Analizar la relación entre la ventaja comparativa, las políticas comerciales y los costos del comercio es útil para intentar resolver el “rompecabezas” del déficit del comercio alimentario y agrícola. ¿Por qué se comercian con mayor intensidad las manufacturas que los productos agrícolas? ¿Por qué los países de ingresos bajos no participan en el comercio alimentario y agrícola tanto como las economías de ingresos altos? Tratar de responder a estas preguntas puede ayudar a explicar por qué algunas regiones comercian más que otras y cómo eligen sus socios comerciales, lo cual puede arrojar más luz sobre cuestiones relacionadas con el desarrollo agrícola y la transformación estructural de la economía.
Es complicado evaluar la forma en que la ventaja comparativa supera los obstáculos que plantean las políticas comerciales y los costos del comercio y determina los flujos comerciales. Para el presente informe se llevó a cabo un estudio de modelado econométrico que ayuda a explicar la manera en que se determina el comercio alimentario y agrícola en un mercado con muchos países, y que revela la influencia de la ventaja comparativa, estima los costos comerciales y expone la geografía del comerciot, 112.
Más en concreto, el estudio de modelado ofrece valores estimados de los principales factores que impulsan el comercio alimentario y agrícola, a saber: i) la competitividad de un país, que se refleja en su ventaja absoluta en la productividad agrícola por trabajador ajustada en función de los costos de los insumos; ii) la influencia de la ventaja comparativa, que se plasma en la heterogeneidad de la tecnología y la productividad agrícola por trabajador entre los distintos países y regiones, y iii) los costos del comercio bilateral, que abarcan, para cada par de países, los costos directos e indirectos, como los aranceles, las MNA, los gastos de transporte y documentación, y otros factores, por ejemplo, tener un idioma común, compartir una frontera o ser partes en un acuerdo comercial regional (véase el Recuadro 2.4, en el que se examina el modelo econométrico).
RECUADRO 2.4Modelos de gravedad estructural y los factores fundamentales que impulsan el comercio
Los modelos econométricos se basan en la teoría económica y recurren a inferencias estadísticas aplicadas a los datos disponibles. El modelo gravitacional ha sido un elemento constante del análisis empírico del comercio desde principios de la década de 1960140. En su forma básica, el modelo se basa en la idea de que los flujos comerciales bilaterales son proporcionales a la masa económica de los países (población y PIB) y guarda una relación inversa con la distancia (que es una variable representativa de los obstáculos al comercio), de forma muy parecida a la ley de la gravitación universal de Newton, de la cual se deriva su nombre. En los modelos de gravedad estructural modernos se cuantifican los efectos de los factores fundamentales que impulsan el comercio. Los modelos de gravedad estructural reposan sobre la intuición de que los países que son relativamente más productivos y tienen menores costos de insumos pueden superar los costos comerciales y exportar sus productos. El modelo describe, de cada par de socios comerciales, la relación que existe entre los flujos comerciales bilaterales, los precios relativos y las variables representativas de los costos comerciales y ofrece una estimación de un conjunto de indicadores que ayudan a descubrir los factores fundamentales que impulsan el comercio. Dichos indicadores son los siguientes:
Competitividad y ventaja absoluta: Para cada país, la competitividad en el mercado mundial refleja su productividad por trabajador (esto es, su ventaja absoluta) ajustada en función del costo de los insumos. Un país más competitivo es una fuente más barata de productos alimentarios y agrícolas y puede superar mejor los costos comerciales.
Ventaja comparativa: En el marco de modelado, la influencia de la ventaja comparativa se refleja en la heterogeneidad o variación estimada de las productividades agrícolas relativas por trabajador entre países. Cuando unos países tienen productividades por trabajador parecidas, las diferencias entre los precios son insignificantes y la posibilidad de obtener beneficios del comercio es limitada, ya que es posible que el costo de oportunidad de producir de forma interna no sea distinto al de otro lugar. Por lo tanto, no existe un incentivo para comerciar. En otras palabras, para un país, el comercio puede ampliar el conjunto de productividades —y, por tanto, de precios— que están disponibles en otros países; si los precios no son diferentes entre los países, los flujos de comercio no serán significativos. En consecuencia, cuanto mayor sea la variación de la productividad relativa por trabajador y de los precios entre países, tanto más fuerte será la influencia de la ventaja comparativa y tanto mayor será el comercio. En el marco de modelado, la influencia de la ventaja comparativa puede medirse en los planos mundial y regional.
