Los bosques están sujetos a numerosas perturbaciones que pueden afectar negativamente a su salud y vitalidad, reducir su capacidad para proporcionar una amplia gama de bienes y servicios ecosistémicos, y causar la mortalidad de los árboles. Para la FRA 2025, se pidió a los países y zonas que informaran sobre la superficie forestal dañada anualmente en el período 2000-2023, con el concepto de daño definido como todo factor biótico o abiótico que afecte negativamente al vigor y la productividad del bosque y que no sea resultado directo de las actividades humanas. Concretamente, se pidió a los países y zonas que informaran sobre la superficie forestal afectada por insectos, enfermedades (causadas por bacterias, hongos, fitoplasmas o virus) y fenómenos meteorológicos extremos (por ejemplo, nieve, tormentas y sequías), así como otras perturbaciones (compuestas principalmente de cualquier combinación de factores bióticos, abióticos, endógenos y bióticos/antropogénicos). La información presentada sobre las diversas categorías de daño refleja la causa predominante del daño; por tanto, las áreas comunicadas son exclusivas. En determinados años, solo se informó de la superficie forestal adicional afectada en dicho año (y no el total acumulado).
En algunas regiones, la información presentada estaba en gran parte incompleta en cuanto a categorías de daños (por ejemplo, algunos informes incluían datos sobre una categoría de perturbaciones y no otras) y años abarcados. Para asegurar que el análisis se basara en los datos más representativos, se eligió el año 2020 como referencia para evaluar el estado del daño y se utilizó el período 2002-2020 para el análisis de las tendencias. Dada la desigualdad de los datos, no fue posible estimar la superficie total de bosque afectada por perturbaciones en todo el mundo.
Además de las categorías de daño que figuran más arriba, en el presente capítulo se incluyen análisis de los incendios forestales (específicamente sobre la superficie total de tierra y la superficie forestal afectada por incendios) y la degradación forestal.
Sesenta países y zonas, que representaban el 49 % de la superficie forestal mundial, informaron sobre la superficie forestal afectada por insectos en 2020. La superficie total afectada fue de 31,4 millones de ha, lo que representaba aproximadamente el 2 % de la superficie forestal de los países y zonas informantes (Cuadro 81). Los informes más completos fueron los de América del Norte y central (98 % de la superficie forestal de la región), seguida de Europa (96 %) y Asia (47 %). Los informes fueron muy escasos en África, Oceanía y América del Sur. La región con la mayor superficie forestal afectada por insectos en 2020 fue América del Norte y central, con 21,2 millones de ha, seguida de Asia, con 8,40 millones de ha. En ambas regiones, cerca del 3 % de la superficie forestal de los países informantes se vio afectada por insectos.
Gran parte de la superficie forestal afectada por insectos en América del Norte y central fue comunicada por el Canadá, con 17,8 millones de ha (el 84 % del total regional). Según el informe nacional del Canadá, la defoliación se cartografía según la especie de insecto, y una superficie determinada puede verse afectada por más de una especie al mismo tiempo; por tanto, es posible que las áreas afectadas por más de una especie se cuenten dos o tres veces, exagerando así la extensión de la superficie afectada. Los Estados Unidos de América comunicaron una superficie forestal afectada por insectos muy pequeña en 2020 (en comparación con años anteriores y posteriores) e indicaron que el descenso se debía principalmente a la falta de datos de medición y podía no reflejar las tendencias del daño forestal. Como resultado, la superficie forestal afectada por insectos estimada en América del Norte y central debería interpretarse con cautela.
Se estimó que 1,77 millones de ha de bosque se habían visto afectadas por insectos en Europa en 2020, lo que constituía el 0,2 % de la superficie forestal de los países y zonas informantes.
Habida cuenta del bajo nivel de notificación y de la limitada representatividad de la muestra, el análisis de las tendencias que se proporciona aquí se basó en datos anuales correspondientes a 2002-2020 (período con el mayor número de datos disponibles). Cuarenta y cinco países y zonas, que representaban el 47 % de la superficie forestal mundial, comunicaron datos de series cronológicas completas sobre la superficie forestal perturbada anualmente por insectos en este período.
