Objetivos y metas
Cuando faltan menos de 10 años para que se cumpla el plazo fijado para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es esencial acelerar las medidas de actuación transformadoras a lo largo de las tres dimensiones de la sostenibilidad (la económica, la social y la ambiental). La transformación azul9 brinda importantes oportunidades de mejora de la ordenación pesquera para:
- lograr la igualdad de derechos seguros a acceder a los recursos, los servicios y las infraestructuras, el trabajo decente y el crecimiento económico (ODS 1, 8, 12, 14);
- asegurar tanto los alimentos nutritivos como las oportunidades de subsistencia en virtud de un acceso equitativo de las mujeres y los hombres a la pesca y una reducción de las desigualdades mediante la inclusión social, económica y política de toda la población (ODS 2, 5, 10, 14), y
- lograr el uso sostenible y eficiente de los recursos acuáticos continentales y marinos en aras del consumo y la producción responsables (ODS 12).
Para alcanzar estos objetivos, la ordenación pesquera debe tener una base científica, ser específicas para cada contexto, basarse en políticas inclusivas, transparentes y multidisciplinarias, y dar lugar a planes e intervenciones desarrolladas de forma equitativa. Los encargados de su gestión deben recurrir a metas basadas en parámetros biológicos y de las ciencias sociales y, siempre que es posible, se basan en los conocimientos locales para establecer objetivos y normas de gestión, así como para recopilar, analizar y evaluar los datos y supervisar la eficacia de la ordenación pesquera. En las próximas secciones, se examinarán los principios y los cambios transformadores necesarios para mejorar la pesca, incluidas las reformas políticas y en materia de gobernanza, los protocolos de ordenación eficaces, la incorporación de tecnologías innovadoras y los sistemas de protección social sólidos.
Mejora de la gobernanza y reforma de las políticas
La comunidad internacional ha adoptado un marco jurídico para la pesca sostenible en reconocimiento del importante papel del sector en la seguridad alimentaria y la nutrición, el desarrollo económico, la protección del medio ambiente y el bienestar de las personas. El instrumento internacional básico es la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM), aprobada en 1982, que proporciona el marco jurídico para todas las actividades marítimas, incluida la conservación y utilización de los recursos marinos vivos.
A principios del decenio de 1990, la comunidad internacional desarrolló nuevos enfoques para la ordenación pesquera y acuícola que abarcaban la conservación y el medio ambiente, así como consideraciones sociales y económicas. Bajo los auspicios de la FAO, se han establecido varios instrumentos mundiales para la ordenación pesquera. En el Código de Conducta para la Pesca Responsable (en adelante, el Código), aprobado en 1995, se establecen disposiciones detalladas para la gestión y el uso responsables y sostenibles de los recursos acuáticos vivos, respetando debidamente el ecosistema y la biodiversidad (FAO, 2021c). El Código, que tiene carácter voluntario, es probablemente el instrumento pesquero mundial más citado, de mayor notoriedad y más difundido y utilizado después de la CNUDM. Ha servido de marco para elaborar cuatro planes de acción internacionales y seis directrices internacionales en materia de ordenación pesquera responsable y para aprobar dos acuerdos jurídicamente vinculantes de la FAO que abordan cuestiones relacionadas con: i) la responsabilidad del Estado del pabellón en alta mar (el Acuerdo de Cumplimiento de la FAO), y ii) las responsabilidades del Estado rector del puerto a efectos de prevenir, desalentar y eliminar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (pesca INDNR) (el Acuerdo sobre medidas del Estado rector del puerto).
En 2021, los Miembros de la FAO pidieron a la Organización que elaborara las Directrices voluntarias para los transbordos con el fin de garantizar que todos los movimientos de capturas pesqueras estuvieran suficientemente regulados, vigilados y controlados para evitar que el pescado capturado mediante pesca INDNR se blanqueara mediante su introducción en la cadena de suministro de productos alimentarios marinos (Recuadro 14); las Directrices se basarán en la responsabilidad primordial del Estado del pabellón de aplicar la reglamentación.
RECUADRO 14 REGLAMENTACIÓN, SEGUIMIENTO Y CONTROL DE LOS TRANSBORDOS PARA REDUCIR EL RIESGO DE QUE EL PESCADO CAPTURADO MEDIANTE PESCA INDNR ENTRE EN EL MERCADO
El transbordo —esto es, la transferencia de capturas de un buque pesquero a otro buque, pesquero o de transporte— es una práctica muy extendida en todas las regiones que permite reducir los gastos operacionales de la pesca y aprovechar al máximo las oportunidades de pesca. La comunidad internacional lleva tiempo expresando su preocupación por los riesgos que el transbordo representa al favorecer las operaciones de pesca INDNR y las actividades delictivas conexas. La pesca INDNR socava los esfuerzos nacionales y regionales en aras de una ordenación sostenible de la pesca y la conservación de la biodiversidad marina. La pesca INDNR altera la competencia, desfavorece injustamente a los pescadores que operan legítimamente y repercute negativamente en el bienestar y la seguridad alimentaria de la población de las comunidades costeras, especialmente en los Estados en desarrollo y los pequeños Estados insulares en desarrollo.