Costos comerciales y apertura al comercio: Los costos comerciales pueden mermar la competitividad de cada país en el mercado mundial. También pueden contrarrestar en parte la influencia de la ventaja comparativa. En el modelo, los costos comerciales de cada par de socios comerciales se calculan mediante los niveles de los precios. Cuanto mayores sean los costos comerciales, más fuerte deberá ser la influencia de la ventaja comparativa (y mayores las diferencias de los precios) para hacer posible el comercio. También se puede estimar un indicador de la apertura al comercio de cada país en función de su ubicación y el nivel promedio de precios.
Sobre la base de los datos relativos a los flujos comerciales bilaterales entre 112 países de todo el mundo y 321 productos alimentarios y agrícolas correspondientes a 2017-18, el análisis econométrico respalda la intuición expresada más arriba. Por ejemplo, en la Figura 2.5 se ilustra la relación entre las importaciones bilaterales y los precios relativos entre socios comerciales. Los precios relativos entre socios comerciales miden la competitividad relativa, pero, dado que los países se ubican en puntos distintos de la geografía, los precios relativos también reflejan los costos comerciales debidos a la distancia y a otros factores. Cuanto mayor es el precio relativo entre exportador e importador, menor es el flujo comercial bilateral, ya que o bien el exportador no es competitivo o bien se enfrenta a costos comerciales mayores.
FIGURA 2.5FLUJOS COMERCIALES BILATERALES Y PRECIOS RELATIVOS

FUENTE: Kozłowska, M.K., Rapsomanikis, G. y Zimmermann, A. 2022. Comparative advantage and trade costs in a Ricardian model of global food and agricultural trade. Documento de antecedentes elaborado para El estado de los mercados de productos básicos agrícolas 2022. Roma, FAO.
Competitividad y ventaja absoluta
Un país que tenga una mejor tecnología y una abundante dotación de recursos naturales, como tierra y agua, podrá ser más productivo y disfrutar de una ventaja absoluta. Esta circunstancia, junto con los costos de los insumos, determina la competitividad. Que un país tenga una elevada productividad por trabajador y menores costos de insumos significa que dicho país puede ser más competitivo en el mercado alimentario y agrícola mundial (véase la Figura 2.6).
FIGURA 2.6COMPETITIVIDAD DE LOS PAÍSES EN EL MERCADO ALIMENTARIO Y AGRÍCOLA MUNDIAL, 2018

FUENTE: Kozłowska, M.K., Rapsomanikis, G. y Zimmermann, A. 2022. Comparative advantage and trade costs in a Ricardian model of global food and agricultural trade. Documento de antecedentes elaborado para El estado de los mercados de productos básicos agrícolas 2022. Roma, FAO. De conformidad con el mapa n.º 4170 Rev. 19 de las Naciones Unidas (octubre de 2020).
Se estima que los países de ingresos altos, como Alemania, el Canadá, España, los Estados Unidos de América y Francia, se encuentran entre los países más competitivos en el mercado alimentario y agrícola mundial. También se considera que las economías emergentes, como la Argentina, el Brasil, China, la Federación de Rusia, la India, Indonesia, Malasia y Sudáfrica, son más competitivas. Los países menos competitivos suelen ser países de ingresos bajos y medianos bajos, como Cabo Verde y Gambia en el África subsahariana y Bangladesh y Myanmar en Asia, por ejemplo.
Estos resultados subrayan la importancia de la tecnología y la productividad agrícola por trabajador para determinar la competitividad. Los países de ingresos bajos, que se caracterizan por tasas bajas de productividad agrícola y elevados costos de las transacciones que dificultan la adopción de la tecnología, son, en general, de los menos competitivos en el mercado mundial.