La superficie media anual afectada por insectos durante el período fue de 34,1 millones de ha (Cuadro 82). La superficie mínima afectada en un año determinado fue de 25,4 millones de ha en 2011 y la máxima, de 43,9 millones de ha en 2019.
En el período analizado, la presentación de información fue más elevada en América del Norte y central (los países y zonas informantes representaban el 98 % de la superficie forestal de la región), seguida de Europa (88 %) y Asia (46 %). África, América del Sur y Oceanía fueron las regiones que menos información facilitaron: alrededor del 1 % o menos de la superficie forestal representada.
De las tres regiones que presentaron informes más completos, hubo una mayor variabilidad en la superficie afectada por insectos en Europa. En esta zona se observó un promedio de 816 000 ha afectadas anualmente, pero oscilaban entre 479 000 ha en 2008 y 1,43 millones de ha en 2004 (la última cifra debida sobre todo a los datos comunicados por Alemania, Hungría y la Federación de Rusia). La superficie media afectada por insectos en el período en América del Norte y central fue de 24,5 millones de ha por año y la media en Asia fue de 8,54 millones de ha por año.
Cuarenta y siete países y zonas, que representaban el 38 % de la superficie forestal, comunicaron datos sobre la superficie forestal afectada por enfermedades en 2020. La superficie total así perturbada fue de 6,13 millones de ha, lo que representaba el 0,4 % de la superficie forestal de los países y zonas informantes (Cuadro 83). Los países y zonas de Europa que facilitaron información sobre este aspecto representaban el 93 % de la superficie forestal de la región, seguidos de América del Norte y central (49 %) y Asia (40 %).
De las regiones, Asia comunicó la mayor superficie forestal afectada por enfermedades en 2020, con 2,96 millones de ha, que suponía poco más del 1 % de la superficie forestal de los países y zonas informantes de la región. La mayor parte de la superficie afectada en Asia se encontraba en China, que comunicó 2,95 millones de ha de bosque afectadas por enfermedades, causadas principalmente por nematodos como el la madera de los pinos (Bursaphelenchus xylophilus) y hongos como Marssonina spp. (National Forestry and Grassland Administration, 2021).
La segunda mayor superficie forestal afectada por enfermedades en 2020 se situó en América del Norte y central (2,04 millones de ha), casi en su totalidad en los Estados Unidos de América. El Canadá no informó sobre la superficie forestal afectada por enfermedades, pues, según su informe nacional, este parámetro resulta difícil de medir, especialmente con estudios generales aéreos. El Canadá también indicó que, aunque las enfermedades de las raíces son los problemas patológicos más extendidos en los bosques del país, los síntomas y el daño que causan son difíciles de detectar y medir.
Treinta y cinco países y zonas, que representaban el 37 % de la superficie forestal, comunicaron datos de series cronológicas completas sobre la superficie forestal afectada por enfermedades en 2002-2020. Se disponía de informes más completos para este período en Europa, cuyos países y zonas informantes representaban el 88 % de la superficie forestal de la región, seguida de América del Norte y central (49 %) y Asia (39 %). La presentación de información fue escasa en las demás regiones.
El promedio de la superficie forestal afectada por enfermedades en los países y zonas informantes en el período 2002-2020 fue de 9,16 millones de ha, con un mínimo de 3,61 millones de ha en 2002 y un máximo de 15,8 millones de ha en 2019, esta última cifra debida principalmente a los datos comunicados por los Estados Unidos de América (Cuadro 84).
De las tres regiones con mayor disponibilidad de datos, América del Norte y central presentó la mayor variabilidad en la superficie afectada por enfermedades, con un mínimo de 2,04 millones de ha en 2020, un máximo de 13,0 millones de ha en 2019 y un promedio de 7,42 millones de ha.
Cuarenta y ocho países y zonas, que representaban el 33 % de la superficie forestal, comunicaron datos sobre la superficie forestal afectada por fenómenos meteorológicos extremos en 2020. La superficie total afectada fue de 3,49 millones de ha, lo que representaba el 0,3 % de la superficie forestal de los países y zonas informantes.
