A. Metodología de las previsiones a muy corto plazo relativas a la prevalencia de la subalimentación en 2020 y 2021
Al igual que en ediciones anteriores de este informe, debido a la falta de información detallada sobre los valores más recientes de cada uno de los factores que sirven para calcular la prevalencia de la subalimentación y el número de personas subalimentadas (véase el Anexo 1B), las estimaciones relativas al último año se basan en previsiones a muy corto plazo, es decir, son predicciones del pasado muy reciente.
Como ya se ha señalado, el pasado año 2020 fue un año sin parangón en muchos aspectos debido a la pandemia de la enfermedad por el coronavirus (COVID-19), que impuso restricciones sin precedentes al empleo y a la circulación de las personas. Esto obligó a tomar en consideración algunos aspectos particulares a la hora de prever a muy corto plazo los valores de la prevalencia de la subalimentación, en particular por lo que respecta a la estimación de la variación probable en el coeficiente de variación (CV) y a la modelización de la forma en que la desigualdad en el acceso a los alimentos incide en las tasas de subalimentación. Ambos aspectos requieren especial atención.
Ahora queda claro que la pandemia de la COVID-19 ha tenido repercusiones en la capacidad de las personas para acceder a los alimentos que se han prolongado hasta 2021, razón por la cual se aplica el tratamiento especial para prever a muy corto plazo el CV a la previsión a muy corto plazo de los valores relativos tanto a 2020 como a 2021.
Variación estimada en la inseguridad alimentaria grave (FIsev) de 2019 a 2021
Si bien fue posible hacer una previsión a muy corto plazo de los valores del consumo de energía alimentaria (CEA) en 2020 y 2021 mediante el enfoque tradicional basado en los datos facilitados por la Dirección de Mercados y Comercio de la FAO, que sirven de base a las Perspectivas agrícolas de la FAO, para hacer ese tipo de previsión para el CV fue necesario, sin embargo, modificar el enfoque tradicional. Normalmente, las variaciones en el CV|y –el componente del CV asociado a las diferencias en las condiciones económicas de los hogares– derivan de diferencias en los promedios trienales de la prevalencia de la inseguridad alimentaria grave según la FIES (FIsev) que no son atribuibles a cambios en el suministro de alimentos. La utilización del promedio trienal responde a la necesidad de controlar el posible exceso de variabilidad del muestreo en las estimaciones nacionales de la FIsev (que, para la mayoría de los países, se basan en muestras relativamente pequeñas de datos de la FIES) y es coherente con el supuesto de que el CV|y presenta una tendencia relativamente estable. Sin embargo, dado el carácter excepcional de 2020 y 2021, resulta difícil mantener este último supuesto. Debido a ello, se usaron las variaciones entre la media del período 2017-19 y los valores anuales de la FIsev de 2020 para prever a muy corto plazo los valores del CV|y de 2020, y las variaciones entre los valores anuales de la FIsev de 2020 y 2021, para prever a muy corto plazo los valores del CV|y en 2021.
Ajustes en la proporción de la variación de la FIsev atribuible al CV|y
Otro parámetro que era necesario considerar el año pasado para efectuar la previsión a muy corto plazo del valor de la prevalencia de la subalimentación en 2020 era el porcentaje de variación de la FIsev (empleado como variable representativa de la variación prevista de la prevalencia de la subalimentación) atribuido al CV|y. Normalmente, se asume que es igual a un tercio, partiendo de un análisis econométrico de los anteriores valores de la prevalencia de la subalimentación, el CEA y el CV|y. El carácter singular de 2020 (y ahora 2021) pone en cuestión esta regularidad. Dado que ni en 2020 ni en 2021 se recopilaron datos mediante encuestas nacionales sobre el consumo y el gasto en los hogares, se sigue sin contar con una base empírica para determinar el modo adecuado de modificar dicho parámetro. La solución adoptada el año pasado fue llevar a cabo un análisis de sensibilidad modificando el porcentaje de variación en la FIsev atribuido al CV|y de un mínimo de un tercio a un máximo de uno. Este año se ha aplicado el mismo enfoque. El resultado es un intervalo de posibles valores del CV|y, por tanto, de la prevalencia de la subalimentación, en 2020 y en 2021. Para más detalles, en el Cuadro A2.1 se recogen los límites inferior y superior de la prevalencia de la subalimentación en 2020 y 2021 a escala mundial, regional y subregional.
