- ➔ En un mundo que afronta cada vez mayores amenazas, los bosques ofrecen soluciones a los desafíos mundiales. En esta publicación se ofrece información actualizada sobre los bosques del mundo y se examinan innovaciones para ampliar la conservación, la restauración y la utilización sostenible de los bosques.
El mundo aborda amenazas crecientes en múltiples frentes, y se acaba el tiempo para tomar las medidas necesarias para evitarlas. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, cuyo núcleo son los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aspira a un mundo sin pobreza, hambre, enfermedades ni privaciones, donde todas las formas de vida puedan prosperar. Sin embargo, es necesario actuar con urgencia si queremos alcanzar los ODS.
El aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) ha provocado cambios rápidos y generalizados en la atmósfera, los océanos, la criosfera y la biosfera; la temperatura mundial de la superficie terrestre en 2011-2020 fue 1,1 °C superior a las temperaturas de 1850-19001. El cambio climático provocado por el ser humano ya está influyendo en muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones, lo que ocasiona efectos adversos generalizados y pérdidas y daños relacionados para la naturaleza y las personas. Las comunidades vulnerables, que históricamente son las que menos han contribuido al cambio climático actual, se ven afectadas de forma desproporcionada1. La actividad humana amenaza con la extinción a más especies que nunca. En promedio, cerca del 25 % de las especies de los grupos de animales y plantas evaluados están amenazadas, lo que sugiere que alrededor de un millón de especies se enfrentan ya a la extinción, muchas de ellas en cuestión de decenios, a menos que se tomen medidas para reducir la intensidad de los factores determinantes de la pérdida de biodiversidad2.
Los bosques y los árboles ofrecen soluciones eficaces en función del costo a las crisis del clima y la biodiversidad y forman parte integral de la transformación hacia sistemas agroalimentarios MÁS eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles en favor de una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor sin dejar a nadie atrás (Recuadro 1). Detener la deforestación y la degradación de los bosques puede reducir las emisiones mundiales de GEI, y la restauración de bosques y paisajes (RBP) puede eliminar carbono de la atmósfera. El carbono también puede almacenarse en productos madereros de vida larga. Los bosques hacen más por el clima que almacenar y captar carbono, ya que proporcionan un notable enfriamiento mundial a través de la evapotranspiración y de su estructura física y química3. Esta mitigación adicional se complementa con la capacidad de los bosques para regular las precipitaciones y estabilizar los climas locales, lo que ayuda a minimizar los fenómenos meteorológicos extremos y hace que los bosques sean esenciales para la adaptación al cambio climático y la resiliencia3. Los bosques albergan la mayor parte de la biodiversidad terrestre de la Tierra: por ejemplo, proporcionan hábitats para el 80 % de las especies de anfibios, el 75 % de las especies de aves y el 68 % de las especies de mamíferos4. Los bosques y los árboles hacen una importante contribución a la seguridad alimentaria y la nutrición humanas, y la agroforestería puede aumentar los ingresos de los agricultores y la resiliencia de los sistemas de producción agropecuaria y mejorar la productividad agrícola5. Los bosques también contribuyen de múltiples maneras a la resiliencia de las comunidades y los medios de vida frente a las amenazas y las crisis y a resolver las causas subyacentes de la inseguridad alimentaria, la malnutrición y la pobreza. Son fuentes de combustible para cocinar, alimentos silvestres, forraje y materiales para refugios; conservan los recursos hídricos y proporcionan otros servicios ecosistémicos, así como amortiguan las condiciones meteorológicas extremas6.
Recuadro 1La actividad forestal y la transformación de los sistemas agroalimentarios
Los bosques y los árboles son componentes esenciales de los sistemas agroalimentarios. La eliminación de la cubierta forestal, especialmente en los trópicos, aumenta las temperaturas locales y altera los regímenes de lluvias de formas que agravan los efectos locales del cambio climático mundial, con consecuencias posiblemente graves para la productividad agrícola3. Los bosques proporcionan hábitats esenciales para gran parte de la biodiversidad terrestre del mundo, que es fundamental para los medios de vida locales y la resiliencia de los sistemas agroalimentarios7. Los alimentos forestales recolectados en el medio silvestre son importantes para la seguridad alimentaria y la nutrición de muchas personas que viven cerca de los bosques, sobre todo en las zonas remotas de los trópicos y subtrópicos y cuando disminuye la producción agrícola, por ejemplo durante una sequía8. La agroforestería y otros sistemas de producción diversificada tienden a ser más resilientes que la agricultura convencional ante las perturbaciones ambientales y pueden aumentar la seguridad alimentaria y la nutrición, así como la productividad de los cultivos8. Aumentar los beneficios de los bosques para la agricultura mediante la conservación, la restauración y la utilización sostenible de los bosques es fundamental para la transformación hacia sistemas agroalimentarios MÁS eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles en favor de una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor sin dejar a nadie atrás.
La necesidad de innovación en el sector forestal
El rápido ritmo del cambio y la urgencia que reviste hacer frente a los desafíos mundiales exigen soluciones ingeniosas que sean diversas, flexibles y adaptables y que puedan ampliarse rápidamente. Es imperativo, por lo tanto, aprovechar la creatividad humana y adoptar la innovación, en el sector forestal entre otros.
El reconocimiento de la importancia de la innovación en todas sus formas —tecnológica, social, en materia de políticas, institucional y financiera— para la conservación, la restauración y la utilización sostenible de los bosques, los árboles y los ecosistemas asociados está cobrando fuerza en todo el mundo. En 2022, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) aprobó su primera Estrategia para la ciencia y la innovación9 a fin de reforzar el uso de la ciencia y la innovación en las intervenciones técnicas y la orientación normativa de la Organización. En la Estrategia, que fue aprobada por el Consejo de la FAO en su 170.º período de sesiones tras un proceso de consulta inclusivo y transparente, se define la innovación como “hacer algo nuevo y diferente, ya sea resolver un problema existente de una nueva forma, abordar un nuevo problema con una solución demostrada o aportar una solución nueva a un problema nuevo”a. La Estrategia de la FAO para la ciencia y la innovación es una herramienta fundamental para la aplicación del Marco estratégico de la FAO para 2022-203110. Su alcance amplio e inclusivo hace hincapié en la necesidad de que la transdisciplinariedad considere todas las disciplinas científicas y la colaboración entre científicos y partes interesadas no académicas, así como todos los tipos de innovación, incluidos aquellos derivados de los conocimientos de los Pueblos Indígenas y los pequeños productores.
En su 26.º período de sesiones11, el Comité Forestal de la FAO reconoció el potencial de los bosques para ayudar a hacer frente a las repercusiones de los desafíos mundiales, en particular mediante tres vías interrelacionadasb. Asimismo, invitó a la FAO a colaborar con los Miembros y los sectores público y privado en relación con las tres dimensiones del desarrollo sosteniblec y a fomentar la ciencia y la innovación.