La información más completa de la superficie forestal perturbada por fenómenos meteorológicos extremos se recibió de Europa (97 % de la superficie forestal de la región), seguida de América del Norte y central (41 %). La presentación de información fue inferior al 10 % en las demás regiones.
De todas las regiones, América del Norte y central comunicó la mayor superficie forestal afectada por fenómenos meteorológicos extremos en 2020, con 2,52 millones de ha (el 0,8 % de la superficie forestal de los países y zonas informantes de la región), debido principalmente a los datos notificados por los Estados Unidos de América. La segunda mayor superficie se encontraba en Europa, con 925 000 ha (el 0,1 %) (Cuadro 85), debido sobre todo a los datos comunicados por Alemania y España. Alemania notificó que la superficie forestal afectada por fenómenos meteorológicos extremos podía estar subestimada porque una parte de los daños se había medido en metros cúbicos y no era posible convertirlos a la superficie correspondiente.
Treinta y cinco países y zonas, que representaban el 30 % de la superficie forestal mundial, comunicaron datos anuales sobre la superficie forestal afectada por fenómenos meteorológicos extremos en 2002-2020. El mayor número de informes se registró en Europa, donde los países y zonas informantes representaban el 88 % de la superficie forestal de la región, seguida de América del Norte y central (40 %). La presentación de información fue inferior al 10 % en las demás regiones.
La superficie forestal media afectada por fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo durante el período fue de 6,96 millones de ha, con un máximo de 9,24 millones de ha en 2019 y un mínimo de 1,94 millones de ha en 2020 (Cuadro 86).
La superficie afectada varió considerablemente a lo largo del tiempo. En Europa, el valor anual más alto fue de 1,49 millones de ha en 2005 y el más bajo, de 224 000 ha en 2004, con un promedio anual de 739 000 ha. El valor máximo en 2005 se debió principalmente a los datos comunicados por Italia y España. En América del Norte y central, la mayor superficie afectada por fenómenos meteorológicos extremos se registró en 2019, con 8,06 millones de ha, debido mayormente a los datos comunicados por los Estados Unidos de América.
El fuego se utiliza ampliamente en la gestión de la tierra, pero, cuando se descontrola, puede tener repercusiones negativas importantes en las personas, los ecosistemas y el clima (FAO, 2024a). La intensidad y frecuencia de los incendios forestales están aumentando, debido en gran medida al cambio climático y al cambio en el uso de la tierra, incluso en zonas que en general no se veían afectadas anteriormente (FAO, 2024b).
Para proporcionar una visión general mundial de la extensión y las tendencias de los incendios forestales, en el contexto de la FRA 2025 se recopiló información sobre las tierras y la superficie forestal que se vieron afectadas cada año por incendios en el período 2000-2023. No obstante, muchos países y zonas no pudieron proporcionar ningún dato relacionado con los incendios o proporcionaron series cronológicas incompletas en las que había datos disponibles para algunos años, pero no para otros. Además, los enfoques y sistemas nacionales para registrar la superficie afectada por incendios y elaborar informes al respecto varían ampliamente, complicando todavía más la recopilación de datos a escala mundial. Para la FRA 2025 se realizaron (y todavía se realizan) esfuerzos considerables por armonizar y mejorar los datos sobre los incendios forestales (Recuadro 5 y Recuadro 6).
En el marco de los informes presentados para la FRA sobre la superficie afectada por incendios, se pidió a los corresponsales nacionales y sus equipos que documentasen las fuentes de datos para cada año de presentación de informes y cada variable. Estas entradas de datos se utilizaron para llevar a cabo un análisis de metadatos, el cual indicó que la fuente de datos más habitual para elaborar informes sobre la superficie de tierras afectada era la teledetección, que representaba el 49 % de las entradas de datos. La siguiente fuente de datos más habitual era el uso de registros y estadísticas (45 %), en torno al 1 % de los datos se basaba en inventarios forestales nacionales, y el resto se fundamentaba en otras fuentes como, por ejemplo, estimaciones de expertos.
