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El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2023

Capítulo 5 POLÍTICAS Y SOLUCIONES PARA APROVECHAR LA TRANSFORMACIÓN DE LOS SISTEMAS AGROALIMENTARIOS EN FAVOR DE DIETAS SALUDABLES A LO LARGO DEL CONTINUO
RURAL-URBANO

5.2 Tecnología e innovación: un facilitador esencial de la transformación de los sistemas agroalimentarios en el marco de la urbanización

En un mundo en proceso de urbanización, el despliegue estratégico de la tecnología y la innovación puede ser un catalizador crucial de la transformación de los sistemas agroalimentarios127. En esta sección se expone el potencial de la tecnología y la innovación para contribuir a incrementar la eficiencia, la inclusividad, la resiliencia y la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios en el marco de la urbanización, algo esencial para hacer que las dietas saludables estén disponibles y sean asequibles para todas las personas y, a su vez, lograr la seguridad alimentaria y la nutrición.

Los países tienen necesidades y capacidades diversas con respecto a las tecnologías y las innovaciones, y existen diferencias importantes dentro de los países y entre segmentos de los sistemas agroalimentarios. La urbanización ofrece oportunidades adicionales para que los sistemas agroalimentarios evolucionen rápidamente e innoven a lo largo del continuo rural-urbano (véase la Figura 21 en el Capítulo 3). Naturalmente, no existe ninguna tecnología o innovación “universal” que satisfaga todas las necesidades en todos los contextos del continuo rural-urbano. Además, las innovaciones no se pueden considerar de manera aislada, pues deben tenerse en cuenta las posibles compensaciones y beneficios conjuntos, tanto entre las propias innovaciones como en relación con otras intervenciones en los sistemas agroalimentarios. Por ejemplo, la automatización puede generar desempleo, especialmente para los trabajadores manuales o los trabajadores con baja cualificación, cuando se incentiva a través de subvenciones gubernamentales en zonas donde abunda la mano de obra. Sin embargo, también puede estimular el empleo en la logística y la elaboración debido al aumento de la producción, así como generar nuevos puestos de trabajo que demanden niveles elevados de habilidades cognitivas (esto implica la creación de conocimientos y competencias en los trabajadores agrícolas para facilitar la transición)128. Por tanto, el desarrollo y uso de tecnologías e innovaciones debería orientarse por la evaluación de sus repercusiones socioeconómicas, ambientales y éticas.

Existen multitud de tecnologías e innovaciones disponibles (aunque no necesariamente accesibles para todos los países y grupos sociales) a lo largo de todos los sistemas agroalimentarios. Que estas tecnologías e innovaciones sean inclusivas para todos no solo depende de su adopción y repercusión, sino también de cómo se configure la investigación y el desarrollo. Entre 1981 y 2016, la inversión pública mundial en investigación y desarrollo relacionados con la agricultura se duplicó, y los países de ingresos medianos, en particular el Brasil, China y la India, aumentaron notablemente este tipo de inversión129. No obstante, los países de ingresos medianos bajos de menor tamaño siguen sin tener inversión suficiente en comparación con otros componentes de apoyo a los servicios generales como las inversiones en infraestructuraat, 14. El largo intervalo entre las inversiones y su repercusión sobre el terreno, así como la naturaleza “invisible” de la investigación y la innovación en comparación con inversiones tangibles en infraestructura física son factores que contribuyen a esta desatención.

El gasto público en investigación y desarrollo relacionados con la agricultura sigue siendo inferior al gasto privado. De 1990 a 2014, el gasto privado en investigación y desarrollo relacionados con la agricultura a nivel mundial se triplicó con creces (las empresas situadas en los países de ingresos altos representaron el 88 % del gasto privado mundial en investigación y desarrollo relacionados con la agricultura), pero todavía se centraba en un número relativamente pequeño de productos básicos131. Las inversiones de capital-riesgo en el sector de la tecnología agroalimentaria alcanzaron los 29 600 millones de USD en 2022, aunque esto supuso un descenso del 44 % en comparación con 2021132. No obstante, la función cada vez más importante del sector privado en la investigación y el desarrollo plantea desafíos. La concentración de algunos mercados agroalimentarios importantes en manos de unas pocas empresas multinacionales y el aumento de la integración vertical podrían hacer que la agenda de investigación y desarrollo favorezca determinados intereses financieros en lugar de centrarse en consideraciones relativas a la sostenibilidad, y promueven la adopción de soluciones tecnológicas e innovadoras de alta tecnología y con un costo elevado en detrimento de otras133, 134. De hecho, si se observan las tendencias de la investigación y la innovación, parece que en los mercados altamente concentrados, el enfoque de la innovación se centra principalmente en una investigación y desarrollo defensivos destinados a salvaguardar los productos o tecnologías existentes en lugar de promover nuevas ideas135. No obstante, los enfoques comerciales innovadores empleados en el sector privado todavía podrían beneficiar a los sistemas agroalimentarios: por ejemplo, la idea de la “economía circular”au está promoviendo la elaboración de enfoques innovadores para reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos en diferentes etapas de la cadena de suministro de alimentos, incluso a nivel doméstico134.

La elaboración de una lista exhaustiva y completa de tecnologías e innovaciones (en particular las que se encuentran en fase de desarrollo) está fuera del alcance de esta sección. Se proporcionan ejemplos ilustrativos para mostrar diferentes opciones que podrían emplearse conjuntamente en paquetes apropiados según el contexto y considerarse elementos integrales de una cartera de políticas, inversiones y leyes para transformar los sistemas agroalimentarios con vistas a hacer las dietas asequibles y saludables para todas las personas137. En particular, existen numerosas innovaciones digitales que avanzan rápidamente y atañen a todos los segmentos de los sistemas agroalimentarios, ofreciendo la posibilidad de transformar esos sistemas de formas sin precedentes a lo largo del continuo rural urbano y, en particular, ofreciendo a los países de ingresos medianos bajos oportunidades para saltearse tecnologías existentes que son menos eficientes. Se estima que para 2050 cada explotación podría producir por sí misma en torno a 4,1 millones de puntos de datos diarios (en comparación con los 190 000 puntos de datos producidos por explotación al día en 2014)138. Extrapolándolos a diversos aspectos de los sistemas agroalimentarios, estos datos pueden mejorar el uso de los fondos públicos mediante la determinación de las opciones de políticas más eficaces y eficientes y la reducción de los costos de transacción a lo largo del ciclo de políticas (de la aplicación al seguimiento, el cumplimiento y la evaluación). Por ejemplo, el uso de datos geoespaciales podría proporcionar datos objetivos para formular políticas empleando la perspectiva del continuo rural-urbano139, y podría revestir especial importancia para mejorar los puntos de partida comunes y diferenciados de las políticas.

