La expansión e intensificación de la acuicultura y la gestión eficaz de todo el sector pesquero son condiciones necesarias pero insuficientes para la transformación azul17. Con el fin de alcanzar los objetivos finales de mejorar la contribución de los sistemas acuáticos para garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición y sostener los medios de vida, las cadenas de valor acuáticas requieren innovaciones para hacerlas más eficientes, transparentes, receptivas, inclusivas y equitativas.
Cadenas de valor competitivas
Comercio y acceso a los mercados
El comercio internacional de productos pesqueros y acuícolas17 genera importantes ingresos y contribuye a la reducción de la pobreza y a la seguridad alimentaria, especialmente en los países en desarrollo, en los que los pescadores a pequeña escala, los piscicultores y las mujeres están muy representados en las cadenas de valor conexas.
Los productos procedentes de la pesca y la acuicultura que se comercializan suelen hacer frente a un complejo conjunto de requisitos de acceso a los mercados, en parte debido a la prevalencia de las medidas no arancelarias, las distorsiones derivadas de las subvenciones a la pesca y la progresividad arancelaria18. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), las medidas no arancelarias afectan a los productos pesqueros y acuícolas más que a otros productos en cuanto a cantidad e intensidad, lo que complica más el cumplimiento por el sector de los requisitos reglamentarios (Fugazzi, 2017).
Además, la progresividad arancelaria limita considerablemente la posibilidad de añadir valor para los países en desarrollo y los pequeños productores. Los derechos de importación de muchos productos pesqueros y acuícolas difieren sustancialmente entre las materias primas y los productos elaborados, sobre todo en muchos países importadores tradicionales, y se imponen aranceles más elevados a los productos elaborados, lo cual desincentiva la adición de valor y la creación de empleo y reduce las posibilidades de una mayor retención de valor.
El número de acuerdos comerciales ha aumentado en los últimos decenios, ya que desempeñan un papel cada vez más destacado a efectos de dictar las normas de los flujos comerciales mundiales. El número de acuerdos comerciales regionales vigentes en 2000, que era de 82, ha pasado a ser de 310 en 2020. Uno de los principales objetivos de los acuerdos comerciales consiste en crear posibilidades comerciales preferenciales con menores derechos de importación para los países participantes. No obstante, los acuerdos comerciales cada vez son más complejos, con normas cada vez más enrevesadas, que abarcan más ámbitos políticos y se centran en medidas no arancelarias como la facilitación del comercio, el intercambio de información y el reconocimiento mutuo de normas y reglamentos. Algunos de los nuevos acuerdos comerciales favorecen explícitamente la sostenibilidad combinando las preferencias comerciales con nuevas cláusulas que abordan la pesca INDNR, las subvenciones a la pesca, las medidas del Estado rector del puerto y de conservación, los sistemas de documentación de las capturas y la mitigación de las capturas incidentales y los descartes.
Todo producto que vaya a beneficiarse del acceso preferencial debe cumplir las normas de origen que acrediten que ha sido producido o transformado fundamentalmente en un país participante. Para dar cuenta de los parámetros de las zonas marítimas que determinan los criterios de captura en el medio silvestre, puede que muchos acuerdos comerciales incluyan requisitos adicionales, lo que puede reducir el acceso preferencial de estos productos.
En el seno del Subcomité de Comercio Pesquero del Comité de Pesca (COFI:FT) y a través de GLOBEFISH, la FAO ha promovido un foro inclusivo en el que se debate e informa sobre el acceso a los mercados, las medidas no arancelarias, el acceso preferencial y el cumplimiento de las normas del comercio internacional. Además, la FAO sigue realizando estudios y análisis específicos, desarrollando productos de conocimiento y llevando a cabo actividades de creación de capacidad y asistencia técnica, en particular en cooperación con la UNCTAD y la OMC, para reducir las asimetrías en el acceso a los mercados.
Pérdidas y desperdicio
Las pérdidas y el desperdicio de alimentos plantean una de las principales preocupaciones en la cadena de valor de la pesca y la acuicultura. Pueden producirse en distintas etapas de la cadena, desde la producción y la captura hasta el consumo final. Las causas subyacentes y los factores que impulsan las pérdidas de productos acuáticos19 son su naturaleza altamente perecedera y las deficiencias en las cadenas de valor, debido a la infraestructura inadecuada y a la falta de conocimientos y aptitudes de los actores involucrados. Los contextos socioculturales, institucionales y económicos específicos también pueden ser factores determinantes.
La reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos puede reportar beneficios económicos, con repercusiones positivas para la seguridad alimentaria y nutricional y para la eficiencia en el uso de los recursos naturales, y puede reducir la presión sufrida por las poblaciones de peces y el impacto ambiental.
Las pérdidas y el desperdicio de alimentos varían significativamente en función del nivel de ingresos. En los países de ingresos medianos y altos, el desperdicio de alimentos se produce principalmente durante la distribución y el consumo, y suele ir ligado a la falta de coordinación, el comportamiento de los consumidores, la estética y las normas de la venta al por menor (por ejemplo, el color y el tamaño), el etiquetado y el exceso de compras. En los países de ingresos bajos, las pérdidas y el desperdicio de alimentos son casi inexistentes en el nivel de consumo, pero tienen lugar en la producción y durante el transporte, la transformación, el almacenamiento y la venta (GANESAN, 2014). En particular, en los países menos adelantados, las deficiencias en la infraestructura —incluida la falta de acceso a electricidad, agua potable, carreteras, hielo, almacenamiento en frío, almacenamiento de productos curados y transporte refrigerado— son los factores que más influyen en las pérdidas y el desperdicio de alimentos.