Las fuentes más comunes para la elaboración de informes sobre la superficie forestal afectada por incendios eran los registros y las estadísticas (53 % de las entradas de datos), seguidos de las estimaciones basadas en teledetección (40 %) y los inventarios forestales nacionales (5 %). Para el resto no se indicaron fuentes de datos específicas en relación con este parámetro.
En total, 134 países y zonas, que representaban en torno al 76 % de la superficie de tierras mundial, informaron sobre la superficie de tierras afectada por incendios y también sobre la superficie forestal afectada por incendios en todos los años de presentación de informes en el período 2007-2019. De todos esos países y zonas, los bosques representaban una media del 33 % del territorio total afectado por incendios.
En general, la información proporcionada por los países y zonas para la FRA 2025 no fue lo suficientemente exhaustiva como para generar estadísticas plenamente representativas sobre incendios a escala mundial. Hay numerosas razones para esto. Varios países y zonas de pequeño tamaño tienen un riesgo de incendio bajo o nulo debido a factores como el uso de la tierra, la demografía, los tipos de vegetación o el clima. Para esos países y zonas, el esfuerzo de recopilar datos y presentar informes sobre incendios puede resultar difícil de justificar. Otros países y zonas que no presentaron informes sobre incendios para la FRA 2025 son áridos o semiáridos, y los incendios pueden no ser habituales.
En reconocimiento de que no todos los países tienen acceso a datos nacionales sobre zonas afectadas por incendios, la FAO ha integrado un conjunto de instrumentos geoespaciales en la plataforma de la FRA. Estos instrumentos permiten a los países y zonas acceder y procesar conjuntos de datos mundiales actuales y futuros de acceso libre, incluso sobre la superficie afectada por incendios. Los datos sobre la superficie afectada por incendios también están disponibles como superficie quemada anual total y superficie forestal quemada a través del Portal de Estadísticas del Sistema Mundial de Información sobre Incendios Forestales* para el período 2002-2019.
Se precisan datos de series cronológicas más fiables sobre la superficie forestal quemada a fin de entender mejor las tendencias en las áreas silvestres y los incendios forestales. Los sistemas para realizar un seguimiento de la superficie afectada por incendios podrían constituir un punto de partida para realizar análisis más exhaustivos y permitir intersecciones apropiadas con otros conjuntos de datos como, por ejemplo, la cubierta forestal, dando lugar a una validación a nivel nacional en futuras FRA.
Para ayudar a armonizar y estandarizar la presentación de informes, la FAO está colaborando con asociados, entre ellos el Centro Común de Investigación, con el fin de generar datos mundiales más coherentes que permitan apoyar estrategias mundiales, regionales y nacionales sobre gestión integrada de incendios. Esta labor está siendo coordinada por el Centro mundial para el manejo del fuego (Recuadro 6).
Nota: * Sistema Mundial de Información sobre Incendios Forestales. 2025. Country profile. [Consultado el 4 de marzo de 2025]. https://gwis.jrc.ec.europa.eu/apps/country.profile/
En reconocimiento de la necesidad de un mayor apoyo colaborativo para los países en materia de gestión integrada de incendios, la FAO y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente pusieron en marcha el Centro mundial para el manejo del fuego en la octava Conferencia Internacional sobre Incendios Forestales, celebrada en mayo de 2023. El Centro reúne a asociados clave con el objetivo de fortalecer las capacidades de los países para aplicar una gestión integrada de incendios y, de ese modo, reducir los efectos negativos de los incendios forestales en las personas, los paisajes, la biodiversidad y la estabilidad climática mundial. La labor del Centro se basa en cinco pilares transversales: 1) intercambio de conocimientos y datos; 2) creación de capacidad; 3) comunidades resilientes a los incendios forestales; 4) reducción del riesgo de incendios y alerta temprana; y 5) elaboración y aplicación de políticas de gestión integrada de incendios.