De acuerdo con las conclusiones de un minucioso estudio de la FAO sobre el transbordo1 que fue solicitado por el COFI en su 33.º período de sesiones (julio de 2018) y presentado en su 34.º período de sesiones (febrero de 2021), el transbordo, si no está lo suficientemente regulado, supervisado y controlado, puede elevar el riesgo de que el pescado capturado mediante la pesca INDNR entre en la cadena de suministro de alimentos; además, el análisis de las prácticas de transbordo puso de relieve que existen riesgos significativos de que el transbordo contribuya a blanquear la entrada en el mercado del pescado capturado mediante la pesca INDNR.
El COFI, en su 34.º período de sesiones, acogió con satisfacción el estudio y exhortó a la FAO a que procediera a elaborar un proyecto de directrices voluntarias para los transbordos. El objetivo de esas directrices consiste en prestar asistencia en la elaboración de reglamentos sobre transbordo o en el examen de los existentes con miras a integrarlos en el marco reglamentario más amplio y en garantizar el cumplimiento de los reglamentos existentes mediante normas de seguimiento, control y vigilancia eficaces. La Secretaría de la FAO ha elaborado un proyecto de directrices con dicho fin sobre la base de la responsabilidad primordial del Estado del pabellón de aplicar la reglamentación en materia de transbordos. En el actual proyecto se introducen las declaraciones de transbordo y las declaraciones de desembarque, lo cual garantiza que todos los movimientos de pescado queden documentados.
En octubre de 2021 se celebró una consulta de expertos que agrupó a los mejores expertos técnicos, de operaciones y jurídicos de todas las regiones con el fin de examinar el proyecto de directrices. Para 2022 está previsto celebrar una consulta técnica en la que se negociarán las directrices voluntarias para los transbordos con vistas a su aprobación antes de presentarlas al Comité de Pesca, en su 35.º período de sesiones para someterlas a examen y aprobación.
Sobre la base de un cuestionario bienal, la FAO realiza un seguimiento de los avances en la aplicación del Código y sus instrumentos conexos. La información aportada por los propios Miembros de la FAO revela tendencias a título informativo en torno a los temas del Código; sin embargo, como el número de encuestados ha variado a lo largo de los años, resulta difícil realizar un análisis detallado. Si bien se han registrado algunos avances, la aplicación efectiva del Código y de los instrumentos conexos se ve obstaculizada por unos medios presupuestarios y unos recursos humanos limitados, unos marcos normativos y jurídicos incompletos, y una investigación e información científicas insuficientes, especialmente en el caso de los Estados en desarrollo.
El éxito de los instrumentos y los procesos normativos de ámbito mundial depende de las iniciativas regionales, pues es necesario que se apliquen y se plasmen en actuaciones a escala nacional y regional, según corresponda. El Acuerdo de las Naciones Unidas sobre las poblaciones de peces, acuerdo de aplicación en virtud de la CNUDM, contiene principios de ordenación pesquera y se centra en la cooperación regional dentro de las OROP y los órganos asesores regionales de pesca, denominados globalmente órganos regionales de pesca (ORP). Los ORP desempeñan una importante función en la ordenación pesquera, ya que cooperan para velar por la adopción de enfoques comunes respecto de diversas cuestiones transversales, tanto en el plano mundial como regional, y en cuestiones técnicas específicas. Si bien algunos ORP se rigen por el marco constitucional de la FAO, la Organización también respalda a otros ORP, por ejemplo, por conducto de la Red de secretarías de órganos regionales de pesca, que fomenta la cooperación y facilita la consulta y el intercambio de experiencias. La FAO respalda y supervisa estos procesos y avances y brinda asistencia en los procesos de reorientación estratégica de algunas de sus OROP.
En las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional, la utilización sostenible de los recursos pesqueros requiere la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad, que es el objetivo de las negociaciones en curso en torno a un nuevo instrumento internacional jurídicamente vinculante en el marco de la CNUDM con fines de conservación y uso sostenible de la biodiversidad en zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional. La FAO proporciona información y orientación en materia de pesca con respecto a cuestiones relacionadas con su mandato, y las OROP asumen un papel fundamental de apoyo a la aplicación del instrumento internacional jurídicamente vinculante, especialmente en lo que respecta a los instrumentos de ordenación basados en zonas geográficas y las evaluaciones ambientales. Por otro lado, la Organización Mundial del Comercio (OMC) acordó durante su Duodécima Conferencia Ministerial las disciplinas que abordan las subvenciones a la pesca, prestando especial atención a las poblaciones sobreexplotadas y la pesca INDNR. El mecanismo asociado de financiación de la pesca de la OMC en apoyo de la aplicación de las nuevas normas prevé un papel específico para que la FAO contribuya con conocimientos técnicos.