También es evidente el papel de las dotaciones de recursos naturales y la geografía en la determinación de la productividad y la competitividad. Se ha comprobado que los países de ingresos altos con grandes zonas al norte del círculo polar ártico, como Finlandia y Noruega, son menos competitivos en el mercado alimentario y agrícola mundial. También son menos competitivos los PEID, por ejemplo, Antigua y Barbuda y Vanuatu, debido a la escasez de recursos naturales. Los PDL, cuya ubicación geográfica es un escollo para la integración en el mercado mundial, también se cuentan entre los países menos competitivos.
El resultado más llamativo que conecta geografía y comercio tal vez sea que, en tres regiones del mundo, los países sin litoral se encuentran entre los países menos competitivos que comercian con productos alimentarios y agrícolas. La República Centroafricana parece ser menos competitiva en África; en Asia, entre los países menos competitivos figuran Armenia, Bhután, Mongolia y Nepal; y en Europa, Bosnia y Herzegovina.
A pesar de las mejoras en el transporte, los países sin litoral se encuentran rezagados en crecimiento económico y comercio respecto a sus vecinos costeros. En el ámbito de la alimentación y la agricultura, esto puede traducirse en tasas menores de transferencia de conocimientos y tecnología. Si bien esto podría achacarse a la distancia desde la costa y a los costos de transporte conexos, los investigadores señalan que la dependencia que tienen los países sin litoral con respecto a la infraestructura de sus vecinos y a sus prácticas administrativas también son factores importantes113.
Ventaja comparativa
Si bien la competitividad y la ventaja absoluta vienen determinadas por la productividad agrícola por trabajador y los costos de los insumos y son el reflejo del estado de la tecnología y la dotación de recursos de cada país, lo que pone de manifiesto la influencia de la ventaja comparativa es la variación de la productividad agrícola por trabajador entre los distintos países. Cuanto mayor es la variación de la productividad entre los países, mayor es la influencia de la ventaja comparativa y tanto mayor es el comercio.
Los resultados de la tarea de modelado econométrico llevada a cabo para este informe arrojan luz sobre el papel de la ventaja comparativa en la determinación de los flujos comerciales. Para el mercado alimentario y agrícola mundial, en el que compiten todos los países, la variación de la productividad agrícola relativa por trabajador, calculada como una desviación estándar relativa, se cifraba en un 18,3 % (Cuadro 2.2)u. Este valor es mayor que una desviación estándar del 15 %, que es el valor que se calcula para una gran parte del comercio mundial de manufacturas, lo cual puede indicar que la influencia de la ventaja comparativa en la alimentación y la agricultura es mayor que en los sectores no agrícolas. No obstante, a pesar de que la ventaja comparativa en la alimentación y la agricultura sea mayor que en las manufacturas, la intensidad del comercio alimentario y agrícola es menorv.
CUADRO 2.2LA FUERZA DE LA VENTAJA COMPARATIVA EN LOS MERCADOS ALIMENTARIOS Y AGRÍCOLAS

FUENTE: Kozłowska, M.K., Rapsomanikis, G. y Zimmermann, A. 2022. Comparative advantage and trade costs in a Ricardian model of global food and agricultural trade. Documento de antecedentes elaborado para El estado de los mercados de productos básicos agrícolas 2022. Roma, FAO.
Existen notables diferencias en la influencia de la ventaja comparativa de una región a otra. Por ejemplo, en Europa, la desviación estándar estimada de las productividades agrícolas por trabajador es del 22,5 %, lo que es señal de que la ventaja comparativa ejerce una gran influencia en el comercio intrarregional. En América Latina y el Caribe y en Asia, la fuerza de la ventaja comparativa es relativamente menor. El valor estimado para el África subsahariana es del 15 %, lo que indica que la variación de las productividades agrícolas por trabajador entre los distintos países de la región es relativamente baja y que la influencia de la ventaja comparativa en la determinación de los flujos comerciales intrarregionales entre los países del África subsahariana es pequeña. Lo que ocurre no es solo que los países de la región se caracterizan por una escasa ventaja absoluta, reflejo de la baja productividad por trabajador (véase la Figura 2.6), sino que la variación de estas productividades es también pequeña. Esta circunstancia da lugar a que la ventaja comparativa desempeñe una función limitada en la conformación del comercio dentro de la región y, en general, ofrece escasos incentivos a los países del África subsahariana para comerciar entre sí.
