El presente informe es el primero en el que se propone una definición de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición. Esta definición se basa en el entendimiento conceptual de la definición y los determinantes de la seguridad alimentaria y la nutrición, el carácter interrelacionado de la seguridad alimentaria y la nutrición y los principales factores determinantes de los recientes reveses sufridos en la lucha contra el hambre, la inseguridad alimentaria y todas las formas de malnutrición.
Los diferentes flujos de financiación destinados a la seguridad alimentaria y la nutrición
La financiación es el proceso de aportar fondos para que el sector público y el privado tomen parte en actividades económicas, realicen compras o lleven a cabo inversiones. Los fondos pueden o no aportarse con sujeción a un rendimiento (intereses, dividendos, etc.) o un reembolso (del principal de la deuda). Los recursos financieros pueden proceder de una de las cuatro fuentes siguientes o de una combinación de ellas: 1) recursos nacionales públicos, 2) recursos extranjeros públicos, 3) recursos nacionales privados y 4) recursos extranjeros privados. Cada fuente puede aportar financiación a través de diversos instrumentos financieros para financiar intervenciones a corto y a largo plazo en condiciones comerciales o favorables (como donaciones o préstamos a tipos inferiores a los del mercado).
En el Cuadro 8 se muestran ejemplos de diferentes flujos de financiación que pertenecen exclusivamente a cada una de las fuentes de financiación. Existen otros flujos de financiación que son comunes a más de una misma de financiación; por ejemplo, las remesas pueden ser privadas nacionales o privadas extranjeras. Por otro lado, los flujos de financiación comercial y no comercial pueden proceder de las cuatro fuentes de financiación. En aras de la simplicidad, en el Cuadro 8 no se indican los flujos de financiación que son comunes a más de una categoría, pero estos se tratan con más detenimiento más adelante y en el Capítulo 5. Puede consultarse una breve definición de algunos términos financieros en el Recuadro 6, así como definiciones más elaboradas de los principales términos financieros utilizados en este informe en el Anexo 2 (Glosario).
CUADRO 8MATRIZ DE LOS DIFERENTES FLUJOS DE FINANCIACIÓN, POR FUENTE

FUENTE: Elaboración de los autores (FAO).
RECUADRO 6BREVE DEFINICIÓN DE LOS TÉRMINOS FINANCIEROS UTILIZADOS EN EL PRESENTE INFORME
Acciones. Participación en la propiedad de un activo menos el monto de todas las obligaciones ligadas a dicho activo.
Asistencia oficial para el desarrollo (AOD). Ayuda gubernamental concebida para promover el desarrollo económico y el bienestar de los países en desarrollo que cumplen un requisito mínimo de componente de donación.
Créditos a la exportación. Servicios de financiación o de concesión de créditos que se ofrecen a los exportadores para que puedan vender bienes y servicios en mercados extranjeros.
Deuda. Un mecanismo de deuda permite a la parte prestataria tomar dinero prestado a condición de devolver la suma en una fecha posterior, normalmente con intereses.
Financiación combinada. Utilización estratégica de financiación para el desarrollo o en condiciones favorables para movilizar financiación adicional, por lo general financiación privada comercial, en favor del desarrollo sostenible.
Financiación comercial. El término comercial se refiere a actividades empresariales de comercio dirigidas a obtener un rendimiento. Las actividades no comerciales pueden ser llevadas a cabo por organizaciones sin fines de lucro u organismos gubernamentales.
Financiación extranjera privada. Proceso de obtener fondos de inversores y prestamistas privados extranjeros o internacionales.
Financiación extranjera pública. Proceso por el cual los gobiernos recaudan, asignan y gastan sus propios fondos para respaldar diversas actividades o inversiones en otros países.
Financiación nacional privada. Proceso de obtener fondos de inversores y prestamistas privados nacionales.
Financiación nacional pública. Proceso por el cual los gobiernos recaudan y asignan fondos para financiar el gasto público, en su mayor parte a través de impuestos y préstamos.
Financiación privada. Proceso que siguen las entidades del sector privado a fin de obtener o recaudar fondos para respaldar diversas actividades o inversiones.
Financiación pública. Proceso que siguen las entidades del sector público para obtener o recaudar fondos (gobiernos nacionales, organizaciones internacionales).
Financiación. Proceso de aportar fondos para que el sector público y el privado tomen parte en actividades económicas, realicen compras o lleven a cabo inversiones. Los fondos pueden o no aportarse con sujeción a un rendimiento (intereses, dividendos, etc.) o un reembolso (del principal de la deuda).
Inversión de cartera internacional. Un tipo de inversión que se compone de títulos y otros activos financieros que son propiedad de inversores de otro país.
Inversión extranjera directa (IED). Tipo de inversión realizada por una entidad privada residente en una economía en una empresa residente en otra.
Inversión privada nacional. Medición de la cantidad de dinero que las empresas nacionales invierten en su propio país. Se puede representar con la ecuación contable: inversión no residencial + inversión residencial + cambio en los inventarios.
Inversión. El compromiso de aportar recursos financieros corrientes para lograr mayores beneficios en el futuro.
Mercados de capital. Subconjunto de los mercados financieros que se ocupan específicamente de comprar y vender acciones y títulos de deuda, principalmente.
Otros flujos oficiales. Transacciones sectoriales oficiales que no cumplen los criterios de la AOD, bien porque no están dirigidas principalmente al desarrollo, bien porque no cumplen el requisito mínimo de componente de donación.
Provisión de recursos financieros. En un sentido estricto, provisión de fondos sin requisitos de rendimiento o reembolso. En un sentido amplio, toda provisión de fondos parecida a la financiación que puede o no llevar ligadas expectativas de rendimiento o reembolso.
Remesas. Transferencias privadas y voluntarias, monetarias y no monetarias (de carácter social y en especie), realizadas por migrantes y miembros de la diáspora a título individual o colectivo, a personas o comunidades que no se encuentran necesariamente en sus zonas de origen. Pueden tener carácter transfronterizo o limitarse al país de origen.
Seguro. Un contrato, representado por una póliza, en el que el titular de la póliza recibe de una aseguradora protección financiera o un reembolso en el caso de que exista probabilidad de pérdidas.
Título. Instrumento financiero fungible y negociable que representa algún tipo de valor financiero, generalmente en forma de acciones, bonos u opciones.