Ante los desafíos causados por la sobreexplotación de los recursos naturales, la persistencia de la inseguridad alimentaria y la pobreza y el cambio climático, la comunidad internacional reconoce cada vez más la importancia de la colaboración y la cooperación intersectoriales de ámbito regional e internacional para facilitar la consecución de los objetivos establecidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El brote de la COVID-19 ha corroborado esto con contundencia y ha reafirmado el papel central de la cooperación intersectorial frente a los desafíos de la gobernanza mundial de la pesca. Con el apoyo concertado de la FAO, la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Marítima Internacional (OMI), se están llevando a cabo iniciativas encaminadas a mejorar la colaboración intersectorial entre las organizaciones regionales marítimas y los ORP con el fin de seguir reforzando sus funciones complementarias de apoyo a la aplicación a nivel local, nacional y regional. Estas organizaciones deben seguir intensificando su colaboración, entre otras cosas, a través del Grupo mixto de trabajo sobre la pesca INDNR y cuestiones conexas.
Mejora de la ordenación y la producción
Consideraciones ecosistémicas
El Comité de Pesca (COFI) de la FAO aprobó en 2003 el enfoque ecosistémico de la pesca (EEP) como marco general para la ordenación y el desarrollo pesqueros en el que se establecen varios principios importantes:
- En primer lugar, es necesario gestionar todo el sector pesquero, para lo cual hay que evaluarlo.
- En segundo lugar, la ordenación debe realizarse mediante un enfoque de precaución adaptado a las características específicas de cada sistema pesquero.
- Por último, tanto la evaluación como la ordenación pesqueras deben ser participativas, basarse en los mejores conocimientos disponibles y abarcar de forma explícita y equilibrada las dimensiones ecológica, social y económica de la pesca.
Estos principios —y la necesidad de considerar las interacciones e interdependencias entre los múltiples componentes del ecosistema y de encontrar un equilibrio entre los beneficios ecológicos, económicos y sociales— han sido objeto de amplia aceptación en la mayoría de las organizaciones y foros que se ocupan de la ordenación pesquera. Sin embargo, la aplicación del EEP aún no ha transformado del todo la ordenación pesquera, y siguen existiendo discrepancias en la forma de considerar las dimensiones ecológicas, sociales y económicas de la pesca en distintas regiones y países.
La ordenación de un sistema pesquero de acuerdo con el EEP implica la identificación de los elementos pertinentes de un ecosistema y de los vínculos que existen entre ellos. Ello es posible en el caso de la pesca a gran escala muy desarrollada, pero es una tarea abrumadora en el contexto de la pesca de especies múltiples sobre la que se tienen pocos datos, en particular la pesca artesanal. Si bien las necesidades de información son mucho más amplias en el marco del EEP que en el caso de la ordenación y evaluación convencionales de la pesca, los nuevos conocimientos e instrumentos y los enfoques multidisciplinarios pueden sentar las bases de un análisis y una ordenación sólidos.
Los resultados de la ordenación pueden cuantificarse recurriendo a indicadores sencillos (preferiblemente elaborados con la participación de las partes interesadas) (Recuadro 15). Los pescadores y otras partes interesadas en la pesca poseen un gran acervo de experiencia y conocimientos que pueden aplicarse directamente a la ordenación pesquera. Las entidades responsables deben centrar sus esfuerzos en facilitar enfoques participativos y colaborativos y procesos de gobernanza como la ordenación conjunta o la ciencia ciudadana con el fin de empoderar a las partes interesadas desarrollando su capacidad y reduciendo los conflictos al tiempo que se facilita la ordenación adaptativa. Se trata de una forma eficaz de lograr la sostenibilidad —ecológica, social y económica— en un entorno cambiante.
RECUADRO 15 CUANTIFICACIÓN DE LA EFICACIA DE LA ORDENACIÓN
La ordenación pesquera consta de un sistema de objetivos adecuados y basados en la ciencia que se aplican mediante estrategias, reglamentos e instrumentos específicos para cada contexto. Ello incluye un sistema para fomentar el cumplimiento y el seguimiento con el fin de garantizar que la ordenación pueda adaptarse y ajustarse a desviaciones imprevistas de la trayectoria planificada. Con unos sistemas de ordenación eficaces se pueden obtener beneficios sociales y económicos al tiempo que se mantiene la producción sostenible de los recursos pesqueros y la función y estructura del ecosistema del que dependen. Cuando la pesca se ordena eficazmente, las poblaciones de peces superan los niveles previstos o se recuperan, lo que garantiza la producción sostenible de recursos pesqueros1.