Cuadro A2.1Rangos de las previsiones a muy corto plazo de la prevalencia de la subalimentación y el número de personas subalimentadas en 2020 y 2021
B. Metodología relativa a las proyecciones de la prevalencia de la subalimentación para 2030
Las proyecciones de los valores de la prevalencia de la subalimentación para 2030 se han obtenido proyectando las tres variables fundamentales de la fórmula de la prevalencia de la subalimentación —CEA, CV y necesidades mínimas de energía alimentaria (NMEA)— por separado, según los diferentes datos aportados y en función del escenario considerado.
La principal fuente de datos son los resultados obtenidos por el MIRAGRODEP, que proporciona series de valores previstos a escala nacional, para:
- el producto interno bruto (PIB) real per cápita (GDP_Vol_pc);
- el coeficiente de Gini para los ingresos (gini_income);
- un índice de los precios reales de los alimentos (Prices_Real_Food);
- el índice de la pobreza extrema basado en el recuento, es decir, el porcentaje de la población con unos ingresos reales inferiores a 1,9 USD al día) (x190_ALL);
- el consumo diario de alimentos per cápita (DES_Kcal).
El MIRAGRODEP se calibró para la situación previa a la COVID-19 de la economía mundial en 2018 y se utilizó para generar previsiones de fundamentos macroeconómicos para el período 2019-2030 con arreglo a dos escenarios: un escenario de referencia, que pretendía captar las repercusiones de la COVID-19 a la luz de la última actualización disponible del documento Perspectivas de la economía mundial409 del Fondo Monetario Internacional (FMI), publicado en abril de 2022, y un escenario que no preveía la COVID-19, basada en la edición de ese mismo documento correspondiente a octubre de 2019, la última antes de la pandemia. Pueden consultarse una descripción más detallada del MIRAGRODEP, así como los supuestos utilizados para formular el escenario de referencia y el escenario que no considera la COVID-19, en Laborde y Torero (en prensa)410.
Además, se utilizaron las proyecciones correspondientes a la variante mediana de la población total (de ambos sexos), su composición por sexo y edad y la tasa bruta de natalidad según la revisión de 2019 de la publicación World Population Prospects (Perspectivas de la población mundial)398.
Proyecciones del consumo de energía alimentaria
La serie del consumo de energía alimentaria (CEA [DEC en la fórmula, por sus siglas en inglés]) se proyecta mediante la siguiente fórmula:
con T = 2021 para el escenario de referencia y T = 2019 para el escenario sin la COVID-19.
Dicho de otro modo, se toma la serie modelo prevista de DES_Kcal y se ajusta su nivel de manera que el valor del año T coincida con el valor real. (Esto es necesario ya que el MIRAGRODEP se ha calibrado con una antigua serie de hojas de balance de alimentos).
Proyecciones de las necesidades mínimas de energía alimentaria
Las proyecciones de las necesidades mínimas de energía alimentaria (NMEA) se calculan simplemente a partir de los datos sobre la composición de la población por sexo y edad según las proyecciones de la publicación World Population Prospects398 de 2019 (variante media).
Proyecciones del coeficiente de variación
Como es habitual, el coeficiente de variación (CV) total se calcula con la siguiente formula: donde los dos componentes corresponden a la variabilidad debida a las diferencias entre hogares en función de su nivel de ingresos y a la variabilidad entre individuos en función de las diferencias de sexo, edad, masa corporal y nivel de actividad física.
El CV|r (coeficiente de variación debido a las necesidades de energía) se calcula simplemente a partir de los datos previstos sobre la población procedentes de la publicación World Population Prospects (de forma similar a lo que se hace para las NMEA), mientras que el CV|y se calcula utilizando una combinación lineal de variables macroeconómicas y demográficas pertinentes, basada en los coeficientes estimados obtenidos de una regresión múltiple del CV|y histórico, e introduciendo las proyecciones del MIRAGRODEP y la publicación World Population Prospects.