No obstante, las innovaciones en las tecnologías digitales corren el riesgo de incrementar la brecha digital entre grupos socioeconómicos (por ejemplo, ingresos, género y edad), zonas geográficas (por ejemplo, poblaciones rurales y urbanas) y grupos geopolíticos, además de plantear preocupaciones en relación con el control de la información y el poder, la democracia y los derechos humanos. Algunos de los factores que se han de abordar son el elevado costo de algunas tecnologías digitales, la ausencia de infraestructura digital, la falta de alfabetización y competencias digitales, y las barreras socioculturales vinculadas al género, así como las cuestiones relacionadas con la asimetría de la información, la propiedad y la gestión de los datos, la privacidad y la ciberseguridad. En el mundo, 2 700 millones de personas no tienen acceso a Internet y los servicios de banda ancha para teléfonos fijos o móviles son demasiado costosos para el consumidor medio en la mayoría de los países de ingresos bajos140. Además, en los países de ingresos medianos bajos, es un 16 % menos probable que las mujeres utilicen Internet en dispositivos móviles en comparación con los hombres, mientras que los adultos que residen en zonas rurales tienen un 33 % menos de probabilidades de utilizar Internet en dispositivos móviles que sus homólogos de las ciudades141.

Los entornos alimentarios y la tecnología y la innovación orientadas al comportamiento del consumidor

En los contextos donde existe urbanización, donde los consumidores están cada vez más expuestos a los alimentos altamente procesados, resulta especialmente importante incrementar la demanda de alimentos nutritivos. La aplicación de la ciencia del comportamiento es una innovación esencial que hace posible que gobiernos, científicos y el público trabajen juntos para formular enfoques basados en hechos comprobados a fin de aumentar el acceso a dietas asequibles y saludables y empoderar a los consumidores para que las elijan. Cuando se emplea como un proceso de innovación sistemático, la ciencia del comportamiento puede ayudar a determinar obstáculos al consumo de una dieta saludable y contribuir a formular y, probar las soluciones para superarlos y ampliar su escala. Teniendo en cuenta que los mercados de alimentos son una fuente de alimentos fundamental a lo largo del continuo rural-urbano, se pueden utilizar estímulosav en el punto de venta para interrumpir respuestas de comportamiento automatizadas y redirigirlas a opciones alimentarias más saludables.

Las intervenciones con estímulos en los comedores escolares o las tiendas de comestibles locales han obtenido resultados positivos a la hora de orientar las elecciones alimentarias individuales hacia alimentos más nutritivos en los países de ingresos altos143, 144, y no resultaría demasiado costoso para los países de ingresos más bajos emularlas como un complemento útil de instrumentos importantes de política económica y reglamentación. Por ejemplo, una prueba en la que participaron 10 escuelas primarias en Australia tenía por objeto alentar la selección de alimentos y bebidas más saludables del menú escolar en línea. Mediante la introducción de múltiples estímulos como la colocación de los alimentos (con los productos saludables en primer término), así como sugerencias y descripciones atractivas de estos, la intervención pudo reducir significativamente el contenido energético, de grasas saturadas y de sodio de las comidas escolares en comparación con el grupo de control en que no se realizó ninguna intervención145.

El etiquetado de los alimentos puede contribuir a lograr un entorno alimentario saludable mediante la facilitación de información al consumidor sobre el contenido de los alimentos, la captación de la atención del consumidor para centrarla en los beneficios y riesgos de nutrientes o ingredientes específicos que plantean preocupaciones de salud pública, y la motivación de los fabricantes para que produzcan alimentos con perfiles nutricionales más saludables146. La elaboración de perfiles de nutrientes es un método que evalúa la calidad nutricional de los alimentos y bebidas procesados. También es un instrumento para orientar intervenciones en materia de políticas como, por ejemplo, el etiquetado frontal de los envases o el etiquetado de los menús, así como las restricciones a la comercialización dirigida a niños y niñas para ayudar a informar y empoderar a los consumidores a fin de que cambien la demanda hacia dietas saludables. Por ejemplo, en Ghana, el proyecto OBAASIMA, ha empleado un sello para el etiquetado frontal de los envases y ha lanzado una campaña de comercialización social para alentar a las pymes locales a producir productos nutritivos. El proyecto ha obtenido resultados preliminares prometedores en el incremento de la sensibilización de los consumidores y la capacidad de las pymes y se está ampliando a más ciudades54. También se han elaborado perfiles nutricionales regionales como recurso para los encargados de formular políticas nacionales o locales147, 148, 149, 150, 151.

La promoción, y preservación, de los alimentos tradicionales procedentes de los sistemas agroalimentarios de los pueblos indígenas a través del etiquetado y la certificación (en particular etiquetas territoriales, indicaciones geográficas y sistemas de garantía participativos) puede crear mercados de nicho y aumentar la sensibilización sobre la especificidad de dichos productos. Por ejemplo, en el Ecuador, la etiqueta Chakra centra principalmente la atención en los mercados locales y sensibiliza a los consumidores sobre el aspecto sociocultural característico del sistema Chakra, así como el valor nutricional de los productos locales152. Sin embargo, dado el gran número de etiquetas diferentes presentes en el mercado y los obstáculos existentes para competir con los precios mundiales de los productos básicos, es posible que el uso de etiquetas innovadoras únicamente no permita aumentar las ventas de los productos de los pueblos indígenas. Por tanto, la creación de relaciones y procesos colectivos junto con representantes de confianza del sector privado, especialmente agentes de mercado pertinentes, así como gobiernos e investigadores, tanto en el ámbito de las ciencias sociales como de las ciencias naturales, puede resultar esencial para elaborar estrategias de comercialización sostenibles para los productos alimentarios de los pueblos indígenas.

