3 Desafíos profundos

3.2 Perspectivas futuras

La FAO estima que para 2050 la agricultura necesitará producir al menos un 50% más de alimentos, forraje para ganado y biocombustibles que en 2012. La producción agrícola en Asia meridional y África subsahariana deberá duplicarse con creces, concretamente aumentar un 112%, para satisfacer las necesidades calóricas previstas. El resto del mundo necesitará incrementar su producción por lo menos un 30%. Para lograrlo, se requerirá un aumento del rendimiento y la intensidad de los cultivos, así como la diversificación de las variedades de cultivos. Se darán compensaciones recíprocas entre el valor nutricional, la productividad de los cultivos y la resiliencia al cambio climático debido a las opciones limitadas para ampliar la superficie cultivada.

En el informe SOLAW 2011 se determinó una amplia variedad de riesgos para el rendimiento general de los sistemas productivos de tierras y aguas. En su edición de 2021, la atención se centra principalmente en los riesgos más destacados, a saber: la degradación de la tierra y el suelo, la escasez de agua relacionada con las extracciones para usos agrícolas y la contaminación derivada de la tierra.

En las hipótesis prospectivas presentadas en El futuro de la alimentación y la agricultura (FOFA) de la FAO en relación con las tierras de cultivo se aplica un conjunto de mejoras técnicas y factores del cambio climático para calcular la superficie cosechada para la producción de cultivos que se necesitaría para satisfacer los balances alimentarios en 2030 y 2050. En las previsiones relativas a la superficie cosechada de tierras de secano y de regadío se determina la demanda de recursos de tierras y aguas con arreglo a tres hipótesis (Recuadro S.2).

RECUADRO S.2 HIPÓTESIS PROSPECTIVAS DE LA FAO DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL USO DE LA TIERRA Y EL AGUA

Situación sin cambios (BAU): hipótesis climáticas, RCP 6,0 y SSP 2/3 (“a mitad de camino”)

La superficie cultivable (la superficie real dedicada a cultivos agrícolas temporales y permanentes) se extiende a tasas anuales más rápidas que en los últimos decenios y la degradación de la tierra solo se aborda parcialmente. La intensidad en el uso de la tierra, esto es, la cantidad de tierra por unidad de producción, disminuye a medida que crece el rendimiento de los cultivos y la ganadería, pero estos logros exigen la utilización progresiva de productos químicos. Se mantienen la deforestación y la extracción insostenible de materias primas al tiempo que mejora la eficiencia en el uso del agua, pero la ausencia de cambios significativos en la tecnología aumenta el estrés hídrico de los países.

Hacia la sostenibilidad (TSS): hipótesis climáticas, RCP 4,5 y SSP 1 (“camino verde”)

Los procesos que utilizan pocos insumos hacen que la intensidad en el aprovechamiento del agua disminuya de forma significativa y la intensidad energética mejore considerablemente en comparación con los niveles examinados en la hipótesis sin cambios. La intensidad en el uso de la tierra, esto es, la cantidad de tierra por unidad de producción, desciende en comparación con los niveles actuales gracias a la intensificación sostenible de la agricultura y a otras prácticas encaminadas a mejorar la eficiencia de los recursos. Esto ayuda a preservar la calidad del suelo y a restaurar las tierras degradadas y erosionadas. Los terrenos agrícolas ya no crecen notablemente y se aborda la degradación de la tierra. La toma de agua se limita a una fracción más pequeña de los recursos hídricos disponibles.

Sociedades estratificadas (SSS): hipótesis climáticas, RCP 8,5 y SSP 4 (“un camino dividido”)

El mundo sufre una mayor deforestación. Los nuevos terrenos agrícolas se emplean para compensar el aumento de la degradación y para satisfacer la demanda agrícola adicional, que queda sin gestionar. Se reduce la cantidad de tierra por unidad de producción en el caso de la agricultura comercial, pero se mantiene estable o aumenta en el caso de los agricultores familiares, que cada vez sufren más pérdidas de cosechas impulsadas por fenómenos climáticos extremos. El aprovechamiento del agua no es sostenible en muchas regiones y se realizan pocas inversiones en favor de la eficiencia de este proceso. El cambio climático agrava las limitaciones de la disponibilidad de agua y tierras.