Para estimar los coeficientes utilizados en la fórmula anterior, se han considerado modelos alternativos, que se resumen en el Cuadro A2.2 y arrojaron predicciones muy similares.
Cuadro A2.2Coeficientes de regresión a partir de tres modelos estimados sobre valores históricos del CV|y (2000-2019)
La serie de valores de CV|y previstos por la fórmula para cada país por separado en los años T + 1 hasta 2030 se calibra después con el valor del año T, de forma similar a lo que se hace para el CEA:
con T = 2021 para el escenario de referencia y T = 2019 para el escenario sin la COVID-19.
C. Metodología para el análisis de la desigualdad en los resultados nutricionales
En la Sección 2.2 se llevó a cabo un análisis de la desigualdad en función de la residencia urbana o rural, la riqueza de los hogares, el nivel de educación y el género aplicados a seis indicadores nutricionales mediante equigramas. Este tipo de gráfico muestra la prevalencia media de las subpoblaciones en cada categoría de la respectiva dimensión de la desigualdad (por ejemplo, rural y urbana en el tipo de residencia, por quintiles de riqueza, etc.). Los equigramas permiten realizar una interpretación visual de los niveles de prevalencia y la distancia entre los grupos, que representa la desigualdad absoluta. El análisis se llevó a cabo en todas las regiones sobre la base de los datos disponibles para los países en cada región. Se aplicó un análisis no ponderado usando los últimos datos disponibles procedentes de encuestas nacionales realizadas entre 2015 y 2021. La lista de países que contribuyeron a cada región figura en el Cuadro A2.3; las fuentes de los datos se incluyen en las notas de los cuadros.
Cuadro A2.3Países con datos sobre resultados nutricionales procedentes de encuestas nacionales realizadas entre 2015 y 2021 que contribuyeron al análisis de la desigualdad
D. Metodología de evaluación de los progresos en relación con las metas regionales y mundiales en materia de nutrición
Estas notas metodológicas corresponden a los resultados presentados en la Figura 15 de la Sección 2.2 del informe, en la que se ilustra la proporción de países con una relación de progresos en las diversas categorías, esto es, la proporción del número de países con datos disponibles en cada categoría.
Se evaluaron los progresos desde 2012, el año de referencia, en comparación con las metas de nutrición para 2030 establecidas por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS)26 empleando una versión adaptada de las normas elaboradas por el Grupo asesor de expertos técnicos sobre vigilancia de la nutrición establecido por la OMS y el UNICEF411.
El progreso de los países se evaluó basándose en la relación entre el progreso logrado (reducción relativa) y la reducción objetivo a fin de alcanzar las metas para 2030. Esto es, la proporción de progresos logrados hasta el momento se obtiene aplicando la siguiente fórmula:
donde Curr_AARRaw es la tasa de reducción anual media (TRMA) basada en los últimos añosax y Req_AARR es la TRMA necesariaay para alcanzar el objetivo del país si adopta la meta mundial para 2030. Nótese que se realizaron progresos en relación con la meta de la lactancia materna exclusiva teniendo en cuenta la reducción de la tasa de lactancia materna no exclusiva, es decir, 100 menos la tasa de lactancia materna exclusiva.
Las relaciones de progreso de los países representan la cantidad de progresos realizados hasta el año más reciente para el que existen datos disponibles (en términos de reducción), en comparación el total necesario para alcanzar la meta. Por ejemplo, si un país ha reducido el número de niños con retraso del crecimiento un 30% para 2020 (el último año con datos disponibles), al compararlo con la meta de una reducción del 50% para 2030, tendrá una relación 30/50 o del 60%. Esto significa que el país ha logrado el 60% de los progresos necesarios para alcanzar la meta entre el año de referencia (2012) y 2020, aunque todavía tendría que lograr un 40% de los progresos necesarios en los últimos 10 años antes de 2030.
Para resumir los progresos de cada región, las relaciones de progresos de los países se clasificaron en cinco categorías:
- empeorando (cualquier progreso negativo, es decir, en la dirección incorrecta);
- relación de progresos comprendida entre el 0% y el 24,9%;
- entre el 25% y el 49,9%;
- entre el 50% y el 74,9%;
- mayor del 75%.
