- ➔ El proceso de automatización agrícola puede mejorar la productividad y generar nuevos empleos, tanto en la agricultura como en los sistemas agroalimentarios en general, lo que crea oportunidades para trabajadores jóvenes, mujeres y grupos marginados, como las personas con discapacidad.
- ➔ Para entender todas las implicaciones sociales de la automatización agrícola, debemos ir más allá de la producción primaria y examinar las repercusiones en los sistemas agroalimentarios en su conjunto.
- ➔ En situaciones de aumento de salarios y escasez de mano de obra, la automatización puede beneficiar tanto a los productores como a los trabajadores asalariados. En particular, puede ayudar a los pequeños productores agrícolas a superar la escasez de mano de obra y liberar tiempo de la agricultura para dedicarlo a otras actividades, mejorando así su bienestar.
- ➔ Por otro lado, cuando la mano de obra es abundante y las subvenciones reducen el costo de adopción de la automatización, existe el riesgo de que se produzca un desplazamiento de puestos de trabajo y desempleo, especialmente en el caso de los trabajadores más pobres y menos cualificados.
- ➔ La automatización inclusiva requiere un enfoque ascendente que otorgue prioridad al desarrollo de competencias y capacidades, en el que mujeres y jóvenes y todas las partes interesadas pertinentes participen en el diseño del desarrollo de tecnologías a fin de tener en cuenta sus preocupaciones, necesidades y conocimientos.
- ➔ Los gobiernos no deberían aplicar subvenciones distorsionadoras que entrañen el riesgo de aumentar el desempleo, ni restringir la automatización suponiendo que de esa forma se preservarán puestos de trabajo e ingresos, lo que haría que la agricultura sea menos competitiva y productiva. La atención debería centrarse más bien en crear un entorno favorable que asegure la plena participación de las mujeres, los jóvenes, los pequeños productores y otros grupos vulnerables y marginados a fin de que todos ellos se beneficien de la automatización.
- ➔ En paralelo, se deben abordar las causas profundas de la pobreza, la vulnerabilidad y la marginación para que la automatización no agrave la exclusión de los grupos más vulnerables y marginados.
En los capítulos 2 y 3 se examinaron las tendencias y los factores determinantes de la mecanización motorizada y las tecnologías de automatización digital, así como las (posibles) repercusiones en la productividad, la eficiencia, la resiliencia y la sostenibilidad ambiental. En este capítulo se examinan las implicaciones de la automatización agrícola para la inclusión y se determinan de forma específica los ganadores y perdedores en el proceso. Al inicio, se ofrece una visión general de las características de los sistemas agroalimentarios y cómo la automatización puede afectar a la mano de obra dentro de dichos sistemas. Posteriormente, se examinan las repercusiones de la automatización agrícola en el empleo decente y en diferentes grupos socioeconómicos y demográficos —grandes productores frente a pequeños productores, trabajadores agrícolas sin tierras frente a trabajadores agrícolas por cuenta propia, mujeres y jóvenes— que participan en el proceso. Asimismo, en el capítulo se reconoce que países con distintos niveles de transformación agrícola y estructural experimentarán estos efectos de diferente manera y, por tanto, afrontarán distintos desafíos en materia de políticas en relación con la automatización.
Un enfoque basado en los sistemas agroalimentarios para analizar las implicaciones sociales
La producción agrícola está cambiando con rapidez. La adopción de tecnologías que ahorran mano de obra, desde tractores, cosechadoras y trilladoras en países de ingresos bajos y medianos hasta soluciones de IA de alta tecnología que se encuentran principalmente en países de ingresos altos, se produce en el contexto de un proceso continuo de transformación agrícola y evolución de los sistemas agroalimentarios.
Es fundamental entender la dinámica de los sistemas agroalimentarios para analizar y predecir los efectos de la automatización en cualquier nodo de los sistemas, teniendo en cuenta posibles desventajas o consecuencias inesperadas. Las respuestas en las etapas anteriores y posteriores son igualmente importantes para entender las implicaciones para la producción agrícola, los precios, los flujos comerciales y el empleo decente. Estas también dependen del tipo de cadena de valor agroalimentaria, como se describe en la edición de 20211 de esta publicación: i) tradicional, vinculada sobre todo a la producción agrícola de subsistencia en pequeña escala; ii) de transición, asociada con frecuencia a la producción agrícola comercial de tipo familiar en pequeña y mediana escala, o iii) moderna, donde la producción agrícola comercial de tipo empresarial a gran escala desempeña un papel principal. Estas cadenas de valor difieren en muchos aspectos, incluidas las necesidades de mano de obra. Entender los vínculos bidireccionales a lo largo de las cadenas de valor agroalimentarias es fundamental para comprender la repercusión de las tecnologías de automatización, en particular cómo cambian las necesidades de mano de obra en los distintos componentes de los sistemas agroalimentarios y el potencial de los trabajadores para pasar de unos componentes a otros. Los efectos dependerán también, entre otras cosas, de las funciones específicas de cada sexo, las categorías de trabajadores (por ejemplo, migrantes o locales, estacionales o no estacionales) y el conjunto de competencias de los trabajadores.