No obstante, la evaluación y medición de la eficacia de la ordenación debe trascender la simple medición de si las poblaciones se encuentran en niveles sostenibles para evaluar si los principales elementos de esos sistemas están bien concebidos y se aplican eficazmente. Pese a que los sistemas de ordenación son tan diversos como la modalidad de pesca a la que se dirigen, la ordenación pesquera eficaz requiere cuatro procesos básicos: i) un marco jurídico para un mandato legítimo de ordenación pesquera; ii) un arreglo institucional adecuado; iii) procesos de toma de decisiones inclusivos y participativos, y iv) mecanismos para aplicar la normativa, supervisar su eficacia y garantizar la rendición de cuentas. Dentro de cada uno de estos procesos, hay medidas y estrategias que deben adaptarse a la situación contextual (por ejemplo, socioeconómica, ecológica y cultural) de las zonas de explotación pesquera.
Se han efectuado varios intentos de desarrollar y aplicar sistemas para cuantificar la eficacia de la ordenación pesquera, como la eficacia de la ordenación en las zonas económicas exclusivas2, el componente de eficacia de la ordenación pesquera del índice de salud de los océanos3 y el índice de ordenación pesquera4. Estas iniciativas tienen características comunes (por ejemplo, se identificaron como elementos similares cruciales de los sistemas de ordenación) y diferencias (por ejemplo, algunas eran específicas para las poblaciones de peces, mientras que otras eran de ámbito nacional) y han surtido efecto en distinto grado a la hora de generar información de alto nivel sobre la eficacia de los sistemas de ordenación a nivel regional o mundial. Con todo, la medición de la eficacia a niveles más localizados con el fin de ayudar a los organismos nacionales a determinar los puntos fuertes y débiles de sus procesos de ordenación requiere esfuerzos específicos en el país para captar información de múltiples fuentes de forma participativa y con múltiples partes interesadas. No menos importante es que cualquier sistema dirigido a medir la eficacia de la ordenación debe tener en cuenta los diferentes contextos en los que se inscriben los sistemas pesqueros. Por ejemplo, el instrumento de seguimiento de la aplicación del EEP se ha concebido con el fin de ayudar a los países a hacer seguimiento de los avances y los logros en la aplicación del EEP, así como de detectar las deficiencias y los problemas en los que es necesario redoblar los esfuerzos para mejorar la ordenación pesquera nacional de un país5.
El desarrollo y el seguimiento de un sistema nacional que permita cuantificar la eficacia de la ordenación pesquera e incluya indicadores tanto de procesos (es decir, si los elementos y pasos clave de la ordenación pesquera están implantados) como de resultados (es decir, si se cumplen los objetivos y metas sociales, económicos y ecológicos previstos) son fundamentales en la búsqueda de mejoras de la ordenación pesquera a nivel mundial. La aplicación efectiva de estos sistemas conllevará esfuerzos adicionales por mejorar los datos y la información, así como la inclusividad, la rendición de cuentas y la transparencia para proporcionar una perspectiva participativa en tiempo real del desempeño de los objetivos, indicadores y estrategias de la ordenación pesquera.
- 1 Hilborn, R., Amoroso, R.O., Anderson, C.M., Baum, J.K., Branch, T.A., Costello, C., de Moor, C.L. et al). 2020. Effective fisheries management instrumental in improving fish stock status. Proceedings of the National Academy of Sciences, 117(4): 2218-2224.
- 2 Mora, C., Myers, R.A., Coll, M., Libralato, S., Pitcher, T.J., Sumaila, R.U., Zeller, D., Watson, R., Gaston, K.J. y Worm, B. 2009. Management effectiveness of the world’s marine fisheries. PLoS Biology, 7(6): E1000131. https://doi.org/10.1371/journal.pbio.1000131
- 3 Halpern, B.S., Longo, C., Hardy, D., McLeod, K.L., Samhouri, J.F., Katona, S.K., Kleisner, K. et al. 2012. An index to assess the health and benefits of the global ocean. Nature, 488: 615-620.
- 4 Melnychuk, M.C., Peterson, E., Elliott, M. y Hilborn, R. 2017. Fisheries management impacts on target species status. Proceedings of the National Academy of Sciences, 114(1): 178-183.
- 5 FAO. 2021. Ecosystem approach to fisheries implementation monitoring tool – A tool to monitor implementation of the ecosystem approach to fisheries (EAF) management. User manual. Roma. www.fao.org/publications/card/en/c/CB3669EN/
Tenencia, derechos y ordenación conjunta
Los recursos pesqueros y los ecosistemas acuáticos pueden cumplir un gran número de objetivos sociales que mejoren el bienestar humano y la equidad entre las distintas partes interesadas, garantizando al mismo tiempo que los sistemas en que se sustentan esos servicios no se vean irremediablemente comprometidos. El EEP facilita la consideración explícita y equilibrada del amplio abanico de objetivos ecológicos, sociales y económicos que ofrecen los recursos pesqueros y los ecosistemas acuáticos, para lo cual se necesitan la participación y la ordenación conjunta de una amplia gama de partes interesadas para establecer prioridades entre los objetivos y la toma de decisiones en materia de ordenación.