El diseño de soluciones adaptadas exige una comprensión correcta de la magnitud, los efectos y las causas de las pérdidas y el desperdicio de alimentos, así como de los papeles que desempeñan los distintos agentes. Toda solución deberá reflejar la complejidad de las cadenas de valor de la pesca y la acuicultura y la interconexión de sus diferentes etapas. Por lo tanto, las soluciones a las pérdidas y el desperdicio de alimentos suelen consistir en medidas relacionadas con la gobernanza, la tecnología, las aptitudes y los conocimientos, los servicios y la infraestructura, la equidad social y de género y una buena vinculación y comprensión de los mercados, con la participación de los sectores público y privado, la sociedad civil, las ONG, los círculos de investigación y el mundo académico. Estos requisitos están definidos en el Código de conducta voluntario de la FAO para la reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos20.
La variedad de problemas y posibles soluciones conexos obliga a adoptar un enfoque multidimensional que abarque técnicas asentadas e innovadoras y tenga en cuenta la naturaleza dinámica de las cadenas de valor de la pesca y la acuicultura. El proyecto FISH4ACP de la FAO (Recuadro 17) muestra la manera en que se puede aprovechar el potencial de las cadenas de valor de la pesca y la acuicultura.
RECUADRO 17 FISH4ACP: APROVECHAMIENTO DEL POTENCIAL DE LAS CADENAS DE VALOR DE LA PESCA Y LA ACUICULTURA SOSTENIBLES EN ÁFRICA, EL CARIBE Y EL PACÍFICO
La producción pesquera y acuícola está creciendo en muchos países de África, el Caribe y el Pacífico. Sin embargo, este crecimiento ha sido no solo lento, sino también desigual de una región a otra y de un país a otro, y los beneficios no siempre llegan a las comunidades que dependen de ellos para su sustento y su seguridad alimentaria. Además, las malas prácticas pesqueras y acuícolas pueden ejercer presión en los entornos en los que operan.
La Organización de Estados de África, el Caribe y el Pacífico puso en marcha un importante programa, FISH4ACP, destinado a optimizar el rendimiento económico y los beneficios sociales de las cadenas de valor en 12 países de África, el Caribe y el Pacífico, al tiempo que se reducían al mínimo los efectos perjudiciales en los hábitats naturales, la biodiversidad y los recursos acuáticos y se abordaban algunos de los problemas subyacentes para la creación de sectores pesqueros y acuícolas sostenibles. La FAO se encarga de la ejecución del proyecto, financiado por la Unión Europea y el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania.
La primera fase del programa (2020-22), iniciada en 2020, parte de un análisis exhaustivo de las cadenas de valor gracias al cual se evalúa la sostenibilidad social, ambiental y económica de determinadas cadenas de valor de la pesca o la acuicultura en países beneficiarios. Esta fase también comprende el desarrollo de una estrategia de mejora y un plan de acción para los próximos años de actividades del proyecto con el fin de mejorar la productividad y la competitividad, garantizando que las mejoras económicas vengan acompañadas de sostenibilidad ambiental e inclusividad social.
En concreto, el programa centra su atención en lo siguiente:
- ayudar a los actores a comprender bien sus cadenas de valor y los medios para mejorarlas;
- abrir nuevos mercados para las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, y mejorar el entorno empresarial y reglamentario;
- crear mejores condiciones de trabajo a lo largo de la cadena de valor;
- hacer que las cadenas de valor sean más sostenibles desde el punto de vista ambiental y resilientes a las perturbaciones, y
- ayudar a las empresas del sector de la pesca y la acuicultura a atraer fuentes adicionales de financiación e inversión y acceder a ellas.
En 2021, FISH4ACP organizó una serie de talleres para examinar las conclusiones de estos análisis a los que asistieron las principales partes interesadas, incluidos representantes de los sectores público y privado, al objeto de fundamentar las estrategias de ampliación y desarrollo por las que se guiarán las actividades de los proyectos en cada uno de los 12 países entre 2022 y 2025.
Esta implicación de las partes interesadas es un componente clave de los proyectos que permite garantizar la participación directa de los actores en los debates estratégicos y la toma de decisiones desde el principio con una plataforma de múltiples partes interesadas establecida para cada una de las cadenas de valor con el fin de potenciar al máximo la sostenibilidad y las repercusiones del proyecto.
Puede encontrarse más información sobre FISH4ACP y los países participantes en los siguientes recursos:
Inocuidad de los alimentos
Para alimentar a una población mundial cada vez más numerosa con productos inocuos y nutritivos, es imprescindible contar con sistemas eficientes y eficaces de control de los alimentos que protejan a los consumidores y promuevan el comercio de productos pesqueros y acuícolas.
