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El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022

Capítulo 2 La seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo

2.2 El estado de la nutrición: progresos en relación con las metas mundiales de nutrición

MENSAJES PRINCIPALES
  • Se calcula que en 2020, en todo el mundo había unos 149 millones de niños menores de cinco años de edad (un 22%) que padecían retraso del crecimiento, 45 millones (un 6,7%) que sufrían de emaciación y 39 millones (un 5,7%) que tenían sobrepeso. Se realizaron progresos en relación con las metas para 2030 sobre el retraso del crecimiento, mientras que el sobrepeso infantil empeoró.
  • Los niños que padecían retraso del crecimiento tenían mayor probabilidad de vivir en países de ingresos bajos o medianos bajos (89% de la carga mundial en 2020), encontrarse en zonas rurales y tener madres que no habían recibido educación formal. Casi el 30% de los países que representan a cada una de las regiones de África septentrional, Oceanía y el Caribe registran un aumento de la prevalencia del retraso del crecimiento, por lo que no avanzan en el cumplimiento de la meta de reducir un 50% para 2030 el número de niños con retraso del crecimiento.
  • Los niños que padecían emaciación tenían mayor probabilidad de vivir en países de ingresos bajos o medianos bajos (93% de la carga mundial) y encontrarse en hogares más pobres. Los niveles de emaciación siguen por encima de la meta de menos del 3% para 2030 fijada en numerosos países, especialmente en países de Asia meridional y sudoriental.
  • Los niños con sobrepeso tenían mayor probabilidad de vivir en países de ingresos medianos bajos o medianos altos (77% de la carga mundial en 2020), encontrarse en hogares más ricos y tener madres cuyo nivel de estudios fuera como mínimo de educación secundaria. Por lo que se refiere a los avances hacia el cumplimiento de la meta de menos del 3% para 2030, más de la mitad de los países analizados en África occidental y Asia meridional ha registrado un avance de por lo menos el 75%, mientras que la prevalencia del sobrepeso aumenta en la mayoría de los países analizados de África austral, Oceanía, Asia sudoriental, América del Sur y el Caribe.
  • A escala mundial, el bajo peso al nacer disminuyó del 17,5% en 2000 al 14,6% en 2015, y se registraron progresos en la mayoría de las regiones. Sin embargo, la falta de datos plantea dificultades para el seguimiento mundial de este indicador, pues en todo el mundo no se pesa inmediatamente después del parto a casi uno de cada tres recién nacidos.
  • Se han logrado progresos constantes en relación con la lactancia materna exclusiva, dado que el 43.8% de los lactantes menores de seis meses de edad de todo el mundo fueron alimentados exclusivamente con leche materna en 2020, un incremento en comparación con el 37,1% registrado en 2012. Los lactantes alimentados exclusivamente con leche materna tienen mayor probabilidad de encontrarse en países de ingresos bajos o medianos bajos (84% de la cifra mundial de lactantes alimentados exclusivamente con leche materna en 2020), en zonas rurales, en hogares más pobres, tener madres que no habían recibido educación formal y ser de sexo femenino. La mayoría de las regiones ha registrado del 25% al 50% de los progresos necesarios para cumplir la meta mínima del 70% de lactancia materna exclusiva para 2030.
  • A escala mundial, en 2019 casi una de cada tres mujeres de entre 15 y 49 años (29,9%) sufría anemia, proporción estancada, por no decir algo invertida, desde 2012 (28,5%). Ello se traduce a escala mundial en una cifra de 571 millones de mujeres anémicas que tenían mayores probabilidades de residir en entornos rurales y en hogares más pobres y de no haber recibido educación formal. Los progresos hacia la meta de reducción de la anemia en un 30% para 2030 están empeorando en la gran mayoría de los países de casi todas las regiones, especialmente en América septentrional, Europa, Australia y Nueva Zelandia, Oceanía y Asia sudoriental.
  • La obesidad en adultos está aumentando en todas las regiones y ha aumentado a nivel mundial del 11,8% en 2012 al 13,1% en 2016, el último año del que se dispone de datos. Los adultos que padecen obesidad tienen mayor probabilidad de encontrarse en países de ingresos medianos altos o altos (73% de la carga mundial en 2016), y la prevalencia es mayor entre las mujeres. Las mujeres con obesidad tienen mayor probabilidad de encontrarse en zonas urbanas y hogares más ricos. Se precisan esfuerzos más eficientes para invertir esta tendencia.
  • La persistencia de la pandemia de la COVID-19 y otras emergencias, como la guerra en Ucrania, podrían poner en peligro los progresos en la eliminación de todas las formas de malnutrición. Es posible que siga aumentando el número de personas malnutridas, especialmente de mujeres y niños, y que ello impida avanzar en la consecución de las metas mundiales para 2030 en materia de nutrición, lo cual exige esfuerzos concertados por mitigar los efectos en la malnutrición.

La nutrición es un componente central de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En el presente informe se evalúan los niveles mundiales y regionales y las tendencias de las siete metas mundiales de nutrición, que incluyen las seis metas de nutrición aprobadas por la WHA en 2012 para su logro en 2025, para las cuales la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) propusieron posteriormente prórrogas hasta 203022. Cuatro de los seis indicadores también se seleccionaron para vigilar los avances en el cumplimiento de la meta 2.2 de los ODS, relativa al retraso del crecimiento, la emaciación y el sobrepeso entre los niños menores de cinco años de edad y a la anemia en mujeres de entre 15 y 49 años de edad23. La séptima meta consiste en detener el aumento de la obesidad en adultos, algo que forma parte del Plan de acción mundial para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles aprobado por la WHA en 201324.

La presente edición plantea innovaciones respecto de anteriores informes al presentar una caracterización más detallada de los grupos de población más afectados por la malnutrición. La carga mundial de la malnutrición se desglosa por grupo de ingresos según el Banco Mundial. Además, mediante el análisis de la desigualdad se examinan las disparidades en función de la residencia en un entorno urbano o rural, la riqueza del hogar, la educación de las madres y las mujeres y el género. De este modo, el presente informe pone de manifiesto las desigualdades que existen entre países y grupos sociodemográficos y dentro de cada país o grupo. Mediante estos análisis y desgloses se pretende aclarar la pregunta: ¿qué grupos de población se ven más afectados por la malnutrición? Se trata de un aspecto esencial para fundamentar la focalización de las intervenciones centradas en las desigualdades que parecen persistir frente a políticas y programas que resultan ineficaces o insuficientes para hacer frente al problema.

Los progresos en el cumplimiento de las metas para 2030 se presentarán a partir del examen del resumen de los progresos realizados por países o territorios, denominados en adelante “países”, de los que se dispone de estimaciones dentro de las regiones y subregiones hasta el último año.

Las estimaciones de la prevalencia y las cifras absolutas correspondientes a los siete indicadores de nutrición que se presentan a continuación no dan cuenta por completo de las repercusiones de la pandemia de la COVID-19 a causa de dificultades en la actualización de los indicadores de nutrición. Estas estimaciones se basan principalmente en datos recopilados antes de 2020, pues la recopilación de datos relativos a la altura y el peso de los niños en el ámbito de los hogares se vio limitada no solo en 2020, sino también en 2021, por las restricciones a la circulación y el distanciamiento físico que se impusieron para contener la propagación de la pandemia. Incluso cuando se recopilaron datos sobre la nutrición en este período, no fue posible evaluar la totalidad de las repercusiones en relación con varios resultados. Por el mismo motivo, desde la última edición del informe no se han actualizado las estimaciones del retraso del crecimiento, la emaciación y el sobrepeso infantiles, así como las de la anemia en mujeres de entre 15 y 49 años de edad, pues los datos disponibles en relación con este período no ofrecen suficiente cobertura regional y mundial, con lo cual los resultados serían engañosos. Se actualizaron únicamente las estimaciones correspondientes a la lactancia materna exclusiva. Sin embargo, datos recientes de 32 encuestas nacionales sobre el estado de nutrición llevadas a cabo desde 2019, entre ellas 16 efectuadas entre 2020 y 2021, quedan reflejados en el análisis descriptivo de la repercusión de las desigualdades respecto a la malnutrición que se ofrece más adelante en la presente sección en relación con la residencia en un entorno urbano o rural, la riqueza del hogar, la educación de la madre y el género.

Tendencias mundiales

Las tendencias de la prevalencia y las cifras absolutas correspondientes a los siete indicadores de nutrición se resumen en la Figura 11. La última estimación sobre el bajo peso al nacer reveló que el 14,6% de los recién nacidos (20,5 millones) nació con bajo peso (menos de 2 500 g) en 2015, leve descenso respecto del 17,5% (22,9 millones) registrado en el año 2000. Los lactantes que nacen con un peso inferior a 2 500 g tienen 20 veces más probabilidades de fallecer que aquellos que nacen con un peso adecuado25, y los que sobreviven padecen consecuencias a largo plazo, en particular un mayor riesgo de retraso del crecimiento, un menor coeficiente intelectual y mayores probabilidades de padecer obesidad y diabetes en la edad adulta26. En fechas posteriores del año en curso (2022) se presentarán estimaciones actualizadas del bajo peso al nacer.

