La automatización agrícola forma parte de una transformación más amplia de los sistemas agroalimentarios. Ayuda a los productores agrícolas a mantener o ampliar la producción a medida que los trabajadores abandonan la agricultura y se trasladan a sectores de la economía que ofrecen mejor remuneración. La automatización, además de reducir las necesidades de mano de obra en la agricultura, puede impulsar aún más la transformación de los sistemas agroalimentarios ya que genera oportunidades de empleo en otras etapas de esos sistemas. Históricamente, a medida que los países se desarrollan, puestos de trabajo más atractivos alejan a los trabajadores de la agricultura y las innovaciones que ahorran mano de obra aumentan la productividad agrícola, dado que reducen las necesidades de mano de obra por unidad de producción7, 8, 9. Como resultado de esta combinación de tendencias de la oferta y la demanda de mano de obra, la proporción de la población empleada en la agricultura ha disminuido con el tiempo, incluso en los países de ingresos bajos y medianos bajos (véase la Figura 3).
FIGURA 3 PROPORCIÓN DEL EMPLEO EN LA AGRICULTURA RESPECTO DEL EMPLEO TOTAL POR GRUPO DE INGRESOS (ARRIBA) Y REGIÓN (ABAJO), 1991-2019

Esta transformación va acompañada de un aumento de las innovaciones, los cambios tecnológicos y las inversiones, todos ellos componentes críticos del desarrollo socioeconómico, y que afectan a los sistemas agroalimentarios más allá de la etapa primaria. Por ejemplo, a fin de suministrar alimentos suficientes, inocuos y nutritivos a una población cada vez más urbana y con mayor poder adquisitivo, se necesitan inversiones, no solo en agricultura sino también en transporte, almacenamiento y elaboración de alimentos e infraestructura. Por lo tanto, existen vínculos en un sentido y otro que conectan al sector agrícola con el sector no agrícola20. Como parte de esta transformación de los sistemas agroalimentarios, la automatización agrícola puede arrojar múltiples beneficios, que se examinan a continuación.
Oportunidades para los productores agrícolas
La automatización agrícola presenta muchas oportunidades, tanto para la producción primaria como para los sistemas agroalimentarios en general. Puede ayudar a aumentar la productividad y la rentabilidad de la tierra y el trabajo, por ejemplo, mediante una gestión más oportuna y cuidadosa de los cultivos y el ganado21, 22, 23. Esto, a su vez, contribuye a aumentar los ingresos24, a reducir los riesgos, a incrementar la resiliencia y a mejorar la sostenibilidad ambiental. Con el avance de las tecnologías digitales, la automatización de la agricultura puede volverse neutral en cuanto a la escala; es decir, puede incluir soluciones de automatización para todas las escalas (productores grandes, medianos y pequeños) y, por lo tanto, puede ser accesible también para los pequeños productores. Esto puede ocurrir mediante el desarrollo de máquinas y equipo pequeños adaptados a las condiciones de las explotaciones y unidades de producción pequeñas, o mediante acuerdos de distribución de activos basados en plataformas digitales (véase el Capítulo 3).
La automatización agrícola también puede fomentar el empleo decente dado que posibilita condiciones de trabajo mejores y más seguras, así como un ingreso vital adecuado, y reduce la carga de trabajo de la agricultura, gran parte de la cual recae en miembros no remunerados de la familia, como las mujeres y los niños25, 26. Esto puede liberar tiempo para que los adultos se dediquen a otras actividades de adición de valor o a trabajos no agrícolas y realicen actividades de cuidado o preparación de alimentos27, y para que los niños jueguen y asistan a la escuela26, 28, 29. Los datos sugieren que los beneficios que ofrece el ordeño mecanizado en cuanto al estilo de vida —liberar tiempo para que los productores realicen otros trabajos, pasen tiempo con su familia o disfruten de una jornada laboral más flexible— son los más valorados por los usuarios30, 31. Las repercusiones positivas relacionadas con la reducción del trabajo pesado pueden empoderar especialmente a las mujeres rurales, que ganan tiempo para emprender nuevas iniciativas productivas o para ampliar las actividades que desarrollan en los sistemas agroalimentarios. También ayuda a atraer a los jóvenes al sector.
Otra dimensión importante de la automatización de la agricultura es su potencial para generar oportunidades de emprendimiento rural. Por ejemplo, una de las principales limitaciones de la producción ecológica es el costo y la disponibilidad de la mano de obra. Aunque en muchos países hay una fuerte demanda de productos ecológicos, los consumidores son reacios a pagar mucho más por ellos. Los robots para el deshierbe, la cosecha selectiva y otras actividades en los campos podrían reducir en gran medida el costo de la producción ecológica, creando así oportunidades para más productores.
