4 Respuestas a los riesgos y medidas

4.1 Esfera de actuación I: Adoptar una gobernanza inclusiva de la tierra y el agua

Una gobernanza eficaz e inclusiva es fundamental para crear instituciones y organizaciones capaces e informadas. Sin embargo, para progresar en la gobernanza de la tierra y el agua se necesitan políticas coherentes e integradas en los diversos sectores con miras a cumplir los múltiples objetivos relacionados con la ordenación de los recursos naturales, las compensaciones recíprocas y los ecosistemas y servicios conexos. Debe haber coherencia entre todos los niveles de las esferas gubernamental y normativa, ya que las decisiones que se tomen fuera del ámbito del agua y la tierra pueden afectar considerablemente a los recursos naturales. Este imperativo afecta también a la gestión de los recursos transfronterizos, habida cuenta de que el agua y los sedimentos cruzan fronteras internacionales.

Entender y reconocer la relación entre los derechos consuetudinarios y estatutarios sobre la tierra y el agua y la función de los ordenamientos jurídicos híbridos para los regímenes inclusivos de tenencia del agua y la tierra puede constituir la base para lograr una amplia gama de objetivos de políticas y desarrollo. Las políticas eficaces, eficientes e inclusivas sobre la tierra y el agua deben formularse a través de una gobernanza a múltiples niveles. Es imprescindible adoptar enfoques multidisciplinarios entre múltiples partes interesadas para lograr la ordenación integrada de tierras y aguas, en particular la participación de la sociedad civil, el mundo académico, las comunidades locales, las mujeres y niñas, los jóvenes y el sector privado.

©FAO/Noah Seelam
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©FAO/Antonello Proto
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Las evidencias demuestran que es posible restaurar los recursos degradados, mantener la intensificación y aumentar la resiliencia a través de la planificación y ejecución de iniciativas integradas de múltiples partes interesadas a escala. Esto puede lograrse mediante la ordenación de cuencas hidrográficas o fluviales, el manejo integrado del paisaje y la restauración del mismo, la modernización del riego y la agricultura climáticamente inteligente, con el apoyo de estrategias a largo plazo, inversiones y financiación y asociaciones innovadoras a fin de mantener las iniciativas y mejorar los medios de vida.

Los marcos normativos y jurídicos que regulan los recursos de tierras y aguas a escala nacional están a menudo desvinculados o no se aplican, o han resultado no ser eficaces debido a la compartimentación institucional y técnica y la falta de correspondencia en la jurisdicción sobre recursos ecológicamente interrelacionados. En la gestión integrada de recursos hídricos se reconoce que el agua debe gestionarse como un sistema, generalmente una cuenca, una subcuenca o un acuífero, y que las fronteras de los sistemas hídricos con frecuencia no se corresponden con las fronteras políticas o administrativas. A fin de lograr una buena gobernanza y aumentar la eficiencia y sostenibilidad en el uso del agua, deben establecerse soluciones técnicas, financieras e institucionales, seguidas de una ejecución intersectorial eficaz y coordinada.

Para adoptar decisiones eficaces es fundamental contar con información sobre la tierra y el agua (cantidad y calidad), la distribución, el acceso, los riesgos y el uso. Gracias a la información digital en tiempo real, los responsables de las políticas pueden utilizar datos desglosados de calidad, accesibles, oportunos y fiables, así como tecnologías inteligentes y mecanismos sólidos de seguimiento, para formular políticas intersectoriales eficaces encaminadas a “no dejar a nadie atrás”.

Los niveles actuales de financiación siguen siendo realmente insuficientes para alcanzar los objetivos de la comunidad internacional relativos a la vida de los ecosistemas terrestres (ODS 15) y la gestión sostenible del agua (ODS 6). Se promueven la financiación internacional y las inversiones públicas y privadas con miras a mejorar el entorno propicio y estudiar nuevos enfoques para la inversión en la sostenibilidad ambiental de la tierra, el suelo y los recursos hídricos. Asimismo, se deben reconocer a los agricultores entre los inversores principales, y no solo como los beneficiarios de las subvenciones públicas y la protección arancelaria.

©FAO/Rosetta Messori
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©FAO/Giulio Napolitano
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Tres respuestas clave de gobernanza prometen una transformación eficaz hacia una gobernanza coherente y equitativa de la tierra y el agua y benefician a la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, las personas y los ecosistemas:

  • elaborar mecanismos normativos, jurídicos e institucionales coordinados y coherentes entre todos los sectores;

  • delegar la gobernanza y abordar las diferencias de poder;

  • practicar una gobernanza adaptativa y aportar flexibilidad estructural.