El uso de la secuenciación del genoma completo puede constituir un instrumento eficaz para identificar y rastrear patógenos transmitidos por alimentos y detectar contaminantes, así como investigar brotes153. Los datos de rastreabilidad, en particular a través de aplicaciones móviles, ayudan a informar a los consumidores sobre el origen de los alimentos que se venden en los supermercados, promoviendo la transparencia de los precios y haciendo que las cadenas de suministro sean más eficientes y responsables154.

Los servicios para compartir alimentos en línea pueden reunir excedentes de alimentos y redistribuirlos a las comunidades locales y los supermercados en las zonas urbanas y rurales, ayudando así a reducir el desperdicio de alimentos. También pueden tener una repercusión positiva en los entornos alimentarios, especialmente cuando el excedente de alimentos nutritivos como las frutas y las hortalizas se “rescata” y redistribuye. Las aplicaciones para teléfonos inteligentes que permiten a los usuarios realizar pequeñas donaciones a iniciativas específicas pueden proporcionar apoyo a diversas actividades, desde crear resiliencia para llevar a cabo programas de alimentación escolar hasta proporcionar asistencia alimentaria en situaciones de emergencia155.

El aumento del uso de teléfonos móviles en los países de ingresos medianos bajos ha contribuido a la adopción de otros servicios como las transferencias monetarias por telefonía móvil, que permiten reducir los costos de transacción y mejorar la inclusión financiera. Las transferencias monetarias por telefonía móvil pueden mejorar el acceso de los productores a mercados de más alto valor (incrementando así sus ingresos), así como a fuentes de ingresos fuera de la explotación156. En Kenya, la República Unida de Tanzanía y Uganda, se ha mostrado que estas tienen efectos positivos en el bienestar de los hogares, incluso en algunos casos diversificando las compras de alimentos y mejorando la diversidad de la dieta157. Aunque los beneficios de utilizar las transferencias monetarias por telefonía móvil en las zonas rurales ya se han establecido, las ventajas para las zonas urbanas también se están reconociendo ahora también, tal como se ha observado en Zimbabwe, por ejemplo, donde se realizan transferencias monetarias por telefonía móvil en los contextos urbanos158.

Los laboratorios de alimentación implican la reunión de un grupo de personas de funciones complementarias para experimentar con la búsqueda de nuevas soluciones159 a desafíos complejos de los sistemas agroalimentarios, en particular la inseguridad alimentaria y la inasequibilidad de las dietas saludables. La experimentación con tecnologías, políticas, enfoques participativos, medidas e ideas, entre otras cosas, puede ser una fuente importante de innovación y creación de capacidad. Por ejemplo, el Laboratorio para el cambio de la alimentación de Uganda se estableció para abordar cuestiones a nivel de distrito relacionadas con la escasez de instalaciones de elaboración locales, el agotamiento de los suelos locales y la malnutrición infantil, derivados principalmente de dietas poco diversificadas. El laboratorio mantuvo diálogos sobre alimentación y llevó a cabo investigaciones y talleres con un grupo de actores diversosaw de los sistemas agroalimentarios, incluidos aquellos a los que normalmente no se les daba voz, a fin de sensibilizar a las partes interesadas. Después se celebró la primera Cumbre nacional sobre la alimentación de las personas del país, que dio lugar a una serie de compromisos de las partes interesadas160. En el Brasil, la plataforma colaborativa “Laboratório Urbano de Políticas Públicas Alimentares” (Laboratorio urbano de políticas públicas alimentarias) apoya la elaboración y el fortalecimiento de una agenda alimentaria urbana integrada, proporcionando al mismo tiempo datos y contenido sobre las experiencias municipales. Esto incluye un programa de un año de duración que ofrece un amplio repertorio de instrumentos para que las ciudades puedan formular de manera más adecuada sus estrategias locales sobre política alimentaria. Las ciudades que participan en esta plataforma pertenecen a cinco regiones del Brasil, que abarcan 18 de los 26 estados brasileños, y comprenden más de 11 millones de personas161.

Tecnología e innovación relacionadas con los segmentos intermedios de la cadena de suministro de alimentos

La urbanización está incrementando la demanda de alimentos envasados y precocinados, incluso en los países de ingresos bajos. Como se analiza en el Capítulo 4, el consumo de alimentos procesados y alimentos fuera del hogar es más elevado en las zonas urbanas, pero se está extendiendo a lo largo del continuo rural-urbano. También existe un aumento notable del número de pymes de los segmentos intermedios que participan en la venta al por mayor, el transporte y la elaboración, así como pymes de los segmentos iniciales que participan en el suministro de insumos, especialmente en África y Asia meridional162. Las pequeñas y medianas empresas suelen estar situadas en zonas agrícolas rurales y desempeñan un papel importante en el aumento de las oportunidades de mercado y el fortalecimiento de los vínculos entre las zonas urbanas y rurales. En este sentido, resultan esenciales los enfoques innovadores que aumentan la capacidad de las pymes para incrementar la disponibilidad de alimentos nutritivos e inocuos, mejorar el entorno alimentario y facilitar el consumo de dietas saludables.

Los modelos de negocio innovadores como el modelo de operadores de la iniciativa “Egg Hub” (Central de huevos) (Recuadro 12) pueden apoyar el consumo de dietas saludables, proporcionando al mismo tiempo a los pequeños productores insumos y servicios de calidad, así como acceso a los mercados.

RECUADRO 12El modelo de operadores de “Egg Hub”: una solución ampliable que beneficia a todas las partes y está orientada a los pequeños productores y los consumidores con ingresos bajos

La fundación sin ánimo de lucro Sight and Life ha probado experimentalmente el modelo de operadores de “Egg Hub” en varios países, entre ellos, Etiopía, la India y Malawi. Este modelo ofrece a los pequeños productores rurales acceso a mercados urbanos y periurbanos para sus excedentes. Los productores se organizan en grupos de cinco y se les proporcionan paquetes de insumos, préstamos, capacitación y apoyo de mercado para vender sus huevos, así como precios mayoristas para piensos mejorados. Los huevos que producen los venden principalmente en sus comunidades, y no en establecimientos comerciales donde los huevos se usarían como ingredientes. El excedente de producto se recoge y se vende en los mercados urbanos y periurbanos. Los agricultores devuelven sus préstamos en un plazo de entre tres y cinco años, y el dinero de la devolución se utiliza para crear un fondo rotatorio destinado a ayudar a incrementar el número de agricultores participantes en la iniciativa. Un operador de “Egg Hub” y sus productores afiliados pueden atender una zona de influencia con un radio máximo de 100 km.

