio de los productos alimentarios acuáticos. Está empeorando las amenazas existentes, como la contaminación, la pesca excesiva y la degradación del hábitat, lo que dificulta la lucha por una alimentación acuática sostenible. También está calentando los océanos y los sistemas de agua dulce, lo que hace aumentar las zonas con bajo contenido de oxígeno, acidifica los océanos y hace que los fenómenos meteorológicos extremos sean más intensos y frecuentes.

Conjunto de instrumentos de la FAO para la adaptación

El conjunto de instrumentos de la FAO para la adaptación recoge diversas soluciones, todas ellas centradas en cambiar la manera en que se gestiona la pesca.

Por ejemplo, la cría de especies extractivas como los bivalvos y las macroalgas ofrece un mayor potencial para eliminar los residuos y mejorar la calidad del agua. Para que sean eficaces, tales soluciones deben ponerse en marcha con urgencia y a gran escala. La FAO ha estado ejecutando proyectos dirigidos a prestar apoyo a los países en la adaptación del sector de la pesca y la acuicultura en América Latina, África, Asia sudoriental, el Caribe y los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo del Pacífico.

Transformación azul

La transformación azul esboza una visión para expandir los sistemas alimentarios acuáticos e incrementar su contribución a las dietas saludables nutritivas y asequibles de las personas más vulnerables, al mismo tiempo que fomenta un crecimiento equitativo, en especial en el caso de las comunidades que dependen de la pesca y la acuicultura.

En el marco de esta política, la FAO, sus Miembros y sus asociados trabajan para alcanzar tres objetivos principales, a saber:

  1. Intensificar y expandir la acuicultura sostenible. La acuicultura debe expandirse de forma sostenible para alimentar a una población en aumento y garantizar ingresos y oportunidades de empleo. El objetivo consiste en aumentar la producción acuícola mundial hasta en un 40 % para 2030.
  2. Hacer una ordenación eficaz de todos los recursos pesqueros. La FAO se centra en ayudar a sus Miembros a lograr sistemas eficaces de ordenación de los recursos pesqueros que devuelvan los recursos y los ecosistemas a un estado saludable y productivo.
  3. Mejorar las cadenas alimentarias mediante prácticas o tecnologías innovadoras. Con ello, se reducirán las pérdidas y los desperdicios, mejorarán la rastreabilidad y la transparencia, se facilitará el comercio y mejorará el acceso a los mercados.

Las algas en Panamá

Los guna son Pueblos Indígenas que llevan siglos pescando en el mar Caribe, frente a las costas de Panamá. Generaciones enteras han dependido de los recursos marinos y costeros para su subsistencia. Aun así, el cambio climático y la pesca excesiva están llevando a una disminución de las poblaciones de peces, lo que dificulta que los pescadores se ganen la vida. Las mujeres de la comunidad guna limpian y procesan el pescado, pero actualmente la mayor parte de sus ingresos procede del turismo y la venta de artesanía. En los últimos años, el descenso del turismo debido a la pandemia de la COVID-19 se ha sumado a la presión de la disminución de las poblaciones de peces, lo que ha llevado a muchas familias a vivir por debajo del umbral de la pobreza, especialmente a aquellas encabezadas por mujeres.

La FAO, en asociación con la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP), ha brindado nuevas oportunidades al pueblo guna al poner a su disposición conocimientos relacionados con la producción y el procesado de algas. En el marco del proyecto piloto FAO-ARAP, se trabajó con un grupo de 25 personas, compuesto en su mayor parte por mujeres, capacitándolas para transformar las algas en jabones y cremas comerciales. Además de empoderar a las mujeres guna, el proyecto ha proporcionado una fuente alternativa de ingresos a la comunidad.

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