La labor del Centro sobre el intercambio de conocimientos y datos incluye definir conceptos importantes en materia de incendios, producir publicaciones, proporcionar asesoramiento técnico sobre gestión integrada de incendios, celebrar talleres y actos, y permitir un acceso sencillo a conjuntos de datos y productos. El Centro reúne a la comunidad sobre teledetección, a proveedores y usuarios de datos y a investigadores con el objetivo de mejorar la colaboración mundial y mejorar y armonizar estadísticas y análisis fiables sobre incendios a escalas nacional, regional y mundial para elevar el perfil de la gestión integrada de incendios. Las principales esferas de atención son las siguientes:
Refinamiento de los datos mundiales y vinculación de estos con los datos nacionales y regionales y con conjuntos de datos más detallados. ¿Cómo se pueden integrar mejor los diferentes niveles de información para mejorar la precisión y la usabilidad?
Diferenciación de los datos sobre incendios forestales de los datos sobre incendios prescritos y culturales o tradicionales. ¿Qué metodologías o prácticas podrían ayudar a hacer estas distinciones de manera más eficaz?
Calidad y validación de los datos. ¿Cómo se puede asegurar la fiabilidad de los datos sobre incendios obtenidos mediante la observación de la Tierra dado el enorme número de conjuntos de datos disponibles?
Política y gobernanza. ¿Qué papel desempeña la observación de la Tierra en la formulación de políticas y marcos de gobernanza relacionados con los incendios? ¿Existen mecanismos claros para velar por que estos datos lleven a resultados factibles?
Para evitar que se malinterpreten las tendencias regionales y mundiales debido a estos factores, las estimaciones de la superficie afectada por incendios que se presentan aquí se limitan al período 2007-2019, empleando datos proporcionados por países y zonas que comunicaron series cronológicas completas sobre la tierra o el bosque afectados a lo largo de todo el período. Los datos correspondientes a Australia solo estaban disponibles para la superficie forestal afectada (y no para la superficie de tierras afectada) en 2007-2021. Teniendo esto en cuenta, en el análisis se utilizó la superficie forestal afectada de Australia como aproximación conservadora de su superficie afectada al estimar la superficie de tierras afectada por incendios en Oceanía.
Para la FRA 2025, se utilizaron datos de 152 países y zonas, que representaban cerca del 90 % de la superficie de tierras del planeta, para estimar la superficie de tierras afectada por los incendios en 2007-2019. De media, se vieron afectadas 261 millones de ha de tierra anualmente. La mayor superficie se registró en 2007, con 302 millones de ha, y la menor, en 2009, con 225 millones de ha (Figura 45). Casi dos tercios de la superficie de tierras afectada se encontraban en África.
Para la FRA 2025, 168 países y zonas, que representaban el 86 % de la superficie forestal mundial, comunicaron series cronológicas completas sobre la superficie forestal afectada por incendios en 2007-2019. A lo largo del período, una media de 127 millones de ha de bosque se vieron afectadas por incendios anualmente; la mayor superficie afectada se registró en 2015, con 149 millones de ha (Figura 46). La mayor parte (60 %) de la superficie forestal afectada se encontraba en África. En 2019, el 79 % de la superficie forestal afectada por incendios se encontraba en la región climática subtropical, el 8 % en la boreal, otro 8 % en la tropical y un 6 % en la templada.
Fuera del período 2007-2019, los datos proporcionados para la FRA 2025 indicaban que 2023 fue un año en el que se batieron récords en cuanto a superficie forestal afectada por incendios en el Canadá, con 14,6 millones de ha (lo que conllevó la evacuación de más de 232 000 personas [Jain et al., 2024]). En el mismo año, la superficie forestal afectada por incendios en Chile (288 000 ha) fue 10 veces mayor que la media a largo plazo (2000-2020); Jones et al. (2024) informaron de que 131 personas habían perdido la vida debido a estos incendios. Asimismo, Jones et al. (2024) indicaron que el mayor incendio forestal registrado en la Unión Europea se produjo (en Grecia) en 2023, y que también se habían producido incendios importantes en la Amazonía occidental y las zonas septentrionales de América del Sur. Según Kerber y Alkonis (2025), en 2023 se produjeron en Hawái incendios desastrosos que causaron 102 muertes.