Las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la seguridad alimentaria nacional10 y las Directrices voluntarias para lograr la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala en el contexto de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza (Directrices PPE)11 sirven de apoyo al logro de los objetivos del EEP en las tres dimensiones. Ambos instrumentos ayudan a aclarar quién debe tomar parte en la fijación de objetivos y en la toma de decisiones en materia de ordenación, así como el modo y el momento de hacerlo, no solo en el ámbito de la pesca, sino también en una gama más amplia de sectores que operan en el mismo entorno. De ese modo, pasan a percibirse las interconexiones y relaciones entre personas, grupos y entidades que tienen interés en los recursos acuáticos vivos —las redes de intereses—, lo cual abre camino al diálogo constructivo, la colaboración y las soluciones compartidas.
Es inevitable que la colaboración conlleve compensaciones, lo que significa renunciar a algunos aspectos de un sector para dar cabida a otros. No obstante, el reconocimiento de la tenencia y los derechos de acceso y uso respecto de la pesca y los recursos relacionados con ella por parte de los pescadores y sus comunidades ayuda a poner de manifiesto las interacciones y conexiones entre las necesidades humanas correspondientes a una mejor alimentación, ingresos y medios de vida (incluida la pesca), el mantenimiento de mejores ecosistemas acuáticos y la mejora de la producción.
Pesca continental
La pesca continental siempre tiene lugar en entornos de usos múltiples, y a menudo se considera una actividad secundaria frente al uso doméstico del agua, la industria, la generación de energía hidroeléctrica y la agricultura, que extraen, almacenan y contaminan el agua o degradan y alteran los ecosistemas acuáticos naturales. La ordenación de la pesca continental en este contexto representa un desafío, ya que las autoridades pesqueras no suelen reglamentar las actividades más allá del sector pesquero, y los organismos competentes pueden constar, entre otros, de departamentos y ministerios responsables de los recursos hídricos, la agricultura, la silvicultura, la salud, el medio ambiente, el turismo y otros usos extractivos.
Como consecuencia de ello, es necesario aunar esfuerzos de colaboración de diverso alcance a distintos niveles que estén interrelacionados. A nivel central, puede establecerse un acuerdo interinstitucional para abordar cuestiones intersectoriales de interés nacional, como la seguridad alimentaria y nutricional y la consecución de los ODS. En el extremo local del espectro, un comité de gestión hídrica en el que participen agricultores, pescadores, silvicultores y autoridades locales podría tomar decisiones sobre las medidas que deben adoptarse en relación con la reglamentación de los recursos hídricos locales y el reparto equitativo de los beneficios y los costos.
Este enfoque integral en varios niveles permite reconocer los problemas a mayor escala y a más largo plazo y las soluciones factibles en todos los sectores. Reduce los conflictos, especialmente entre los distintos subsectores pesqueros y entre la pesca y otros sectores, ya que exige una articulación clara de las necesidades de la pesca continental para la salud del agua y del ecosistema en general, así como la correspondiente justificación económica, medioambiental y ecológica subyacente. La función de los encargados de la ordenación pesquera consistirá en defender el sector a fin de propiciar el apoyo y el acceso con respecto a los recursos financieros del gobierno, los donantes, las organizaciones no gubernamentales (ONG) y el sector privado.
Seguimiento y aplicación eficaces
No se puede garantizar el éxito del marco de instrumentos internacionales vinculantes y no vinculantes que orientan la ordenación responsable de la pesca (véase la sección “Mejora de la gobernanza y reforma de las políticas”) en ausencia de un seguimiento, control y vigilancia (SCV) eficaces, la aplicación de la normativa, el refuerzo de la coordinación interinstitucional a nivel nacional y un mayor intercambio de información.
Para garantizar la eficacia del SCV es necesario crear una cultura de cumplimiento y aplicación de la legislación. A este respecto, hay que prestar más atención a: la aplicación de los planes y protocolos de SCV; la creación de capacidad y la formación de carácter regular; el uso de análisis de riesgos12 para orientar las intervenciones, y el intercambio de información sobre el SCV y la aplicación de la normativa. Es preciso adoptar medidas coordinadas en apoyo de los Estados en desarrollo para reforzar su SCV; esa coordinación puede lograrse a través del Portal mundial de la FAO de desarrollo de la capacidad (FAO, 2021c).
A menudo se pasa por alto la necesidad de cooperación y coordinación interinstitucionales, a pesar de las deficiencias detectadas en repetidas ocasiones a nivel nacional. Es necesario centrar los esfuerzos en establecer mecanismos interinstitucionales formalizados (FAO, en prensa, a) dirigidos a: i) definir los mandatos y las funciones de los respectivos organismos; ii) determinar la disponibilidad de recursos, activos e información mancomunados, y iii) establecer procedimientos claros para la aplicación eficaz en función de los costos de las disposiciones contenidas en los instrumentos internacionales pertinentes por las que se rige la ordenación pesquera responsable.