La financiación pública se compone de flujos financiados con cargo a fuentes públicas, la mayoría de las cuales son los impuestos y los préstamos (nacionales y extranjeros) que los gobiernos utilizan para financiar el gasto. Las contribuciones sociales, las donaciones, los ingresos de bienes raíces, la venta de bienes y servicios y otros ingresos diversos (como las comisiones y la venta de recursos naturales) son otras fuentes de ingresos, pero son mucho menores en la mayoría de los países.15, 16
La financiación nacional pública es el proceso por el cual los gobiernos recaudan, asignan y gastan fondos propios para financiar el gasto público, en su mayor parte a través de impuestos y préstamos.
Los recursos públicos también pueden consistir en financiación extranjera pública, como por ejemplo, la AOD y otros flujos oficiales. Por AOD se entienden las transacciones financieras oficiales efectuadas por el sector oficial en países y territorios que cumplen el requisito de elemento de donación mínimo. Puede comprender la financiación de la ayuda humanitaria, los bancos de desarrollo multilaterales y la financiación combinada, que utiliza dinero público para atraer financiación del sector privado. Otros flujos oficiales son las transacciones efectuadas por el sector oficial con países y territorios que no cumplen las condiciones para recibir AOD, bien porque no están dirigidos principalmente al desarrollo, bien porque no cumplen el requisito de componente de donación mínimo.17, 18
En cambio, la financiación privada, se compone de flujos en condiciones de mercado financiados con recursos del sector privado y donaciones privadas. Puede ser financiación extranjera o nacional. Por ejemplo, el gasto del sector privado destinado a inversiones en investigación y desarrollo o inversiones de los agricultores y elaboradores en cultivos y alimentos diversos y nutritivos, como el boniato de masa anaranjada o las legumbres en lugar del trigo o el maíz, se puede considerar inversión en nutrición.
La financiación nacional privada se compone de inversiones privadas nacionales efectuadas generalmente por inversores privados nacionales o locales.19 Comprende préstamos y otros instrumentos financieros (como la financiación de proyectos) de bancos, así como instrumentos de inversión y gestión del riesgo de los mercados de capitales, y las instituciones benéficas privadas cuya provisión de recursos financieros va dirigida a la prestación de ayuda y no a actividades lucrativas. Las inversiones comerciales del sector privado y la financiación de los sistemas agroalimentarios mundiales y nacionales son cuantiosas y vienen impulsadas en buena medida por actores comerciales. Sin embargo, las inversiones efectuadas por agricultores y elaboradores en cultivos y alimentos se consideran más habitualmente inversiones en seguridad alimentaria. Las inversiones en capital social efectuadas por los agricultores representan una gran parte de la financiación nacional privada.20
La financiación extranjera privada se compone de inversiones directas extranjeras o inversiones de cartera internacionales efectuadas por inversores privados extranjeros o internacionales.19 Puede incluir créditos privados a la exportación, títulos de organismos multilaterales e inversiones de cartera bilaterales. Los flujos privados distintos de las inversiones extranjeras directas se limitan a los créditos con un plazo de vencimiento superior a un año.18 Las inversiones extranjeras directas pueden ser entradas o salidas de capital de un país a otro. Se trata de la participación en la propiedad de una empresa o un proyecto extranjeros efectuada por un inversor, una empresa o el gobierno de otro país. Las remesas se incluyen también aquí. En muchos países en desarrollo, las remesas son la mayor fuente extranjera de financiación, superior a la AOD y a la inversión extranjera directa.
Definiciones básica y ampliada de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición
La nueva definición de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición que se presenta en este informe comprende una definición básica y otra ampliada. La definición básica abarca los flujos de financiación que apoyan los esfuerzos centrados en los principales determinantes de la seguridad alimentaria y la nutrición. La definición ampliada parte de la anterior para incluir los flujos de financiación que contribuyen a abordar los factores determinantes principales y los factores estructurales que subyacen a los aumentos recientes de la inseguridad alimentaria y la malnutrición. Estas definiciones se fusionan en una en el Recuadro 7, se resumen conceptualmente en la Figura 15 y se explican con detalle en las siguientes secciones.
RECUADRO 7LA DEFINICIÓN DE FINANCIACIÓN PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y LA NUTRICIÓN
Se entiende por financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición el proceso de aportar u obtener recursos financieros para velar por que, en todo momento, todas las personas tengan acceso físico, social y económico estable a suficientes alimentos inocuos y nutritivos que satisfagan sus necesidades y preferencias alimentarias a fin de llevar una vida activa y saludable y a prácticas adecuadas de preparación y manipulación de alimentos, alimentación, cuidados y búsqueda de atención sanitaria, así como acceso a servicios sanitarios, de abastecimiento de agua y de saneamiento para garantizar de forma constante un estado nutricional adecuado. Esos recursos financieros pueden proceder de una de las cuatro fuentes de financiación siguientes o de una combinación de ellas: 1) recursos nacionales públicos, 2) recursos extranjeros públicos, 3) recursos nacionales privados y 4) recursos extranjeros privados. Cada una de las fuentes de financiación puede aportar financiación a través de diversos instrumentos financieros para financiar intervenciones a corto y a largo plazo en condiciones comerciales o favorables (como donaciones o préstamos a tipos inferiores a los del mercado).
En consecuencia, la financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición incluye los recursos financieros que contribuyen a la erradicación del hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas en todo el continuo urbano-rural.21 Estos recursos van dirigidos a garantizar la disponibilidad, la accesibilidad, la utilización y la estabilidad de los alimentos nutritivos e inocuos, prácticas que favorezcan una alimentación saludable y servicios sanitarios, educativos y de protección social que permitan mantener un estado nutricional adecuado durante toda la vida.
