A pesar de los importantes progresos anteriores, el mundo no está en vías de acabar con el hambre y la malnutrición en todas sus formas para 2030. La degradación de los ecosistemas, una crisis climática cada vez más intensa y un incremento de la pérdida de biodiversidad están amenazando empleos, economías, el medio ambiente y la seguridad alimentaria en todo el mundo, todo ello agravado por las repercusiones de la pandemia de la COVID-19, crisis y otras emergencias humanitarias. Actualmente, 811 millones de personas padecen hambre y 3 000 millones no pueden permitirse una dieta saludable.
Esto ha incrementado los llamamientos a transformar con urgencia nuestros sistemas agroalimentarios para garantizar la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y garantizar dietas saludables asequibles para una población cada vez mayor, protegiendo al mismo tiempo los medios de vida y nuestros recursos naturales.
Los alimentos acuáticos gozan de un reconocimiento cada vez mayor por el papel esencial que desempeñan en la seguridad alimentaria y la nutrición, no solo como fuente de proteínas, sino también como proveedores únicos y extremadamente diversos de ácidos grasos omega-3 y micronutrientes biodisponibles esenciales. La priorización y una mejor integración del pescado y los productos pesqueros en las estrategias y políticas mundiales, regionales y nacionales relacionadas con los sistemas alimentarios deberían constituir una parte esencial de la transformación necesaria de nuestros sistemas agroalimentarios.
La edición de 2022 de El estado mundial de la pesca y la acuicultura: Hacia la transformación azul se basa en este planteamiento exponiendo datos objetivos cuantitativos del papel cada vez mayor que desempeñan la pesca y la acuicultura en el suministro de alimentos, nutrición y empleo. En 2020, la producción pesquera y acuícola alcanzó un récord histórico de 214 millones de toneladas, con un valor de unos 424 000 millones de USD. La producción de animales acuáticos en 2020 creció más de un 60 % en comparación con la media registrada en la década de 1990, superando considerablemente el crecimiento de la población mundial, algo debido principalmente al incremento de la producción acuícola. Estamos consumiendo más alimentos acuáticos que nunca, en torno a 20,2 kg per cápita en 2020, es decir, más del doble de nuestro ritmo de consumo de hace 50 años. A nivel mundial, los alimentos acuáticos proporcionan aproximadamente el 17 % de la proteína de origen animal, superando el 50 % en varios países de Asia y África. El sector da empleo a una cifra estimada de 58,5 millones de personas solo en la producción primaria, de las cuales aproximadamente el 21 % son mujeres.
En el presente informe también se destacan otros cambios necesarios en el sector de la pesca y la acuicultura para abordar los desafíos de alimentar al mundo de manera eficaz, equitativa y sostenible. El subtítulo del informe, “Hacia la transformación azul”, refleja la aceleración necesaria para lograr un sector sostenible, inclusivo y eficiente capaz de cumplir las expectativas, la necesidad acuciante de integrar de manera sostenible los alimentos acuáticos capturados o recolectados en las políticas y programas nacionales relacionados con los sistemas alimentarios, así como las oportunidades de contribuir a la restauración de los hábitats acuáticos y la biodiversidad.
El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2022 está basado en un contexto normativo significativo. En primer lugar, la Declaración en favor de la pesca y la acuicultura sostenibles, aprobada por unanimidad en 2021 por el Comité de Pesca de la FAO en su 34.º período de sesiones, concluye con un llamamiento a respaldar “una visión dinámica y positiva de la pesca y la acuicultura en el siglo XXI, en la que el sector goza del pleno reconocimiento por su contribución a la lucha contra la pobreza, el hambre y la malnutrición”. En segundo lugar, esta edición de 2022 coincide con la celebración de tres Decenios de las Naciones Unidas pertinentes, a saber, el Decenio de acción para cumplir los objetivos mundiales, el Decenio de las Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible, y el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas. Por último, el informe se publica cuando nos acercamos a la mitad del Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales 2022. El entorno normativo no podría ser más ambicioso y el momento más oportuno para transformar los sistemas alimentarios acuáticos en sistemas más eficientes, más inclusivos, más resilientes y más sostenibles con el fin de contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Desde su primera edición en 1995, El estado mundial de la pesca y la acuicultura ha proporcionado una perspectiva técnica e información basada en datos objetivos sobre un sector que resulta crucial para el éxito de la sociedad. Presta servicios a una amplia audiencia, desde encargados de formular políticas, directores y científicos a pescadores y consumidores, a fin de demostrar y potenciar la función y las contribuciones esenciales de la pesca y la acuicultura para lograr una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor para todas las personas, sin dejar a nadie atrás. Estoy seguro de que esta edición seguirá la tradición de realizar contribuciones valiosas que nos puedan ayudar a abordar los desafíos del siglo XXI.
Qu Dongyu |