Estos resultados relativos a la influencia de la ventaja comparativa en el seno de las regiones concuerdan con los hallazgos sobre los bloques comerciales regionales que se han examinado en la Parte 1 y que apuntaban al relativo aumento del comercio entre países de la misma región excepto en África (véase también la Figura 1.10).
Costos comerciales y apertura al comercio
Además de la competitividad y la ventaja comparativa, las estimaciones de los costos del comercio alimentario y agrícola contribuyen al análisis de los factores fundamentales que impulsan el comercio. Los resultados del estudio econométrico apuntan a que la distancia importa: a igualdad de los demás factores que ocasionan costos comerciales, el comercio entre países que distan más de 6 000 millas (unos 9 650 km) se enfrenta a un obstáculo al comercio el doble de grande que el que encuentran los países que comparten fronteras o que están cerca unos de otros, es decir, a los que separa una distancia de hasta 375 millas (unos 600 km).
La distancia geográfica sigue teniendo un papel considerable en el aumento de los costos del comercio alimentario y agrícola, a pesar de las mejoras en la tecnología del transporte y la adopción de tecnología digital que permite que los comerciantes accedan, desde cualquier parte del mundo, a mejor información sobre los productos. La digitalización no ha propiciado “el fin de las distancias”; sin embargo, existen pruebas de su efecto en el comercio de mercancías. Sobre la base de la información disponible tanto en línea como fuera de línea, un estudio señala que, si bien los flujos comerciales disminuyen con la distancia, esta puede importar menos en línea114, 115.
Los costos del comercio alimentario y agrícola bilateral son apreciables (Figura 2.7). Por ejemplo, el costo comercial de importar alimentos de los Estados Unidos de América a Australia —dos países de ingresos altos ubicados en regiones distintas— es del 115 % en su equivalente ad valorem. Las importaciones a Uganda procedentes de Etiopía —dos países de ingresos bajos que están próximos— están sujetas a un costo comercial del 383 % en equivalente ad valorem. Estas estimaciones reflejan todos los costos comerciales, incluidos los aranceles, los costos derivados de las MNA y otros costos, como los de transporte o las demoras en la frontera. También tienen en cuenta la distancia, las diferencias en las instituciones que regulan el comercio, la eficiencia de los trámites de exportación e importación entre fronteras o si los socios comerciales son signatarios de un mismo acuerdo comercial.
FIGURA 2.7COSTOS DEL COMERCIO BILATERAL SEGÚN LA CLASIFICACIÓN DE LOS PAÍSES POR NIVEL DE INGRESOS, SOCIOS COMERCIALES SELECCIONADOS Y COSTOS MEDIOS POR GRUPO DE LA CLASIFICACIÓN DE LOS PAÍSES POR NIVEL DE INGRESOS (EXPRESADOS EN EQUIVALENTE AD VALOREM), 2017

FUENTE: Kozłowska, M.K., Rapsomanikis, G. y Zimmermann, A. 2022. Comparative advantage and trade costs in a Ricardian model of global food and agricultural trade. Documento de antecedentes elaborado para El estado de los mercados de productos básicos agrícolas 2022. Roma, FAO.
Pese a la abundancia de factores que ocasionan costos comerciales, de las estimaciones se desprende que los costos comerciales disminuyen con el nivel de desarrollo (medido como renta per cápita). Por ejemplo, el comercio alimentario y agrícola entre todos los países de ingresos altos del mundo está sujeto, en promedio, a un costo comercial del 175 % en equivalente ad valorem. Los costos del comercio entre todos los países de ingresos bajos son, en promedio, aproximadamente 1,4 veces mayores, es decir, ascienden a un 244 % en equivalente ad valorem. Las diferencias entre los países de ingresos bajos y los países de ingresos altos en cuanto a infraestructura de transporte y a la eficiencia de las instituciones reguladoras son, entre otros factores, responsables de las grandes diferencias en los costos comerciales medios.