La definición abarca también los gastos e inversiones dirigidos a velar por la protección de todas las personas frente a la inestabilidad a corto o a largo plazo en el ámbito de la seguridad alimentaria y la nutrición como consecuencia de diversos factores climáticos, económicos, sociales, comerciales y políticos. Así pues, la financiación consta de todas las intervenciones armonizadas con las seis vías de transformación en el ámbito de las políticas pensadas para fortalecer la resiliencia de los sistemas agroalimentarios frente a los principales factores determinantes del hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición, que son los conflictos, la variabilidad del clima y las condiciones extremas del clima y los episodios de desaceleración y recesión de la economía, y abordar los factores estructurales subyacentes: la falta de acceso a alimentos nutritivos y la inasequibilidad de estos, los entornos alimentarios poco saludables y una desigualdad alta y persistente. Esto es, inversiones dirigidas a: 1) integrar las políticas humanitarias, de desarrollo y de consolidación de la paz en las zonas afectadas por conflictos; 2) aumentar la resiliencia al clima en los sistemas agroalimentarios; 3) fortalecer la resiliencia económica de la población más vulnerable ante las adversidades económicas; 4) intervenir a lo largo de las cadenas de suministro agroalimentarias para reducir el costo de los alimentos nutritivos; 5) reorientar los entornos alimentarios en dirección de hábitos alimentarios más saludables que tengan efectos positivos en la salud de las personas, y 6) combatir las desigualdades estructurales garantizando que las intervenciones estén bien orientadas y sean inclusivas. En ese sentido, las inversiones en seguridad alimentaria y nutrición abarcan una gran variedad de sectores. Pueden ser inversiones relacionadas con el aumento resiliente y sostenible de la productividad agrícola; las prácticas en materia de agua, saneamiento e higiene; las políticas que tienen en cuenta las situaciones de conflicto; la protección social; la agricultura climáticamente inteligente; las carreteras y las infraestructuras rurales; las compras institucionales de alimentos saludables y el acceso a servicios sanitarios esenciales.
La puesta en práctica de esta definición y su catalogación respecto de las palabras clave relativas al sector, la finalidad y la intervención aparecen en el Material complementario del Capítulo 3, S3.2.
Definición básica: una perspectiva que tiene en cuenta las dimensiones y los factores determinantes de la seguridad alimentaria y la nutrición
De acuerdo con el presente informe, se entiende por seguridad alimentaria una “situación que se da cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimentarias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana” (véase el Anexo 2 [Glosario]). Con arreglo a esta definición, pueden determinarse cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria: la disponibilidad de alimentos, el acceso físico y económico a los mismos, la utilización de los alimentos y la estabilidad a lo largo del tiempo (Figura 15 y Figura 16). Cabe señalar que el concepto de seguridad alimentaria está cambiando para reconocer la importancia capital del arbitrio y la sostenibilidad. Sin embargo, estas dos dimensiones se reflejan en la definición ampliada de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición.
FIGURA 15 DIAGRAMA CONCEPTUAL DE LA NUEVA DEFINICIÓN DE FINANCIACIÓN PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y LA NUTRICIÓN DESTINADA A ACABAR CON EL HAMBRE Y LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA (META 2.1 DE LOS ODS) Y TODAS LAS FORMAS DE MALNUTRICIÓN (META 2.2 DE LOS ODS)

FUENTE: Elaboración de los autores (FAO).
FIGURA 16 LA DEFINICIÓN BÁSICA DE FINANCIACIÓN PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y LA NUTRICIÓN COMPORTA ABORDAR LOS PRINCIPALES FACTORES DETERMINANTES DE LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y LA NUTRICIÓN

Al definir las dimensiones, la disponibilidad de alimentos se refiere a si los alimentos inocuos y nutritivos se encuentran efectiva o potencialmente presentes en forma física o no, con inclusión de aspectos relativos a la producción, las reservas alimentarias, los mercados y el transporte y los alimentos silvestres, mientras que el acceso a los alimentos se refiere a si los hogares y las personas tienen o no acceso físico y económico suficiente a tales alimentos (véase el Anexo 2 [Glosario]). Dicho de otro modo, para que haya seguridad alimentaria es necesario que todas las poblaciones dispongan de una cantidad de alimentos inocuos y nutritivos suficiente, ya sea mediante la producción o importaciones, y que todas las personas puedan acceder física y económicamente a cantidades suficientes de alimentos inocuos y nutritivos.22 Por lo tanto, la pobreza y los desequilibrios de poder en las cadenas mundiales de suministro de alimentos, que afectan al acceso y al poder adquisitivo, son factores determinantes de la inseguridad alimentaria y la malnutrición (véase la definición ampliada).
El simple hecho de disponer de la cantidad suficiente de alimentos inocuos y nutritivos y poder acceder a ellos no basta si el estado fisiológico de una persona le impide absorber y utilizar los micronutrientes contenidos en los alimentos que consume.23 En consecuencia, la seguridad alimentaria también viene determinada por la utilización de los alimentos, o sea, la capacidad de la persona de utilizar las calorías y los nutrientes de los alimentos que consume.22
Otro aspecto importante de la utilización de los alimentos se refiere a si los hogares optimizan el consumo de alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer las necesidades alimentarias de todos los individuos del hogar. Sin embargo, el estado nutricional no depende solo del consumo de suficientes alimentos inocuos y nutritivos, sino también del estado de salud. Tanto el consumo de alimentos como el estado de salud se ven influidos por varias prácticas como la manipulación y preparación correctas de los alimentos; las prácticas relativas a los niños, las niñas y las mujeres; la distribución de los alimentos en el seno del hogar, y la utilización de servicios. También se ven influidos por el acceso a diversos servicios sanitarios y a la salud ambiental, como el acceso a agua limpia, saneamiento, educación y asistencia sanitaria (véase el Anexo 2 [Glosario]).21
En este sentido, la seguridad alimentaria y la nutrición están indisolublemente ligadas. En la Figura 15 y la Figura 16 se muestra que estos vínculos bien establecidos sientan una base sólida para la definición básica de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición, que comprende la ampliación del alcance de los factores relacionados con las prácticas, los servicios sanitarios y la salud ambiental. Ello permite reflejar mejor los factores que determinan el estado nutricional de las personas y equiparar la importancia de la seguridad alimentaria con la de otras muchas prácticas y servicios que son esenciales para garantizar no solo la utilización de los alimentos, sino los numerosos aspectos no relacionados con la alimentación que revisten una importancia fundamental.
Para garantizar la seguridad alimentaria es necesario que las tres dimensiones de la seguridad alimentaria (disponibilidad, acceso y utilización) gocen de estabilidad (Figura 15 y Figura 16). Si las dimensiones de disponibilidad, acceso y utilización se cumplen en suficiente medida, la estabilidad es la condición en virtud de la cual todo el sistema es estable, lo que garantiza la seguridad alimentaria de los hogares en todo momento. Los problemas de estabilidad pueden referirse a la inestabilidad a corto plazo (que puede generar una inseguridad alimentaria aguda) o la inestabilidad a mediano o largo plazo (que puede redundar en inseguridad alimentaria crónica). Los factores climáticos, económicos, sociales y políticos pueden ser fuente de inestabilidad (véase el Anexo 2 [Glosario]). Los cambios temporales y estacionales, así como perturbaciones y crisis como la inestabilidad política o los fenómenos climáticos extremos, son factores determinantes de la inseguridad alimentaria debido a sus efectos en la disponibilidad y la accesibilidad de los alimentos.22 En última instancia, todo lo que influye en alguno de estos componentes influirá en la seguridad alimentaria.