En Malawi, el primer modelo de operador de esta iniciativa tenía como objetivo producir más de 10 millones de huevos al año para pequeños productores y comunidades rurales. Los 175 productores que aplicaron el modelo triplicaron su producción, lo que les permitió vender sus huevos a los consumidores con un 40 % de descuento y llegar a una cifra estimada de 210 000 personas pobres del medio rural. Las mujeres se beneficiaron especialmente, pues participaban de manera extensiva en la cría de pequeños animales. El modelo de la iniciativa “Egg Hub” también proporcionó y añadió una ventaja añadida al contribuir a que los pequeños productores pasaran de criar animales en el patio trasero de sus hogares a la ganadería en pequeña escala, con lo que se redujo el riesgo de exposición de los niños y niñas a las heces de las aves y a infecciones. Asimismo, el modelo de Malawi demostró ser más sostenible, pues requería un uso de la tierra un 69 % menor y un uso de agua un 33 % menor, y la producción de emisiones de gases de efecto invernadero era un 84 % menor que la de la cría doméstica de aves de corral, principalmente debido a los niveles más bajos de desperdicio de huevos y a una mejor bioseguridad. Otro aspecto crucial del modelo de “Egg Hub” es la capacidad de abordar las dificultades del acceso de los pequeños productores a préstamos bancarios. Mediante la facilitación del acceso a insumos de calidad y un mercado garantizado para sus productos, el modelo ofrece a los productores mejores oportunidades de garantizar financiación para sus negocios163.

La creciente demanda de productos perecederos como frutas y hortalizas, productos lácteos, carne y alimentos acuáticos ha dado lugar a la proliferación de tecnologías de congelación y envasado. Las unidades móviles de enfriamiento previo y empaquetado ofrecen a los productores la opción de enfriar previamente sus productos cuando no se dispone de acceso inmediato a tecnología de almacenamiento frigorífico164. Las cadenas de frío pueden ampliarse mediante sensores basados en el Internet de las cosasax y macrodatos, permitiendo la adopción de decisiones en tiempo real para productos sensibles a la temperatura y perecederos a medida que avanzan en la cadena o se mantienen almacenados.

Las cadenas de frío proporcionan beneficios en términos de mantenimiento de la calidad de los alimentos (incluida la calidad nutricional) y la inocuidad de estos, reduciendo la pérdida y el desperdicio de alimentos y facilitando el acceso a los mercados. Asimismo, resultan esenciales para mantener la integridad de los medicamentos veterinarios y las vacunas para ayudar a prevenir y gestionar brotes de enfermedades zoonóticas. No obstante, las cadenas de frío plantean riesgos importantes en lo que respecta al daño al medio ambiente que el equipo de refrigeración puede causar. Además, existen numerosos obstáculos que impiden el uso de cadenas de frío en los países de ingresos medianos bajos, a saber, la falta de acceso a energía y equipos fiables, los limitados recursos para las inversiones del sector público y privado, la incapacidad de los pequeños agricultores para permitirse tecnologías de refrigeración, y la falta de competencias técnicas, entre otras cosas166. En los países de ingresos medianos bajos, la capacidad y utilización de las cadenas de frío son mucho más elevadas para los productos alimentarios exportados que para los alimentos destinados a los mercados nacionales. Los sistemas de refrigeración respetuosos con el medio ambiente y basados en energías renovables pueden ayudar a que las cadenas de frío sean más sostenibles, aunque se deben abordar desafíos como, por ejemplo, el acceso a energía fiable y asequible167.

Las innovaciones en el envasado de los alimentos pueden mantener la calidad, la inocuidad y el valor nutricional de los productos alimentarios, satisfacer las necesidades y preferencias de los consumidores, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos y disminuir el costo de los alimentos nutritivos, especialmente en cadenas de distribución más largas. Por ejemplo, el rociado de una película fina de lípidos orgánicos en las frutas y hortalizas puede aumentar su vida útil, ofreciendo grandes beneficios en países con una refrigeración limitada168. El envasado “inteligente” utiliza materiales que pueden realizar un seguimiento del estado y el entorno del alimento envasado, alertando a los minoristas o los consumidores de cualquier riesgo o contaminación como los cambios de color. También puede incluir etiquetas “inteligentes” como, por ejemplo, códigos QR que rastrean los productos a lo largo de la cadena de suministro, verificando la inocuidad del producto y proporcionando información adicional (por ejemplo, detalles sobre alérgenos y origen). Las alternativas al envasado de plástico son las soluciones de envases biodegradables, por ejemplo, bioplásticos procedentes de flujos de desechos orgánicos, aunque los materiales varían significativamente en lo que respecta a la cantidad de recursos renovables empleados en su formulación y pueden no ser tan inmediatamente compostables como se afirma. Además, estas soluciones siguen resultando difíciles de ampliar a otras escalas, pues deben adaptarse a los requisitos de uso169.

Las soluciones de envasado circular pueden incluir un nuevo diseño de los formatos de envasado y los modelos de entrega, la introducción de un envasado reutilizable, y la mejora de la economía y la calidad de los materiales de plástico reciclado170. Por ejemplo, el envasado retornable y de tránsito en forma de cajas de plástico retornables se utiliza ampliamente en las cadenas de valor agroalimentarias debido a su rentabilidad, durabilidad y reutilizabilidad a lo largo de períodos prolongados. En Bangladesh, el cambio de plásticos de un solo uso a cajas de plástico retornables para el transporte de larga distancia de frutas y hortalizas frescas, junto con la aplicación de buenas prácticas de gestión, ha mejorado la calidad y la vida útil de los productos frescos y ha incrementado los ingresos de las partes interesadas, protegiendo al mismo tiempo a los consumidores frente a riesgos relacionados con la inocuidad de los alimentos y reduciendo considerablemente las pérdidas posteriores a la cosecha171. El fomento de la gestión colaborativa entre productores, elaboradores, minoristas y distribuidores resultará fundamental para impulsar el cambio del modelo lineal actual “cosecha-elaboración-consumo-eliminación” de la cadena de valor agroalimentaria a enfoques sistémicos más circulares para garantizar la sostenibilidad172.

