El asesoramiento técnico y el fortalecimiento de las capacidades son fundamentales en la labor de la FAO; por ejemplo, el asesoramiento a los gobiernos sobre la reasignación de presupuestos y la concesión de subvenciones específicas que favorezcan el acceso a dietas saludables. Para respaldar esta propuesta, la Organización y sus asociados han reunido una serie de instrumentos analíticos, modelos y apoyo técnico para la recopilación de datos y su análisis.
Los sistemas de educación formal ofrecen plataformas ideales para mejorar la nutrición de millones de niños en edad escolar. Sin embargo, los programas en este sentido distan mucho de ser universales y, cuando existen, suelen sufrir de escasez de fondos. Es posible que los responsables de las políticas carezcan de orientaciones claras sobre la mejor manera de estructurar esos programas y poner en los platos de los niños una variedad de alimentos nutritivos.
Para remediarlo, la FAO y el Programa Mundial de Alimentos están ayudando a los países a recopilar y utilizar datos sobre lo que comen los niños en edad escolar, identificar las lagunas en sus dietas y tomar decisiones de políticas inteligentes para ajustar los programas de alimentación y nutrición escolar. Parte del enfoque consiste en empoderar a los niños para que hablen a través de diferentes canales, incluyendo entrevistas semi-guiadas.
Mientras tanto, la FAO ha creado una plataforma mundial de alimentación escolar en línea y de acceso abierto que reúne recursos técnicos y orientaciones para apoyar la educación alimentaria y nutricional. Países de todo el espectro de ingresos, desde Alemania hasta Jordania y Santa Lucía, se han unido a esta plataforma.
A pesar del amplio apoyo y la financiación, Etiopía tenía dificultades para lograr hacer realidad la alimentación escolar. La excesiva complejidad de las normas de compra pública dificultaba la obtención de alimentos de pequeños productores locales. La FAO ayudó al gobierno a simplificar su marco legal y revisar los procedimientos, permitiendo a las autoridades regionales y locales desarrollar programas de alimentación escolar con productos locales (o de origen local). Es necesario avanzar más en el establecimiento de normas para los alimentos que se sirven o venden en las escuelas. Pero se han puesto las bases de sistemas alimentarios locales que benefician a los escolares, sus familias y sus comunidades. Fomentar la demanda de dietas saludables —en este caso, desde el sistema escolar— es un impulso para la intervención sistémica de los gobiernos.
La seguridad alimentaria suele incluirse en las políticas alimentarias y agrícolas, pero las dietas saludables, como objetivo singular, no. Cambiar esta situación es vital para lograr una mejor nutrición. Etiopía, con sus más de 120 millones de habitantes, es el segundo país (después de Nigeria) en el que la FAO y sus asociados ya vienen implementando el proyecto MAFAP utiliza modelos de optimización para determinar la reasignación más eficiente del gasto público para alcanzar una serie de objetivos relacionados con la transformación agrícola. En el último año, estos objetivos se han modificado para incluir la provisión de dietas saludables de menor costo, elaboradas conjuntamente por la FAO y el Instituto de Salud Pública de Etiopía. Cada dieta incluida es particular para un grupo de población y una zona agroecológica.
En todo el mundo, más de 13 millones de niños menores de cinco años padecen emaciación grave, también conocida como malnutrición aguda grave: ambos términos describen la situación de los niños demasiado delgados para su estatura. La emaciación puede producirse porque los niños no ganan peso o porque lo pierden. La emaciación grave es la forma más letal de malnutrición: los niños emaciados tienen hasta 11 veces más probabilidades de morir que los bien alimentados. Sin embargo, a menudo es reversible con un tratamiento adecuado. En 2022, la FAO y otros organismos de las Naciones Unidas lanzaron el Plan de acción mundial sobre emaciación de los niños, apoyando a 23 países —entre ellos algunos muy poblados como Bangladesh, la India y Nigeria— para desarrollar hojas de ruta de políticas nacionales para erradicar el fenómeno. En el norte de Kenya, la FAO ha combinado la educación nutricional con programas ganaderos de emergencia: esta combinación de leche y conocimientos se asoció con una reducción del 26 % del riesgo de perímetro braquial pequeño en los niños, uno de los signos reveladores de la malnutrición aguda.
In Kenya septentrional, FAO has bundled nutrition education with emergency livestock programmes: this combination of milk and knowledge was associated with a 26 percent reduction in the risk of small arm circumference in children – one of the telltale signs of acute malnutrition.