Por lo que se refiere al comercio intrarregional, se estima que, en promedio, los costos del comercio alimentario y agrícola en el África subsahariana representan el 237 % en equivalente ad valorem, frente al 152 % en Europa (Figura 2.8). En efecto, los países del África subsahariana se enfrentan a los mayores costos cuando comercian entre sí y dentro de la región. El comercio intrarregional en Asia y Oceanía —una región con muchos países repartidos por una zona geográfica amplia— está sujeto, en promedio, a unos costos comerciales del 202 % en equivalente ad valorem.
FIGURA 2.8COSTOS DEL COMERCIO BILATERAL Y PROMEDIOS INTRARREGIONALES (EXPRESADOS EN EQUIVALENTE AD VALOREM), 2017

FUENTE: Kozłowska, M.K., Rapsomanikis, G. y Zimmermann, A. 2022. Comparative advantage and trade costs in a Ricardian model of global food and agricultural trade. Documento de antecedentes elaborado para El estado de los mercados de productos básicos agrícolas 2022. Roma, FAO.
La apertura al comercio es importante para el crecimiento económico. El comercio facilita que se propaguen entre los países los beneficios indirectos de la tecnología y los conocimientos, lo que mejora la productividad y fomenta el crecimiento (véase el Recuadro 2.5). La apertura al comercio depende de la ubicación del país y de las barreras geográficas a las que se enfrenta, así como a su nivel promedio de precios frente al de sus socios comerciales, que también refleja las políticas comerciales.
RECUADRO 2.5Efectos de la apertura de los mercados: crecimiento, productividad y desigualdad
La mayoría de los economistas estará de acuerdo en que la apertura al comercio internacional fomenta el crecimiento económico141. El comercio redunda en aumentos de eficiencia, ya que los recursos se asignan con arreglo a la ventaja comparativa. En la agricultura, sector en el que son considerables las diferencias entre países en cuanto a clima y dotación de tierra y agua, pueden lograrse pingües beneficios de la apertura y la integración de los mercados142. Estos beneficios pueden contribuir al ritmo de crecimiento de la economía, pero son difíciles de calcular.
Además del efecto relativo a los aumentos de eficiencia, el comercio facilita que se propaguen entre los países los beneficios indirectos de la tecnología y los conocimientos, lo que fomenta el crecimiento mediante la mejora del proceso de producción, incrementa la calidad de los productos y da lugar a nuevos productos. Desde 1995, el auge del comercio alimentario y agrícola ha ido de la mano de aumentos de la productividad agrícola per cápita, sobre todo en los países emergentes y en desarrollo143.
Muchos profesionales están poniendo en duda estos axiomas tradicionales sobre los efectos de la apertura de los mercados en el crecimiento y la productividad. El comercio produce ganadores y perdedores y puede tener grandes repercusiones en la redistribución de los ingresos. Varios estudios se centran en los efectos de la apertura de los mercados en la productividad agrícola, con la hipótesis subyacente de que el comercio facilita la difusión de los beneficios indirectos de la tecnología y los conocimientos. En un estudio centrado en cómo la productividad agrícola de 44 países, tanto desarrollados como en desarrollo, converge en los más altos niveles, se determina que la apertura al comercio aumenta las tasas de crecimiento de la productividad de la mano de obra en la agricultura mediante un marco analítico en el que también se tienen en cuenta los costos de la difusión y adaptación de la tecnología144.
Existen otras pruebas que apuntan a que la apertura de los mercados puede tener un efecto negativo a corto plazo en la eficiencia de la agricultura145. Sin embargo, a largo plazo, se considera que aumenta la eficiencia en la agricultura, lo que refleja la capacidad del sector para adaptarse a los mercados mundiales y una mayor competencia gracias a la adopción de tecnología, pero también al cese de la actividad de las explotaciones agrícolas ineficientes. En Chile, país que liberalizó el comercio en la década de 1990 tras un período de políticas de sustitución de las importaciones, un análisis de 70 000 explotaciones agrícolas indica que la apertura de los mercados está vinculada positivamente al rendimiento de las explotaciones146.