Las plataformas de comercio electrónico ofrecen oportunidades para incrementar la asequibilidad de las dietas saludables acortando las cadenas de valor e incrementando el acceso a los mercados. Estas plataformas también pueden contribuir al empoderamiento de las mujeres permitiendo a estas obtener una fuente de ingresos independiente, trabajar desde casa y establecer sus propios horarios de trabajo. Asimismo, el comercio electrónico puede reducir el número de intermediarios y equilibrar las relaciones de poder en las cadenas de valor, dando lugar al pago de precios más elevados a los productores y a la reducción del precio de los productos para los consumidores173, 174. El crecimiento del comercio electrónico se aceleró aún más con la pandemia de la COVID-19, pasando del 10 % al 20 % al año en China, del 30 % al 70 % en la India, y del 20 % al 50 % en Nigeria175, y, en cierta medida, actualmente los consumidores dependen más del comercio electrónico de alimentos (y la entrega de estos) de lo que lo hacían antes de la pandemia83. Un obstáculo importante para la adopción y la ampliación de la escala del comercio electrónico es, sin embargo, el acceso desigual a la conectividad a Internet en algunas regiones. Esto puede limitar no solo la base de consumidores de las plataformas de comercio electrónico, sino también la posibilidad de que los pequeños productores anuncien sus productos directamente en esas plataformas, manteniendo de esta forma (o incluso aumentando) su dependencia de los intermediarios en los canales de suministro no tradicionales.

Con el aumento de la popularidad del comercio electrónico, la inocuidad de los alimentos se ha convertido en una cuestión crucial para los minoristas que trabajan en línea. A fin de garantizar la inocuidad de los alimentos, los minoristas deben tomar medidas para evitar la contaminación durante el almacenamiento, el transporte y la entrega. Esto incluye el mantenimiento de temperaturas adecuadas para los bienes perecederos, el uso de materiales de envasado inocuos y la aplicación de medidas de saneamiento adecuadas. Los minoristas también deben adherirse a los reglamentos locales y federales que rigen la inocuidad de los alimentos. La información clara y precisa sobre el origen, el contenido y la fecha de caducidad de los productos alimentarios resulta esencial para fundamentar las elecciones de los consumidores y mitigar los posibles riesgos para la salud176, 177, 178, 179.

El auge del comercio electrónico debido a los avances en la tecnología móvil y la disponibilidad generalizada de Internet inalámbrico está cambiando la forma de interactuar de las personas con sus entornos alimentarios. Esta “digitalización” de los entornos alimentarios está permitiendo a los minoristas de alimentos vender productos en línea, dando lugar a un acceso sin precedentes del consumidor a una gran variedad de alimentos (tanto alimentos nutritivos como alimentos hipercalóricos y con un valor nutricional mínimo). Como inconvenientes, el comercio al por menor de alimentos en línea y las aplicaciones de entrega de comida ofrecen a menudo promociones específicas para alimentos con un elevado contenido de grasas, azúcares o sal180, 181, 182, 183, 184, 185, 186, 187. Aunque se utilizan principalmente en contextos urbanos en países de ingresos altos y medianos, la popularidad de las aplicaciones de entrega de comida está creciendo y estas se están extendiendo a las ciudades más pequeñas y los pueblos, algo que puede contribuir a una expansión de los pantanos alimentarios mediante el aumento del acceso geográfico a alimentos preparados fuera del hogar188, 189 o a la disponibilidad de alimentos con un elevado contenido de grasas, azúcares o sal en zonas donde las tiendas físicas que venden alimentos nutritivos son escasas. En un estudio en el que se analizaron aplicaciones de entrega de comida, se observó, por ejemplo, que existía un mayor número de opciones de comida rápida en los barrios más desfavorecidos190.

Tecnología e innovación relacionadas con la producción de alimentos

Las explotaciones familiares producen aproximadamente el 80 % de los alimentos de todo el mundo en términos de valor, y las explotaciones de menos de 2 hectáreas, en torno al 35 %191. Además, la mayoría de la población pobre y aquejada de inseguridad alimentaria del mundo vive en zonas rurales y sus medios de vida dependen de la agricultura192. Por ello, resulta esencial incrementar la productividad y los ingresos agrícolas en las zonas rurales, fomentar el acceso de los pequeños productores a los mercados y mejorar la conectividad para facilitar flujos más dinámicos de bienes, servicios e información a lo largo del continuo rural-urbano.

De manera simultánea, la rápida urbanización combinada con el aumento de los ingresos está cambiando los patrones de oferta y demanda de alimentos, acelerando así una transición alimentaria. El consumo también está cambiando en las zonas rurales, haciendo que la producción agrícola se diversifique hacia los alimentos nutritivos. El cultivo de frutas y hortalizas puede crear oportunidades económicas para los agricultores, no solo en el medio rural, sino también en las zonas urbanas y periurbanas. La diversificación también incrementa la resiliencia ante las perturbaciones climáticas, ambientales y de los mercados en diferentes contextos de producción.

Tal como se ha señalado anteriormente, la agricultura urbana y periurbana puede proporcionar un fácil acceso a alimentos frescos y nutritivos y hacer que las dietas saludables sean más asequibles en las zonas urbanas y periurbanas. Asimismo, puede ayudar a optimizar el uso de los escasos recursos urbanos como, por ejemplo, la tierra y el agua, aunque resulta importante actuar con precaución en zonas que puedan tener problemas de contaminación, pues podrían plantear importantes riesgos de inocuidad alimentaria. Más de 1 000 millones de personas que residen en las regiones urbanas y periurbanas participan en actividades agrícolas o de cultivo de alimentos, y las aglomeraciones urbanas abarcan una superficie agrícola mundial que supera los 60 millones de hectáreas126. No obstante, aunque la agricultura urbana y periurbana puede mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición en las ciudades y sus alrededores, es poco probable que pueda satisfacer las necesidades de las poblaciones urbanas, por lo que su desarrollo debería complementarse con el de la agricultura rural y concentrarse en actividades donde exista una ventaja comparativa clara como, por ejemplo, la producción de alimentos frescos y perecederos.