4.1.1 Elaborar mecanismos normativos, jurídicos e institucionales coordinados

Las convenciones internacionales y los compromisos políticos de alto nivel brindan un mandato sólido y apoyo a la gobernanza multisectorial e integrada de la tierra y el agua. Sientan las bases para el logro de los ODS y la negociación de los resultados sociales, económicos y ambientales.

Se pueden seleccionar soluciones encaminadas a abordar los desafíos relacionados con la tierra y el agua y adaptarlas a circunstancias específicas; asimismo, se pueden respaldar estas soluciones mediante la adopción de medidas de gobernanza y el fortalecimiento de las instituciones y las capacidades en todos los niveles de la toma de decisiones. A un nivel fundamental, es necesario poner en marcha medidas eficaces de gobernanza de los recursos de tierras y aguas a fin de impulsar inversiones bien adaptadas y un cambio de comportamiento. Se espera que esto convierta las opciones de gestión sostenible de los recursos y los ecosistemas en medidas a largo plazo a escala.

EL ENFOQUE BASADO EN EL NEXO ENTRE AGUA, ALIMENTACIÓN Y ENERGÍA EN LA CUENCA DEL RÍO ROJO EN VIET NAM

Los embalses de los cursos aguas arriba del río Rojo en el norte de Viet Nam regulan los flujos y generan gran parte de la electricidad necesaria para las estrategias de modernización e industrialización del país. El mismo sistema suministra agua para uso doméstico para el riego de 750 000 ha de arrozales en el delta del río Rojo, lo que es esencial para la estabilidad social y la seguridad alimentaria. La mayoría de sistemas de riego utiliza bombas impulsadas por la energía proporcionada por los sistemas de energía hidroeléctrica que se encuentran aguas arriba.

En un contexto de escasez de agua y aumento de la competencia entre los sectores energético y agrícola, todavía no se dispone de datos e información fiables y pertinentes en materia de políticas para orientar las opciones en cuanto a la asignación del agua. Es necesario realizar una consulta intersectorial eficaz para abordar este problema y velar por que las decisiones sobre la liberación y asignación del agua se adopten como parte de una estrategia integrada, a largo plazo e intersectorial.

©FAO/Aris Mihich
©FAO/Aris Mihich
Fuente: FAO, 2014.
Fuente: FAO, 2014.

Se necesitan mecanismos e instrumentos de gobernanza para comprender y abordar las compensaciones recíprocas entre sectores y conciliar los objetivos en materia de desarrollo económico, protección social y conservación del medio ambiente. Se debe prestar especial atención a mitigar las desigualdades en torno a la asignación del agua y el acceso a la tierra y el agua mediante el reconocimiento, el respeto y la realización de los derechos de tenencia de la tierra y el agua, en particular, los derechos de acceso y uso de las personas y los grupos cuya alimentación y medios de vida dependen de estos recursos. Para evitar riesgos adversos es necesario realizar evaluaciones de la vulnerabilidad y los riesgos.

Los enfoques intersectoriales y territoriales, como el manejo integrado del paisaje, la gestión integrada de los recursos hídricos y el enfoque basado en el nexo entre agua, alimentación y energía, aportan valiosas experiencias para perfeccionar y aplicar marcos integrados de gobernanza de la tierra y el agua que permitan la conservación, la gestión sostenible y la restauración de los recursos y los ecosistemas de tierras a escala y contribuyan al logro de los ODS. Sin embargo, estos enfoques requieren instrumentos estratégicos de políticas, en particular una planificación participativa del uso de la tierra, mecanismos de incentivos, una financiación sostenible e instituciones descentralizadas competentes. Para ello se deberá contar con instrumentos actualizados de diagnóstico, planificación y evaluación, conjuntos de datos integrados, herramientas administrativas digitalizadas y actualizadas y enfoques de múltiples partes interesadas.

©FAO
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©FAO/Mohammad Rakibul Hasan
©FAO/Mohammad Rakibul Hasan

Algunas de las estrategias probadas para la mejora de la nutrición y la salud de los ecosistemas y el logro de sistemas agroalimentarios sostenibles y resilientes que dependen de la ordenación del suelo, el agua y la biodiversidad son, entre otras, la agroecología, la agricultura de conservación, la agricultura orgánica, la agroforestería y los sistemas integrados de producción agropecuaria.

Se está integrando la adopción de medidas relacionadas con la tierra, el suelo y el agua en el ámbito de la explotación agrícola y fuera de él para ayudar a abordar las compensaciones recíprocas con miras a conciliar la producción con la gestión de los ecosistemas, incrementar la productividad agrícola y la resiliencia al cambio climático, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, cambiar los hábitos de consumo de alimentos y pasar a sistemas alimentarios en los que se utilicen los recursos de forma más eficiente.