Las autoridades de control de los alimentos se enfrentan a múltiples desafíos en muchos países, a menudo debido a deficiencias en los marcos normativos sobre inocuidad de los alimentos, la falta de coordinación entre las autoridades encargadas del control de los alimentos y la insuficiencia de recursos, por ejemplo de personal, equipo, infraestructura y tecnologías de control fiables. Por otro lado, el acceso a los lugares de producción y elaboración a veces puede ser complicado. Se están poniendo en práctica soluciones innovadoras y digitales al objeto de solventar algunos de estos desafíos, sobre todo tras el brote de la COVID-19. Las inspecciones a distancia21, destinadas a garantizar la inocuidad de los productos, han demostrado ser fiables a la hora de entregar a los operadores los certificados sanitarios necesarios. Los sistemas de certificación electrónica pueden mejorar la rastreabilidad a lo largo de las cadenas de suministro, reducir los retrasos y los costos, disminuir el desperdicio de alimentos al acelerar el proceso, combatir las prácticas fraudulentas mediante la introducción de métodos electrónicos de autenticación y fomentar la confianza entre los asociados comerciales. Para mejorar los procesos actuales, el Codex Alimentarius está revisando sus orientaciones con el fin de ampliar la certificación oficial a la certificación electrónica. Además, los portales de notificación electrónica del control de los alimentos proporcionan a las autoridades una herramienta eficaz para intercambiar en tiempo real información sobre las medidas adoptadas cuando se detectan riesgos graves, lo que ayuda a los países a actuar con mayor rapidez y de forma coordinada en respuesta a las amenazas sanitarias. En este sentido, la FAO está estudiando posibles soluciones en el marco del proyecto de Soluciones digitales en apoyo de la mejora de los servicios oficiales de control de los alimentos, que se centra en el fortalecimiento de las capacidades nacionales de desarrollo y puesta en marcha de portales de notificación electrónica, además de realizar inspecciones a distancia, apoyar el aprendizaje a distancia sobre gestión de la inocuidad de los alimentos y ampliar los repositorios de datos en apoyo del desarrollo constante de marcos de clasificación de riesgos y otros instrumentos de toma de decisiones basadas en el riesgo.
Las soluciones digitales, incluida la certificación electrónica mediante portales de notificación electrónica, pueden contribuir a la optimización de los recursos y al logro de unos servicios de control alimentario más eficaces y eficientes que respondan a las crisis y promuevan la transparencia entre los asociados comerciales.
Al igual que su aplicación para la producción de otros alimentos (por ejemplo, pollo y carne de vacuno), los productos acuáticos basados en el cultivo de células pueden ser una “tecnología que cambie las reglas del juego” en la producción de alimentos acuáticos22 (Rubio et al., 2019). La inocuidad y la calidad de los nuevos alimentos deben tenerse debidamente en cuenta a fin de abordar las implicaciones específicas para la protección de los consumidores, la salud pública y el comercio. A este respecto, la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS) están colaborando, en particular a través del Codex Alimentarius, para detectar y evaluar los peligros para la inocuidad de los alimentos relacionados con el consumo de alimentos nuevos a fin de sentar las bases para seguir trabajando en su control (Comisión del Codex Alimentarius, 2021).
Adición de valor
La percepción de los consumidores sobre el valor de los productos pesqueros y acuícolas puede referirse a sus características tangibles y no tangibles. La transformación, que consiste en cambiar la forma del producto o añadir nuevos atributos tangibles, puede aumentar el valor del producto. Sin embargo, mejorar las características no tangibles, que no están vinculadas obligatoriamente con el proceso de producción sino con la interacción personal, es una alternativa viable para añadir valor.
En los últimos decenios, los consumidores han mostrado cada vez más interés por el origen de los productos pesqueros y acuícolas. Proporcionar esta información, incluidos los beneficios para la salud, la sostenibilidad de los métodos de producción y los medios de vida de las personas que intervienen en la cadena de valor, puede añadir ese valor intangible. La información sobre los productos puede comunicarse a través de la certificación de productos de empresa a empresa (B2B) o del etiquetado de productos de empresa a consumidor (B2C). Por ejemplo, los nuevos enfoques de comercio electrónico ayudan a los productores, incluidos los de las zonas rurales, a establecer conexiones directas con los clientes nuevos o existentes y a vincular una historia atractiva con el producto.
Los sistemas de rastreabilidad en toda la cadena pueden ayudar a la transmisión de información a lo largo de la cadena de valor dando a conocer el recorrido del producto, lo que puede aumentar el valor percibido del producto si se utiliza eficazmente. Los sistemas de rastreabilidad electrónica, incluida la tecnología de cadenas de bloques (blockchain), se están expandiendo para garantizar la transparencia, la seguridad e integridad de los datos y la transferencia rápida de los mismos a lo largo de la cadena de valor.
El uso innovador y creciente de recursos acuáticos en la industria de la moda crea nuevas oportunidades (por ejemplo, el uso de cuero de pescado) de añadir valor al sector de la pesca y la acuicultura. A pesar de los obstáculos a los que se enfrentan, como el escepticismo que suscitan los productos procedentes del pescado en la industria de la moda, el suministro poco fiable de materia prima de calidad y el acceso limitado a la financiación, hay ejemplos de comunidades locales que han puesto en marcha empresas con éxito, con lo cual han creado oportunidades de empleo alternativas y demostrado que esta oportunidad de añadir valor puede ser una opción realista para quienes tienen mentalidad empresarial.