Existen numerosas tecnologías e innovaciones que se pueden aprovechar para mejorar la productividad en las zonas rurales, urbanas y periurbanas, así como para cerrar la brecha de productividad en los países de ingresos medianos bajos, sobre todo ante la crisis climática y los cada vez más escasos los recursos naturales. Dado que la escasez de agua ya es una realidad en numerosos lugares del continuo rural-urbano, las tecnologías como el almacenamiento de agua de lluvia pueden optimizar la eficiencia del uso del agua en la agricultura de secano193. Por ejemplo, el agua de lluvia recogida de los tejados puede repercutir positivamente en la productividad y mejorar el uso sostenible del agua en la agricultura urbana y periurbana194. Asimismo, el uso inocuo de las aguas residuales puede generar importantes ahorros de energía para la producción de alimentos y para las ciudades en general, y pueden utilizarse los nutrientes recuperados de las aguas residuales en lugar de fertilizantes inorgánicos195. Además, se han instalado sistemas captadores de niebla en zonas áridas y estos han incrementado la disponibilidad de agua para la producción de alimentos en varios países de América Latina y el Caribe196, 197.

Las innovaciones agroecológicasay pueden basarse en los mercados o tener carácter institucional, ecológico y tecnológico, centrándose a menudo en la creación conjunta de conocimientos199. La agroecología reconoce que la producción, la distribución y el consumo de alimentos están relacionados de manera inherente con los procesos económico, ecológico y social y se practica de formas diversas y adaptadas localmente a lo largo del continuo rural-urbano. En el nivel de la parcelas, las explotaciones y los territorios, puede ayudar a incrementar los ingresos de los agricultores200, mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición201, utilizar el agua y los suelos de manera más eficiente, conservar la biodiversidad, proporcionar servicios ecosistémicos y mejorar el reciclaje de nutrientes, entre otros beneficios202. En la India, el programa de agricultura natural gestionada por la comunidad de Andhra Pradesh, que tiene como objetivo la transición de los seis millones de agricultores que viven en el estado a enfoques agroecológicos ya ha alcanzado los 630 000 agricultores, dando lugar a ingresos más elevados, así como mejores rendimientos y beneficios para la salud203. En el Ecuador, el Proyecto de Agricultura Urbana Participativa hace hincapié en la inclusión social de los grupos vulnerables y apoya la producción, elaboración y distribución de alimentos procedentes de las zonas urbanas y periurbanas, generando ingresos, creando puestos de trabajo y promoviendo la agrobiodiversidad204. También facilita el suministro de asistencia técnica, microcréditos y creación de capacidad para los productores. La combinación de la agroecología con los enfoques territoriales puede ayudar a empoderar a las comunidades rurales y a aumentar la escala de la agroecología, por ejemplo, mediante la aplicación de sistemas de certificación territoriales y cadenas de valor más cortas para mejorar el acceso a los mercados e incrementar los ingresos de los pequeños productores205.

En 2021, la agricultura orgánica se practicaba en 191 países por parte de cerca de 3,7 millones de productores, pero ocupaba únicamente el 1,6 % de la tierra agrícola total206. Los sistemas agrícolas orgánicos pueden proporcionar más beneficios con una menor huella ecológica y producir alimentos nutritivos con menos residuos de plaguicidas207. En general, la agricultura orgánica tiene un efecto positivo en la biodiversidad superficial y subterránea, las existencias de carbono en el suelo y la calidad y conservación de los suelos, pero a menudo produce rendimientos más bajos que la agricultura convencional y requiere más mano de obra208. MASIPAG, una red de promoción de nivel de base dirigida por agricultores en Filipinas, promueve la agricultura orgánica como una vía para el desarrollo rural. Los agricultores colaboran en el fitomejoramiento participativo de variedades de arroz, en intercambios entre agricultores, y en sistemas participativos de garantía para mejorar el acceso a los mercados de productos orgánicos209. La agricultura orgánica también es una práctica habitual en la agricultura urbana y periurbana, donde se utilizan con frecuencia estiércol y compost derivado de los desechos urbanos para mejorar la fertilidad del suelo. Por ejemplo, en la granja orgánica de la organización Youth Reform de Kibera, que comenzó en un vertedero en el mayor tugurio de África en Nairobi, se cultivan diversos productos para consumo propio y para la venta210. Dado que la agricultura orgánica no depende de fertilizantes nitrogenados sintéticos, la disponibilidad de nitrógeno es el principal impedimento para la expansión mundial de la agricultura orgánica211. Otras cuestiones adicionales están relacionadas con la posible exclusión de los pequeños productores debido al costo de la certificación y el precio de los productos orgánicos, que a menudo son demasiado elevados para los consumidores212.

La agricultura en un entorno controlado, también denominada agricultura sin suelo en interiores o vertical, abarca numerosas tecnologías, entre ellas la hidroponía, la aeroponía y la acuaponía. La agricultura vertical solo necesita de una pequeña parcela de tierra y puede realizarse en interiores, lo que permite el cultivo de alimentos en espacios urbanos e industriales y deriva en cadenas de suministro más cortas. Para los cultivos hortícolas de ciclo corto y crecimiento rápido como la lechuga y las hierbas de hoja verde, la producción en un entorno controlado puede reducir el uso de agua en hasta un 95 %, suministrando al mismo tiempo productos de alto valor y con una calidad constante durante todo el año. Las explotaciones verticales pueden reducir al mínimo los riesgos de enfermedades transmitidas por alimentos y disminuir considerablemente la necesidad tanto de insumos (por ejemplo, fertilizantes y plaguicidas) como de agua (mediante el reciclaje). Para los cereales como el trigo, existen estudios que han mostrado que los rendimientos en las explotaciones verticales en interiores podrían ser entre 220 y 600 veces más elevados que los rendimientos en el campo, empleando menos tierra213. Sin embargo, el elevado costo energético de la producción de luz artificial y el mantenimiento de la temperatura y la calidad del aire hace que la adopción de la agricultura en un entorno controlado sea viable principalmente en los países de ingresos altos. La mayor cuota de mercado de la agricultura en un entorno controlado y la mayoría de sus resultados positivos se han observado en este grupo de países por nivel de ingresos214, 215, pero esta también se ha utilizado para apoyar a las comunidades vulnerables en los países de ingresos medianos bajos empleando unidades hidropónicas que usan muy poca tecnología216.