Anteriormente, para ejecutar satisfactoriamente determinadas actividades de forma automatizada con maquinaria motorizada, era necesario adaptar la producción agrícola. Por ejemplo, cuando se adoptaron las cosechadoras de tomates en los Estados Unidos de América, se desarrolló una variedad de tomate que maduraba uniformemente en la planta y tenía una piel dura que no se rompía fácilmente al ser manipulada bruscamente por una máquina32. Los nuevos avances en las tecnologías de automatización digital pueden ofrecer soluciones para actividades agrícolas mucho más refinadas. Por ejemplo, los ingenieros buscan actualmente soluciones robóticas que permitan cosechar mecánicamente fresas, uno de los cultivos más delicados y que requieren más mano de obra.
Fuera de las explotaciones agrícolas, las tecnologías de elaboración, conservación, almacenamiento y transporte pueden ayudar a reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, mejorar la inocuidad de los alimentos y facilitar la adición de valor33, todos ellos aspectos necesarios para que los sistemas agroalimentarios sean eficientes y puedan ofrecer dietas saludables para todas las personas de forma sostenible. La automatización también puede posibilitar condiciones de trabajo más seguras para los trabajadores, por ejemplo, reduciendo los riesgos ocupacionales relacionados con el uso de plaguicidas.
Cómo cubrir el déficit de mano de obra
En relación con el empleo, la automatización de la agricultura ha sido aclamada como una solución a la urgente escasez de mano de obra rural, que se da sobre todo en los países de ingresos altos (véase la Figura 3). Las estadísticas muestran que 2,5 millones de trabajadores abandonaron la agricultura en la Unión Europea en los últimos 10 años, y se prevén nuevos descensos del 2 % anual hasta 203034. El principal motivo es el escaso atractivo de la agricultura como carrera profesional (condiciones de trabajo duras, salarios bajos, falta de perspectivas, etc.). Los confinamientos y el distanciamiento social relacionados con la enfermedad por coronavirus (COVID-19) agravaron la escasez de mano de obra, y los acontecimientos políticos que condujeron a reglamentos y políticas de inmigración han restringido el acceso a mano de obra estacional e inmigrante.
Muchas empresas agrícolas, especialmente aquellas dedicadas a la producción de frutas y hortalizas, dependen de la mano de obra humana para ejecutar tareas como la recolección, el envasado y el tratamiento de enfermedades. Otros sectores, como la producción ganadera, también pueden requerir una importante fuerza de trabajo. Las soluciones de automatización podrían cubrir déficits importantes de mano de obra y permitir a los productores agrícolas adaptarse a las crisis repentinas que perturban los mercados de trabajo, lo que conduciría a mejorar la resiliencia. Al mismo tiempo, estas soluciones pueden contribuir al empleo decente, creando un gran número de empleos cualificados que proporcionen un ingreso vital adecuado y condiciones de trabajo razonables, que atraigan a trabajadores jóvenes cualificados35. Se precisan capacitación y desarrollo de la capacidad para lograr que la transición sea fluida e inclusiva (véanse los capítulos 4 y 5).
Dada la menor disponibilidad de mano de obra rural en todo el mundo a medida que las economías siguen transformándose (véase la Figura 3), el mantenimiento y la mejora de la productividad agrícola requerirán probablemente la automatización, al menos para realizar las tareas con un alto coeficiente de mano de obra. En muchas partes del mundo, la disminución de la oferta de mano de obra rural ha provocado un aumento de los salarios agrícolas, promoviendo una mayor adopción de tecnologías que ahorran mano de obra3, 36.