Figura 11Las tendencias mundiales de la prevalencia y las cifras absolutas indican un aumento del sobrepeso en los niños menores de cinco años de edad, de la anemia en las mujeres de entre 15 y 49 años y de la obesidad en adultos, mientras que los datos sobre el bajo peso al nacer, el retraso del crecimiento en niños menores de cinco años de edad y la lactancia materna exclusiva han mejorado constantemente desde 2000

FUENTES: Los datos relativos al retraso del crecimiento, la emaciación y el sobrepeso se basan en: UNICEF, OMS y Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial. 2021. UNICEF, WHO, World Bank Group Joint child malnutrition estimates. Edición de abril de 2021. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition, www.who.int/data/gho/data/themes/topics/joint-child-malnutrition-estimates-unicef-who-wb y https://datos.bancomundial.org/; los datos sobre la lactancia materna exclusiva se basan en: UNICEF. 2021. Infant and Young Child Feeding: Exclusive breastfeeding. En: UNICEF Data: Monitoring the Situation of Children and Women. https://data.unicef.org/topic/nutrition/infant-and-young-child-feeding; los datos correspondientes a la anemia se basan en: OMS. 2021. Observatorio mundial de la salud. En: OMS. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://apps.who.int/gho/data/node.imr.PREVANEMIA?lang=es; los datos sobre la obesidad en adultos se basan en: OMS. 2017. Observatorio mundial de la salud. En: OMS. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://apps.who.int/gho/data/node.main.A900A?lang=es; y los datos sobre el bajo peso al nacer se basan en: UNICEF y OMS. 2019. UNICEF-WHO Low Birthweight Estimates: levels and trends 2000-2015. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://data.unicef.org/resources/unicef-who-low-birthweight-estimates-levels-and-trends-2000-2015/.
NOTAS: 1. La emaciación es una afección aguda que puede cambiar con frecuencia y rapidez en el transcurso de un año natural, lo que dificulta la generación de tendencias fiables a lo largo del tiempo con los datos disponibles. Por lo tanto, en el presente informe se proporcionan solo las estimaciones mundiales y regionales más recientes. 2. En las estimaciones no se reflejan los posibles efectos de la pandemia de la COVID-19. 3. Desde la publicación de El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021 se ha modificado ligeramente el indicador de la lactancia materna exclusiva según la base de datos disponibles más reciente del UNICEF. 4. Aunque 2010 es el año de referencia de la OMS para la obesidad en adultos, en aras de la coherencia a lo largo de este informe se utiliza como referencia el año 2012.
FUENTES: Los datos relativos al retraso del crecimiento, la emaciación y el sobrepeso se basan en: UNICEF, OMS y Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial. 2021. UNICEF, WHO, World Bank Group Joint child malnutrition estimates. Edición de abril de 2021. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition, www.who.int/data/gho/data/themes/topics/joint-child-malnutrition-estimates-unicef-who-wb y https://datos.bancomundial.org/; los datos sobre la lactancia materna exclusiva se basan en: UNICEF. 2021. Infant and Young Child Feeding: Exclusive breastfeeding. En: UNICEF Data: Monitoring the Situation of Children and Women. https://data.unicef.org/topic/nutrition/infant-and-young-child-feeding; los datos correspondientes a la anemia se basan en: OMS. 2021. Observatorio mundial de la salud. En: OMS. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://apps.who.int/gho/data/node.imr.PREVANEMIA?lang=es; los datos sobre la obesidad en adultos se basan en: OMS. 2017. Observatorio mundial de la salud. En: OMS. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://apps.who.int/gho/data/node.main.A900A?lang=es; y los datos sobre el bajo peso al nacer se basan en: UNICEF y OMS. 2019. UNICEF-WHO Low Birthweight Estimates: levels and trends 2000-2015. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://data.unicef.org/resources/unicef-who-low-birthweight-estimates-levels-and-trends-2000-2015/.

Las prácticas óptimas de lactancia materna, entre ellas la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida, son esenciales para la supervivencia y la promoción de la salud y el desarrollo cognitivo del niño. A escala mundial, la prevalencia de la lactancia materna exclusiva entre los lactantes menores de seis meses de edad ha aumentado del 37,1% (49,9 millones) en 2012 al 43,8% (59,4 millones) en 2020. Aun así, más de la mitad de todos los lactantes menores de seis meses de edad a nivel mundial no recibían los beneficios protectores de la lactancia materna exclusiva. Suscita preocupación la posibilidad de que ideas erróneas sobre la transmisión de la COVID-19 por la leche materna hayan influido en las prácticas de lactancia, pero el pleno efecto en las tendencias todavía no resulta claro27.

El retraso del crecimiento, o sea, tener una estatura menor a la correspondiente por edad, es indicio de varios efectos de la desnutrición y se debe a una combinación de factores nutricionales y de otro tipo que socavan simultáneamente el desarrollo físico y cognitivo de los niños y aumentan su riesgo de morir por infecciones comunes. Puede que el retraso del crecimiento y otras formas de desnutrición en los primeros años de vida también predispongan a los niños al sobrepeso y las ENT en fases posteriores de su vida3. A escala mundial, la prevalencia del retraso del crecimiento en niños menores de cinco años de edad ha descendido de manera constante, de una estimación del 33,1% (201,6 millones) en 2000 a un 22,0% (149,2 millones) en 2020.

La emaciación infantil es una afección que puede ser mortal y es causada por una ingesta de nutrientes insuficiente, una absorción deficiente de los nutrientes o enfermedad frecuente o prolongada. Los niños afectados por ella están peligrosamente delgados, tienen una inmunidad debilitada y corren un mayor riesgo de muerte28. La prevalencia de la emaciación entre los niños menores de cinco años de edad fue del 6,7% (45,4 millones) en 2020, lo cual supera en más del doble la meta mundial de menos del 3% fijada para 2030. La emaciación es una afección aguda que puede cambiar con rapidez y está determinada por la estacionalidad en muchos contextos, por lo que resulta difícil presentar e interpretar tendencias fiables a lo largo del tiempo. A ello se debe que en el presente informe se presenten únicamente las estimaciones disponibles más recientes.

Los niños con sobrepeso u obesos se enfrentan a posibles repercusiones en su salud, tanto inmediatas como a largo plazo. Las repercusiones inmediatas consisten en dificultades respiratorias, un mayor riesgo de fracturas, hipertensión, indicios tempranos de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y efectos psicológicos29. A largo plazo, es mayor el riesgo de ENT más adelante en su vida. En muchos países ha aumentado el sobrepeso, acelerado por niveles cada vez más inadecuados de actividad física y por un mayor acceso a alimentos altamente procesados, que suelen tener un alto contenido de calorías, grasas, azúcares o sal.30. A escala mundial, la prevalencia del sobrepeso en niños menores de cinco años de edad se ha incrementado ligeramente, de un 5,4% (33,3 millones) en el año 2000 a un 5,7% (38,9 millones) en 2020. Aunque estadísticamente el dato no es significativo, se observan tendencias al alza en alrededor de la mitad de los países de todo el mundo. En ese sentido, y en vista de los riesgos conexos, ello debe interpretarse con preocupación.

La prevalencia de la anemia en las mujeres de entre 15 y 49 años de edad), estimada en el 31,2% en 2000, presentó una leve tendencia a la baja hasta cerca de 2012, pero volvió a aumentar hasta el 29,9% en 2019. Entretanto, el número absoluto de mujeres con anemia ha aumentado de manera constante de 493 millones en 2000 a 570,8 millones en 2019, lo cual tiene implicaciones para la morbilidad y la mortalidad de las mujeres y puede dar lugar a embarazos adversos y problemas en el recién nacido31.

A escala mundial, la obesidad en adultos casi se ha duplicado en valores absolutos al pasar del 8,7% (343,1 millones) en el año 2000 al 13,1% (675,7 millones) en 2016. Antes del fin de 2022 estarán listas para su publicación estimaciones mundiales actualizadas. Sin embargo, todavía no queda claro si se dispondrá de datos suficientes para determinar las repercusiones de la pandemia de la COVID-19 en este resultado. Es posible que las restricciones a la circulación impuestas para contener el brote del virus hayan intensificado la inactividad física y los comportamientos sedentarios, lo cual, sumado a cambios en las prácticas dietéticas conducentes a hábitos alimentarios no saludables, tal vez haya tenido como consecuencia un aumento del índice de masa corporal (IMC) en los adultos a escala mundial32.