El “pescaturismo” ofrece la oportunidad de generar fuentes de ingresos para los pescadores, los acuicultores y sus comunidades al tiempo que protege el medio ambiente y el patrimonio cultural local. Engloba excursiones de pesca, la pesca recreativa, visitas a piscifactorías y pueblos pesqueros, la degustación de manjares locales, cursos de cocina e incluso alojamiento ofrecido por los pescadores locales. En muchos países en desarrollo existen numerosas oportunidades para el “pescaturismo”, dada la existencia de entornos naturales bellos a menudo vírgenes.
Además, el sector de la pesca y la acuicultura tiene el potencial de crear valor no comercial a través de externalidades positivas y, de esa forma, proporcionar beneficios más amplios a la sociedad. Algunos ejemplos son los servicios de regulación, como la fijación de carbono y la remediación de nutrientes en las formas extractivas de la acuicultura (por ejemplo, algas, moluscos bivalvos), la provisión de hábitat para otros organismos y, no menos importante, servicios culturales como la pesca artesanal histórica con beneficios públicos, educativos, simbólicos y espirituales.
Los productos derivados del pescado que se emplean en la industria de la moda, el pescaturismo y otras formas innovadoras de aumentar el rendimiento económico del sector de la pesca y la acuicultura ofrecen alternativas viables para potenciar al máximo el valor añadido más allá de las opciones convencionales. La combinación de la adición de valor tradicional y la innovadora despeja el camino para mejorar la sostenibilidad del sector, incluidos los medios de vida de los pequeños explotadores y sus comunidades. También se pueden generar oportunidades de adición de valor mediante el uso de soluciones de energía renovable (Recuadro 18).
RECUADRO 18 USO DE ENERGÍAS RENOVABLES EN LAS CADENAS DE VALOR DE LA PESCA Y LA ACUICULTURA EN PEQUEÑA ESCALA
El sector de la pesca y la acuicultura, desde la producción hasta los procesos posteriores a la captura, la comercialización y la distribución, depende en gran medida de la energía, especialmente de los combustibles fósiles1.
El uso de energía varía mucho en las distintas fases de la cadena de valor de la pesca y la acuicultura. La energía es un elemento de costo esencial sobre el que el sector tiene un control limitado, lo que genera un notable efecto en los beneficios y los medios de vida. Las actividades de procesamiento, distribución y comercio posteriores a la captura, ya sea en la acuicultura o en la pesca de captura, dependen en gran medida no solo de los combustibles fósiles y la electricidad, sino también de la madera utilizada para ahumar el pescado. Además, la cadena de frío es fundamental para conservar las capturas altamente perecederas y evitar su pérdida. El acceso a fuentes de energía fiables y asequibles es un gran desafío en los países en desarrollo, debido a la falta de disponibilidad de infraestructuras y a los precios prohibitivos, especialmente en las zonas rurales, lo que provoca graves perturbaciones de las cadenas de frío durante el almacenamiento y el procesamiento2 y se traduce en importantes pérdidas de productos acuáticos.
Por ejemplo, se espera que la demanda de energía en las economías africanas casi se duplique para 2040 a medida que aumente la población y mejore el nivel de vida2. Si bien muchos países africanos son importadores netos de energía fósil, en el África subsahariana y en Asia hay numerosas comunidades en desarrollo que disponen de recursos energéticos renovables; su explotación puede impulsar la creación de nuevos puestos de trabajo, el crecimiento económico y beneficios sociales y sanitarios, al tiempo que se mitigan los efectos del cambio climático3.
En particular, aumenta considerablemente el uso de la energía solar para la refrigeración y el almacenamiento frigorífico. Los costos de la infraestructura de las energías renovables en pequeña escala suelen ser iguales o inferiores a los de una red eléctrica centralizada a gran escala2. Gracias a los avances tecnológicos y a los incentivos, el costo de la electricidad proveniente de la energía solar fotovoltaica se redujo un 82 % entre 2010 y 2019, mientras que el costo de la energía eólica terrestre disminuyó un 40 %. En muchos países, las energías renovables están ahora al mismo nivel o, en algunos casos, son la opción menos costosa para generar nueva electricidad3.
Cada vez hay más posibilidades de utilizar energías renovables, y es necesario promoverlas para su aplicación en todas las fases de las cadenas de valor de la pesca y la acuicultura en pequeña escala. Sin embargo, las tecnologías se encuentran en distintas fases de evolución, y no todas son igualmente aplicables y económicamente viables en diversos países y comunidades. Los sistemas solares fotovoltaicos pueden utilizarse para cargar los motores de las embarcaciones de pesca, suministrar energía a los equipos de acuicultura (alimentadores, bombas, aireadores, iluminación de seguridad) y alimentar aparatos de procesamiento, fabricación de hielo, refrigeración y almacenamiento frigorífico, en particular durante el transporte y la venta al por menor. Los biocombustibles pueden proporcionar energía a los equipos de acuicultura, a los carros de venta y a la distribución de productos acuáticos. El calor geotérmico, disponible en muchos países en desarrollo, puede proporcionar energía para calentar agua en la acuicultura o para secar el pescado, mientras que los sistemas microhidroeléctricos pueden proporcionar electricidad limpia para la acuicultura4.