Téngase en cuenta que, para cada indicador distinto de la lactancia materna exclusiva, cuando la prevalencia más reciente se situaba por debajo del 3%, el valor de la relación se establecía en el 100% para indicar que ya se había logrado la meta, incluso aunque se registrara un empeoramiento. En el caso de la lactancia materna exclusiva, la relación de valores se establecía en el 100% cuando la última prevalencia registrada era del 70% o mayor. En lo que respecta a la emaciación y la lactancia materna exclusiva, solo se incluye una evaluación de los progresos en aquellos países o territorios donde la encuesta más reciente se realizó en 2015 o con posterioridad a esta fecha. También resulta importante señalar, al interpretar los progresos logrados, que las relaciones de progresos se basan en funciones exponenciales, en contraste con el cambio lineal a lo largo del tiempo, tal como indica la ecuación que figura más arriba.
E. Metodología relativa al costo y la asequibilidad de una dieta saludable
La FAO continúa realizando un seguimiento sistemático de estos nuevos indicadores e informando sobre ellos cada año en este informe. Las estimaciones están actualizadas para el año 2020 (véanse las secciones que siguen, es decir, Actualización del costo de una dieta saludable y Actualización de la asequibilidad de una dieta saludable). Asimismo, se llevarán a cabo revisiones periódicas de toda la serie de datos para ajustar y mejorar la precisión de las estimaciones a medida que se disponga de nuevos datos y avancen las metodologías. La revisión del costo y la asequibilidad de una dieta saludable este año tiene en cuenta las nuevas distribuciones de los ingresos, una media revisada de los ingresos que pueden reservarse de manera plausible a la adquisición de alimentos, y un perfeccionamiento metodológico para estimar el costo de la dieta que es más sólido, proporciona una mayor transparencia y respalda el seguimiento a largo plazo empleando datos de precios notificados anualmente. En el Recuadro 6 de la Sección 2.3, se ofrece un breve resumen de estas revisiones e implicaciones (para obtener una descripción completa de las fuentes de datos y la metodología, véase Herforth et al. [en prensa]54).
El costo de una dieta saludable
Una dieta saludable no solo aporta las calorías adecuadas, sino también niveles suficientes de todos los nutrientes esenciales y de los grupos de alimentos necesarios para llevar una vida activa y sana (véase la Sección 2.1). El costo de una dieta saludable se define como el costo de los alimentos disponibles a nivel local menos costosos que permiten satisfacer las necesidades de energía y las recomendaciones de las guías alimentarias basadas en alimentos de una persona representativa en el marco de un balance de energía situado en 2 330 kcal/día. En las guías alimentarias analizadas, se indican expresamente las cantidades de alimentos recomendadas de cada grupo de alimentos y se ofrece una representación regional amplia. Aunque no se selecciona en función del contenido de nutrientes, sino según las guías alimentarias basadas en alimentos, esta dieta cubre, por término medio, cerca del 95% de las necesidades de nutrientes, por lo que casi siempre puede considerarse adecuada en cuanto a nutrientes.
Los datos sobre la disponibilidad y los precios de los productos de cada grupo de alimentos necesarios en una dieta saludable provienen del Programa de Comparación Internacional (PCI) en calidad de promedios nacionales para 2017. Las definiciones de los productos están estandarizadas internacionalmente, de manera que es posible efectuar la clasificación por grupos de alimentos y el cálculo de los costos mínimos para cumplir los requisitos de las guías alimentarias basadas en alimentos en cada país, lo que supone un promedio entre los mercados y a lo largo del año412. Para obtener una descripción detallada de las dietas saludables y la correspondiente metodología, consúltese el documento de antecedentes sobre métodos del presente informe54.