La carga mundial de la malnutrición varía entre distintos grupos de países por nivel de ingresos33 y, en algunos casos, con el paso del tiempo. La carga por grupo de ingresos depende de la prevalencia del resultado en materia de nutrición y del tamaño de la población de ese grupo de ingresos; en consecuencia, ambos aspectos son esenciales para interpretar las disparidades. Aunque la clasificación por grupo de ingresos de un determinado país puede variar con el tiempo, en el análisis que aquí se presenta se tiene en cuenta la distribución de la carga sobre la base de la última clasificación, examinando las variaciones de los distintos países con respecto al grupo de ingresos en el que actualmente están clasificados.

La distribución de la carga mundial de los siete indicadores de nutrición por grupo de ingresos se presenta en la Figura 12. Para cada indicador se presenta la distribución en 2012 y en el año respecto del que se dispone de los datos más recientes para mostrar los cambios ocurridos con el paso del tiempo.

Figura 12Los países de ingresos bajos y MEDIANOS bajos soportan la carga más pesada de casos de retraso del crecimiento, emaciación, bajo peso al nacer y anemia, mientras que los países de ingresos MEDIANOS altos y altos soportan la mayor carga de casos de obesidad

FUENTES: Los datos relativos al retraso del crecimiento, la emaciación y el sobrepeso se basan en: UNICEF, OMS y Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial. 2021. UNICEF, WHO, World Bank Group Joint child malnutrition estimates. Edición de abril de 2021. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition, www.who.int/data/gho/data/themes/topics/joint-child-malnutrition-estimates-unicef-who-wb y https://datos.bancomundial.org/; los datos sobre lactancia materna exclusiva se basan en: UNICEF. 2021. Infant and Young Child Feeding: Exclusive breastfeeding. En: UNICEF Data: Monitoring the Situation of Children and Women. https://data.unicef.org/topic/nutrition/infant-and-young-child-feeding; los datos correspondientes a la anemia se basan en: OMS. 2021. Observatorio mundial de la salud. En: OMS. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://apps.who.int/gho/data/node.imr.PREVANEMIA?lang=es; los datos sobre la obesidad en adultos se basan en: OMS. 2017. Observatorio mundial de la salud. En: OMS. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://apps.who.int/gho/data/node.main.A900A?lang=es; los datos sobre el bajo peso al nacer se basan en: OMS y UNICEF. 2019. UNICEF-WHO Low Birthweight Estimates: levels and trends 2000-2015. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/resources/unicef-who-low-birthweight-estimates-levels-and-trends-2000-2015/.
NOTAS: 1. Los porcentajes se refieren a la proporción del número total de personas afectadas (indicado debajo de cada año) que viven en los países incluidos en cada grupo de ingresos, no a la prevalencia en cada grupo de ingresos; el número total de personas afectadas difiere de los totales mundiales indicados en otras partes del presente informe porque las poblaciones se basan en la clasificación de ingresos del Banco Mundial correspondiente al ejercicio económico 2022. 2. Las fechas indican cualquier cambio en los puntos porcentuales entre años. 3. No se dispone de estimaciones sobre la lactancia materna exclusiva para los países de ingresos altos. 4. Aunque 2010 es el año de referencia de la OMS para la obesidad en adultos, en aras de la coherencia a lo largo de este informe se utiliza como referencia el año 2012.
FUENTES: Los datos relativos al retraso del crecimiento, la emaciación y el sobrepeso se basan en: UNICEF, OMS y Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial. 2021. UNICEF, WHO, World Bank Group Joint child malnutrition estimates. Edición de abril de 2021. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition, www.who.int/data/gho/data/themes/topics/joint-child-malnutrition-estimates-unicef-who-wb y https://datos.bancomundial.org/; los datos sobre lactancia materna exclusiva se basan en: UNICEF. 2021. Infant and Young Child Feeding: Exclusive breastfeeding. En: UNICEF Data: Monitoring the Situation of Children and Women. https://data.unicef.org/topic/nutrition/infant-and-young-child-feeding; los datos correspondientes a la anemia se basan en: OMS. 2021. Observatorio mundial de la salud. En: OMS. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://apps.who.int/gho/data/node.imr.PREVANEMIA?lang=es; los datos sobre la obesidad en adultos se basan en: OMS. 2017. Observatorio mundial de la salud. En: OMS. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://apps.who.int/gho/data/node.main.A900A?lang=es; los datos sobre el bajo peso al nacer se basan en: OMS y UNICEF. 2019. UNICEF-WHO Low Birthweight Estimates: levels and trends 2000-2015. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/resources/unicef-who-low-birthweight-estimates-levels-and-trends-2000-2015/.

En conjunto, los países de ingresos bajos y medianos bajos soportaron la carga más pesada del bajo peso al nacer entre recién nacidos en 2012 y en 2015 (83% de la carga mundial en 2020). En general, la distribución de la carga se mantuvo en niveles semejantes entre los dos años.

A escala mundial, la mayoría de los lactantes alimentados exclusivamente con leche materna vivía en países de ingresos bajos o medianos bajos, y la proporción combinada de las cifras mundiales ascendió del 78% en 2012 al 84% en 2020. Sin embargo, se carecía de datos suficientes para examinar la proporción de lactantes alimentados exclusivamente a base de leche materna en los países de ingresos altos, por lo que este grupo no está representado en la Figura 12 en relación con este indicador.

Parte de la carga del retraso del crecimiento en niños menores de cinco años de edad se desplazó de los países de ingresos medianos bajos a los de ingresos bajos entre 2012 y 2020, pasando del 21% al 24% en estas últimas. En general, los niños que padecen retraso del crecimiento tienen mayor probabilidad de encontrarse en países de ingresos bajos o medianos bajos.

Los países de ingresos bajos y medianos bajos soportan la mayor carga de emaciación en niños menores de cinco años de edad, con un total del 93% de los niños que padecen emaciación a escala mundial.

La distribución por grupo de ingresos de la carga del sobrepeso en niños menores de cinco años de edad no sufrió variaciones de 2012 a 2020, y el número de niños con sobrepeso que residían en países de ingresos medianos bajos y de ingresos medianos altos fue similar.

No hubo variaciones apreciables en la distribución entre grupos de ingresos de la carga mundial de la anemia en mujeres de entre 15 y 49 años entre 2012 y 2019. En 2019, el 74% de las mujeres que padecían anemia residía en países de ingresos bajos o medianos bajos, mientras que una de cada cinco residía en países de ingresos medianos altos.

La distribución de la carga mundial de obesidad en adultos entre distintos grupos de países por nivel de ingresos permaneció en gran medida invariable entre 2012 y 2016, y la mayoría de ellos (73%) residía en países de ingresos medianos altos y altos.

Este análisis pone de manifiesto que los países de ingresos bajos y medianos bajos combinados soportan la mayor carga de recién nacidos con peso bajo, niños que padecen retraso del crecimiento y emaciación y mujeres con anemia, teniendo en cuenta que en estos países habita una proporción mayor de la población mundial.

Posibles repercusiones de las crisis actuales en la nutrición mundial

Es probable que las tendencias mundiales se vean afectadas por las crisis recientes y en curso, en particular por aquellas que tienen proyección mundial. Aunque todavía se desconocen todos los efectos de la pandemia de la COVID-19 en la malnutrición, ya sea por la escasez de datos o por la repercusión a largo plazo en algunos de los resultados nutricionales, cabe prever repercusiones negativas en diversas formas de malnutrición a escala mundial. En fechas más recientes, es posible que la guerra en Ucrania repercuta en la malnutrición a escala mundial34.

Pese a la incertidumbre en torno a las repercusiones de la COVID-19 en la nutrición mundial, se han realizado algunos ejercicios de simulación sobre la base de distintos escenarios para evaluar las repercusiones de la pandemia en la malnutrición infantil a partir de un conjunto limitado de covariables y estimaciones basadas en datos históricos35. En la edición de 2021 de este informe se presentaron algunas previsiones basadas en estas simulaciones respecto del retraso del crecimiento y la emaciación infantiles15. Se mostró que es posible que entre 11,2 y 16,3 millones más de niños menores de cinco años de edad de países de ingresos bajos y medianos se vean afectados por la emaciación de 2020 a 2022 como consecuencia de la pandemia de la COVID-19 en comparación con un escenario en el que la pandemia no hubiera tenido lugar. En cuanto al retraso del crecimiento infantil, las previsiones indican que entre 3,4 y 4,5 millones más de niños podrían sufrir retraso del crecimiento en 2022 como consecuencia de los efectos de la pandemia de la COVID-19.