4.1.2 Delegar la gobernanza y abordar las diferencias de poder

Delegar la gobernanza y abordar las diferencias de poder son requisitos previos para fundamentar políticas adaptadas a las condiciones socioeconómicas y ecológicas, así como para poner en marcha estrategias que beneficien a las personas pobres. La gobernanza inclusiva de la tierra y el agua exige que se vinculen de manera expresa las instituciones, las escalas y los sectores, además de la participación de todos los actores. Se necesitan plataformas para el diálogo y enfoques consensuados para permitir la colaboración y negociación eficaces de la sociedad civil, en particular los grupos desfavorecidos, con los gobiernos y el sector empresarial. Esto ayudará a velar por que las compensaciones recíprocas negociadas sean equitativas y hará posible la transición a sistemas alimentarios y agrícolas sostenibles.

©FAO/Giulio Napolitano
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4.1.3 Practicar una gobernanza adaptativa e introducir un cambio estructural

En la Labor conjunta de Koronivia sobre la agricultura se destacan y priorizan los riesgos relacionados con el clima a través de políticas públicas e instrumentos de gobernanza y se reconoce que la tierra es una parte fundamental de la solución al cambio climático (Recuadro S.3).

RECUADRO S.3 LABOR CONJUNTA DE KORONIVIA SORE LA AGRICULTURA

Esta iniciativa ofrece una plataforma para el fortalecimiento de la gobernanza de la tierra y el agua mediante la integración en los distintos sectores agrícolas de las políticas de adaptación al cambio climático y mitigación de sus efectos. Entre las cuestiones específicas tratadas en el marco de la Labor se incluyen los métodos y enfoques para evaluar lo siguiente: la adaptación, los beneficios secundarios de la adaptación, la mitigación, la mejora del carbono del suelo, y la salud y fertilidad de praderas y tierras agrícolas; la mejora de los sistemas de gestión ganadera (en particular la producción agropastoral), y las dimensiones del cambio climático relacionadas con aspectos socioeconómicos y con la seguridad alimentaria en la agricultura; y las modalidades para poner en práctica los resultados. Además, el proceso facilita el intercambio de conocimientos entre múltiples partes interesadas y determina las intervenciones y buenas prácticas clave en materia de políticas y gobernanza que deben llevarse a cabo a mayor escala en apoyo de la agricultura climáticamente inteligente, los medios de vida y la seguridad alimentaria.

Fuente: Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), 2018

©FAO/Roberto Faidutti
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Instrumentos como los pagos por servicios ambientales pueden incentivar la adopción de una gestión de la tierra y el agua y sistemas agroalimentarios sostenibles y productivos al transferir algunos beneficios a los usuarios de las tierras y estimular una mayor inversión.

Las experiencias en la ampliación de las prácticas de GST y restauración demuestran que se necesitan considerables incentivos específicos a largo plazo para recabar la participación de las distintas partes interesadas, desde el diseño hasta la planificación, ejecución y seguimiento. Es necesario establecer derechos claros de uso y tenencia de la tierra.

RECUADRO S.4 Planificación y gobernanza integradas de las cuencas hidrográficas para la difusión de la GST

El programa de gestión agroecosistémica transfronteriza puesto en marcha en la cuenca del río Kagera fue uno de los 36 proyectos del programa de inversiones de la iniciativa TerrAfrica en favor de la GST en África subsahariana.

La cuenca del río Kagera (Burundi, República Unida de Tanzanía, Rwanda y Uganda) respalda los medios de vida basados en la agricultura, el pastoreo y la pesca de más de 16 millones de personas. Sin embargo, el rápido crecimiento demográfico, la intensificación de la agricultura, la reducción progresiva del tamaño de las explotaciones y las prácticas insostenibles de gestión de la tierra y el agua han degradado la base de recursos.

Se integraron enfoques de planificación y gestión de las cuencas hidrográficas en las estrategias de gobernanza local a fin de promover una gestión participativa y sostenible de la tierra, el agua y la biodiversidad.

©FAO/Giulio Napolitano
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En Burundi y la República Unida de Tanzanía se crearon grupos de gestión de cuencas hidrográficas para establecer prioridades y supervisar la ejecución, lo que dio lugar a mejoras en la seguridad alimentaria y la resolución de conflictos en torno a los recursos. En Uganda y la República Unida de Tanzanía, la planificación participativa del uso de la tierra permitió a las comunidades y los gobiernos hacer suyos los resultados de la planificación de cuencas hidrográficas y la gestión integrada de ecosistemas agrícolas en pro del logro de beneficios en materia de productividad agrícola, recursos naturales, clima, biodiversidad, seguridad alimentaria y medios de vida.

Fuente: FAO, 2017.

©FAO/Jim Morgan
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