El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2022

Capítulo 5 OPCIONES DE POLÍTICAS PARA UNA AUTOMATIZACIÓN AGRÍCOLA EFICIENTE, SOSTENIBLE E INCLUSIVA

Conclusiones

La automatización agrícola es clave para alcanzar los ODS. La edición de 2022 de El estado mundial de la agricultura y la alimentación se centra en el potencial de la mecanización y la automatización digital para transformar la agricultura de forma que contribuya a unos sistemas agroalimentarios más eficientes, productivos, sostenibles, inclusivos y resilientes. En el informe se analizan las diferentes limitaciones a las que se enfrentan los productores en relación con la adopción de tecnologías de automatización y se ofrece orientación sobre políticas, legislación, intervenciones e inversiones, teniendo en cuenta la heterogeneidad de los productores agrícolas (grandes y pequeños, mujeres y hombres, ancianos y jóvenes) en todos los sectores de producción, incluidos los cultivos, la ganadería, la acuicultura y la agroforestería.

En el informe también se indica cómo la automatización agrícola puede generar compensaciones recíprocas entre los objetivos económicos, ambientales y sociales, y que el equilibrio adecuado de estas compensaciones depende del contexto. La combinación de tecnologías —así como las políticas, la legislación, las intervenciones y las inversiones adecuadas— que se promuevan dependerán del nivel de desarrollo económico, las instituciones existentes, las condiciones agronómicas locales, las características de los productores y los objetivos de los responsables de la formulación de políticas. Los distintos instrumentos normativos y jurídicos presentados en este capítulo no se excluyen mutuamente. Todo lo contrario: deben complementarse a fin de crear las condiciones adecuadas para la adopción responsable de la automatización agrícola. Los responsables de la formulación de políticas deben tener en cuenta la especificidad del contexto de adopción y comprender los problemas más acuciantes que afronta una zona (por ejemplo, la conectividad, la desigualdad o la pobreza), antes de combinar los instrumentos normativos o jurídicos necesarios para adoptar medidas específicas.

Los agricultores, los proveedores de servicios y los fabricantes pueden tener un incentivo financiero para invertir en tecnologías de automatización, pero no tienen el mismo poder de mercado. Un mensaje clave es que, si bien corresponde a los agricultores elegir las tecnologías que se van a adoptar —de entre el variadísimo conjunto de tecnologías de automatización—, la función principal de las intervenciones públicas es crear un entorno propicio, en el que la innovación pueda prosperar, e incentivos para que el proceso de adopción sea lo más inclusivo posible. Las iniciativas de múltiples partes interesadas, a nivel nacional o internacional, que comparten conocimientos sobre la automatización pueden ser una forma eficaz de superar los obstáculos a la adopción.

En el informe se subraya que para crear un entorno propicio son esenciales inversiones e intervenciones públicas que miran a un amplio desarrollo económico. No obstante, las prioridades serán diferentes, dependiendo de los objetivos finales de los responsables de formular las políticas. Mientras que en los países de ingresos altos la automatización se ve impulsada por los problemas de escasez de mano, en los países de ingresos bajos y medianos la adopción de estas tecnologías puede obedecer más bien al interés por mejorar los medios de vida rurales, así como la seguridad alimentaria y la nutrición en general. Los gobiernos de estos países pueden optar por centrarse en aprovechar la revolución digital para crear oportunidades de empleo decente que sean accesibles a los grupos vulnerables, incluidos los pequeños productores, las mujeres y los jóvenes, y de esta manera no dejar a nadie atrás mientras se avanza hacia los ODS. Para ello debe prestarse una atención especial a las necesidades específicas de estos grupos, a fin de que la transición sea inclusiva.

En resumen, esperamos que esta edición de El estado mundial de la agricultura y la alimentación pueda contribuir al diálogo y al debate sobre cómo aprovechar la automatización agrícola y adoptar medidas favorables a la transformación de los sistemas agroalimentarios a fin de hacerlos más sostenibles, productivos, inclusivos, eficientes y resilientes.

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