Desentrañar los sistemas agroalimentarios
En la Figura 7 se proporciona un marco conceptual para analizar la repercusión de la automatización en el empleo en los diferentes componentes de los sistemas agroalimentarios. Se ilustran algunas de las principales características de los tres tipos habituales de cadenas de valor agroalimentarias anteriormente mencionados, separando los mercados de etapas iniciales, intermedias y finales e indicando las actividades principales en cada mercado. Se muestran asimismo los vínculos entre los mercados y se ponen de relieve diferencias en las actividades comerciales habituales de tres categorías distintas de productores agrícolas, a saber, de subsistencia, comercial familiar y comercial empresarial. Se identifican diferentes grupos socioeconómicos y demográficos (a la izquierda en la figura) como actores clave en los sistemas agroalimentarios, entre los cuales figuran pequeños productores, mujeres, jóvenes y otros grupos marginados (por ejemplo, personas con discapacidad y migrantes), pese a que estos últimos suelen ser los que sufren mayor exclusión, marginación y vulnerabilidad. El proceso de automatización agrícola ofrece la posibilidad de aplicar un enfoque inclusivo, que asegure que todas las personas, especialmente las vulnerables, excluidas y marginadas, participen en los procesos de desarrollo y se beneficien de ellos, a través de la mejora de las oportunidades, el acceso a recursos productivos y naturales, el empoderamiento, la capacidad de acción y el respeto por los derechos. La inclusión es tanto una forma de obtener resultados mejores y más equitativos como un fin en sí misma para conseguir que nadie se quede atrás2.
FIGURA 7 UN ENFOQUE BASADO EN SISTEMAS AGROALIMENTARIOS DE LAS REPERCUSIONES DE LA AUTOMATIZACIÓN EN EL EMPLEO
En la parte inferior de la Figura 7, se muestra una lista de los principales tipos de trabajo en cada mercado y se indica (con flechas hacia arriba o hacia abajo) cómo la tecnología de automatización podría afectar a la demanda de cada tipo de trabajo, aunque las repercusiones concretas dependerán del contexto y se deben comprobar de forma empírica. Aunque las tecnologías de automatización reducen la demanda de mano de obra para las tareas que automatizan, simultáneamente crean tareas nuevas con las correspondientes necesidades de mano de obra, como el mantenimiento y el manejo del equipo. La Figura 7 ofrece un punto de referencia para el posterior examen de las implicaciones de la automatización agrícola para la inclusión. En la presente sección se proporciona información básica sobre los vínculos de mercado en los sistemas agroalimentarios que son cruciales para que las repercusiones de la automatización sobre el empleo se transmitan a los componentes de los sistemas agroalimentarios.
Tipos de producción agrícola
La producción agrícola (etapa intermedia) es fundamental y comprende los tres tipos antes mencionados (véase la Figura 7). En la producción agrícola de subsistencia, la producción forma parte de una estrategia familiar en materia de medios de vida, en la que los hogares compran pocos insumos y consumen la mayoría de sus propios productos agrícolas4. La producción de subsistencia es habitual en países de ingresos bajos, pero también puede definir acertadamente pequeñas granjas en zonas rurales de países de ingresos altos5. Aunque la producción agrícola de subsistencia se describe como la producción de alimentos para consumo propio, esto no significa que los hogares produzcan necesariamente la totalidad de sus propios alimentos; de hecho, los hogares con producción de subsistencia a menudo dependen en buena medida de la compra de alimentos6, 7, 8.
En la producción agrícola comercial de tipo familiar, las actividades de producción agrícola son una parte importante de la estrategia de ingresos familiares; se compran la mayoría de los insumos y los productos agrícolas se venden en los mercados locales, nacionales y mundiales. La agricultura comercial familiar comprende la producción en pequeña escala en países de ingresos altos y bajos, así como actividades a escala mediana y relativamente grande en países de ingresos altos, y su propietaria y administradora es una familia.
Por último, la producción agrícola comercial de tipo empresarial está formada por empresas que producen a gran escala. Es más frecuente en los países de ingresos altos, pero también se puede observar en países de ingresos bajos en forma de plantaciones y fincas a gran escala9.