En cuanto a las etapas posteriores, según los resultados de un estudio de más de 20 000 empresas alimentarias en Francia e Italia, la penetración de las importaciones, tanto de productos alimentarios finales como de insumos intermedios, contribuye sistemáticamente al crecimiento de la productividad de las empresas147. También se ha determinado que la participación en las cadenas de valor agrícolas y alimentarias mundiales, bien mediante la importación de insumos, bien mediante la exportación de productos intermedios, fomenta la productividad de la mano de obra agrícola148, 149. La razón principal reside en el mecanismo según el cual las cadenas de valor desagregan el proceso de producción, lo que permite que las explotaciones agrícolas y las empresas aprovechen su ventaja comparativa en los mercados mundiales y facilita la transmisión de tecnología mejorada, lo cual da lugar a mejores prácticas agrícolas y una mayor productividad de la mano de obra.
Estos vínculos entre la apertura de los mercados y la tecnología se analizan en un estudio de los datos a nivel micro en relación con la influencia del comercio de insumos agrícolas en la productividad de 1,1 millones de terrenos de 65 países. Desde la década de 1980, se ha determinado que la apertura de los mercados de insumos agrícolas ha dado lugar a importantes cambios con el paso de tecnologías tradicionales en las explotaciones a tecnologías modernas, lo que ha tenido, por tanto, consecuencias para la distribución de la productividad y el bienestar por todo el mundo150.
Bien por la intensificación de la competencia, bien por el impulso al proceso de transformación estructural, la apertura de los mercados puede fomentar el crecimiento y afectar a la distribución de los ingresos y la desigualdad. En un análisis reciente de los efectos de la eliminación de los aranceles sobre los productos agrícolas en países de ingresos bajos y medianos, se señaló un incremento tanto de los ingresos como de la desigualdad151. Los resultados parecen indicar que la liberalización del comercio agrícola redundaría en un aumento de los ingresos de los hogares por término medio.
Al mismo tiempo, se observó que la eliminación de los aranceles de importación tenía repercusiones sumamente heterogéneas en los distintos países y dentro de estos, así como en los distintos hogares. En la mayoría de los países, el 20 % más alto de los hogares más ricos obtendría mayores beneficios con la liberalización que el 20 % más bajo, lo que supone un aumento de la desigualdad relativa.
La apertura de los mercados puede tener efectos distintos en hombres y mujeres. Las pruebas apuntan a que la liberalización del comercio tuvo efectos heterogéneos en el sector agrícola y afectó de forma negativa a las trabajadoras de África, si bien benefició a las de América Latina152. En los países en desarrollo, las mujeres tienen menos acceso a la educación que los hombres, y la apertura de los mercados afectará a la desigualdad de género por su efecto sobre la asignación de la mano de obra en los distintos sectores y por los salarios. En Etiopía, por ejemplo, las mujeres abandonaron la agricultura más rápidamente y se integraron en el sector de los servicios a raíz de una reducción de los aranceles. Sin embargo, el bajo nivel educativo de las trabajadoras significó que las mujeres pasaron a sectores de poco valor añadido153.
En el contexto de los sistemas alimentarios, la apertura de los mercados resalta las compensaciones recíprocas que existen entre la promoción de la eficiencia económica y la obtención de resultados sociales positivos. Integrar a los pequeños agricultores en los mercados mundiales es todo un reto. Las políticas que promueven la apertura de los mercados a menudo tienden a subestimar las ineficacias del mercado y se hacen necesarias medidas complementarias para abordar la desigualdad. Los modelos de negocio inclusivos, como la agricultura por contrato, pueden eliminar las limitaciones que dificultan la entrada de los agricultores de los países en desarrollo a los mercados y las cadenas de valor mundiales154. Sin embargo, se puede complementar el mecanismo del mercado y promover una transformación estructural justa mediante una variedad de políticas e inversiones públicas, tales como la planificación cuidadosa de subvenciones a los insumos destinadas a los pequeños agricultores, la actualización de las competencias y la educación, la eliminación gradual de las rigideces del mercado de trabajo, y las mejoras en infraestructura y reglamentación.
FUENTE: Adaptado de Zimmermann, A. y Rapsomanikis, G. 2021. Trade and Sustainable Food Systems. Informe de la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios del Grupo científico para la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios.