Eliminar el hambre y la inseguridad alimentaria centrándose expresamente en los alimentos inocuos y nutritivos es un requisito imprescindible para lograr una buena nutrición.24 La seguridad alimentaria puede permitir una alimentación saludable, caracterizada por la presencia en cantidad suficiente y sin excesos de todos los nutrientes, el equilibrio energético y de las fuentes de energía, una gran diversidad de alimentos y la moderación del consumo de alimentos y componentes alimentarios asociados a la aparición de efectos adversos para la salud (véase el Recuadro 3 en la Sección 2.1). No obstante, para garantizar una buena nutrición no basta con que la dieta sea saludable, ya que también se necesitan prácticas adecuadas en materia de alimentación, cuidados, higiene y búsqueda de atención sanitaria, así como el acceso a servicios como la asistencia sanitaria, el agua, el saneamiento y la educación.
Por último, un elemento crucial de la definición básica es el reconocimiento de que la inseguridad alimentaria y la malnutrición son fenómenos que no existen solo en zonas rurales, sino también en todo el continuo rural-urbano. Como se muestra en la Sección 2.1 de este informe, pese a que la inseguridad alimentaria suele ser mayor en las zonas rurales, también es muy elevada en las zonas periurbanas y urbanas. La prevalencia de la inseguridad alimentaria moderada o grave fue del 31,9 % en las zonas rurales frente al 29,9 % en las zonas periurbanas y el 25,5 % en las zonas urbanas. Si se observa más detenidamente en todo el continuo rural-urbano, se aprecia que la inseguridad alimentaria puede llegar a ser más alta en las zonas urbanas y periurbanas.21 Por consiguiente, la definición básica de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición debe reflejar los recursos financieros necesarios para abordar todas las dimensiones de la seguridad alimentaria y los principales factores determinantes de la seguridad alimentaria y la nutrición desde una perspectiva que tenga en cuenta el continuo rural-urbano.
Definición ampliada: una perspectiva que tiene en cuenta los principales factores determinantes de la inseguridad alimentaria y la malnutrición
Los recientes aumentos del hambre y la seguridad alimentaria y la ralentización de los progresos realizados en la eliminación de todas las formas de malnutrición exigen algo más que mejorar y aumentar sin más la financiación relacionada con los principales factores determinantes de la seguridad alimentaria y la nutrición. Se necesita nueva financiación, específicamente para fortalecer la resiliencia ante las perturbaciones que crean los principales factores determinantes (los conflictos, la variabilidad y las condiciones extremas del clima, los episodios de desaceleración y recesión de la economía) en los sistemas agroalimentarios y abordar los factores estructurales subyacentes (la falta de acceso a alimentos nutritivos, la inasequibilidad de estos, los entornos alimentarios poco saludables y una desigualdad alta y persistente), que empeoran los efectos negativos que tienen ya los principales factores determinantes en la seguridad alimentaria y la nutrición (véase la Figura 15).
Cabe destacar que los entornos alimentarios poco saludables se consideran, junto con la falta de acceso a alimentos nutritivos y la inasequibilidad de estos, un importante factor estructural subyacente que impide la consecución de la seguridad alimentaria y la nutrición. Lograr dietas saludables para todos es un vínculo crítico entre la seguridad alimentaria y la nutrición, ya que estas dietas son condición necesaria, pero insuficiente, para lograr una buena nutrición y, aún más, es bien sabido que la calidad de la alimentación puede empeorar de varias maneras a medida que aumenta la gravedad de la inseguridad alimentaria. El acceso a dietas saludables puede venir determinado por muchos factores, pero en esta edición del informe se ponen de relieve el papel de la inasequibilidad de las dietas saludables (Sección 2.2) y los entornos alimentarios poco saludables. El concepto de entorno alimentario hace referencia a las condiciones físicas, económicas, socioculturales, de políticas y de la legislación que determinan el acceso a los alimentos y su disponibilidad, asequibilidad e inocuidad, así como las preferencias alimentarias. Transformar los entornos alimentarios que pueden permitir el acceso a las dietas saludables supone proporcionar acceso físico a alimentos diversos, inocuos y nutritivos que reduzcan el riesgo de todas las formas de malnutrición, como la desnutrición, el sobrepeso y la obesidad, y el riesgo de enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación. Mediante la puesta en marcha de una estrategia amplia que abarque diferentes sectores, los gobiernos pueden crear entornos favorables a las dietas saludable en hospitales, escuelas, lugares de trabajo y otras instituciones públicas y abordar la elevada carga de los costos ocultos asociados a las dietas poco saludables, que aparecían destacados en la edición de 2020 de este informe.25-29 El acceso a alimentos nutritivos no es solo cuestión de costo y asequibilidad. Muchos elementos del entorno alimentario influyen en los hábitos dietéticos, pues la cultura, el idioma, las prácticas culinarias, los conocimientos y los hábitos de consumo, las preferencias alimentarias, las creencias y los valores guardan relación con la forma en que se obtienen, generan, producen y consumen los alimentos.30
La definición ampliada también integra las dos últimas dimensiones cambiantes de la seguridad alimentaria: el arbitrio y la sostenibilidad. Aunque estas dimensiones no están establecidas ni definidas formalmente, se refieren a lo siguiente: Por “arbitrio” se entiende la capacidad que tienen las personas o los grupos de tomar sus propias decisiones sobre los alimentos que consumen, los alimentos que producen y la manera en que se producen, elaboran y distribuyen dichos alimentos en los sistemas agroalimentarios, así como su capacidad de participar en procesos que determinan las políticas en materia de sistemas alimentarios y la gobernanza de dichos sistemas. Por “sostenibilidad” se entiende la capacidad a largo plazo de los sistemas alimentarios para proporcionar seguridad alimentaria y nutrición sin comprometer las bases económicas, sociales y ambientales que propician la seguridad alimentaria y la nutrición de las generaciones futuras (véase el Anexo 2 [Glosario]).