Asequibilidad de una dieta saludable
En el presente informe, para determinar la asequibilidad de una dieta saludable, se compara su costo con las distribuciones de ingresos específicas de cada país según la Plataforma de Pobreza y Desigualdad (PIP) del Banco Mundial51. Las medidas de asequibilidad resultantes incluyen el porcentaje y el número de personas que no pudieron permitirse una dieta saludable en un país determinado en 2020. Una dieta saludable se considera inasequible cuando su costo supera el 52% de los ingresos en un país. Este porcentaje representa la parte de los ingresos que puede reservarse de manera plausible a la adquisición de alimentos, basada en observaciones que apuntan a que la población de los países de ingresos bajos destina, de media, un 52% de sus ingresos a la adquisición de alimentos, según se deriva de los datos sobre gastos de los hogares de las cuentas nacionales del PCI de 2017.
Partiendo de este umbral y comparando el costo de la dieta con las distribuciones de ingresos de los países, se obtiene el porcentaje de personas para el que la dieta resulta inasequible. A continuación, estas proporciones se multiplican por la población de cada país en 2020 según los indicadores del desarrollo mundial del Banco Mundial para obtener el número de personas que no pueden permitirse una dieta saludable en un país determinado. Para consultar una descripción detallada de los indicadores de asequibilidad y la metodología conexa, véase el Anexo 3 de lercenta FAO, FIDA, OMS, PMA y UNICEF (2020)3.
Actualización del costo de una dieta saludable
El PCI, como parte de los esfuerzos generales del programa por calcular los tipos de cambio con paridad del poder adquisitivo (PPA) en todos los países del mundo, es actualmente la única fuente de datos sobre el precio de los alimentos al por menor para los productos estandarizados a nivel internacional. Sin embargo, estos datos solo están disponibles cada tres a cinco años, lo que no permite realizar un seguimiento mundial anual de los costos de la dieta para orientar los programas y las políticas. A falta de datos actualizados sobre los precios de los alimentos, en este informe el método de actualización del indicador de los costos entre los años de publicación de los datos del PCI se basa en los índices de precios al consumidor (IPC) publicados por la FAO. Mediante este conjunto de datos puede hacerse un seguimiento de la variación de los IPC mensuales generales y de los alimentos a nivel nacional tomando como año de referencia 2015. Los IPC anuales se calculan como promedios simples de los 12 IPC mensuales de un año. En particular, los datos de los IPC de los alimentos y las bebidas no alcohólicas sirven como base para actualizar el costo de las dietas saludables en 2020 para todos los países excepto Bermudas, Guyana y la República Centroafricana, para los que se utiliza el IPC general. En el caso de Bermudas, los datos proceden del sitio web del Gobierno413. El costo de una dieta saludable se estima multiplicando el costo real de cada país (LCU en la fórmula, por sus siglas en inglés) correspondiente a 2017, expresado en unidades monetarias locales, por la relación del IPC (CPI en la fórmula, por sus siglas en inglés):
El costo de una dieta saludable se actualiza primero en unidades monetarias locales y, a continuación, se convierte en dólares internacionales utilizando la PPA de (PPP en la fórmula, por sus siglas en inglés) los indicadores del desarrollo mundial para los factores de conversión del consumo privado, a fin de comparar el costo entre países y entidades políticas. Para obtener una descripción detallada de la metodología, véase Bai et al. (en prensa)414.
El costo de una dieta saludable se calculó para 169 países en 2017 y se actualizó para el período 2018-2020 para todos los países excepto Anguila, Montserrat y la Provincia china de Taiwán, que no disponían de información ni sobre los IPC ni sobre la PPA. De los 166 países restantes, 22 no contaban con datos sobre la PPA para ningún año entre 2018 y 2020az, y un país carecía de datos sobre los IPC (las Islas Turcas y Caicos). En los 22 países, se aplicaron extrapolaciones de la PPA empleando un modelo de promedio móvil integrado y autorregresivo con una variable explicativa externa (ARIMAX). En consonancia con la metodología de los indicadores del desarrollo mundial del Banco Mundial para las extrapolaciones de la PPA, la relación entre el IPC general de un país y el IPC del país de referencia (en este caso, los Estados Unidos de América) se incluye en la especificación del modelo como principal indicador para predecir los valores de la PPA. Además, también se añaden el PIB per cápita y el gasto de consumo doméstico per cápita como covariables externas, y la metodología de alisado Holt-Winters se aplica a ambas series para rellenar los huecos, si fuera necesario. El enfoque ARIMAX permite estimar, para cada país, varias especificaciones de modelos que incluyen un componente autorregresivo, un componente de integración, un promedio móvil y una combinación de los tres. Se selecciona la mejor especificación cuando al menos el coeficiente estimado de la relación del IPC es significativo desde el punto de vista estadístico, seguida de la significación estadística de los parámetros ARIMAX. Para los países que presentan una serie de la PPA anormal a lo largo del tiempo, se considera que la relación del IPC es el único coeficiente estadísticamente significativo que afecta a la variabilidad de los valores de la PPA. Por el contrario, para los países con una serie de la PPA menos volátil, la tendencia histórica de la PPA también desempeña una función en la predicción de los valores de la PPA, así como las estimaciones del coeficiente del PIB per cápita o el gasto per cápita. El modelo ARIMAX calcula los valores previstos en la especificación seleccionada más adecuada para cada país.