Las soluciones basadas en energías renovables podrían proporcionar energía limpia y opciones flexibles y ofrecer oportunidades de añadir valor a las comunidades pesqueras y acuícolas remotas que no están conectadas a la red y que tienen dificultades para acceder a fuentes de energía fiables y hacer frente al costo elevado y variable de los combustibles fósiles. Para aprovechar estas oportunidades será necesaria una firme voluntad política junto con políticas que incentiven la inversión en la construcción de infraestructura para la adopción eficiente de las energías renovables3.
- 1 FAO. 2015. Fuel and energy use in the fisheries sector: Approaches, inventories and strategic implications. Circular de Pesca y Acuicultura de la FAO n.º C1080. Roma. www.fao.org/3/i5092e/i5092e.pdf
- 2 FAO. 2016. How access to energy can influence food losses: A brief overview. Documento de trabajo sobre el medio ambiente y la gestión de los recursos naturales n.º 65. Roma. www.fao.org/documents/card/en/c/86761a85-0e35-4b89-b2ac-691be59c714a/
- 3 IRENA. 2020. The renewable energy transition in Africa. Country studies for Côte d’Ivoire, Ghana, South Africa, Morocco and Rwanda. Abu Dhabi, IRENA y Eschborn (Alemania), GIZ.
- 4 Las microturbinas hidroeléctricas pueden constituir una forma muy eficaz y cómoda de obtener electricidad renovable en pequeña escala para alimentar aparatos de calefacción eléctrica destinados a mantener la temperatura del agua de los estanques o cisternas y sustituir a los generadores diésel en las piscifactorías. Puede obtenerse más información en: FAO. En prensa. Renewable energy, post-harvest practices, and small-scale value chains: Current status and way forward. Roma.
Cadenas de valor transparentes y responsables
Rastreabilidad
Los sistemas de rastreabilidad, incluidos sus elementos de transparencia conexos, representan un esfuerzo concertado decisivo en aras de unas cadenas de valor transparentes y responsables. Permiten hacer seguimiento de un producto desde su origen hasta el mercado final, informando sobre el cumplimiento de muchas normativas pesqueras (Hosch y Blaha, 2017), así como de los requisitos de inocuidad de los alimentos y certificación (Figura 56).
FIGURA 56RASTREABILIDAD EN LAS CADENAS DE VALOR DE PRODUCTOS ACUÁTICOS: UNA REPRESENTACIÓN SIMPLE

NOTA: Esta infografía es una representación genérica y simplificada de una cadena de valor y de la rastreabilidad asociada, que no contiene todos sus eslabones y servicios conexos. La rastreabilidad y las cadenas de valor de los productos acuáticos son un sistema amplio, globalizado y complejo.
FUENTE: FAO
Sin embargo, habida cuenta del panorama de globalización del comercio de productos pesqueros y acuícolas, junto con la fragmentación inherente de las cadenas de valor conexas, la implantación de sistemas de rastreabilidad eficientes a nivel gubernamental y privado presenta dificultades. Por ejemplo, la industria, los gobiernos e incluso los consumidores pueden carecer de compromiso o sensibilización acerca de los beneficios que aportan los principios del sistema de rastreabilidad, o puede que no se disponga de las tecnologías y normas necesarias para su aplicación (Borit y Olsen, 2016).
Para superar algunas de estas dificultades, la FAO celebró en noviembre de 2018 un seminario internacional sobre la rastreabilidad en las cadenas de valor sostenibles de alimentos marinos (FAO, 2018a) en el que se formularon recomendaciones como la determinación y documentación de los beneficios e incentivos de la adopción de sistemas de rastreabilidad y la presentación de los casos de éxito (Borit y Olsen, 2020).
Dada la interconexión de las cadenas de valor de la pesca y la acuicultura, la colaboración en todas las etapas es fundamental para lograr una rastreabilidad firme de principio a fin. La mayoría de los sistemas actuales están fragmentados y son propios de cada empresa particular, lo que crea lagunas de información a lo largo de la cadena de suministro y pérdidas de eficiencia desde el punto de vista operacional. Por lo tanto, es fundamental que los asociados de la cadena de suministro acuerden no solo compartir cierto nivel de datos, sino también aumentar la interoperabilidad (Blaha, 2017).
Para facilitar y fomentar aún más esta colaboración y teniendo en cuenta la revolución digital que está transformando los sistemas alimentarios, la FAO promueve el fortalecimiento de los sistemas de rastreabilidad para mejorar el cumplimiento (Hosch y Blaha, 2017) sobre la base de la eficacia, la eficiencia y la interoperabilidad23. Con este fin, se organizaron consultas públicas y regionales en línea (FAO, 2021f) en el marco de desarrollo del proyecto de orientación sobre el avance de la rastreabilidad de extremo a extremo: actividades de rastreo esenciales y elementos de datos clave a lo largo de las cadenas de valor de la pesca de captura y la acuicultura.
Sistemas de documentación de las capturas
Los sistemas de documentación de las capturas constituyen un instrumento esencial para combatir la pesca INDNR. Los certificados de los sistemas de documentación de las capturas y los documentos comerciales validados por las autoridades nacionales competentes acreditan que los productos se han obtenido legalmente y acompañan a los animales acuáticos capturados desde los caladeros hasta los mercados, certificando que las capturas se obtuvieron de conformidad con todos los requisitos aplicables. En 2017, los Miembros de la FAO aprobaron las Directrices voluntarias para los sistemas de documentación de las capturas a fin de ayudar a desarrollar y armonizar los sistemas nuevos y existentes.