En fechas más recientes, el Equipo Básico Ágil de Seguimiento de la Nutrición (ACT-NM) de la OMS, el UNICEF y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que centra su labor en las vías de salud pública que vinculan la pandemia con los resultados nutricionales respecto de las seis metas en materia de nutrición aprobadas por la WHA, elaboró un marco analítico36. El marco está construido en torno a cinco categorías de factores correspondientes a la intersección de la pandemia de la COVID-19 y la nutrición: i) determinantes favorables; ii) determinantes subyacentes; iii) determinantes inmediatos; iv) resultados, y v) repercusiones. Corresponde a cada categoría de determinantes un tema general con diversas subcategorías. Los determinantes favorables constan de subcategorías relativas a la gobernanza, los recursos y el contexto sociocultural; los determinantes subyacentes se dividen en subcategorías relativas a los alimentos, la salud, la protección social, la educación, el agua y el saneamiento, mientras que los determinantes inmediatos incluyen 10 subcategorías de condición nutricional y de conducta. El eje que va de izquierda a derecha en el marco permite a los usuarios determinar, investigar y evaluar numerosas vías de salud pública en función del contexto y tener en cuenta las desigualdades en todos los niveles.

Mediante dos estudios de casos de países se trata de ilustrar posibles vías contextualizadas de la repercusiones de la pandemia en la malnutrición infantil, concretamente en el Chad por lo que se refiere a la emaciación y en el Perú en relación con el sobrepeso (Recuadro 4). Aunque son muy limitados los datos disponibles que comprueben estas repercusiones, el ejercicio es útil para examinar las distintas vías por las que la pandemia de la COVID-19 puede repercutir en la nutrición.

Recuadro 4Estudios de casos sobre la COVID-19: ejemplos de repercusión de la pandemia en determinados países en cuanto a emaciación y sobrepeso infantiles por vías determinadas por el contexto específico

Sobre la base del marco analítico general del ACT-NM, en los siguientes estudios de casos se exponen posibles vías que conectan entres sí determinantes y factores múltiples que pueden repercutir en la emaciación y el sobrepeso en los niños menores de cinco años de edad. Sin embargo, debe procederse con cautela al interpretar las posibles repercusiones a causa de carencias de información resultantes de las medidas restrictivas aplicadas por los países para controlar la pandemia.

EJEMPLO DE VÍA QUE CONDUCE A LA EMACIACIÓN
El Chad* empezó a aplicar medidas contra la COVID-19 en marzo de 2020; las más estrictas estuvieron en vigor en abril y mayo de 2020 (índice de restricción = 88,9**). En mayo y junio de 2020, el 58% de las comunidades informó del deterioro de su capacidad para atender las necesidades básicas: el 11% de los hogares indicó que había perdido ingresos y el 13% que no podía llevar a cabo actividades agrícolas a causa de las medidas relacionadas con la COVID-1937. Entretanto, el aumento de los precios de los principales productos alimentarios repercutió en el 68,7% de los hogares, y muchos recurrieron a estrategias de emergencia, como la reducción del consumo de alimentos (35%), el uso de ahorros (22%), la venta de activos (13,8%) o el consumo de alimentos menos preferibles (10,8%)37,38. Se estima que 2,4 millones de personas no consumían suficientes alimentos a principios de noviembre de 202039. Entre los lactantes menores de seis meses de edad, la tasa de lactancia materna exclusiva disminuyó de una proporción de por sí muy baja, del 16,4% (2020), al 11,4% (2021), tal vez por influencia del temor a la transmisión maternoinfantil del coronavirus de tipo 2 causante del síndrome respiratorio agudo severo (SARSCoV-2)40. Muchos hogares no pudieron acceder en 2020 al tratamiento médico necesario por falta de dinero, temor a la transmisión y falta de trabajadores sanitarios disponibles37,40. Los programas de tratamiento de la emaciación se ampliaron a fines de 2020, observándose un aumento del 10% al 24% en los ingresos del primer trimestre de 2020 al primer trimestre de 2021, lo cual es probable que contuviera en cierta medida la repercusión en la emaciación infantil en el Chad41. No obstante, la emaciación en niños menores de cinco años de edad a nivel nacional parecía seguir una tendencia a la baja, pasando del 13,5% (intervalo de confianza del 95%; 12,6%-14,5%) en 2018 al 12,0% (intervalo de confianza del 95%; 11,3%-12,7%) en 2019 al 9,5% (intervalo de confianza del 95%; 8,9%-10,1%) en 2020 antes de invertir la tendencia y aumentar ligeramente al 10,2% (intervalo de confianza del 95%; 9,5%-10,8%) en 202142. Es probable que la caída de la emaciación observada en 2020 se viera influida por la labor de mitigación de los efectos de la COVID-19, así como por el hecho de que el período de recopilación de datos no coincidiera con la temporada de carestía (a diferencia de las otras encuestas). Sin embargo, es probable que la inversión de la tendencia a la baja observada en 2021 sea indicio de la degradación del entorno relacionado con la nutrición.

EJEMPLO DE VÍA QUE CONDUCE AL SOBREPESO INFANTIL
El Perú aplicó algunas de las medidas más rigurosas frente a la COVID-19 en América Latina, siendo las más estrictas las que se aplicaron de mayo a octubre de 2020 (índice de restricción = 96,3), y no se aliviaron en lo sustantivo hasta diciembre de 2020 (índice de restricción = 59,3). A raíz de las medidas, aumentaron las compras de alimentos en línea y los servicios de entrega de alimentos preenvasados, así como la exposición a la comercialización de alimentos altamente procesados. Ello modificó las pautas de consumo, en particular hacia una mayor preponderancia de dietas no saludables que a menudo contenían alimentos procesados ricos en energía, grasas, azúcares libres y sal, lo cual afectó negativamente a la cantidad, la calidad y la diversidad de las dietas en el Perú. A la vez, es posible que las estrictas medidas hayan contribuido a la reducción de la actividad física y fomentado estilos de vida sedentarios, en particular de dedicar un tiempo excesivo a la consulta de pantallas de teléfonos móviles, ordenadores y televisores. A escala nacional, el sobrepeso en niños menores de cinco años de edad aumentó del 8,1% (intervalo de confianza del 95%; 7,6%-8,6%) en 2019 al 10,6% (intervalo de confianza del 95%; 9,8%-11,5%) en 202042.

  • * En 2020 el Chad aparecía clasificado por el Banco Mundial como países de bajos ingresos y con déficit de alimentos, pero la pandemia de la COVID-19 empeoró la situación, como dejaron patente estudios nacionales de las repercusiones socioeconómicas del INSEED y el Banco Mundial. ** El índice de restricción procede del Rastreador de Oxford de la respuesta gubernamental al coronavirus (OxCGRT). Se trata de una medición compuesta basada en la puntuación media de nueve indicadores de la respuesta (que son los cierres de escuelas, los cierres de lugares de trabajo, la cancelación de actos públicos, las restricciones a las reuniones públicas, los cierres del transporte público, los requisitos de permanecer en casa, campañas de información pública, restricciones a los desplazamientos internos y controles de los viajes internacionales) reajustada a valores del 0 al 100 (siendo 100 el más estricto).

La actual guerra en Ucrania amenaza con aumentar el número de personas malnutridas, en particular de mujeres y niños, a escala mundial. Este conflicto va ligado intrínsecamente a las repercusiones en el suministro mundial de alimentos y el hambre que se menciona en la Sección 2.1 (Recuadro 3). En un artículo reciente publicado en Nature se pretende crear conciencia sobre estos riesgos posibles y se formula un llamamiento mundial a la adopción de medidas urgentes34. En el Recuadro 5 se presenta un resumen de este trabajo.

Recuadro 5La guerra en Ucrania amenaza con aumentar el número de personas malnutridas a escala mundial, en particular de mujeres y niños

La Federación de Rusia y Ucrania se encuentran entre los productores más importantes de productos e insumos agrícolas esenciales (fertilizantes y petróleo). La suerte de la guerra en Ucrania es incierta, pero la amenaza que plantea a la seguridad alimentaria mundial va saliendo rápidamente a la superficie. El número de personas malnutridas, especialmente de mujeres y niños, lleva camino de aumentar acusadamente si no se hacen esfuerzos concertados por mitigar los efectos del conflicto en la malnutrición. En una reseña reciente publicada en Nature se exponen los posibles riesgos y se presenta una lista de medidas urgentes dirigidas a mitigar sus efectos34 que se describen a continuación.

Posibles riesgos derivados de la crisis:

  1. Repercusiones directas en la seguridad alimentaria y la calidad de las dietas en virtud del aumento de los precios de los alimentos y la disminución de la disponibilidad de alimentos y el acceso a estos.
  2. Disminución del alcance de la asistencia y los servicios humanitarios con fines de prevención y tratamiento de la malnutrición aguda.
  3. Reasignación de presupuestos para nutrición a otras prioridades.

Llamamiento a la adopción de seis medidas urgentes para salvaguardar el acceso a servicios de nutrición y a alimentos nutritivos e inocuos para las mujeres y los niños:

  1. Apoyar el llamamiento a minimizar las restricciones al comercio mundial de alimentos y fertilizantes y de las perturbaciones de las cadenas de suministro para mitigar la crisis de los precios de los alimentos.
  2. Proteger el acceso de la población más vulnerable a alimentos nutritivos por medio de medidas de redes de seguridad social que incorporen una dimensión nutricional.
  3. Movilizar los recursos necesarios para la asistencia humanitaria.
  4. Cumplir los compromisos contraídos en materia de financiación de la Cumbre de Tokio sobre Nutrición para el Crecimiento para ampliar los servicios de nutrición prestados a la población pobre.
  5. Proteger los presupuestos para nutrición y mantener los servicios prestados a mujeres y niños mediante intervenciones en materia de nutrición de eficacia comprobada.
  6. Invertir en datos nutricionales normalizados oportunos para orientar las políticas y la financiación.