En el caso del país sin información sobre los IPC (las Islas Turcas y Caicos), las extrapolaciones de los costos se aplicaron empleando el costo de la dieta promedio en las subregiones del país:
Costo imputado de la dieta en 2018 = (costo de la dieta en 2017 / costo medio de la dietas en 2017) × costo medio de la dieta en 2018s
Costo imputado de la dieta en 2019 = (costo imputado de la dieta en 2018 / costo medio de la dieta en 2018s) × costo medio de la dietas en 2019
Costo imputado de la dieta en 2020 = (costo imputado de la dieta en 2019 / costo medio de la dieta en 2019s) × costo medio de la dietas en 2020
Los promedios de los costos subregionales en 2017, 2018 y 2019 fueron extrapolados excepto para las Islas Turcas y Caicos.
Una limitación de este método, empleado para actualizar el costo de las dietas saludables entre 2018 y 2020, es que las variaciones en el costo dependen de los IPC (de los alimentos) y no reflejan las variaciones de los precios de los alimentos correspondientes a cada producto, así como tampoco los cambios diferenciales en los precios de los distintos grupos de alimentos, debido a la falta de datos nuevos sobre los precios de los distintos productos alimentarios más nutritivos. La FAO está estudiando cómo ampliar la notificación de los precios de los productos para permitir un seguimiento más frecuente y sólido del costo de una dieta saludable.
Actualización de la asequibilidad de una dieta saludable
En este informe se ha actualizado la asequibilidad para los años comprendidos entre 2018 y 2020. Gracias a las constantes actualizaciones basadas en las sucesivas encuestas nacionales y extrapolaciones de datos, las distribuciones de ingresos para los años de referencia 2017, 2018 y 2019 están ahora disponibles y actualizadas en la base de datos de la PIP51 para todos los países. Las distribuciones de los ingresos en el año 2020 no estaban disponibles en el momento en que se redactó el presente informe. Por ello, el porcentaje de personas que no podía permitirse una dieta saludable en 2020 se calculó utilizando el costo de la dieta inflado por el IPC descrito anteriormente, así como las distribuciones de ingresos de 2019 correspondientes disponibles en la PIP51. Estas proporciones se multiplicaron por la población de cada país en 2020 a partir de los indicadores del desarrollo mundial del Banco Mundial para obtener el número de personas que no podían permitirse una dieta saludable ese año.
Las distribuciones de ingresos de la PIP51 no están disponibles para todos los países. Por tanto, de los 169 países con información sobre costos en 2017, se calcularon indicadores de la asequibilidad para 143 países. Estos datos se actualizaron para todos los países para los años comprendidos entre 2018 y 2020, excepto para la Provincia china de Taiwán. En el caso de este país, la falta de disponibilidad de un IPC de los alimentos no permitió calcular el costo ni, por tanto, la asequibilidad.
Las últimas estimaciones de los indicadores de la asequibilidad se realizaron el 24 de mayo de 2022. Debido a que se están realizando actualizaciones continuas de las distribuciones de ingresos en la base de datos de la PIP, las estimaciones de la asequibilidad posteriores a esa fecha pueden cambiar ligeramente.