Las innovaciones biotecnológicas en la genética y el mejoramiento han generado enormes beneficios en la productividad, la adaptación al estrés biótico y abiótico y la mejora del valor nutricional. El consumo de cultivos bioenriquecidos pueden mejorar el estado nutricional y promover mejores resultados en materia de salud, especialmente en las zonas rurales de los países de ingresos medianos bajos, donde las dietas dependen en gran medida de los cultivos básicos de producción propia o adquiridos localmente. Se han proporcionado cientos de variedades bioenriquecidas de 12 cultivos básicos para su plantación en más de 60 países, gracias a lo cual más de 86 millones de personas de hogares rurales consumen alimentos bioenriquecidos. En Nigeria, se han establecido vínculos entre agricultores que cultivan yuca bioenriquecida con vitamina A y agregadores y elaboradores, y los productos procesados etiquetados se venden en zonas rurales, urbanas y periurbanas. Además, la organización de la Feria anual de los alimentos nutritivos ha resultado fundamental para impulsar los vínculos entre agricultores, elaboradores, comerciantes y consumidores217.

La edición de genes es una tecnología relativamente nueva que ofrece mejoras en la exactitud y precisión del mejoramiento vegetal y animal, con la ventaja añadida de acelerar los procesos de los componentes a un precio reducido. En particular, la edición de genes puede explotarse para incrementar la utilidad de los cultivos “olvidados” y las especies marginadas e infrautilizadas que son nutritivos y suelen estar adaptados a entornos y condiciones difíciles. Los productos editados genéticamente que se comercializan son un tomate enriquecido con ácido gamma-aminobutírico y dos peces editados genéticamente en el Japón, así como soja con una composición de ácidos grasos mejorada en los Estados Unidos de América218. No obstante, existen diversas opiniones sobre cómo deberían regularse los productos editados genéticamente, y la legislación puede ser distinta en función del país. Asimismo, los debates anteriores asociados a la modificación genética pueden influir en la aceptación de los productos editados genéticamente por parte del consumidor. Los estudios sobre la percepción pública varían con respecto a si los consumidores pueden distinguir entre modificación genética y edición genética al formar sus opiniones. En un estudio reciente, los encuestados opinaban que los alimentos editados genéticamente eran similares a los modificados genéticamente y su opinión era menos favorable en comparación con los alimentos convencionales. Otros estudios sugieren que la población puede aceptar mejor las modificaciones cisgénicasaz que las modificaciones transgénicasba, pero su aceptación es menor que la de los cultivos mejorados por métodos convencionales218.

Los cambios fundamentales en el estilo de vida, la disparidad de ingresos, el aumento de la diversidad de la población urbana y los cambios en el comportamiento de los consumidores en respuesta a numerosos factores (por ejemplo, las preocupaciones sobre la repercusión de la producción de alimentos en la sostenibilidad del medio ambiente, así como el bienestar animal) están perturbando el statu quo de los sistemas agroalimentarios. Se están explorando nuevos alimentos y formas novedosas de producirlos. La popularidad de las alternativas de origen vegetal (por ejemplo, los productos a base de soja y frutos secos) está aumentando en comparación con los productos de origen animal (por ejemplo, la carne, los productos lácteos, los huevos y los alimentos acuáticos), aunque es necesario ser precavidos para evitar el incremento accidental del uso de alérgenos habituales en las dietas220. Además de los aspectos relativos a la inocuidad de los alimentos, deben considerarse el precio y la aceptación cultural de las alternativas de origen vegetal. Se prevé que la asequibilidad de las alternativas de origen vegetal aumentará a medida que la demanda del consumidor y la oferta aumenten. Actualmente, las alternativas de origen vegetal se ajustan predominantemente a una dieta occidental, con una exploración limitada de otros alimentos tradicionales en diferentes regiones.

Aunque tradicionalmente los insectos han formado parte de las dietas de numerosas culturas durante siglos en diferentes regiones, el cultivo de insectos comestibles, tanto para el consumo humano como para piensos, está siendo objeto de una gran atención en todo el mundo gracias a sus numerosas ventajas posibles a nivel nutricional, ambiental y económico. No obstante, al igual que otros productos alimentarios, los insectos comestibles pueden asociarse a una serie de peligros de inocuidad alimentaria que requieren atención y cuidado en el proceso de preparación221. Asimismo, un mayor impulso del consumo de insectos podría dar lugar a la sobreexplotación de estos en sus hábitats naturales, suponiendo una amenaza para la biodiversidad y la estabilidad de los ecosistemas222.

Se está produciendo un surgimiento y una rápida expansión del panorama comercial de las tecnologías de alimentos basados en el cultivo de células que emplean células animales o microbianas cultivadas in vitro para producir proteínas animales (a menudo denominados “carne cultivada”), y en 2020 se aprobaron en Singapur los primeros bocaditos de “pollo” rebozado basados en el cultivo de células223. Se prevé que la producción de alimentos basados en el cultivo de células requerirá menos tierra que la ganadería tradicional, aunque esta última todavía desempeña un papel esencial en funciones ambientales como el mantenimiento del contenido de carbono del suelo y la fertilidad de este. Además, no queda claro si los alimentos basados en el cultivo de células supondrán una ventaja en cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con la ganadería cuando se amplíe la escala de la producción. Los distintos tipos de alimentos basados en el cultivo de células tienen diferentes repercusiones en el medio ambiente, por ejemplo, un alimento basado en el cultivo de células puede requerir grandes cantidades de energía, pero un uso limitado de la tierra y tener un bajo potencial de eutrofización220. No se sabe cómo percibirá la población los alimentos basados en el cultivo de células y si los consumidores los considerarán aceptables. Se han producido importantes avances tecnológicos en relación con los alimentos basados en el cultivo de células, pero todavía no se ha alcanzado la fase de producción o comercialización generalizada en la mayoría de los países. Por último, aunque los costos de producción de los alimentos basados en el cultivo de células han descendido, siguen siendo prohibitivos para numerosos países de ingresos medianos bajos.