Es posible que los efectos de esta crisis sean a largo plazo y afecten a una generación de mujeres y niños que ya son vulnerables a la malnutrición, lo cual tendría consecuencias para el capital humano de comunidades y países a lo largo de varias generaciones.

Centrar la atención en las desigualdades

En la presente sección exploramos seis indicadores nutricionales desde la óptica de las desigualdades. Se trata de una novedad importante en la medida en que las pautas mundiales y regionales de la malnutrición pueden enmascarar disparidades que existen entre países y dentro de ellos, en particular características como la residencia en un entorno urbano o rural, la riqueza de los hogares, la educación y el género. En los análisis de la desigualdad estos son los grupos de población que se analizan con mayor frecuencia para establecer comparaciones entre países y regiones en vista de su sólida vinculación con resultados en materia de nutrición. Los resultados de estos análisis ayudan a determinar los grupos de población más vulnerables, lo que contribuye a la obtención de datos objetivos para fundamentar la toma de decisiones y la adopción de medidas eficaces mediante la focalización y la formulación apropiadas de políticas y programas. Las partes interesadas pueden luego abordar estas brechas importantes entre grupos de población de manera de no dejar a nadie atrás.

En la Figura 13 se presenta un análisis de la desigualdad en función de la residencia urbana o rural, la riqueza de los hogares, el nivel de educación y el género aplicados a seis indicadores nutricionales mediante equigramas. Los equigramas representan las prevalencias medias para las subpoblaciones dentro de cada categoría de la respectiva dimensión de inequidad (es decir, tipo de residencia, riqueza, educación de la madre, género). Permiten realizar una interpretación visual de los niveles de prevalencia y la distancia entre los grupos, que representa la desigualdad absoluta. El análisis se llevó a cabo en la totalidad de la clasificación regional de las Naciones Unidas sobre la base de los datos disponibles para los países en cada región. Se aplicó un análisis no ponderado usando los últimos datos disponibles procedentes de encuestas nacionales realizadas entre 2015 y 2021. La lista de los países que contribuyeron a cada región figura en el Cuadro A2.3 de Anexo 2C. Pese a las limitaciones derivadas de la falta de datos en muchos países, como se destaca en la figura, este análisis de la desigualdad ofrece información importante para responder a la pregunta: “¿Quién se ve más afectado por la malnutrición?”

Figura 13Según análisis de la desigualdad que usan los últimos datos disponibles por país (2015 a 2021), a nivel mundial los niños menores de cinco años de edad que padecen retraso del crecimiento tienen mayor probabilidad de residir en entornos rurales y hogares más pobres, tener madres que no han recibido educación formal y ser de sexo masculino, mientras que la obesidad en mujeres es más habitual en entornos urbanos y en hogares más ricos

FUENTES: Los datos relativos al retraso del crecimiento, la emaciación y el sobrepeso se basan en: UNICEF, OMS y Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial. 2021. UNICEF, OMS y Grupo del Banco Mundial. Joint child malnutrition estimates. Edición de abril de 2021. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition, www.who.int/data/gho/data/themes/topics/joint-child-malnutrition-estimatesunicef-who-wb y https://datos.bancomundial.org/; los datos sobre lactancia materna exclusiva se basan en: UNICEF. 2021. Infant and Young Child Feeding: Exclusive breastfeeding. En: UNICEF Data: Monitoring the Situation of Children and Women. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition/infant-and-young-child-feeding; las estimaciones de la anemia y la obesidad en mujeres procedieron del Centro Internacional para la Equidad en Salud de Pelotas (Brasil) sobre la base de encuestas demográficas y de salud (véase https://equidade.org). FUENTES: Los datos relativos al retraso del crecimiento, la emaciación y el sobrepeso se basan en: UNICEF, OMS y Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial. 2021. UNICEF, OMS y Grupo del Banco Mundial. Joint child malnutrition estimates. Edición de abril de 2021. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition, www.who.int/data/gho/data/themes/topics/joint-child-malnutrition-estimatesunicef-who-wb y https://datos.bancomundial.org/; los datos sobre lactancia materna exclusiva se basan en: UNICEF. 2021. Infant and Young Child Feeding: Exclusive breastfeeding. En: UNICEF Data: Monitoring the Situation of Children and Women. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition/infant-and-young-child-feeding; las estimaciones de la anemia y la obesidad en mujeres procedieron del Centro Internacional para la Equidad en Salud de Pelotas (Brasil) sobre la base de encuestas demográficas y de salud (véase https://equidade.org).
NOTAS: 1. Lo anterior constituye un análisis demográfico no ponderado elaborado con los últimos datos disponibles procedentes de encuestas nacionales realizadas entre 2015 y 2021. 2. Los valores que aparecen con fondo rojo en la columna “Número de países/total de la región” indican que se incluyó en el análisis menos del 50% del número total de países o territorios correspondientes a la región. En América septentrional, Europa, Australia y Nueva Zelandia no se incluyó a ninguna mujer en la categoría “sin educación”. Los gráficos se basan en el código R adaptado de la herramienta de creación de equigramas, denominada Equiplot Creator Tool, del Centro Internacional para la Equidad en Salud de Pelotas (Brasil) (disponible en https://equidade.org/equiplot_creator).
FUENTES: Los datos relativos al retraso del crecimiento, la emaciación y el sobrepeso se basan en: UNICEF, OMS y Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial. 2021. UNICEF, OMS y Grupo del Banco Mundial. Joint child malnutrition estimates. Edición de abril de 2021. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition, www.who.int/data/gho/data/themes/topics/joint-child-malnutrition-estimates-unicef-who-wb y https://datos.bancomundial.org/; los datos sobre lactancia materna exclusiva se basan en: UNICEF. 2021. Infant and Young Child Feeding: Exclusive breastfeeding. En: UNICEF Data: Monitoring the Situation of Children and Women. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition/infant-and-young-child-feeding; las estimaciones de la anemia y la obesidad en mujeres procedieron del Centro Internacional para la Equidad en Salud de Pelotas (Brasil) sobre la base de encuestas demográficas y de salud (véase https://equidade.org).

En la presente sección no se incluyen análisis de la desigualdad en relación con el bajo peso al nacer a causa de las limitaciones de los datos. En general, no se pesa a gran parte de los recién nacidos inmediatamente después del parto, y existen disparidades de una región a otra. En 2020, por ejemplo, a escala mundial no se pesó a más de un cuarto (27,2%) de los recién nacidos, mientras que en África occidental faltaba el 61,9% de los datos sobre el bajo peso al nacer, frente a apenas un 1,4% en Europa42. Además, en las bases de datos mundiales no se dispone actualmente de estimaciones sobre el bajo peso al nacer desglosadas por extracción, como el nivel de riqueza, la educación de la madre y el género. Ello se debe a muchos factores, como discrepancias en la disponibilidad y la calidad de los datos de un grupo u otro. Por ejemplo, en los países de ingresos bajos y de ingresos medianos, en muchos casos es muy inferior el porcentaje de recién nacidos pertenecientes al quintil más pobre que se pesan inmediatamente después del parto, y los datos sobre el bajo peso al nacer a menudo se registran en múltiplos de 100 g y 500 g (redondeo de datos), lo cual es motivo de estimaciones menos fiables y posibles comparaciones sesgadas y engañosas entre estos grupos. Por último, se necesitan más investigaciones para determinar si el actual valor de corte no específico por sexo (<2 500 g) impondrá sesgos en los resultados de los análisis de la desigualdad en función del género.

La proporción de lactantes menores de seis meses de edad alimentados exclusivamente a base de leche materna es mayor en las zonas rurales de la mayoría de las regiones, con excepción de América septentrional, Australia y Nueva Zelandia y Europa, donde la práctica es más común en zonas urbanas. También suele ser mayor entre lactantes cuyas madres han tenido un menor nivel de educación, especialmente en América Latina y el Caribe. Aunque la lactancia materna exclusiva era, por lo general, más alta en hogares pertenecientes a quintiles de riqueza inferiores, Oceanía, con excepción de Australia y Nueva Zelandia (en adelante, “Oceanía”), presentó la mayor prevalencia en los quintiles de riqueza segundo y quinto. América septentrional, Europa, Australia y Nueva Zelandia también carecían de una pauta clara. En la mayoría de las regiones era levemente superior el número de niñas alimentadas exclusivamente con leche materna que el de niños. En general, los lactantes de menos de seis meses de edad alimentados exclusivamente con leche materna tienen mayor probabilidad de encontrarse en zonas rurales y en hogares más pobres, tener madres que no han recibido educación formal y ser de sexo femenino (Figura 13a).