La degradación forestal es una preocupación mundial que contribuye directamente al cambio climático y a la pérdida de biodiversidad y afecta a millones de personas cuyos medios de vida dependen de los bosques. Debido a la creciente atención centrada en este problema, cada vez es más frecuente referirse al término “degradación forestal” y términos similares en diálogos internacionales, especialmente en el contexto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
La degradación forestal se define de diversas maneras en la literatura científica y normativa, lo que refleja no solo las diferencias biofísicas entre los tipos de bosque, sino también las diferentes percepciones, objetivos y valores. Para aportar claridad a los debates sobre este tema y facilitar la futura elaboración de informes sobre degradación forestal, los órganos rectores de la FAO recomendaron que la Organización “liderara los debates con los Miembros y con otras organizaciones internacionales pertinentes, según correspondiera, para definir la ‘degradación de los bosques’ en el marco del proceso de la FRA”. En respuesta a esta recomendación, para la FRA 2025 se recopiló información sobre la degradación forestal en el marco del proceso de presentación de informes. Se pidió a los países y zonas que proporcionaran información sobre la existencia de definiciones nacionales y sus características, la existencia de sistemas de seguimiento y métodos utilizados, así como la superficie estimada de bosque degradado.
Se obtuvo información sobre la disponibilidad de definiciones nacionales de degradación forestal de 214 países y zonas, que representaban más del 99 % de la superficie forestal mundial. Cincuenta y nueve países y zonas, que representaban en torno al 37 % de la superficie forestal mundial, comunicaron que tenían definiciones nacionales de degradación forestal. La región con la mayor proporción de países y zonas con definiciones nacionales oficiales es África (41 % de los países y zonas), seguida de América del Sur (29 %) y Asia (27 %) (Cuadro 87). Otros 17 países y zonas indicaron que, a pesar de no disponer de definiciones nacionales oficiales de degradación forestal en sus jurisdicciones, habían adoptado definiciones existentes de otras fuentes (15 países y zonas) o habían elaborado conjuntos de criterios operacionales (dos países y zonas) con fines de seguimiento.
Las definiciones comunicadas por los países y zonas proporcionan información útil sobre la variedad de criterios utilizados para definir la degradación forestal. El análisis de las definiciones textuales permitió clasificar las definiciones en dos grupos principales: uno que describía la degradación enumerando el tipo de perturbaciones forestales que la causaban (por ejemplo, bosques afectados por la extracción ilegal de madera, incendios frecuentes o prácticas de gestión insostenibles) y un segundo grupo (más amplio) que describía la degradación enumerando las repercusiones de dichas perturbaciones como, por ejemplo, cambios en la estructura del bosque, reducción del suministro de bienes y servicios forestales, o pérdida de biodiversidad.
La lista de criterios empleados en las definiciones nacionales se recopiló de manera sistemática utilizando un cuestionario con preguntas cerradas. El criterio más común es el “cambio en la estructura del bosque o disminución de la cubierta forestal”, que se encuentra en el 68 % de las 74 definiciones presentadas (59 definiciones oficiales y 15 definiciones operativas), seguido de la “pérdida de biomasa, carbono y existencias en formación” (45 %) y la “pérdida de productividad y bienes forestales” (35 %) (Figura 47). Cerca del 60 % de las definiciones incluían más de un criterio.
En torno a tres cuartas partes de los países y zonas (57 de 76) que presentaron definiciones de degradación forestal o conjuntos de criterios para evaluar la degradación forestal indicaron que habían intentado realizar un seguimiento de su extensión. Los métodos de seguimiento más comunes son la evaluación y cartografía basadas en teledetección, utilizadas por el 77 % de esos países y zonas, seguidas de inventarios y observaciones sobre el terreno (cerca del 60 %) (Figura 48) (más del 50 % de los países y zonas aplicaban una combinación de métodos de seguimiento).
Los datos recopilados orientarán al grupo de acción dirigido por la FAO —que comprende a los Miembros de la FAO, la FAO y otras entidades internacionales, así como a otros expertos— en el establecimiento de una definición internacional de degradación forestal para futuros ciclos de la FRA.