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©FAO/P. Johnson

El estado de los bosques del mundo 2022

Capítulo 6 ¿Son las vías forestales una forma de lograr la recuperación verde y economías resilientes?

TITULARES
  • La mayoría de los países ha adoptado medidas siguiendo las vías forestales, si bien pocos parecen contar con políticas coherentes para promover las tres vías y mejorar su complementariedad. Está claro que existe un impulso internacional, y es un buen momento para poner en marcha estrategias audaces con miras a ampliar las vías de forma que se refuercen entre sí y se cree resiliencia.
  • Las tres vías forestales comportan riesgos económicos, sociales, políticos y ambientales. Por ejemplo, puede suceder que los inversionistas, en particular los pequeños productores, pierdan la oportunidad de invertir en empresas más rentables; por el contrario, la diversificación que ofrecen las vías forestales podría incrementar la resiliencia económica de los actores locales.
  • En las próximas fases se podrían adoptar las cuatro medidas siguientes: 1) dirigir la financiación para la recuperación hacia políticas a largo plazo encaminadas a crear economías sostenibles y empleo verde y seguir movilizando las inversiones del sector privado; 2) empoderar e incentivar a los actores locales para que asuman un papel de liderazgo en las vías forestales; 3) participar en el diálogo sobre políticas en relación con el uso sostenible de los bosques como forma para cumplir simultáneamente los objetivos económicos y ambientales, y 4) aumentar al máximo las sinergias entre las tres vías y entre las políticas y los programas agrícolas, forestales, ambientales y de otra índole y reducir al mínimo las compensaciones recíprocas.

6.1 La contribución de los bosques y los árboles a las actividades de recuperación verde y a la resiliencia

Existe un acuerdo generalizado sobre la necesidad de una recuperación verde, no solo a raíz de la pandemia, sino también en respuesta a las amenazas ambientales que suponen el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la disminución de los servicios ecosistémicos. Sin embargo, hasta la fecha, las iniciativas e inversiones en favor de la recuperación económica de la pandemia prácticamente no han tenido en cuenta el potencial de los bosques.

En muchos países, la conservación forestal no es una prioridad política de primer orden y las personas del medio rural se ven atrapadas en una lucha diaria por alimentar a sus familias. En ocasiones, los economistas pueden justificar la deforestación con argumentos económicos de peso, alegando que la producción de cultivos anuales puede generar ingresos bastante fiables y periódicos. No obstante, los bosques revisten suma importancia para el bienestar de las personas que viven cerca de ellos, en especial las personas muy pobres, y la degradación y pérdida de bosques reducen la función que desempeñan como redes de seguridad. Además, tal y como se resume en el presente informe, se ha demostrado de forma amplia que los bosques son fundamentales para la regulación del medio ambiente en todos los planos, del local al mundial, y, por tanto, para el sostén de todas las personas y la vida en la Tierra.

Pero ¿realmente el mundo necesita más árboles y bosques? Hasta cierto punto, la respuesta a esta pregunta depende del contexto; por ejemplo, en algunos territorios puede que ya exista un equilibrio adecuado entre los usos de la tierra y otros podrían soportar algo más de desmonte. Sin embargo, en general, los datos presentados en este informe indican que la persistencia de la deforestación y la degradación forestal está agravando problemas relacionados, entre otras cosas, con la aparición de enfermedades infecciosas, el cambio climático del plano local al mundial, los daños provocados por desastres y la creciente escasez de agua de buena calidad. Además, está claro que el mundo necesitará un suministro más abundante de materiales en el futuro, por lo que reducir las repercusiones ambientales de su producción, utilización y eliminación será fundamental para lograr la sostenibilidad. Sin duda, la madera y otros materiales forestales, que son renovables y tienen otras cualidades deseables desde el punto de vista ambiental, desempeñarán un papel importante.

Los árboles y los bosques ofrecen soluciones a muchos desafíos y una de sus ventajas es que pueden abordar varios problemas de forma simultánea. En el presente informe se examinan tres vías forestales que pueden contribuir a la recuperación económica de la pandemia al tiempo que abordan otros problemas. Las vías son las siguientes: 1) detener la deforestación y conservar los bosques; 2) restaurar las tierras degradadas y ampliar la agroforestería, y 3) utilizar los bosques de manera sostenible y crear cadenas de valor verdes.

Existen vías alternativas para el futuro de la alimentación y la agricultura que deben estudiarse atentamente. La FAO así lo ha hecho en su Marco estratégico para 2022-2031561, estructurado en torno a las ambiciones estratégicas de conseguir “una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás”562.

Las tres vías forestales se basan en la ambición, la visión y los principios de la FAO en pro de un futuro mejor y más sostenible. Las vías se refuerzan mutuamente: por ejemplo, en una economía más circular, la función de la madera y otros productos y servicios forestales se verá potenciada por la creación de nuevos recursos forestales y arbóreos, la restauración y la agroforestería, y la utilización sostenible de los bosques naturales conservados, que, a su vez, pueden crear empleo verde e ingresos y, con ello, ayudar a respaldar la recuperación y la prosperidad. Asimismo, algunas soluciones encaminadas a mejorar la protección del medio ambiente que parecen ser contrarias a los intereses socioeconómicos actuales podrían tener beneficios netos si los incentivos actuales se modifican de tal modo que las compensaciones recíprocas se conviertan en oportunidades que, por ejemplo, ayuden a los agricultores a aumentar su productividad e ingresos (por ejemplo, mediante la adopción de tecnologías, medios de vida y empleos innovadores y verdes), al tiempo que reducen los riesgos. Además de los incentivos, las políticas de protección social y otras políticas sociales en general serán importantes para posibilitar que los hogares con escasos recursos respondan a estos incentivos reconfigurados.