En la mayoría de las regiones presentadas, la prevalencia del retraso del crecimiento en niños menores de cinco años de edad es mayor en lugares de residencia rurales, con excepción de América septentrional, Europa, Australia y Nueva Zelandia. En África se observa la diferencia más pronunciada. La mayor prevalencia correspondió a hogares del quintil de riqueza más bajo. En África, el quintil más rico presenta una prevalencia notablemente inferior en comparación con los otros cuatro quintiles. En cambio, en América Latina y el Caribe, el quintil más pobre se queda rezagado en comparación con los otros cuatro, lo cual indica que las intervenciones deben dirigirse a este subgrupo específico. Los análisis en función del nivel de educación materno presentaron una pauta clara en todas las regiones, y la mayor prevalencia del retraso del crecimiento se registró en niños cuyas madres no habían recibido educación formal, mientras que la más baja correspondió a niños cuyas madres habían recibido educación secundaria o superior. En la mayoría de las regiones los niños padecían retraso del crecimiento en mayor medida que las niñas. En general, los niños menores de cinco años de edad que padecen retraso del crecimiento tienen mayor probabilidad de residir en entornos rurales y hogares más pobres, tener madres que no han recibido educación formal y ser de sexo masculino.

La prevalencia de la emaciación en niños menores de cinco años de edad no presenta grandes variaciones en función del entorno urbano o rural, de la riqueza del hogar o del género, con excepción de Oceanía, donde los hijos de madres que no han recibido educación formal tienen mayores probabilidades de padecer emaciación. En general, los niños menores de cinco años de edad que padecen emaciación pueden tener mayor probabilidad de vivir en un hogar más pobre y de que su madre no haya recibido educación formal.

Las comparaciones entre el sobrepeso en niños menores de cinco años de edad que viven en zonas rurales y el correspondiente a las zonas urbanas no presentan una pauta clara de una región a otra, mientras que en la mayoría de las regiones es mayor la prevalencia del sobrepeso en los hogares más ricos. Los niños cuyas madres han recibido al menos una educación secundaria parecen más afectados por el sobrepeso, con excepción de las regiones más desarrolladas (América septentrional, Europa, Australia y Nueva Zelandia), donde la mayor prevalencia corresponde a los niños cuyas madres recibieron únicamente educación primaria. Los niños de sexo masculino pueden verse más afectados por el sobrepeso que las niñas. En general, los niños menores de cinco años de edad con sobrepeso tienen mayor probabilidad de encontrarse en hogares más ricos y de tener madres que han recibido al menos educación secundaria.

La prevalencia de la anemia en mujeres de entre 15 y 49 años de edad por lugar de residencia varía de una región a otra. En África, la prevalencia es mayor en las mujeres de zonas rurales, mientras que en América Latina y el Caribe parece ser mayor en las mujeres de zonas urbanas. Los quintiles de riqueza más bajos y el hecho de no haber recibido educación o haber recibido solo educación de nivel primario guardan relación con la anemia en la mayoría de las regiones. Sin embargo, en América Latina y el Caribe la mayor prevalencia de anemia correspondió a mujeres con educación secundaria o superior o a mujeres de hogares pertenecientes a quintiles de riqueza superiores. En general, las mujeres que padecen anemia tienen mayor probabilidad de residir en entornos rurales y hogares más pobres y de no haber recibido educación formal.

A escala mundial, el IMC medio en adultos es mayor en las zonas urbanas que en las rurales y entre las mujeres frente a los hombres43, lo cual viene a indicar que la urbanización tal vez contribuya a una mayor prevalencia de la obesidad en el plano mundial, estando previsto que aumente la proporción de la población mundial que habita en zonas urbanas. Por otro lado, se tienen pruebas de que la prevalencia de la obesidad ha aumentado a mayor ritmo en las zonas rurales que en las urbanas, probablemente a causa de la falta de acceso a alimentos saludables en los países de ingresos bajos y de ingresos medianos44. En la Figura 13b se presentan los resultados de los análisis de la desigualdad en cuanto a la prevalencia de la obesidad únicamente respecto de las mujeres, pues se carece de la misma cobertura en cuanto a los datos primarios a nivel individual respecto de los hombres, lo cual permitiría realizar análisis semejantes. De las 28 encuestas demográficas y de salud realizadas desde 2015 que forman parte del presente análisis, solo en 10 se recopilaron también datos antropométricos sobre los hombres (proporción de disponibilidad de datos de hombres en relación con los correspondientes a mujeres de aproximadamente 1:4). Sobre la base de este análisis, más mujeres de 15 a 49 años padecen obesidad en entornos urbanos que en entornos rurales en las distintas regiones. La relación entre el nivel de educación y la obesidad presenta grandes variaciones, y la mayor prevalencia de la obesidad en América septentrional, Europa, Australia y Nueva Zelandia corresponde a las mujeres que no han recibido educación formal, mientras que en África es considerablemente mayor el número de mujeres con obesidad que tenía un nivel de educación secundaria o superior. En la mayoría de las regiones, la obesidad era más alta en las mujeres de hogares más ricos. En general, las mujeres con obesidad tienen mayor probabilidad de encontrarse en zonas urbanas y hogares más ricos.

Se realizó un subanálisis a partir de las 10 encuestas demográficas y de salud con datos sobre hombres y mujeres de 20 a 49 años de edad en el que quedaron de manifiesto diferencias apreciables en la prevalencia de la obesidad entre hombres y mujeres. En los 10 países ubicados principalmente en África y Asiae, la prevalencia media de la obesidad fue del 13,8% en las mujeres y el 4,9% en los hombres. La prevalencia de la obesidad fue mayor en las mujeres de todos los países, con independencia de si el entorno era urbano o rural o del quintil de riqueza del hogar.

Un gran número de regiones y países hace frente cada vez en mayor medida a múltiples formas simultáneas de malnutrición en el nivel de la población, el hogar e individual45, y esta doble carga de la malnutrición puede ponerse en relación con las desigualdades descritas antes. Por ejemplo, según los resultados de un análisis reciente realizado en países de ingresos medianos bajos, la doble carga de la malnutrición en el ámbito de los hogares (en este caso, una madre con sobrepeso y un hijo que padecía retraso del crecimiento) era superior en los hogares más ricos de los países más pobres, mientras que en los países más ricos el riesgo era mayor en los hogares más pobres46. Para hacer frente a estas cargas, las medidas más eficaces serán aquellas con doble finalidad que tengan en cuenta el contexto y vayan dirigidas a las subpoblaciones más afectadas.

Para resumir, al centrar la atención en las desigualdades, se constata que los niños de los entornos rurales y los hogares más pobres son más vulnerables al retraso del crecimiento y la emaciación, mientras que los niños de sexo masculino pueden verse más afectados por el retraso del crecimiento. Los niños y los adultos, especialmente las mujeres, de las zonas urbanas y los hogares más ricos son los que corren un mayor riesgo de padecer sobrepeso y obesidad, respectivamente. Los lactantes que se encuentran en zonas rurales, en hogares más pobres, que son niñas y cuyas madres no han recibido educación formal tienen una mayor probabilidad de ser amamantados. Las mujeres sin una educación formal son más vulnerables a la anemia, y sus hijos, al retraso del crecimiento y la emaciación. Esos análisis tienen por objeto poner de relieve los obstáculos al progreso mundial derivados de los desafíos específicos de distintos grupos. Las partes interesadas pueden luego determinar desigualdades más contextualizadas para reformular y orientar políticas y programas nacionales dirigidos a los grupos más vulnerables. Abordar las desigualdades resultará esencial a fin de lograr las metas para 2030.

Progresos para poner fin a todas las formas de malnutrición para 2030

En esta sección se presenta una evaluación de los progresos realizados en relación con las metas mundiales de nutrición para 2030. Al igual que las previsiones sobre el hambre, las estimaciones relativas a los niveles de malnutrición en relación con las metas para 2030 se caracterizan por un alto grado de incertidumbre. El mismo enfoque aplicado en las dos últimas ediciones del presente informe se utilizó para evaluar los progresos de los indicadores nutricionales, sobre la base del ritmo de cambio observado en las tendencias anteriores a la pandemia. Por tanto, este análisis no refleja las posibles repercusiones de la COVID-19 en la malnutrición, que probablemente afectará a la evaluación de los progresos relativos a las metas previstas para 2030, como ya se indicó mediante ejercicios de previsiones en la edición de 2021 del presente informe que mostraban los posibles efectos de la pandemia de la COVID-19 en el retraso del crecimiento y la emaciación15.