En general, los países de ingresos altos suelen ser los más abiertos al comercio (Figura 2.9). Por ejemplo, la ubicación de Alemania y el nivel de sus precios la convierten en un mercado atractivo al que los socios comerciales quieren enviar sus exportaciones, especialmente los miembros de la Unión Europea. Por su parte, Nueva Zelandia, aunque sea relativamente remota, se caracteriza por niveles de precios que son cercanos a la media regional, lo que hace del país un mercado abierto en el que los exportadores pueden competir.
FIGURA 2.9APERTURA DE LOS MERCADOS, 2018

FUENTE: Kozłowska, M.K., Rapsomanikis, G. y Zimmermann, A. 2022. Comparative advantage and trade costs in a Ricardian model of global food and agricultural trade. Documento de antecedentes elaborado para El estado de los mercados de productos básicos agrícolas 2022. Roma, FAO. De conformidad con el mapa n.º 4170 Rev. 19 de las Naciones Unidas (octubre de 2020).
Se ha determinado que varios PEID tienen una apertura al comercio mayor que la de muchas naciones más ricas. A pesar de su lejanía geográfica y su escasa conectividad, las islas pequeñas, como las Maldivas y Saint Kitts y Nevis, aprovechan el comercio para alcanzar objetivos de seguridad alimentaria y nutrición. Estos países tienen recursos naturales limitados para elaborar productos alimentarios y agrícolas suficientes y, sin embargo, están abiertos al comercio y aprovechan su ventaja comparativa en la pesca y el turismo para financiar las importaciones de alimentos. En cambio, muchos países del África subsahariana se hallan entre los menos abiertosw.
Ensamblado de las piezas del rompecabezas del comercio alimentario y agrícola
La ventaja comparativa y los costos comerciales determinan los flujos comerciales entre los países. Si bien la influencia de la ventaja comparativa es mayor en la alimentación y la agricultura (véase el Cuadro 2.1), los productos alimentarios y agrícolas no son objeto de un comercio tan intenso como las manufacturas. Los aranceles para los productos alimentarios y agrícolas son relativamente más altos, pero representan una pequeña parte de la totalidad de los costos comerciales, que son considerables y se combinan para debilitar el papel de la ventaja comparativa en el sector (véase la Figura 2.4). De acuerdo con el análisis, los costos comerciales en la agricultura son a menudo el doble de los que afectan a las manufacturas. El bajo valor por unidad de peso de los productos alimentarios y agrícolas, así como su carácter perecedero, da lugar a costos comerciales elevados. Los costos relacionados con el cumplimiento de MNA, como las normas, también son mayores en la alimentación y la agricultura. La importancia de los costos comerciales en el entorpecimiento del comercio alimentario y agrícola tiene considerables repercusiones en materia de política y se deberían realizar esfuerzos para orientar medidas a su reducción (véase el examen de la facilitación del comercio que figura en la Parte 4).
Los costos comerciales constituyen una de las piezas importantes que faltan en el rompecabezas del comercio alimentario y agrícola. Si bien los países de ingresos bajos se caracterizan por una baja productividad agrícola por trabajador y una escasa competitividad en el mercado mundial en comparación con los países de ingresos medios y altos (véanse las figuras 2.2 y 2.6), los países de ingresos bajos están, en promedio, menos abiertos al comercio y una gran parte de su consumo se satisface con alimentos producidos internamente (Figura 2.10). Los países de ingresos bajos importan, en promedio, cerca del 14 % de los alimentos que consumen, mientras que las economías de ingresos altos comercian de forma mucho más intensa y recurren a los mercados mundiales de alimentos para satisfacer en torno al 60 % de sus necesidades de alimentos.
FIGURA 2.10PROPORCIÓN DEL CONSUMO TOTAL DE ALIMENTOS QUE REPRESENTAN LAS IMPORTACIONES Y LA PRODUCCIÓN NACIONAL, 2018

FUENTE: FAO.