Información actualizada sobre los países afectados por los principales factores determinantes
A fin de generar un marco para aumentar la financiación y mejorar la orientación de esta es imprescindible comprender los principales factores determinantes de la inseguridad alimentaria y la malnutrición y las circunstancias de los países afectados por estos factores. En los últimos 10 años han aumentado la frecuencia y la intensidad de los conflictos, los fenómenos climáticos extremos y los episodios de recesión económica, lo cual socava la seguridad alimentaria y la nutrición en todo el mundo. Además, los altos niveles de desigualdad de ingresos exacerban los efectos de estos factores determinantes principales (Figura 17). Suscitan especial preocupación los países de ingresos medianos y bajos, donde los efectos negativos en la seguridad alimentaria y la nutrición son mayores y donde se concentra la proporción más alta de la población mundial subalimentada y de niños con retraso en el crecimiento. Además, estos países padecen múltiples formas de malnutrición, como el sobrepeso infantil y la obesidad en adultos (véase el Capítulo 2).
FIGURA 17 AUMENTO DE LA FRECUENCIA Y LA INTENSIDAD DE LOS PRINCIPALES FACTORES DETERMINANTES Y LA DESIGUALDAD DE INGRESOS EN LOS PAÍSES DE INGRESOS MEDIANOS Y BAJOS, 2003-2022




FUENTE: Elaboración de los autores (FAO).
El análisis de los países afectados por los principales factores determinantes es clave para la elaboración de un marco de financiación innovadora que permita ampliar el apoyo a la seguridad alimentaria y la nutrición, presentado en la Sección 5.1. En consecuencia, el análisis de los países afectados por estos factores determinantes se ha actualizado para el informe de este año. Aquí se resumen los resultados, mientras que la metodología, las fuentes de datos y el análisis actualizado completo pueden consultarse en el Material complementario del Capítulo 3.
La medida en que uno de los principales factores determinantes afecta negativamente a la seguridad alimentaria y la nutrición de las personas depende del grado de exposición de estas y de su vulnerabilidad a los efectos de dicho factor. En el análisis, los países se clasifican según estén o no afectados por uno de los principales factores determinantes. Resumiendo, se utilizan dos criterios para considerar a un país afectado por un factor determinante: 1) la existencia de datos que prueben que se ha producido un suceso relacionado con ese factor en el país, por ejemplo, un conflicto, un fenómeno climático extremo o un episodio de recesión económica y 2) la existencia de datos que prueben que el país es vulnerable a los efectos de dicho suceso, entendido como una serie de condiciones que aumentan la probabilidad de que el suceso causante incida negativamente en la situación de la seguridad alimentaria y la nutrición del país (las metodologías y las fuentes de datos se pueden consultar en el Material complementario del Capítulo 3, Cuadro S3.5).
Aunque cada uno de estos factores principales tiene un carácter singular, a menudo interactúan en detrimento de la seguridad alimentaria y la nutrición creando múltiples efectos acumulativos transmitidos a través de los sistemas agroalimentarios.30 En consecuencia, es probable que se vean afectadas todas las dimensiones de la seguridad alimentaria, entre ellas la disponibilidad de alimentos, el acceso a estos, su utilización y la estabilidad, así como los demás factores determinantes de la nutrición, en concreto las prácticas (por ejemplo, la preparación y manipulación de los alimentos, las prácticas de alimentación de los lactantes y los jóvenes, la búsqueda de atención sanitaria, las asignaciones de recursos en los hogares y la atención dispensada a las niñas y las mujeres) y los servicios sanitarios y la salud ambiental (por ejemplo, la inmunización, el agua y el saneamiento y la disponibilidad de acceso a servicios sanitarios, así como su asequibilidad). Por ejemplo, cada vez son más los estudios que ponen de manifiesto los efectos directos del clima, en particular los episodios de calor extremo, en el estado nutricional. Así lo corrobora la relación observada entre la existencia de estos factores y los indicadores de la seguridad alimentaria y la nutrición.30
Resulta alarmante que la mayoría de los países de ingresos medianos y bajos se vea afectada por al menos uno de los principales factores determinantes y que, cuando inciden varios de ellos, los efectos acumulativos den lugar a los mayores aumentos del hambre y la inseguridad alimentaria (Figura 18). Los países en situación de crisis alimentaria intensa prolongada se ven gravemente afectados por múltiples factores determinantes y padecen el máximo grado de inseguridad alimentaria (Recuadro 8, Figura A.1).
FIGURA 18 EL HAMBRE HA AUMENTADO Y HA REGISTRADO LOS MAYORES AUMENTOS EN LOS PAÍSES AFECTADOS POR LOS PRINCIPALES FACTORES DETERMINANTES Y LOS MAYORES INCREMENTOS DEL HAMBRE CORRESPONDEN A PAÍSES POBRES AFECTADOS POR MÁS DE UNO DE ESOS FACTORES


FUENTE: Elaboración de los autores (FAO).
RECUADRO 8LOS PAÍSES EN SITUACIÓN DE CRISIS ALIMENTARIA INTENSA PROLONGADA SE VEN GRAVEMENTE AFECTADOS POR MÚLTIPLES FACTORES DETERMINANTES PRINCIPALES Y PADECEN UNO DE LOS MAYORES GRADOS DE INSEGURIDAD ALIMENTARIA CRÓNICA
En la edición de 2024 del Informe mundial sobre las crisis alimentarias,31 informe anual en el que se proporcionan análisis y datos empíricos sobre las situaciones de inseguridad alimentaria aguda que necesitan asistencia humanitaria urgente para salvar vidas y medios de sustento, se determinan 19 países en situación de crisis alimentaria intensa prolongada,* la mayor parte de los cuales (14 de 19) son países de bajos ingresos y con déficit de alimentos. Estos 19 países han estado en situación de crisis alimentaria intensa los últimos ocho años, y seis de ellos (el Afganistán, Etiopía, Nigeria, la República Árabe Siria, la República Democrática del Congo y el Yemen) se han situado siempre entre los 10 países con la mayor proporción de población afectada, con 108 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda alta (Fases 3 de la CIF o superior ) en 2023.31
Sobre la base del análisis de este informe,** 18 de los 19 países en situación de crisis alimentaria intensa prolongada disponen de datos sobre la prevalencia de la subalimentación,*** y todos ellos se vieron afectados por al menos uno de los principales factores determinantes de la inseguridad alimentaria, como conflictos, fenómenos climáticos extremos o episodios de recesión económica, entre 2013 y 2022. La única excepción es Eswatini que, sin embargo, padece una elevada desigualdad de ingresos. Trece de los países se ven afectados por múltiples factores, lo cual refleja la sumamente elevada prevalencia de la subalimentación observada en 2023 en estos países (Figura A1).