Progresos realizados a escala mundial

Los progresos mundiales correspondientes a cada una de las siete metas de nutrición para 2030 se resumen en la Figura 14. Aunque la prevalencia de 2015 del 14,6% entre los recién nacidos que sufrían bajo peso al nacer no se aleja del 14,1% necesario para lograr la meta para 2030 de una reducción del 30% respecto del valor de referencia de 2012, los datos disponibles presentan las limitaciones expuestas anteriormente en este capítulo. Se precisan mejoras en la representatividad y la calidad de los datos sobre el bajo peso al nacer para evaluar con fiabilidad la gravedad y la magnitud del problema.

Figura 14El logro de las metas mundiales de nutrición para 2030 requerirá esfuerzos inmensos. Solo la lactancia materna exclusiva entre los lactantes menores de seis meses de edad (de 37,1% a 43,8%) y el retraso del crecimiento entre los menores de cinco años de edad (de 26,2% a 22,0%) han mejorado notablemente desde 2012, aunque incluso estos indicadores requerirán un progreso acelerado para lograr las metas de 2030

FUENTES: Los datos relativos al retraso del crecimiento, la emaciación y el sobrepeso se basan en: UNICEF, OMS y Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial. 2021. The UNICEF/WHO/WB Joint child malnutrition estimates. Edición de abril de 2021. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition, www.who.int/data/gho/data/themes/topics/joint-child-malnutrition-estimates-unicef-who-wb y https://datos.bancomundial.org/; los datos sobre lactancia materna exclusiva se basan en: UNICEF. 2021. Infant and Young Child Feeding: Exclusive breastfeeding. En: UNICEF Data: Monitoring the Situation of Children and Women. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition/infantand-young-child-feeding; los datos sobre la anemia se basan en: OMS. 2021. Observatorio mundial de la salud. En: OMS. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://apps.who.int/gho/data/node.imr.PREVANEMIA?lang=es; los datos sobre la obesidad en adultos se basan en: OMS. 2017. Observatorio mundial de la salud. En: OMS. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://apps.who.int/gho/data/node.main.A900A?lang=es; y los datos sobre el bajo peso al nacer se basan en: UNICEF y OMS. 2019. UNICEF-WHO Low Birthweight Estimates: levels and trends 2000-2015. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/resources/unicef-who-low-birthweight-estimates-levels-and-trends-2000-2015/.
NOTAS: 1. La emaciación es una afección aguda que puede cambiar con frecuencia y rapidez en el transcurso de un año natural, lo que dificulta la generación de tendencias fiables a lo largo del tiempo con los datos disponibles al respecto. Por lo tanto, en el presente informe se proporcionan solo las estimaciones mundiales y regionales más recientes. 2. En las estimaciones no se reflejan los posibles efectos de la pandemia de la COVID-19. 3. Aunque 2010 es el año de referencia de la OMS para la obesidad en adultos, en aras de la coherencia a lo largo de este informe se utiliza como referencia el año 2012. El objetivo mundial para la obesidad en adultos es para 2025.
FUENTES: Los datos relativos al retraso del crecimiento, la emaciación y el sobrepeso se basan en: UNICEF, OMS y Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial. 2021. The UNICEF/WHO/WB Joint child malnutrition estimates. Edición de abril de 2021. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition, www.who.int/data/gho/data/themes/topics/joint-child-malnutrition-estimates-unicef-who-wb y https://datos.bancomundial.org/; los datos sobre lactancia materna exclusiva se basan en: UNICEF. 2021. Infant and Young Child Feeding: Exclusive breastfeeding. En: UNICEF Data: Monitoring the Situation of Children and Women. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition/infant-and-young-child-feeding; los datos sobre la anemia se basan en: OMS. 2021. Observatorio mundial de la salud. En: OMS. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://apps.who.int/gho/data/node.imr.PREVANEMIA?lang=es; los datos sobre la obesidad en adultos se basan en: OMS. 2017. Observatorio mundial de la salud. En: OMS. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://apps.who.int/gho/data/node.main.A900A?lang=es; y los datos sobre el bajo peso al nacer se basan en: UNICEF y OMS. 2019. UNICEF-WHO Low Birthweight Estimates: levels and trends 2000-2015. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/resources/unicef-who-low-birthweight-estimates-levels-and-trends-2000-2015/.

La proporción de lactantes menores de seis meses de edad alimentados mediante lactancia materna exclusiva aumentó del 37,1% en 2012 al 43,8% en 2020; no obstante, esta cifra está muy por debajo del 54,7% que indicaría que el mundo está en vías de lograr la meta prevista para 2030 de al menos un 70% a nivel mundial. El logro de este objetivo requerirá inversiones en efectivo e intervenciones específicas para cada contexto que promuevan la adopción y aplicación continuada de la lactancia materna exclusiva. La promulgación y cumplimiento del Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, la institucionalización de la Iniciativa Hospital Amigo del Niño, y la ampliación de la orientación prenatal y postnatal sobre la lactancia materna son elementos fundamentalmente necesarios.

Aunque el retraso del crecimiento en niños menores de cinco años de edad ha descendido del 26,2% registrado en 2012 al 22,0% en 2020, se tendría que haber reducido hasta el 19,1% en 2020 para estar en vías de alcanzar una reducción del 50% del número de niños con retraso del crecimiento que permitiera lograr la meta prevista para 2030, que se traduce en una prevalencia del 12,8%. Serán necesarias mayores inversiones tanto en las actuaciones específicas en materia de nutrición como en aquellas que tienen en cuenta la nutrición a fin de garantizar la realización de mayores avances en la reducción del retraso del crecimiento.

Se estimó que la prevalencia de la emaciación en niños menores de cinco años de edad se situó en el 6,7% en 2020, más del doble que la meta prevista para 2030, es decir, menos de un 3%. Esta estimación pone de manifiesto que las inversiones en la prevención, la detección temprana y el tratamiento de la emaciación deben incrementarse sustancialmente.

Aunque para lograr la meta prevista para 2030 es necesario alcanzar una reducción significativa del sobrepeso en niños menores de cinco años de edad hasta llegar al 3%, la prevalencia ha aumentado ligeramente del 5,6% en 2012 al 5,7% en 2020, aunque esta diferencia no es estadísticamente significativa. Será necesario invertir esta tendencia para lograr la meta para 2030. Como ocurre con la obesidad en todos los grupos de edad, esto precisará mayores inversiones en intervenciones eficaces que permitan mejorar la alimentación y la nutrición, además de otros factores del estilo de vida como la actividad física.

La prevalencia de la anemia en mujeres de entre 15 y 49 años de edad ha aumentado del 28,5% en 2012 al 29,9% en 2019. Por ello, el mundo se está alejando cada vez más de alcanzar la meta de reducir al 50% el número de mujeres con anemia para 2030, lo cual podría traducirse en una prevalencia del 14,3%. Para invertir esta tendencia, será necesario aplicar un enfoque multisectorial integrado que permita determinar y abordar todas las causas y factores de riesgo de la anemia en las mujeres, incluso, aunque no solo, aquellos relacionados con un estado nutricional deficiente, enfermedades ginecológicas, malaria y otras infecciones parasitarias, así como un bajo estatus socioeconómico. Es necesario aumentar la sensibilización y el apoyo a nivel mundial, regional y nacional para facilitar estos enfoques amplios, en comparación con las intervenciones aisladas que puede que no repercutan de manera suficiente en las tendencias.

La obesidad en adultos sigue aumentando, del 11,8% registrado en 2012 al 13,1% en 2016. Esta tendencia tendrá que invertirse a fin de volver a la prevalencia del 11,8% de 2012, en consonancia con la meta para 2025 de detener el aumento de la obesidad. Además de una dieta y una nutrición mejoradas, se precisarán inversiones para apoyar medidas de salud pública que promuevan estilos de vida más saludables.

Progresos regionales

Los progresos logrados respecto de 2012, el año de referencia, hasta el último año en el que se dispone de estimaciones se compararon con el progreso necesario empleando la tasa de reducción anual media (TRMA)47,f para los países con datos suficientes y se resumieron en función de las regiones a las que estos pertenecían (Figura 15). Este nivel de detalle resulta útil para mostrar que los países se encuentran en situaciones de progreso diferentes dentro de las regiones, pues en cada región y subregión se puede observar el porcentaje de los países que se incluyen en cada una de las categorías que indican los progresos alcanzados, a saber, ≥75%, 50%-74,9%, 25%-49,9%, 0%-24,9%, o empeorandog. No obstante, las estimaciones regionales se deberían interpretar con precaución, pues en los cálculos no se incluyen todos los países (véase el Anexo 2D).