Una vez más, los elevados costos comerciales a que se enfrentan los países de ingresos bajos pueden ayudar a explicar las diferencias entre países en cuanto a la intensidad del comercio. De acuerdo con las estimaciones, las importaciones que llegan a los países de ingresos bajos procedentes de países de ingresos altos y medianos altos están sujetas, en promedio, a costos comerciales de aproximadamente el 220 % y el 208 % en su equivalente ad valorem. Estos altos costos comerciales en parte aíslan a los países y obstaculizan el comercio. De resultas, los países que se enfrentan a costos comerciales elevados deciden satisfacer una gran parte de sus necesidades de consumo de alimentos mediante la producción nacional, incluso si son países que se caracterizan por una productividad agrícola por trabajador relativamente baja. Si los costos comerciales fueran menores, sería algo de lo que los países con una baja productividad podrían beneficiarse importando una parte más grande de sus necesidades de alimentos a precios más bajos.
Donde resulta más evidente la interrelación entre la ventaja comparativa y los costos comerciales para determinar el comercio y su geografía es en el África subsahariana. Los resultados de la actividad de modelado apuntan a que la región se caracteriza por una débil ventaja comparativa (Cuadro 2.2) y por elevados costos del comercio intrarregional (Figura 2.8). En efecto, África se caracteriza por una proporción muy baja de comercio intrarregional (Figura 1.13). La Zona de Libre Comercio Continental Africana, cuya finalidad es acelerar el comercio dentro de África, debería centrarse específicamente en políticas y medidas que aborden los costos comerciales con miras a promover el comercio alimentario y agrícola (véase la Parte 4).
Los costos comerciales también tienen implicaciones importantes para la transformación estructural de los países en desarrollo. Los costos elevados del comercio alimentario y agrícola pueden dar lugar a la disminución del comercio y el crecimiento del sector agrícola. Los alimentos son un bien necesario y, en los países de ingresos bajos, el hecho de que se importen pocos alimentos puede hacer que una gran proporción de mano de obra y de otros recursos se asigne a la producción de alimentos a fin de satisfacer las necesidades alimentarias de subsistencia del país. Por ejemplo, en 2019, en los países de ingresos bajos, los cuales se enfrentaban a altos costos comerciales, la proporción del empleo total que representaba la agricultura era muy alta, de un 59 % en promedio.
Reducir los costos comerciales fomenta el comercio y, concretamente en los países que se caracterizan por una baja productividad agrícola por trabajador, aumentaría las importaciones de alimentos, lo cual ayudaría a satisfacer las necesidades alimentarias de subsistencia y pondría a los trabajadores agrícolas a disposición de otros sectores más productivos de la economía. Con mercados de trabajo flexibles y que funcionan bien, esta reasignación de la mano de obra daría lugar a un aumento de la productividad agrícola por trabajador y contribuiría al crecimiento económico116. El incremento del comercio también ayudaría a la difusión de conocimientos y tecnología, lo que redundaría en aumentos de productividad (véase el Recuadro 2.5). No obstante, al aumentar y abaratarse las importaciones de alimentos, este proceso de transformación estructural también entrañaría pérdidas, sobre todo para los agricultores que fueran incapaces de mejorar su eficiencia y competir en mercados más abiertos.
Las pruebas empíricas obtenidas a nivel de explotación agrícola arrojan luz sobre la relación entre los costos comerciales, la productividad agrícola y las necesidades alimentarias de subsistencia. Por ejemplo, en el Perú las reducciones de los costos comerciales, fruto de mejoras en la infraestructura de carreteras, incrementaron la productividad agrícola un 5 %. Por otro lado, se determinó que cerca del 20 % de los agricultores habían salido peor parados, pues la reducción de los costos comerciales había permitido la entrada de otros vendedores en el mercado y reforzado la competencia117.
Según otro estudio efectuado en México, los costos interregionales de las frutas, que son mayores que los del maíz, y las limitaciones alimentarias de subsistencia impiden que los agricultores se especialicen en cultivos comerciales como las frutas. Los costos comerciales son responsables de una gran parte del empleo relativo entre el maíz y la fruta y de una menor productividad en la agricultura. Si en México se produjera una reducción de los costos del comercio interregional hasta el nivel que existe en los Estados Unidos de América, aumentaría un 15 % la proporción de trabajadores empleados en los cultivos comerciales respecto a los empleados en los productos básicos y se podría generar un aumento del 13 % de la productividad agrícola per cápita118.