Cambios en las modalidades de consumo
La globalización ha contribuido a cambiar los hábitos alimentarios, las preferencias alimenticias y la demanda de los consumidores, y también ha dado lugar a normas de inocuidad de los alimentos más estrictas37. Los consumidores, especialmente en los países de ingresos altos, se preocupan cada vez más por lo que comen y por la manera en que se producen, procesan y transportan los alimentos que consumen38. También existe una mayor preocupación por los diversos peligros para la salud derivados de las enfermedades de plantas y animales o del uso excesivo de plaguicidas y otros productos químicos. Las tecnologías avanzadas de automatización digital pueden facilitar la detección oportuna de los puntos en que se producen brotes y permitir un tratamiento temprano y preciso, salvaguardando de ese modo la seguridad de los consumidores y limitando las pérdidas financieras de los productores. Esto es especialmente importante en la producción ganadera (alrededor del 60 % de las enfermedades infecciosas emergentes proceden de los animales), en la que los sistemas automatizados pueden desempeñar un papel eficaz en la prevención y el control de las zoonosis39. Las tecnologías de automatización digital también pueden conducir a una reducción del uso de plaguicidas y productos químicos en los cultivos, dado que las plagas y enfermedades se tratan con mayor precisión, asegurando una protección eficaz de las plantas con riesgos mínimos para la salud. Estas tecnologías, gracias a su extraordinaria precisión y a su capacidad para seguir los procedimientos de inocuidad de los alimentos de forma normalizada, pueden prevenir y controlar las plagas y enfermedades mejor que el ser humano, lo que se traduce en importantes mejoras en la inocuidad de los alimentos. No solo matan los patógenos y bloquean las vías de transmisión con mayor eficacia, sino que también reducen al mínimo el uso de productos químicos40.
La creciente preocupación de los consumidores por la calidad, el sabor y la frescura de los alimentos incentiva aún más la inversión en tecnologías de automatización digital (por ejemplo, sensores y sistemas cartográficos) que ayudan a controlar las condiciones de temperatura y humedad. La rápida evolución de las preferencias y necesidades de los consumidores es, por lo tanto, un factor fundamental de la implementación de la automatización de la agricultura41.
Sostenibilidad ambiental y bienestar animal
La automatización agrícola es esencial para el futuro de los sistemas agroalimentarios, dada la creciente preocupación por temas ambientales y éticos que rodea a la producción y el consumo de alimentos. Las tecnologías de automatización digital, en particular, pueden producir muchos beneficios. Los enjambres de pequeños robots autónomos (véase el Glosario) podrían reducir la compactación del suelo y la contaminación de los ríos, facilitando la agricultura de conservación que, a su vez, mejora la conservación de las tierras y el suelo, la biodiversidad para la alimentación y la agricultura y los servicios ecosistémicos dentro de los sistemas agrícolas42. Las tecnologías de automatización digital también pueden optimizar el uso de recursos naturales como el agua, por ejemplo, mediante el riego automatizado. En el sector de los frutos blandos, los robots autónomos podrían reducir el uso de fungicidas y energía, además de disminuir las emisiones de carbono si se alimentan con energía solar. Sin embargo, también debe tenerse en cuenta el proceso de construcción de robots y otras tecnologías utilizadas en la agricultura de precisión, que consume mucha energía, a la hora de medir las huellas de carbono43.
La automatización agrícola puede ayudar a abordar algunas de las dificultades relacionadas con el cambio climático y facilitar así los esfuerzos de adaptación. Este es el caso, en particular, de las tecnologías de automatización digital: mediante su aplicación (por ejemplo, en la agricultura de precisión) puede mejorarse la eficiencia en el uso de los recursos ante las limitaciones cada vez mayores de los productores agrícolas. Además, cuando se aplican a la detección y a la alerta temprana, pueden ayudar a hacer frente a la incertidumbre y a la imprevisibilidad de las condiciones meteorológicas relacionadas con la aceleración del cambio climático.
A medida que aumenta el tamaño de los rebaños, con un menor bienestar de los animales, el manejo del ganado se torna cada vez más difícil44. En este contexto, las nuevas tecnologías de automatización, como la ganadería de precisión, pueden ayudar a los ganaderos a supervisar y controlar la productividad de los animales, el impacto ambiental y los parámetros de sanidad y bienestar de forma continua, automatizada y en tiempo real45. Una serie de sistemas que utilizan tecnologías como sensores, cámaras o micrófonos pueden detectar anomalías y alertar directamente a los ganaderos, permitiéndoles intervenir en una fase temprana. Si bien el potencial de estas tecnologías es prometedor, su uso plantea problemas éticos, debido a sus posibles repercusiones en la relación entre seres humanos y animales —una cuestión crítica, ya que puede influir tanto en el bienestar como en la productividad de los animales—, en particular, la cosificación de estos, y el concepto de cuidado y la identidad de los ganaderos como cuidadores de animales46, 47. Al evaluar las distintas tecnologías, es necesario tener en cuenta tanto los beneficios como los problemas éticos.
El grado en que la automatización digital puede contribuir a una agricultura más eficiente, productiva, inclusiva, resiliente y sostenible depende en gran medida de los progresos que se logren para superar los obstáculos para su adopción. Para ello, se requieren tanto un entorno propicio como soluciones adecuadas que se adapten a las necesidades y condiciones locales.