Figura 15Los progresos regionales en relación con las metas de nutrición indican un empeoramiento de la anemia en las mujeres de 15 a 49 años y el sobrepeso en niños menores de cinco años de edad, mientras que muchas regiones están alcanzando progresos en la reducción de la emaciación y el retraso del crecimiento en niños menores de cinco años de edad

FUENTES: Los datos relativos al retraso del crecimiento, la emaciación y el sobrepeso se basan en: UNICEF, OMS y Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial. 2021. UNICEF, WHO World Bank Group Joint child malnutrition estimates. Edición de abril de 2021. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition, www.who.int/data/gho/data/themes/topics/joint-child-malnutrition-estimates-unicef-who-wb y https://datos.bancomundial.org/; los datos sobre lactancia materna exclusiva se basan en: UNICEF. 2021. Infant and Young Child Feeding: Exclusive breastfeeding. En: UNICEF Data: Monitoring the Situation of Children and Women. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition/infant-and-young-child-feeding; los datos sobre la anemia se basan en: OMS. 2021. Observatorio mundial de la salud. En: OMS. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://apps.who.int/gho/data/node.imr.PREVANEMIA?lang=es, y los datos correspondientes al bajo peso al nacer se basan en: UNICEF y OMS. 2019. UNICEF-WHO Low Birthweight Estimates: levels and trends 2000-2015. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/resources/unicef-who-low-birthweight-estimates-levels-and-trends-2000-2015/.
NOTAS: 1. En lo que respecta al número de países que forman parte de los grupos de países representados en el lado derecho de los gráficos, los resultados deben interpretarse con precaución, pues es posible que no sean representativos a nivel regional. 2. La emaciación es una afección aguda que puede cambiar con frecuencia y rapidez en el transcurso de un año natural. 3. En las estimaciones no se reflejan los posibles efectos de la pandemia de la COVID-19. 4. Aunque 2010 es el año de referencia de la OMS para la obesidad en adultos, en aras de la coherencia a lo largo de este informe se utiliza como referencia el año 2012. 5. En el Anexo 2D se puede encontrar información detallada sobre la metodología aplicada para evaluar los progresos.
FUENTES: Los datos relativos al retraso del crecimiento, la emaciación y el sobrepeso se basan en: UNICEF, OMS y Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial. 2021. UNICEF, WHO World Bank Group Joint child malnutrition estimates. Edición de abril de 2021. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition, www.who.int/data/gho/data/themes/topics/joint-child-malnutrition-estimates-unicef-who-wb y https://datos.bancomundial.org/; los datos sobre lactancia materna exclusiva se basan en: UNICEF. 2021. Infant and Young Child Feeding: Exclusive breastfeeding. En: UNICEF Data: Monitoring the Situation of Children and Women. Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/topic/nutrition/infant-and-young-child-feeding; los datos sobre la anemia se basan en: OMS. 2021. Observatorio mundial de la salud. En: OMS. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 mayo de 2022. https://apps.who.int/gho/data/node.imr.PREVANEMIA?lang=es, y los datos correspondientes al bajo peso al nacer se basan en: UNICEF y OMS. 2019. UNICEF-WHO Low Birthweight Estimates: levels and trends 2000-2015. Ginebra (Suiza). Consultado el 2 de mayo de 2022. https://data.unicef.org/resources/unicef-who-low-birthweight-estimates-levels-and-trends-2000-2015/.

La gran mayoría de países de una gran parte de las regiones ha realizado progresos modestos (entre un 0% y un 24,9% de los progresos necesarios) en relación con el objetivo de reducir un 30% la prevalencia del bajo peso al nacer para 2030 en los recién nacidos. En cambio, aproximadamente la mitad de los países que representan a América septentrional, Australia y Nueva Zelandia y Europa están experimentando una situación de empeoramiento.

Se han realizado progresos notables hacia el incremento del porcentaje de los lactantes menores de seis meses de edad alimentados mediante lactancia materna exclusiva. En la mayoría de las regiones, entre el 20% y el 70% de los países se clasificaban en la categoría “≥ 75%”, esto es, que alcanzaban al menos el 75% de los progresos totales necesarios. En cambio, la situación está empeorando en Oceanía, excepto Australia y Nueva Zelandia, seguida de América del Sur, el Caribe, Asia central y Asia oriental.

La mayoría de las regiones están realizando progresos en la reducción del retraso del crecimiento en niños menores de cinco años de edad. Se han registrado progresos notables en América septentrional, América del Sur, Asia central, Asia oriental, Australia y Nueva Zelandia y Europa, donde más del 50% de los países incluidos en este análisis habían logrado al menos el 50% de los progresos necesarios para alcanzar la meta prevista para 2030. No obstante, la situación de cerca de un 30% de los países de África septentrional, el Caribe y Oceanía está empeorando, pues están experimentando un aumento de la prevalencia del retraso del crecimiento.

Todos los países que representan a África austral, África septentrional, América central, América septentrional, Asia oriental, Australia y Nueva Zelandia, Europa y Oceanía han logrado al menos el 75% de los progresos relativos a la reducción de la prevalencia de la emaciación para cumplir la meta prevista para 2030. Sin embargo, aproximadamente la mitad de los países que representan a Asia meridional y Asia sudoriental están experimentando una situación de empeoramiento.

Los progresos relativos a la reducción de la prevalencia del sobrepeso para cumplir la meta prevista para 2030 varían según la región, pues más de la mitad de los países que representan a África occidental y Asia meridional han logrado al menos el 75% de los progresos. En cambio, el sobrepeso está empeorando notablemente en la mayoría de los países que representan a América del Sur, África austral, Asia sudoriental, el Caribe y Oceanía.

La situación de los progresos relacionados con la meta para 2030 relativa a la anemia está empeorando en la gran mayoría de los países en casi todas las regiones, especialmente en América septentrional, Asia sudoriental, Australia, Europa, Nueva Zelandia y Oceanía. Entretanto, los nueve países que representan a África central en este análisis han logrado más del 25% de los progresos necesarios.

Los progresos para reducir el aumento de la obesidad en adultos no se presentan en esta figura, pues la situación está empeorando en todos los países donde existen datos disponibles. No se están logrando progresos.

En resumen, aunque se están realizando progresos en algunas regiones, la malnutrición persiste en numerosas formas en todas ellas y, de hecho, puede ser peor de lo que estas conclusiones sugieren, pues las repercusiones de la pandemia de la COVID-19 en los resultados nutricionales todavía están por verse, y la totalidad de los efectos todavía debe revelarse. Para alcanzar las metas mundiales de nutrición para 2030, se requerirán esfuerzos inmensos que permitan contrarrestar los graves retrocesos mundiales. Las tendencias mundiales de la anemia en las mujeres de entre 15 y 49 años de edad, el sobrepeso infantil y la obesidad en adultos especialmente tendrán que invertirse a fin de lograr los progresos necesarios para alcanzar los ODS.

En 2021, tuvieron lugar dos actos de alto nivel para avanzar en la agenda mundial en materia de nutrición: la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios y la Cumbre de Tokio sobre Nutrición para el Crecimiento. Ambos actos sirvieron como catalizadores a nivel mundial de la transformación de los sistemas agroalimentarios destinada a proporcionar dietas saludables para todas las personas de manera sostenible e inclusiva.

Los principales resultados de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios fueron los siguientes: la formulación por parte de más de 100 países de vías nacionales relacionadas con sus sistemas alimentarios, en las cuales se detalla una hoja de ruta para llevar a cabo una acción transformadora y en el marco de la cual la prioridad principal de la que se hicieron eco todos los Estados Miembros fue la necesidad de proporcionar dietas saludables a través de sistemas agroalimentarios sostenibles48. Estos resultados se apoyan también con coaliciones de acción, como aquellas centradas en las dietas saludables proporcionadas por sistemas agroalimentarios sostenibles, los alimentos azules y las comidas escolares, que unen a actores mundiales y países en torno a visiones comunes.

Asimismo, los logros de la Cumbre de Tokio sobre Nutrición para el Crecimiento respaldan estas actuaciones mediante promesas de aumentar los compromisos políticos y financieros que abordan los factores relacionados con los sistemas de protección social, la salud y la alimentación con vistas a permitir dietas saludables y poner fin a la malnutrición en todas sus formas49. Más de la mitad de los 396 compromisos contraídos por 181 partes interesadas en 78 países abordan la alimentación (63%). Los compromisos reconocen la necesidad de contar con políticas multisectoriales coherentes, que vinculen los sectores de la alimentación y la salud, y aumentar las medidas y las inversiones, a fin de que los sistemas agroalimentarios apoyen el cambio a hábitos alimentarios que beneficien la nutrición, la salud humana y el medio ambiente. La integración de la nutrición en la cobertura sanitaria universal fue un pilar con el cual se comprometieron gobiernos nacionales y múltiples partes interesadas para adoptar medidas destinadas a fortalecer los sistemas de asistencia sanitaria con vistas a proporcionar servicios de calidad y asequibles en materia de nutrición.

Ahora resulta importante que los Estados Miembros cumplan los compromisos relacionados con la nutrición que contrajeron en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios y la Cumbre de Tokio sobre Nutrición para el Crecimiento de 2021 mediante la intensificación de sus esfuerzos y la ampliación de sus actividades según sea necesario en el marco del programa de trabajo del Decenio de Acción sobre la Nutrición50.

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