No todas las compensaciones recíprocas desaparecerán, ni todos los beneficios se mantendrán en los niveles actuales. La distribución de beneficios también puede cambiar, dada la ambición de “no dejar a nadie atrás”. Sin embargo, hay razones de peso para prestar mucha más atención a los bosques como parte de la búsqueda de soluciones. La gestión sostenible a largo plazo de los bosques naturales garantizará la prestación de servicios ecosistémicos indispensables, como la conservación de la biodiversidad, lo que respaldará las actividades de restauración y ayudará a mantener la resiliencia frente al cambio climático. En un mundo ideal, se implantaría una economía circular limpia y próspera integrada por una combinación de medidas de protección forestal y utilización y gestión sostenibles de los bosques, lo que brindará apoyo a la agricultura y mejorará los medios de vida de millones de personas del medio rural, así como de la población mundial.

Las tres vías forestales no son un concepto nuevo, pero describirlas de esta forma es un avance para considerarlas un paquete interrelacionado que constituye un enfoque holístico para abordar varios problemas en todos los ámbitos, del local al mundial. Se puede demostrar la viabilidad de gestionar los bosques para que produzcan múltiples bienes y servicios durante períodos muy largos de tiempo sin disminuciones perceptibles de la productividad, la seguridad alimentaria o el valor social y ambiental. En la mayoría de las regiones, la actividad forestal se apoya en más de 100 años de práctica e investigación científica y por los conocimientos tradicionales acumulados durante siglos. La clave para ampliar las vías es garantizar que los beneficios y costos se distribuyen equitativamente entre las partes interesadas, lo que, a su vez, requerirá enfoques de gobernanza que sean inclusivos y transparentes y estén respaldados por una supervisión adecuada.

Hasta cierto punto, las vías de detención de la deforestación y restauración son requisitos previos para la vía de utilización sostenible, además de contribuir a la misma. Si se reduce al mínimo y se revierte la deforestación, se establecen nuevos recursos forestales y se gestionan todos los bosques de forma sostenible, las industrias forestales podrán satisfacer la proporción cada vez mayor de materiales y servicios ecosistémicos que el mundo necesita y, en este proceso, generarán empleos verdes e impulsarán desarrollo económico.

La aplicación de las tres vías forestales conlleva riesgos. Por ejemplo, el cambio climático podría poner en peligro la salud y vitalidad tanto de los bosques naturales como de los plantados, y para mitigar esta amenaza se requerirá una gestión adaptativa. Existe el riesgo económico de que los inversionistas, en particular los pequeños productores, pierdan la oportunidad de invertir en empresas más rentables al seguir las vías forestales y de que los gobiernos destinen recursos escasos a opciones forestales con un riesgo significativo de fracaso en los lugares en los que se ponen a prueba. Por el contrario, la diversificación de las actividades económicas y las fuentes de ingresos que ofrecen las vías forestales, cuando se adoptan de forma adecuada, puede aumentar la resiliencia económica de las personas a escala local.

También cabe la posibilidad de que las vías forestales se utilicen como medio para retrasar la actuación en otras esferas, sobre todo en el contexto del cambio climático. Es necesario poder verificar las contribuciones de las vías forestales a la mitigación del cambio climático (especialmente) y su adopción no debe responder al objetivo de evitar las reducciones de emisiones de GEI exigidas en otros sectores.

Aparentemente, sería posible mitigar estos riesgos teniendo en cuenta los conocimientos existentes, la función cada vez más importante de las plataformas de múltiples partes interesadas para garantizar que se escuchen todas las voces, y la creciente disponibilidad de medios digitales para la generación de información casi en tiempo real sobre parámetros biofísicos, comerciales y sociales. Sin embargo, sigue habiendo mucha incertidumbre en cuanto a los efectos y resultados de las vías forestales y es necesario seguir trabajando para entender cabalmente sus costos, beneficios y riesgos, en especial los que dependen del lugar.

Muchos países ya han dado pasos significativos a lo largo de las tres vías, por ejemplo, mediante la incentivación de la conservación forestal, la mejora de los sistemas de seguimiento, notificación y verificación de la actividad forestal, la inversión en las medidas de aplicación de leyes, gobernanza y comercio forestales y REDD+, las reformas de la tenencia, el establecimiento de plantaciones forestales, la restauración de las tierras degradadas y la promoción de la agroforestería. No obstante, los esfuerzos dirigidos a ampliar las funciones de los bosques y los árboles siguen enfrentándose a obstáculos como la falta de inversión, las subvenciones que resultan perjudiciales para el medio ambiente, la escasa participación en el proceso de toma de decisiones, los obstáculos reglamentarios, sobre todo para los pequeños productores, los riesgos biofísicos como los incendios, las plagas y la sequía, y las percepciones negativas en cuanto a la utilización sostenible de los bosques y el valor económico de los bosques y los árboles en los territorios agrícolas. Se requieren más esfuerzos para que los países elaboren políticas que promuevan las tres vías y mejoren su complementariedad.

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