En los últimos decenios, los países en situación de crisis alimentaria intensa prolongada han asistido a un aumento constante de la prevalencia de la subalimentación, y los afectados por condiciones extremas del clima o episodios de recesión económica presentan niveles de prevalencia de la subalimentación cada vez más altos (Figura A2). El aumento de la prevalencia de la subalimentación entre 2019 y 2023 fue notablemente más acusado en los países afectados por episodios de recesión económica (Figura A2 y Material complementario del Capítulo 3, Figura S3.6) y fue tres veces mayor en estos países en situación de crisis alimentaria intensa prolongada que en los demás países de ingresos medianos y bajos (el 2,9 % frente al 1,1 %).
No se pueden subestimar los efectos de los principales factores determinantes en el hambre crónica, medida a partir de la prevalencia de la subalimentación, en los países en situación de crisis alimentaria intensa prolongada. La diferencia en la prevalencia de la subalimentación entre los países afectados por conflictos, episodios de recesión económica o condiciones extremas del clima y los no afectados por estos factores se ha agrandado con el tiempo (Figura A2). El efecto agravante de múltiples factores da lugar a niveles más altos de inseguridad alimentaria. Los países afectados por múltiples factores presenciaron el mayor aumento de la prevalencia de la subalimentación entre 2019 y 2023, y los afectados por los tres factores principales padecen el mayor nivel general de inseguridad alimentaria (Material complementario del Capítulo 3, Figura S3.5 y Figura S3.6).
De los 36 países en situación de crisis alimentaria prolongada,**** 33 disponían de datos sobre la prevalencia de la subalimentación. Los resultados descritos antes también son válidos para estos países. De los países en situación de crisis alimentaria prolongada, lo que distingue a los que se encuentran en su variante intensa es su exposición a múltiples factores: el 72 % de los países (13 de 18) en situación de crisis alimentaria intensa prolongada se ven afectados por múltiples factores, mientras que solo lo está el 27 % de los países (4 de 15) en la variante no intensa. La consecuencia tangible es que la prevalencia de la subalimentación es generalmente inferior en los países con crisis alimentarias prolongadas. No obstante, son los países en situación de crisis alimentaria prolongada, excluidas las crisis intensas, afectados por conflictos los que presentaron el mayor aumento de la prevalencia de la subalimentación entre 2019 y 2023 (Material complementario del Capítulo 3, Figura S3.7A y Figura S3.7B).
De este análisis se desprende que urge integrar los enfoques humanitarios y de desarrollo y la financiación en los países en situación de crisis alimentaria prolongada con vistas a atender las necesidades inmediatas de emergencia relacionadas con la inseguridad alimentaria aguda y hacer frente al mismo tiempo a la inseguridad alimentaria crónica, entre otras cosas, fortaleciendo la resiliencia de los sistemas agroalimentarios ante los principales factores determinantes y los factores estructurales subyacentes. Por ejemplo, en el informe de 2023 Financing Flows and Food Crises Report (Informe sobre los flujos de financiación y las crisis alimentarias) se muestra que la financiación relacionada con el sector alimentario es de carácter predominantemente humanitario, mientras que la financiación para el desarrollo solo representa una pequeña parte de los flujos de financiación relacionados con el sector alimentario recibidos por los países en situación de crisis alimentaria prolongada.32
A1) Los países en situación de crisis alimentaria intensa prolongada se ven gravemente afectados por múltiples factores principales y padecen uno de los niveles más altos de prevalencia de la subalimentación, 2023

A2) La prevalencia de la subalimentación ha aumentado de forma constante desde 2013 en los países en situación de crisis alimentaria intensa prolongada afectados por los factores principales

FUENTES: Elaboración de los autores (FAO). Prevalencia de la subalimentación basada en FAO. Para consultar la lista de países en situación de crisis alimentaria intensa: Red de Información sobre Seguridad Alimentaria y Red mundial contra las crisis alimentarias. 2024. Global Report on Food Crises 2024 [Informe mundial sobre las crisis alimentarias 2024]. Roma. https://www.fsinplatform.org/report/global-report-food-crises-2024
La definición ampliada de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición engloba las intervenciones que contribuyen a una o más de las seis vías de transformación en el ámbito de las políticas que se propusieron en la edición de 2021 del presente informe30 con el objeto de abordar los principales factores determinantes de los actuales niveles de inseguridad alimentaria y malnutrición. Cada una de las seis vías de transformación conlleva la aplicación de políticas, inversiones y leyes encaminadas a generar resiliencia ante cada uno de estos factores principales (Figura 19 y Recuadro 9). De esta forma, la definición ampliada se basa en la definición básica, pero va más allá de la erradicación del hambre, la inseguridad alimentaria y todas las formas de malnutrición abordando también los principales factores determinantes.
FIGURA 19 LA DEFINICIÓN AMPLIADA DE FINANCIACIÓN PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y LA NUTRICIÓN ABORDA LOS PRINCIPALES FACTORES DETERMINANTES POR MEDIO DE POLÍTICAS Y MEDIDAS ENMARCADAS EN SEIS VÍAS DE TRANSFORMACIÓN

RECUADRO 9LAS SEIS VÍAS DE TRANSFORMACIÓN PARA ABORDAR LOS PRINCIPALES FACTORES DETERMINANTES DE LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA Y LA MALNUTRICIÓN
Como se muestra en la Figura 19, dependiendo del factor o de la combinación de factores que afecten a un país, existen seis vías de transformación que incluyen políticas, medidas e inversiones clave para generar resiliencia ante estos factores principales, sobre la base de un análisis detallado y datos objetivos de las ediciones de 2017 a 2020 del presente informe.