Por último, pese a que se reconoce que es esencial para garantizar la eficacia del SCV y la aplicación de la normativa, la recopilación y el intercambio de información a menudo se descuidan. A fin de que la ordenación pesquera sea eficaz, las autoridades competentes deben disponer de información suficiente para ejercer sus mandatos. Sin embargo, con frecuencia la información no está disponible o no se presenta en un formato útil o un plazo adecuado. La comunidad internacional se dedica a crear un marco para el intercambio de información a nivel mundial que debería sortear los obstáculos creados en torno a la confidencialidad, el uso de datos de propiedad exclusiva, la seguridad, la falta de normalización y la oportunidad. Los esfuerzos se centran en la elaboración de instrumentos internacionales —como el Registro mundial de la FAO de buques de pesca (FAO, 2021e) y el sistema mundial de intercambio de información (actualmente en fase piloto) del Acuerdo sobre medidas del Estado rector del puerto—, en la actualización o el desarrollo de los sistemas regionales y nacionales necesarios y en el establecimiento de vínculos o sinergias entre estos y los sistemas de otras instituciones gubernamentales encargadas de gestionar los sectores que utilizan recursos acuáticos.
Mejores prácticas, innovaciones y tecnologías para mejorar la ordenación pesquera
Los avances tecnológicos están contribuyendo al SCV de la aplicación efectiva de medidas de conservación y ordenación. Desde los dispositivos móviles personales hasta los satélites, las tecnologías de vanguardia son cada vez más accesibles y asequibles para un mayor número de autoridades estatales, lo que permite dar un salto en la transformación de la ordenación pesquera.
La innovación en las tecnologías pesqueras está contribuyendo al rendimiento económico y a la gestión de las flotas pesqueras en todo el mundo. Ahora bien, mientras que las flotas industriales y semiindustriales de Europa, América del Norte y Asia oriental se han adaptado pronto a las nuevas tecnologías, la adopción de innovaciones es más lenta en el caso de la pesca a pequeña escala de los países en desarrollo. Las innovaciones tecnológicas introducidas en las flotas pesqueras y las artes de pesca recogidas en El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2020 (FAO, 2020a) se han actualizado recientemente (Van Anrooy et al., 2021). Las innovaciones que mejoran la ordenación pesquera comprenden no solo el uso de sistemas de posicionamiento global, sistemas de localización de buques vía satélite, el Sistema de Identificación Automática (SIA), cuadernos de bitácora electrónicos y mecanismos de seguimiento electrónicos, sino también otras tecnologías que mejoran la eficiencia de la pesca, reducen las repercusiones ambientales de la actividad pesquera y mejoran la seguridad en el mar, las condiciones de trabajo de los pescadores a bordo de los buques y la calidad de los productos acuáticos13.
Entre las dificultades que plantea la adopción de innovaciones en la ordenación pesquera figuran la transición de los enfoques basados en el papel a las herramientas y métodos digitales (Recuadro 16), la puntualidad en la presentación de informes y la necesidad de soluciones rentables para reforzar el seguimiento de los pequeños buques pesqueros, las flotas pesqueras de larga distancia y las operaciones de transbordo. Se están hallando soluciones a estas dificultades, cuya adopción se ha acelerado tras el inicio de la COVID-19.
RECUADRO 16 TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN PARA LA PESCA EN PEQUEÑA ESCALA (ICT4SSF)
En las Directrices voluntarias para lograr la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala en el contexto de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza (Directrices PPE) se establece lo siguiente:
Todas las partes deberían promover la disponibilidad, circulación e intercambio de información, en particular sobre los recursos acuáticos transfronterizos, a través de la creación de plataformas y redes adecuadas, o la utilización de las ya existentes, a escala comunitaria, nacional, subregional y regional, incluida la circulación bidireccional tanto horizontal como vertical de información. Teniendo en cuenta las dimensiones social y cultural [de la pesca en pequeña escala], deberían emplearse enfoques, herramientas y medios adecuados de comunicación con las comunidades de pescadores en pequeña escala y para desarrollar su capacidad1.
Del mismo modo, en la meta 9 c de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se insta a aumentar significativamente el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y esforzarse por proporcionar acceso universal y asequible a Internet en los países menos adelantados de aquí a 2020.
Cada vez se hace más patente que la digitalización es una herramienta innovadora que permite la inclusión de los pequeños productores, entre ellos los que se dedican a la pesca artesanal, en los procesos de gestión de los recursos naturales y en las cadenas de valor. Cuando las TIC se gestionan o desarrollan conjuntamente a nivel local teniendo en cuenta las necesidades de los usuarios finales y los grupos marginados, o cuando contribuyen a reforzar las redes existentes y las tecnologías inclusivas, aumentan en gran medida las probabilidades de obtener resultados positivos2. No cabe duda de que las TIC encierran un gran potencial para mejorar la vida de quienes intervienen en la pesca artesanal, pero para superar la brecha digital el desarrollo de las TIC para la pesca en pequeña escala debe ser ético, transparente y estar orientado específicamente a atender las necesidades de las personas pobres y marginadas. Por ejemplo, en los sistemas de seguimiento de la pesca, los datos generados conjuntamente y de propiedad compartida fomentan la transparencia y la rendición de cuentas y permiten a quienes intervienen en la pesca en pequeña escala desempeñar un papel activo en la adopción de decisiones sobre la gobernanza de los recursos. Sin embargo, dada la desigualdad en el acceso a la información entre sexos, personas, grupos, comunidades o empresas, el desarrollo de las TIC debe tener en cuenta la manera de añadir valor a quienes toman parte en la pesca en pequeña escala para lograr el ODS 10 (Reducción de las desigualdades) y garantizar que nadie se quede atrás.