Las actividades en este nodo de los sistemas agroalimentarios están todas directamente relacionadas con la producción agrícola, ganadera, pesquera y acuícola, así como la actividad forestal y agroforestal. Entre las actividades necesarias figuran el mantenimiento y preparación del suelo, la plantación, el deshierbe y el cuidado de las plantas, la poda y la cosecha, así como la reproducción, la cría, el cuidado diario y el control sanitario. En este nivel, la automatización de determinadas tareas agrícolas puede llevar a un aumento de la producción, lo que tendría repercusiones para las actividades de las etapas finales, que incluyen el transporte, el envasado, el almacenamiento, la elaboración y la distribución. Estas actividades de las etapas posteriores generarán un incremento de la demanda de la mayoría de tipos de trabajadores a fin de atender el mayor volumen de producción.
Actividades de las etapas anteriores y posteriores
Las actividades de las etapas anteriores comprenden todas aquellas actividades relacionadas con la provisión de insumos destinados a la producción agrícola. En líneas generales, incluyen la producción y distribución de semillas, fertilizantes, maquinaria, piensos para animales y equipo de riego, además de la provisión de seguros, asistencia técnica y financiación. La agricultura de subsistencia depende fundamentalmente de insumos no adquiridos (en particular, semillas conservadas), los piensos obtenidos de los cultivos plantados y las precipitaciones (más que el riego)10. En función del tamaño, la ubicación y otras características, la agricultura comercial familiar puede utilizar insumos adquiridos o no, o una combinación de ambos. En esta representación de los sistemas agroalimentarios (véase la Figura 7), las innovaciones en la tecnología agrícola provienen generalmente de la parte de los insumos y dependen de la disponibilidad de semillas, piensos, fertilizantes y equipo y maquinaria, incluidas las tecnologías de automatización, mejores (o menos costosos). Una vez adoptadas, estas tecnologías cambian la forma en que se utilizan los insumos en la producción agrícola (etapa intermedia).
Las actividades de las etapas posteriores comprenden actividades poscosecha, de sacrificio y de captura, tales como el almacenamiento, el transporte, la elaboración, el envasado, la venta al por mayor y al por menor y, por último, el consumo en los hogares y los servicios de alimentación. En la agricultura de subsistencia, estas actividades tienen lugar en los hogares o aldeas11, 12. En la agricultura comercial familiar, las actividades logísticas se pueden llevar a cabo en los hogares o aldeas, pero mediante intermediarios locales o mundiales. Los productores empresariales, en cambio, se pueden abastecer de productos procedentes de distintos lugares y conservarlos en grandes almacenes específicos. En el transporte se incluye el de tipo marítimo, aéreo, ferroviario y por carretera. La distribución conlleva la entrega a granel de los productos agrícolas a elaboradores o mayoristas. En muchos casos, las tecnologías de automatización dan lugar al aumento de la producción agrícola en las etapas intermedias, lo que puede a su vez ocasionar expansión, crecimiento y mayor innovación tecnológica en las etapas finales. Por ejemplo, la introducción de la cosechadora motorizada de tomate aumentó la cantidad de tomates con fines de elaboración, lo que incentivó la innovación en el sector de la elaboración13. Por otro lado, la innovación en las etapas finales también puede influir en la demanda de productos de etapas iniciales e intermedias, con el consiguiente efecto en la adopción de tecnologías por parte de los productores agrícolas. Por ejemplo, la disminución de los costos de elaboración de los tomates en conserva puede impulsar la demanda de este producto, lo que serviría de incentivo para que los productores de tomate incrementasen la producción y atendieran la creciente demanda mediante la adopción de las tecnologías pertinentes (por ejemplo, variedades mejoradas, equipo de riego, cosechadoras).
Los mayoristas y minoristas, incluidas las microempresas informales, junto con el consumo a nivel de los hogares y servicios de alimentación, constituyen el nodo final en los sistemas agroalimentarios. La automatización en la venta al por mayor, venta minorista, restaurantes y servicios de alimentación ha reducido la necesidad de mano de obra14 y ha aumentado la productividad y las ventas15. El avance tecnológico más importante en el sector de la distribución a nivel mundial ha sido el comercio electrónico16, que impulsa aún más la innovación tecnológica en etapas anteriores, especialmente las innovaciones centradas en la sostenibilidad, como los embalajes más sostenibles17 y, en los países de ingresos bajos, la mejora de las infraestructura de transporte, la logística y los servicios en línea18, 19, 20. En la India, el auge de las plataformas de comercio electrónico ha permitido a los agricultores conectarse con mercados más amplios y lograr precios más altos21. En China, una selección de estudios de casos muestra cómo el comercio electrónico en zonas rurales está creando oportunidades de diversificación y nuevos mercados para las personas y comunidades rurales en diversas partes del país, incluidos grupos vulnerables como las mujeres y los jóvenes22.