Para complementar las Directrices voluntarias para los sistemas de documentación de las capturas, la FAO ha preparado unas orientaciones (FAO, 2022b) con el fin de ayudar a las autoridades nacionales a comprender y poner en marcha los sistemas de documentación de las capturas. En particular, las orientaciones pretenden armonizar y mejorar los instrumentos nacionales de SCV existentes y los sistemas de rastreo de productos para atender la demanda interna y externa de documentación legal sobre la procedencia. Durante la elaboración de las orientaciones se observó que, si bien los elementos de datos clave pueden variar considerablemente entre los distintos sistemas, las certificaciones en las que se basa un sistema de documentación de las capturas (por ejemplo, la certificación de la identidad del buque pesquero y de su legalidad) suelen ser las mismas.
En las orientaciones se recomienda que las autoridades nacionales consideren cuáles son los elementos de datos clave que deben ser verificados y validados en su jurisdicción para certificar la conformidad del producto con los requisitos legales. Se anima a las autoridades nacionales a plantearse maneras en que los sistemas o instrumentos de verificación existentes (por ejemplo, las bases de datos de las autorizaciones de buques y las licencias de pesca o las auditorías de rastreabilidad) pueden utilizarse de forma más eficaz para reforzar los procesos de validación de los Estados del pabellón, los Estados rectores del puerto, los Estados de comercio y los Estados que almacenan, procesan o exportan productos pesqueros. También se anima a los países a que garanticen la rastreabilidad de la procedencia legal para evitar el blanqueo de productos pesqueros no certificado y mantener la integridad de la cadena de suministro certificada.
Para garantizar su utilidad, las orientaciones se pusieron a prueba en talleres en los que participaron autoridades pesqueras y aduaneras de varios países, lo que permitió perfeccionar el documento. La labor encaminada a reforzar los procesos nacionales de recopilación e intercambio de información sobre la procedencia legal en el marco de un sistema de documentación de las capturas proseguirá en el marco del Programa mundial de la FAO para respaldar la aplicación del Acuerdo sobre medidas del Estado rector del puerto (Acuerdo sobre MERP) y los instrumentos internacionales complementarios a fin de combatir la pesca INDNR.
Responsabilidad social
Según la OIT, la pesca es una de las tres profesiones más peligrosas. Contar con unas condiciones de trabajo decentes a lo largo de la cadena de valor de la pesca y la acuicultura es fundamental para mitigar los riesgos a los que se enfrentan las numerosas personas cuyos ingresos, medios de vida o empleo dependen del sector. Las prácticas insostenibles pueden acarrear diferentes problemas sociales en las distintas fases de la cadena de valor de la pesca y la acuicultura, especialmente en el caso de las personas vulnerables, como los trabajadores migrantes, las mujeres y los niños. Por ejemplo, en la pesca INDNR, los trabajadores migrantes están más expuestos a la esclavitud moderna, la servidumbre, el trabajo forzado y otros abusos. La ausencia de protección social, seguridad social o asistencia sanitaria, la inexistencia de relaciones laborales formales (es decir, de contratos de trabajo) y las condiciones de trabajo inadecuadas son problemas estructurales que persisten en toda la cadena de valor de la pesca y la acuicultura. Además, los problemas ambientales, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, pueden agravar estos problemas sociales, ya que las comunidades costeras suelen ser las más expuestas a esos riesgos.
Existen diversos instrumentos internacionales (convenios, directrices, etc.) que abordan los derechos humanos y laborales con el fin de garantizar prácticas sociales equitativas. Sin embargo, su complejidad y diversidad crean problemas de aplicación para las partes interesadas en el sector de la pesca y la acuicultura. A ello hay que añadir que, desde marzo de 2020, el brote de la COVID-19 ha perturbado las cadenas de suministro y ha añadido nuevos peligros para la salud a las ya precarias condiciones de empleo. Muchos empleadores no pudieron invertir los recursos necesarios para proporcionar equipos de protección personal y de desinfección o reorganizar el espacio de trabajo para permitir un distanciamiento social adecuado. Las perturbaciones del comercio también provocaron una reducción de los ingresos por ventas que afectó tanto a trabajadores como a empleadores, lo que en ocasiones desembocó en quiebras y sus consecuencias sociales.
En 2019, la FAO emprendió un proceso consultivo con múltiples partes interesadas de todo el mundo con el fin de elaborar orientaciones prácticas sobre la responsabilidad social en el sector; participaron representantes de la industria, gobiernos, ONG, sindicatos, organismos regionales, organizaciones internacionales y el mundo académico, entre otras instancias.
Las orientaciones abarcarán las diferentes etapas de las cadenas de valor de la pesca y la acuicultura consolidando los instrumentos y herramientas internacionales pertinentes existentes en un documento voluntario, no vinculante y práctico para ayudar a los responsables de la formulación de políticas y abordar este entorno cada vez más complejo. Se adoptará un enfoque de diligencia debida en materia de derechos humanos y laborales al considerar el riesgo y el desarrollo en el sector para fomentar prácticas sociales equitativas. Si bien las orientaciones se centrarán en las responsabilidades del sector privado, también pueden ser pertinentes para otras partes interesadas en apoyar y garantizar el cumplimiento de la responsabilidad social en las cadenas de valor de la pesca y la acuicultura.