- 1 FAO. 2015. Directrices voluntarias para lograr la sostenibilidad de la pesca en pequeña escala en el contexto de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza, párr. 11.8. Roma. www.fao.org/3/i4356es/I4356ES.pdf
- 2 FAO y Centro Mundial de Pesca. 2020. Information and communication technologies for small-scale fisheries (ICT4SSF) - A handbook for fisheries stakeholders. In support of the implementation of the Voluntary Guidelines for Securing Sustainable Small-Scale Fisheries in the Context of Food Security and Poverty Eradication. Bangkok. www.fao.org/3/cb2030en/CB2030EN.pdf
Ante los desafíos que se avecinan, se han desarrollado numerosas soluciones innovadoras basadas en las tecnologías existentes que se centran no solo en la recopilación de información precisa sobre las actividades pesqueras, independientemente del lugar en el que tienen lugar, sino también en la accesibilidad oportuna por parte de todas las partes interesadas. Con algunas de esas soluciones se recurre, entre otras cosas, a sofisticados sistemas satelitales para proporcionar imágenes e información en tiempo casi real sobre los movimientos y la identidad de las embarcaciones. Con arreglo a otras se emplean instrumentos de seguimiento electrónico remoto que utilizan cámaras a bordo para recopilar información independiente y precisa sobre las actividades de pesca comercial. Con el mismo fin, se han desarrollado nuevos dispositivos para el sistema electrónico de registro y notificación, y se ha avanzado en la integración de la inteligencia artificial para contribuir al análisis de la considerable cantidad de datos relacionados con la pesca que generan las nuevas tecnologías. El uso de drones es una solución innovadora y económica que permite mejorar la capacidad de control y vigilancia de la pesca. Por último, debido a la importancia de tener acceso a información oportuna y pertinente para la cooperación internacional en la lucha contra la pesca INDNR y la mejora de la transparencia, cada vez se consideran más esenciales instrumentos mundiales de intercambio de información como el Registro mundial de la FAO y el sistema mundial de intercambio de información del Acuerdo sobre medidas del Estado rector del puerto para garantizar la eficacia del SCV.
Vidas mejores: Protección social y trabajo decente
En diversos instrumentos internacionales14 y consultas regionales dirigidas por la FAO se ha reconocido que la protección social y el trabajo decente son cuestiones de carácter prioritario. Recientemente, la FAO, la OMI y la OIT han mancomunado fuerzas para configurar el sector pesquero del futuro mediante la promoción de la seguridad y el trabajo decente en la pesca a través de la aplicación de normas internacionales15. No obstante, a nivel nacional, la mayoría de esos instrumentos aún no se ha adoptado o aplicado plenamente16. El sector sigue debatiéndose en medio de la aplicación deficiente de la legislación laboral, la vulneración de los derechos de los pescadores artesanales, el trabajo infantil y los obstáculos para acceder a la protección social, como la falta de registros sociales y de pescadores actualizados.
Sobre la base del Capítulo 6 de las Directrices PPE, el asesoramiento de expertos, consultas amplias y diálogos sobre políticas entre las principales partes interesadas, la FAO pide a los Estados Miembros que mejoren la protección social y el trabajo decente en el sector pesquero mediante:
- la aplicación de los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos (Naciones Unidas, 2011) por medio de la elaboración de planes de acción nacionales, incluida la provisión de acceso a vías de reparación frente a los abusos de los derechos humanos, como norma básica para prevenir, mitigar y remediar las consecuencias negativas sobre los derechos humanos relacionadas con las empresas;
- la ratificación y aplicación del Convenio de la OIT sobre el trabajo en la pesca, 2007 (n.º 188) para mejorar las condiciones de trabajo y de vida a bordo de los buques pesqueros y contribuir a la aplicación de otros acuerdos pesqueros;
- el fomento de la formación y la creación de capacidad pertinentes con respecto a la legislación laboral y las competencias profesionales de los trabajadores de la pesca con el fin de apoyar a los pescadores para que establezcan y fortalezcan organizaciones profesionales y sindicatos para potenciar su participación política tanto dentro como fuera del sector;
- la mejora de la información y el registro de los pescadores, en particular de los que practican la pesca en pequeña escala, y de los trabajadores del sector pesquero a fin de garantizar la inclusión del sector pesquero en el diseño de planes de protección social y del acceso de los pescadores a estos programas;
- la coherencia entre las políticas pesqueras y las políticas y programas de protección social, y
- la consideración de los claros vínculos entre la pesca INDNR y la escasez del trabajo decente, y la consideración de una actuación y cooperación coordinadas que den cabida a las administraciones y organizaciones pertinentes a nivel nacional y regional para hacer frente a esa escasez.