VÍA 1: INTEGRAR LAS POLÍTICAS HUMANITARIAS, DE DESARROLLO Y DE CONSOLIDACIÓN DE LA PAZ EN LAS ZONAS AFECTADAS POR CONFLICTOS
- Promover políticas que tengan en cuenta las situaciones de conflicto; impulsar iniciativas de consolidación de la paz vinculadas a la prestación de apoyo a los medios de vida; ejecutar programas de protección social y de producción y abastecimiento de alimentos que tengan en cuenta la dimensión de la nutrición; respaldar el funcionamiento y la resiliencia de las cadenas de suministro de alimentos; adoptar enfoques basados en la comunidad en la elaboración de políticas posteriores a un conflicto.
- Por ejemplo, en las zonas en situación de conflicto y las que han salido de un conflicto, los enfoques de desarrollo negociados y centrados en las personas también pueden abordar las cuestiones del acceso a las tierras y la utilización y gestión de estas, lo que también contribuye a la paz. La prestación de servicios veterinarios y de vacunas para el ganado a las comunidades Dinka Ngok y Misseriya en la zona de Abyei, que se disputan Sudán del Sur y el Sudán, en colaboración con órganos gubernamentales locales, personal de mantenimiento de la paz y otras entidades de las Naciones Unidas, constituyó un punto de partida eficiente para restablecer el diálogo entre las comunidades y contribuir al logro de un acuerdo de paz a escala local.
VÍA 2: AMPLIAR LA RESILIENCIA ANTE EL CLIMA EN LOS DISTINTOS SISTEMAS AGROALIMENTARIOS
- Reducir los riesgos relacionados con el clima; adaptarse al cambio climático; adoptar sistemas de seguimiento de los riesgos climáticos y de alerta temprana; apoyar los seguros contra los riesgos climáticos; promover la mejora del acceso a los activos productivos naturales y su gestión (por ejemplo, restauración de paisajes, ordenación de las aguas); poner en marcha intervenciones climáticamente inteligentes.
- Por ejemplo, en Zambia, las nuevas iniciativas destinadas a incrementar la resiliencia ante el clima incluyen la introducción de seguros agrícolas para hogares vulnerables. Se proporciona a los hogares que adoptan técnicas de agricultura de conservación acceso a seguros agrícolas, lo cual les permite, a su vez, invertir en proyectos más arriesgados con ingresos potencialmente más elevados. En el marco de este enfoque, los seguros agrícolas no solo son importantes para generar resiliencia ante el clima, sino también para favorecer la reducción de la pobreza y la malnutrición y el aumento de la seguridad alimentaria.30
VÍA 3: FORTALECER LA RESILIENCIA DE LA POBLACIÓN MÁS VULNERABLE ANTE LAS ADVERSIDADES ECONÓMICAS
- Intensificar la productividad agroalimentaria y reforzar los vínculos con el mercado a lo largo de la cadena de suministro de alimentos; frenar el aumento de los precios de los alimentos y la volatilidad excesiva de los precios; impulsar la creación de puestos de trabajo decentes; ampliar los planes de protección social y los programas de alimentación escolar.
- Por ejemplo, las inversiones dirigidas a fomentar las cadenas de valor agroindustriales locales pueden brindar oportunidades comerciales a los agricultores en pequeña escala, lo que los haría menos vulnerables a las perturbaciones de los precios de los productos básicos, en especial en los países dependientes de la exportación de estos productos, y más resilientes en virtud de la diversificación de sus actividades económicas. En el Senegal, tras un descenso de los precios mundiales del maní, las inversiones públicas dirigidas a integrar a los productores en pequeña escala en cadenas de valor rentables y diversificadas ayudaron a los agricultores a abandonar el cultivo de este producto para invertir en la cría de aves de corral y el cultivo de hortalizas, lo que les permitió obtener ingresos agrícolas mayores y más estables.33
VÍA 4: INTERVENIR A LO LARGO DE LAS CADENAS DE SUMINISTRO AGROALIMENTARIAS PARA REDUCIR EL COSTO DE LOS ALIMENTOS NUTRITIVOS
- Aumentar las inversiones en una producción y una productividad agrícolas que tengan en cuenta la nutrición; aumentar la eficiencia de las cadenas de valor alimentarias nutritivas; reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos nutritivos; promover el bioenriquecimiento de los alimentos; instaurar el enriquecimiento obligatorio de los alimentos; mejorar las carreteras e infraestructuras rurales (por ejemplo, las instalaciones de almacenamiento de alimentos nutritivos).
- Por ejemplo, en Myanmar, las pequeñas y medianas empresas han recibido transferencias directas, han aumentado el acceso a las nuevas tecnologías y la capacitación en técnicas de producción sostenible a fin de diversificar la producción de alimentos. Más de la mitad de los participantes en el programa han visto aumentar sus ingresos un 50 %, mientras que la ampliación de su producción mediante hortalizas frescas ha aumentado considerablemente la oferta de alimentos nutritivos en los mercados locales.30
VÍA 5: CAMBIAR LOS ENTORNOS ALIMENTARIOS PARA ADOPTAR HÁBITOS ALIMENTARIOS MÁS SALUDABLES CON EFECTOS POSITIVOS EN LA SALUD DE LAS PERSONAS
- Reforzar los entornos alimentarios (por ejemplo, respaldando los servicios y las compras públicas de alimentos saludables); cambiar el comportamiento de los consumidores para incluir consideraciones relativas a la sostenibilidad (por ejemplo, mejorando las normas comerciales mediante una perspectiva orientada a la nutrición, gravando los alimentos hipercalóricos, introduciendo leyes sobre comercialización, etiquetado y reformulación de alimentos, eliminando los grasas trans producidas industrialmente).
- Por ejemplo, en Chile, tras la introducción de una ley sobre etiquetado y publicidad de los alimentos, la exposición de los niños en edad preescolar y los adolescentes a los anuncios de alimentos con un elevado contenido de sal, azúcares, calorías o grasas saturadas descendió, al tiempo que se prohibió la venta de estos alimentos en los quioscos de alimentación escolar. Las compras de alimentos y bebidas con un elevado contenido de sal, azúcares, calorías o grasas saturadas, que debían llevar una etiqueta de advertencia en la parte frontal del envase, también cayeron un 24 % tras la introducción del reglamento.
Vía 6: Luchar contra las desigualdades estructurales garantizando que las intervenciones favorecen a la población pobre y son inclusivas
- Empoderar a las poblaciones en situaciones de vulnerabilidad y marginación; reducir las desigualdades de género respaldando las actividades económicas de las mujeres y la distribución equitativa de los recursos; promover la inclusión de las mujeres, los jóvenes y otros grupos de población en situaciones de marginación; garantizar el acceso a servicios esenciales; emprender reformas fiscales para reducir la desigualdad de ingresos.