Cadenas de valor integradas y resilientes
Puertos azules
Un puerto pesquero representa un vínculo esencial para muchos actores de la cadena de valor de la pesca y la acuicultura (pescadores, compradores, vendedores, proveedores de servicios e instituciones públicas y privadas). Puede desempeñar múltiples funciones de índole social, económica y ambiental desde una óptica local, regional, nacional y mundial. Los puertos pesqueros pueden promover la sostenibilidad de la pesca y la acuicultura, catalizar la reducción de los desperdicios y la contaminación ambiental, fomentar la conservación de los valores nutricionales de los alimentos acuáticos, garantizar la calidad y crear incentivos para fijar precios justos y aumentar las exportaciones.
La Iniciativa puertos azules de la FAO es un plan innovador que pretende reforzar el papel de los puertos como motores del desarrollo sostenible en las ciudades y comunidades costeras potenciando al máximo la recopilación de datos y la aplicación de la ley, mejorando la infraestructura y los servicios, y abordando así los desafíos nacionales y mundiales ligados al desarrollo sostenible en las zonas marinas y costeras.
La iniciativa tiene por objeto aprovechar la posición estratégica de los puertos pesqueros en las cadenas de valor de la pesca y la acuicultura para promover un crecimiento socioeconómico positivo y sostenible, reduciendo al mismo tiempo su impacto ambiental. Se considera crucial disponer de infraestructura adecuada y gestionar y mantener debidamente un puerto. Además, la Iniciativa puertos azules también contribuye a la mitigación de la pobreza y a la seguridad alimentaria mediante el fortalecimiento de la calidad de los alimentos, la reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos, la preservación de los recursos naturales, el refuerzo de la cadena de valor y el cumplimiento de los derechos laborales y la igualdad de género en los sectores marinos (Figura 57).
FIGURA 57INICIATIVA PUERTOS AZULES DE LA FAO

Esta iniciativa de la FAO se desarrolló de manera ampliamente inclusiva y participativa tras el 33.º período de sesiones del Comité de Pesca en 2018 con el objetivo de hacer participar al sector privado en torno a los principios de desarrollo sostenible de las economías oceánicas. Los representantes gubernamentales y no gubernamentales de los puertos de África, Asia, América y Europa se reunieron para intercambiar experiencias, información y mejores prácticas en el marco de talleres y reuniones específicas. Con la colaboración de varios puertos y autoridades pesqueras de todo el mundo y el apoyo de organizaciones regionales y multilaterales, se está creando un programa general de la FAO cuyo objetivo consiste en prestar apoyo a los puertos pesqueros en el diseño y la aplicación de estrategias sostenibles de transformación azul que garanticen el equilibrio entre las dimensiones social, económica y ambiental.
En el marco de la Iniciativa puertos azules se han emprendido medidas específicas, en particular en materia de creación de la capacidad, gestión de los conocimientos y asistencia técnica, con la participación de 20 autoridades portuarias, administraciones del sector pesquero y la cooperación de organizaciones internacionales, en concreto la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI-UNESCO), el Banco Mundial, la OIT y la OMI.
En diciembre de 2021, la COI-UNESCO y la FAO pusieron en marcha un programa de desarrollo de la capacidad dirigido a las autoridades portuarias a fin de incluir el enfoque de planificación espacial marina como parte de los procesos estratégicos y operacionales y mostrar buenas prácticas. Además, se cartografiarán los puertos pesqueros y los puntos de desembarque a escala mundial, lo cual ayudará a identificar las posibilidades de optimización del desarrollo de las cadenas de valor marítimas.
Hábitos de consumo
El notable aumento de la producción y disponibilidad de alimentos acuáticos en el último decenio se vio impulsado por diversos factores, entre ellos la mayor demanda de productos pesqueros y acuícolas sostenibles, diversificados, asequibles y nutritivos. Para acceder a estos mercados, los productores y elaboradores deben integrar en sus estrategias la evolución de la demanda y los múltiples hábitos y comportamientos de los consumidores.
La oferta y la demanda de productos pesqueros y acuícolas han ido evolucionando los últimos años, y cada vez tienen más peso los elementos relativos a la sostenibilidad económica, ambiental y social, además de los parámetros convencionales de precio e inocuidad de los alimentos.
La pandemia de la COVID-19 afectó aún más a los hábitos de consumo. Al principio de la pandemia y durante sus sucesivas oleadas, el consumo de alimentos acuáticos en los hogares se redujo drásticamente, se suspendieron las actividades pesqueras y se cerraron los mercados de pescado. En los lugares en que se levantaron las restricciones y cuando esto ocurrió, las especies tradicionalmente dirigidas al sector de la hostelería y la restauración tuvieron problemas de suministro y distribución. La pandemia también se caracterizó por que los consumidores se apresuraron a hacer acopio de alimentos de larga duración, como productos acuáticos en conserva.