Cuando se armonizan con las medidas de ordenación pesquera en el marco del EEP, los programas de protección social y la ordenación pesquera que tienen en cuenta el trabajo decente y los derechos humanos pueden repercutir positivamente tanto en la conservación de los recursos como en la protección de los medios de vida de los pescadores. Por ejemplo, los resultados de una evaluación del impacto del Seguro Defeso (el plan de seguro de desempleo en Brasil) durante las vedas de pesca mostraron que cuanto más expuestos estaban los hogares a las prestaciones del programa, mayor era el porcentaje de niños matriculados en escuelas, mejor la calidad de la vivienda de los beneficiarios y menor el porcentaje de jóvenes que se encontraban simultáneamente sin escolarizar y sin trabajar. Asimismo, los resultados indicaron que el programa mitigaba la necesidad de buscar un empleo alternativo y que, en algunas comunidades, los pescadores que se beneficiaban del plan de seguro eran menos propensos a romper las vedas (FAO, en prensa, b).
Apoyo a la ordenación pesquera en regiones con limitaciones en términos de datos y capacidad
La sostenibilidad de la pesca de captura es un objetivo común para todos los países y una de las principales metas del ODS 14 (Vida submarina), pero la capacidad de los países para adoptar las medidas necesarias difiere considerablemente. En la actualidad, existe una brecha clara entre los países desarrollados y los menos adelantados en términos de capacidades técnicas e institucionales (Ye y Gutiérrez, 2017) en las tres etapas principales de la ordenación pesquera: i) la recopilación y el procesamiento de datos e información; ii) la evaluación y la producción de asesoramiento sobre ordenación, y iii) la aplicación, el seguimiento y la notificación de medidas de ordenación.
Hace falta emprender iniciativas de desarrollo de la capacidad que abarquen todos esos procesos. No puede insistirse lo suficiente en la importancia de los enfoques adaptados que pueden aplicarse dentro de las limitaciones de capacidad financiera y humana y de los complejos desafíos en materia de gobernanza con respecto a la pesca en el mundo en desarrollo. Por ejemplo, la promoción de modelos complejos que requieren muchos datos y están pensados principalmente para el mundo desarrollado como base para la asignación de capturas o la determinación de la capacidad de las flotas ha demostrado sus limitaciones, al ser poco realista para la mayor parte de la pesca mundial, especialmente en el caso de la pesca continental y de pequeña escala (Hilborn et al., 2020). Afortunadamente, los últimos 50 años de desarrollo de la capacidad de ordenación pesquera han generado algunas enseñanzas valiosas sobre qué tipo de procesos son fundamentales para aumentar la capacidad de los países de lograr una ordenación pesquera eficaz (Cuadro 15).
CUADRO 15PROBLEMAS Y SOLUCIONES CLAVE PARA REFORZAR LA CAPACIDAD DE ORDENACIÓN PESQUERA EN CONTEXTOS DE ESCASEZ DE DATOS Y CAPACIDAD

FUENTE: FAO.
Durante varios decenios, la FAO ha apoyado activamente a los países en la mejora de sus capacidades de ordenación pesquera mediante, por ejemplo, la capacitación en protocolos de recopilación de datos y muestreo, métodos de evaluación de poblaciones con datos limitados, el diseño de planes de ordenación consonantes con el EEP y la implantación de sistemas para supervisar el cumplimiento de las medidas de ordenación. Ese apoyo ha evolucionado a lo largo del tiempo como respuesta a los nuevos desafíos mundiales y regionales y a las necesidades de los países receptores; con todo, se necesita mayor apoyo a las organizaciones de pescadores y trabajadores de la pesca mediante la capacitación en ordenación pesquera, aptitudes de negociación, liderazgo y comunicación, entre otras cosas, si se quiere que la ordenación conjunta surta efecto (Gutiérrez, Hilborn y Defeo, 2011). Además, el desarrollo de la capacidad dentro de los ORP puede resultar rentable para aumentar las capacidades técnicas e institucionales de los países.
Mientras que los proyectos específicos o las intervenciones puntuales pueden ayudar a los países a proporcionar soluciones a corto plazo, los programas de desarrollo de la capacidad deben ejecutarse a largo plazo y de manera continua para facilitar la asimilación de los conocimientos necesarios y producir efectos duraderos en la consecución de una ordenación eficaz. Otros obstáculos ajenos al ámbito de las iniciativas para el desarrollo de la capacidad son la elevada rotación del personal, la inestabilidad política y la escasez de fondos.