Las tecnologías digitales pueden orientar y facilitar la adopción de decisiones impulsadas por datos a nivel de la explotación a lo largo del continuo rural-urbano mediante el aprovechamiento de los datos granulares sobre terrenos y animales junto con datos meteorológicos y agronómicos precisos, oportunos y específicos de cada ubicación. La agricultura de precisión emplea información para optimizar los insumos (especialmente aplicaciones de agroquímicos específicas y oportunas) y puede mejorar la eficiencia del uso de los recursos en condiciones cada vez más difíciles para los productores agrícolas. No obstante, los aumentos de la eficiencia implican un riesgo de efecto “rebote”, es decir, pueden aumentar el uso de maquinaria y la energía asociada a ella, así como incrementar el uso de recursos naturales224. La automatización puede reemplazar los trabajos manuales tediosos y peligrosos, abordar la escasez de mano de obra en determinadas zonas y atraer a trabajadores más jóvenes y más cualificados. Por ejemplo, los robots agrícolas pueden disminuir las necesidades de mano de obra e insumos, así como reducir las pérdidas de rendimientos derivadas de la detección tardía de plagas y enfermedades225. Sin embargo, su precio de compra y costos de funcionamiento elevados hacen que su uso sea prohibitivo para los pequeños productores. Asimismo, si los trabajadores no cualificados no aprenden nuevas competencias lo suficientemente rápido, puede resultar difícil realizar una transición a nuevos puestos de trabajo. Además, existe la posibilidad de que los pequeños productores se vean obligados a cerrar y a migrar a las ciudades debido a que carecen de economías de escala para competir si las tecnologías de automatización no son válidas para explotaciones de todos los tamaños. Servicios digitales como, por ejemplo, los servicios de activos compartidos pueden mejorar el acceso de los agricultores a los servicios de alquiler de mecanización y reducir significativamente los costos de transacción para los pequeños productores128. Por último, las tecnologías digitales también pueden facilitar servicios de extensión y asesoramiento rentables, ininterrumpidos y ampliables en las zonas rurales. Los sistemas de extensión basados en teléfonos móviles pueden reducir las deficiencias de información, y en el África subsahariana y la India se ha estimado que mejoran los rendimientos de los cultivos un 4 %, así como aumentan un 22 % las probabilidades de adopción de los insumos recomendados226.

De cara al futuro: hacer que la tecnología y la innovación den buenos resultados para todas las personas a lo largo del continuo rural-urbano

A nivel mundial, la urbanización se está acelerando, lo cual afecta a los sistemas agroalimentarios a lo largo del continuo rural-urbano y, en consecuencia, a la disponibilidad y asequibilidad de las dietas saludables. Como se percibe claramente en los ejemplos proporcionados anteriormente, la tecnología y la innovación están impulsando cambios en los procesos de producción, los sistemas de distribución, las estrategias de comercialización y los productos alimentarios que consume la población, con beneficios para los productores, los consumidores, las pequeñas y medianas empresas y los minoristas, entre otros. No obstante, las tecnologías e innovaciones prometedoras a menudo no prosperan, especialmente en los países de ingresos medianos y bajos, debido a problemas relacionados con la preparación y adecuación contextuales y la falta de un entorno favorable adecuado para respaldar el desarrollo, la difusión y la adopción.

El potencial de la tecnología y la innovación puede y debe ser desbloqueado en aras del bien común, pero todas las tecnologías e innovaciones tienen pros y contras con respecto a la manera en que afectan a la transformación de los sistemas agroalimentarios y en que pueden reforzar las desigualdades, creando ganadores y perdedores a lo largo del continuo rural-urbano. También resulta importante reconocer la heterogeneidad regional y la diversidad y dinamismo de los sistemas agroalimentarios. Por tanto, las tecnologías y las innovaciones deben adaptarse a las necesidades, oportunidades y limitaciones locales, a fin de garantizar que sean accesibles para todas las personas que deseen adoptarlas. A fin de ampliar la escala de las tecnologías y las innovaciones en los sistemas agroalimentarios, así como hacerlas más inclusivas, se precisan políticas e inversiones en varias esferas, a saber, infraestructura (por ejemplo, conectividad a Internet y de transporte), capacidades, competencias y conocimientos pertinentes, medidas reglamentarias eficaces, instrumentos económicos y jurídicos para reducir costos y riesgos (por ejemplo, la concentración excesiva del poder de mercado), incentivos de mercado apropiados, y la promoción de modelos de agronegocios inclusivos. Asimismo, la vinculación de tecnologías apropiadas desde el punto de vista contextual con innovaciones financieras, sociales e institucionales complementarias puede permitir la mitigación de las compensaciones, donde una innovación puede compensar los efectos negativos causados por otra7.

Resulta necesario aumentar la inversión pública en investigación y desarrollo relacionados con la agricultura más allá de los principales productos básicos para incluir una gama más amplia de especies vegetales y animales (en particular, frutas y hortalizas) a fin de apoyar la diversificación de los sistemas agroalimentarios. Además, el enfoque de la investigación debe ampliarse y pasar de mejorar únicamente la productividad a mejorar el funcionamiento del conjunto de los sistemas agroalimentarios (es decir, los componentes no agrícolas, que representan hasta el 70 % del valor añadido). Los suelos urbanos pueden contener múltiples contaminantes como, por ejemplo, diferentes niveles de metales pesados, amianto y productos derivados del petróleo, mientras que se pueden encontrar peligros químicos o patógenos en el agua residual urbana con un tratamiento inadecuado; por ello, se precisa más investigación sobre los posibles riesgos para la salud de las personas que consumen alimentos cultivados específicamente en las zonas urbanas y periurbanas. Existen oportunidades para alcanzar más resultados con los recursos invertidos actualmente por los gobiernos. Como se analizó en la edición de 2022 del presente informe14, la mayor parte del apoyo mundial para la alimentación y la agricultura está orientado a los productores, a través de incentivos de precios y otras subvenciones fiscales. Estas subvenciones podrían distorsionar los incentivos para adoptar determinadas tecnologías, favoreciendo a algunos productores frente a otros; en cambio el apoyo público podría reorientarse hacia el aumento de las inversiones en apoyo de los servicios generales (que incluye la investigación y el desarrollo) a fin de alentar el desarrollo y la adopción de tecnologías de manera colectiva14, 128. La reevaluación de las prioridades en materia de políticas teniendo en cuenta los desafíos creados por la urbanización podría abrir la ventana de las políticas para volver a examinar, y reorientar, el apoyo agrícola y alimentario actual227.

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