El confinamiento de la ciudadanía en sus hogares y el cierre temporal del sector de la hostelería reorientaron los productos pesqueros y acuícolas hacia los supermercados y otros puntos de distribución para el consumidor final. Muchas especies de alto valor se incorporaron en las comidas preparadas en casa en el caso de grupos de hogares que no consumían normalmente esas especies o solo lo hacían puntualmente en restaurantes. Asimismo, aumentaron las ventas en línea y la entrega a domicilio de productos pesqueros y acuícolas.
Las exigencias del mercado siguen evolucionando a medida que las ONG y los consumidores prestan más atención a los aspectos relacionados con la responsabilidad social y ambiental de la producción24 y el comercio de la pesca y la acuicultura. Los alimentos acuáticos también son esenciales para promover dietas saludables, como se ilustra en el Recuadro 19.
RECUADRO 19 EL PESCADO Y OTROS ALIMENTOS ACUÁTICOS EN LAS DIETAS SALUDABLES Y LOS SISTEMAS ALIMENTARIOS SOSTENIBLES1
El pescado y otros alimentos acuáticos procedentes de la pesca y la acuicultura gozan de reconocimiento como fuente singular de proteínas animales biodisponibles de alta calidad y micronutrientes singulares como ácidos grasos omega-3, vitaminas y minerales que son vitales para el desarrollo físico y cognitivo, desde el crecimiento fetal hasta la primera infancia y la niñez, y para mantener una buena nutrición y salud durante la adolescencia y la edad adulta.
Con el fin de cumplir las recomendaciones alimentarias para la salud del planeta, a saber, 28 g de pescado al día por persona2, la demanda de productos pesqueros y acuícolas es elevada; en 2019 se estimó en 10,2 kg per cápita al año. Teniendo en cuenta las actuales limitaciones de sostenibilidad y las opciones de suministro, la disponibilidad de alimentos acuáticos puede mejorarse si se reducen las pérdidas y el desperdicio de alimentos y se desarrollan productos innovadores, nutritivos y apetitosos utilizando especies no seleccionadas, subproductos y alimentos acuáticos de niveles tróficos bajos. Para alcanzar este objetivo, hay que dar prioridad a estos productos alimentarios acuáticos en el consumo humano y estudiar alternativas a su uso para pienso.
El consumo de pescado entero, siempre que sea posible, es muy recomendable en términos tanto nutricionales como ambientales. En muchas zonas del mundo, las especies de peces pequeños se consumen enteras, con inclusión de la cabeza, los ojos, las espinas y las vísceras, que son fuente esencial de micronutrientes. En cambio, la proporción de utilización de los filetes de tilapia, atún o salmón es diferente, ya que solo se consume entre el 30 % y el 70 % del pescado, mientras que el resto se descarta3. Las sencillas tecnologías de elaboración existentes pueden convertir las cabezas y los huesos en productos nutritivos y deliciosos. Se ha demostrado que el uso de pescado pequeño entero o de subproductos elaborados mejora el contenido en nutrientes de las comidas, al tiempo que reduce el costo y aumenta la disponibilidad de pescado, especialmente en los programas de alimentación escolar. Por ejemplo, el polvo de osamenta de atún tuvo gran aceptación entre los niños en edad escolar de Ghana cuando se añadió a las recetas tradicionales de las comidas escolares4, mientras que en Guatemala se procesaron con éxito cabezas y espinas de tilapia que se incluyeron en las comidas de los centros escolares, con lo cual aumentó la proporción de utilización del pescado de tan solo un 30 % a más del 80 %5.
La pandemia de la COVID-19 ha agudizado la inseguridad alimentaria y se espera que tenga repercusiones a largo plazo en términos de una mayor prevalencia de la desnutrición y el retraso del crecimiento6. En la tarea de reconstruir para mejorar los alimentos acuáticos pueden desempeñar un papel decisivo promoviendo la salud de las personas y del planeta como parte de una dieta con otros alimentos nutritivos.
- 1 Véase también el Recuadro 24, pág. 185.
- 2 Willet, W., Rockstrom, J., Loken, B., Springmann, M., Lang, T., Vermeulen, S., Garnett, T. et al. 2019. Food in the Anthropocene: the EAT-Lancet Commission on healthy diets from sustainable food systems. Lancet, 393(10170): 447-492. https://doi.org/10.1016/S0140-6736(18)31788-4
- 3 Olsen, R.L., Toppe, J. y Karunasagar, I. (2014): Challenges and realistic opportunities in the use of by-products from processing of fish and shellfish. Trends in Food Science and Technology, 36(2): 144-151.
- 4 Glover-Amengor, M., Ottah Atikpo, M.A., Abbey, L.D., Hagan, L., Ayin, J. y Toppe, J. (2012): Proximate composition and consumer acceptability of three underutilized fish species and tuna frames. World Rural Observations, 4(2): 65-70. www.sciencepub.net/rural/rural0402/011_9765rural0402_65_70.pdf
- 5 FAO. 2018. Guatemala’s school-feeding law prioritizes child nutrition and family farming. En: FAO. Roma. Consultado el 17 de marzo de 2022. www.fao.org/guatemala/noticias/detail-events/en/c/1103375
- 6 FAO, FIDA, OMS, PMA y UNICEF. 2021. El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021. Transformación de los sistemas alimentarios en aras de la seguridad alimentaria, una nutrición mejorada y dietas asequibles y saludables para todos. Roma, FAO. www.fao.org/publications/card/es/c/CB4474ES