Notas
Superficie cosechada y diferencias de rendimiento para cada sistema de cultivo (de regadío y de secano)

Los datos relativos a la superficie cosechada se utilizan para calcular la proporción de sistemas de producción de regadío y de secano según cultivo y las diferencias de rendimiento entre estos dos sistemas en el año de referencia. El portal de datos sobre las zonas agroecológicas mundiales (ZAEM) de la FAO y el Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados recoge conjuntos de datos geoespaciales compatibles con los datos de FAOSTAT, la base de datos estadísticos a escala nacional de la FAO, en relación con la superficie cosechada, el rendimiento y la producción de cultivos. Para obtener estos datos se desglosan, es decir, se “reduce la escala”, de los datos sobre producción de FAOSTAT en el ámbito nacional correspondientes al período 2009 2011 a nivel de pixel de la imagen utilizando un enfoque iterativo de restablecimiento del equilibrio que garantiza la correspondencia con los totales nacionales. La asignación de cultivos y sistemas de cultivo a cada pixel se basa en la base de datos de la FAO Global Land Cover Share (proporción de cubierta terrestre mundial), que ofrece datos de alta resolución relativos a la cubierta terrestre, datos geoespaciales sobre las tierras provistas para riego (Mapa global de zonas de regadío, disponible en la dirección https://www.fao.org/aquastat/es/geospatial-information/global-maps-irrigated-areas/map-quality) y otros conjuntos de datos.

Superficie terrestre
Los datos relativos a la cubierta terrestre se utilizan para estimar el volumen de tierras aptas disponible en el futuro con arreglo a distintas hipótesis sobre el clima. El portal de datos sobre las ZAEM incluye datos a nivel de pixel relativos a las zonas protegidas, sobre la base de una versión reciente de la Base de Datos Mundial sobre Zonas Protegidas, un amplio conjunto de datos mundial de las zonas marinas y terrestres protegidas que incluye las zonas protegidas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, como las reservas naturales y los parques nacionales, las zonas protegidas con designación internacional, como las consideradas patrimonio de la humanidad y las de la lista de humedales de Ramsar, y las que están protegidas a escala nacional. En la evaluación de la idoneidad de la tierra no se tienen en cuenta las variaciones de la productividad de la tierra a lo largo del tiempo debido a la degradación de origen natural o humano y es posible sobrestimar la disponibilidad potencial de tierras.

Fuente: FAO, 2018.

Cuando se convierten las previsiones sobre la superficie cosechada para la producción de regadío y de secano en necesidades de tierras cultivables, en una hipótesis sin cambios, la superficie cultivada debería crecer de 1 567 millones de hectáreas en 2012 a 1 690 millones de hectáreas en 2030 y 1 732 millones de hectáreas en 2050. Sobre la base del crecimiento del rendimiento y la intensidad de cultivo previstos, para satisfacer los balances alimentarios, la superficie de cultivo debería ampliarse en 165 millones de hectáreas para 2050. En la hipótesis sin cambios se prevé que las zonas de regadío cosechadas aumenten 91 millones de hectáreas para 2050 (Cuadro S.6), lo que indica una tasa de crecimiento anual de solo el 0,14%. Esto supone una desaceleración importante, en comparación con el período 1961-2009, en el que la superficie mundial de regadío creció a una tasa anual del 1,6% y de más del 2% en los países más pobres. Probablemente la expansión de las tierras de regadío tendrá lugar en su mayoría en los países de ingresos bajos. En la hipótesis sin cambios, la contribución de la superficie regada al valor total de la producción necesitaría aumentar del 42% en 2012 al 46% en 2050.

CUADRO S.6 DATOS DE REFERENCIA (2012) Y PREVISIONES (2050) RELATIVAS A LAS ZONAS DE REGADÍO COSECHADAS Y EL AUMENTO DE LA EVAPOTRANSPIRACIÓN DEBIDO AL RIEGO (INCLUYENDO LA EVAPOTRANSPIRACIÓN) EN LAS ZONAS DE REGADÍO COSECHADAS CON ARREGLO A LAS HIPÓTESIS PROSPECTIVAS DEL FOFA DE LA FAO
Fuente: Estudios de antecedentes del SOLAW 2021.
Nota: CC = cambio climático; ET = evapotranspiración; RCP = trayectoria de concentración representativa (representative concentration pathway); SSP = trayectoria socioeconómica compartida (shared socio-economic pathway); SSS = sociedades estratificadas (stratified societies); TSS = hacia la sostenibilidad (towards sustainability).
Fuente: Estudios de antecedentes del SOLAW 2021.

Se han elaborado modelos de las consecuencias de este crecimiento para los recursos hídricos para el informe SOLAW 2021. Estos modelos indican que la evapotranspiración aumentaría de 1 285 km3 en 2012 a 1 540 km3 en 2050 en un contexto sin cambio climático y a 1 730 km3 en una situación de cambio climático (Cuadro S.6). Teniendo en cuenta los requisitos agrícolas para la preparación y lixiviación del suelo, así como las pérdidas durante el transporte desde la extracción hasta el consumo, el valor bruto anual de las extracciones agrícolas alcanzaría los 3 500 km3.