- Por ejemplo, persisten las desigualdades de género en todas las regiones y en los países de todos los grupos de países por nivel de ingresos. En Indonesia, gracias a un proyecto de desarrollo de las comunidades costeras, se promocionaron prácticas de producción pesquera y acuícola sostenible proporcionando insumos de producción y estableciendo instalaciones de elaboración y vínculos con el mercado. Las mujeres, que participan principalmente en la elaboración y comercialización de pescado, vieron aumentar su empoderamiento un 27 %, mientras que la productividad pesquera creció un 78 % y las pérdidas posteriores a la captura se redujeron un 5 %.
FUENTE: Adaptado de FAO, FIDA, OMS, PMA y UNICEF. 2021. El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021. Transformación de los sistemas alimentarios en aras de la seguridad alimentaria, una mejor nutrición y dietas asequibles y saludables para todos. Roma, FAO. https://www.fao.org/documents/card/es/c/cb4474es
Catalogación de las definiciones básica y ampliada y su aplicación a los flujos financieros
La aplicación de las definiciones básica y ampliada de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición se muestra en la Figura 20. La financiación dirigida a generar resiliencia ante los principales factores determinantes de los recientes aumentos de la inseguridad alimentaria y la malnutrición (definición ampliada) es adicional de la definición básica y la complementa. Además, como se muestra en la figura, la definición ampliada debe tener en cuenta el contexto de cada país. No todos los países están afectados por todos los factores determinantes principales. Mientras que algunos se ven afectados por un único factor, los países en los que más ha aumentado la inseguridad alimentaria se suelen ver afectados por una combinación de factores. Ello significa que, en teoría, los países no tendrían que financiar la adopción de las seis vías de transformación, sino solo las que abordan los principales factores que les están afectando, en función del contexto de cada país.
FIGURA 20 APLICACIÓN DE LAS DEFINICIONES BÁSICA Y AMPLIADA DE FINANCIACIÓN PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA Y LA NUTRICIÓN

Para pasar de la definición de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición a la aplicación de dicha definición con objeto de medir los niveles de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición es preciso comprender la manera en que se categorizan y notifican los flujos de financiación y, a continuación, elaborar directrices para catalogar estos flujos en función de la definición. En el marco conceptual relativo a la seguridad alimentaria y la nutrición se establecen claramente los diferentes factores determinantes y las vías pertinentes para cumplir las metas 2.1 y 2.2 de los ODS. Sin embargo, evaluar la medida en la que se puede establecer una correspondencia entre este marco conceptual, por un lado, y los marcos de financiación y bases de datos existentes, por otro, exige un mayor nivel de desglose.
Para este informe se han elaborado y aplicado catalogaciones y orientaciones iniciales a fin de obtener algunas estimaciones parciales de la financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición y sus pautas, que se presentan en el Capítulo 4. Esta catalogación consistió en elaborar primero cuatro niveles de clasificación de acuerdo con el marco conceptual de las definiciones básica y ampliada, a saber: 1) el nivel 1, que distingue entre la definición básica y la ampliada; 2) el nivel 2, entre el consumo de alimentos, el estado de salud y los tres principales factores determinantes (el conflicto, la variabilidad y las condiciones extremas del clima y los episodios de desaceleración y recesión de la economía) y los factores estructurales subyacentes (la falta de acceso a las dietas saludables y la inasequibilidad de estas, los entornos alimentarios poco saludables y la desigualdad alta y persistente); 3) el nivel 3, entre las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria (disponibilidad, acceso, utilización y estabilidad), las prácticas y los servicios sanitarios y la salud ambiental, y cada una de las seis vías de transformación en el ámbito de las políticas relacionadas con los factores principales, y 4) el nivel 4, entre los elementos descriptivos de las intervenciones clasificadas en el nivel 3. Para consultar el cuadro de los cuatro niveles de clasificación, véase el Cuadro S.3.2 del Material complementario del Capítulo 3.
Posteriormente, se establecieron palabras clave para distinguir los tipos de financiación y las intervenciones que estaban vinculadas con la clasificación en cuatro niveles. Fue necesario elaborar un marco más detallado, habida cuenta de que parte de la financiación y algunas intervenciones podían estar en consonancia con múltiples esferas del marco. Por ejemplo, la alimentación escolar reviste interés para la definición básica, tanto en lo relativo al consumo (es decir, la utilización y el consumo de alimentos) como al estado de salud (es decir, las prácticas de alimentación de los lactantes y los niños pequeños). Asimismo, la alimentación escolar también se describe en la definición ampliada en la vía 3, relativa a los episodios de desaceleración y recesión de la economía. Si bien este solapamiento conceptual no ha de representar forzosamente un problema, al catalogar la definición de seguridad alimentaria y nutrición respecto de los datos relativos a los flujos de financiación, ello podría dar lugar a que se contabilizaran doblemente los recursos. Para evitar el solapamiento en la asignación de los flujos financieros, se establecen palabras clave y se elaboran normas en la adopción de decisiones para orientar la asignación en todos los niveles de clasificación. Para consultar las palabras clave y las normas de decisión, véanse respectivamente el Cuadro S.3.3 y el Cuadro S.3.4 en el Material complementario del Capítulo 3.
Es importante distinguir entre las asignaciones financieras “específicas” y “de apoyo” para la seguridad alimentaria y la nutrición. Las asignaciones “específicas” son las que contribuyen enteramente o al 100 % a la seguridad alimentaria y la nutrición. No obstante, como se ha mencionado en la Sección 3.1, hay importantes asignaciones financieras que contribuyen a la seguridad alimentaria y la nutrición, pero no respaldan de forma exclusiva los resultados en materia de seguridad alimentaria y nutrición. En el caso de este tipo de medidas de financiación “de apoyo”, las que solo contribuyen parcialmente a la seguridad alimentaria y la nutrición, se aplica una ponderación para consignar el porcentaje de su contribución a la seguridad alimentaria y la nutrición. El establecimiento y la aplicación de ponderaciones comporta numerosos problemas y limitaciones debido a la falta de información y datos objetivos para establecer las ponderaciones; sin embargo, las alternativas, como desentenderse de los gastos de apoyo o incluir el monto total de estos gastos en las estimaciones, presentarían aún más limitaciones. Para consultar la metodología, las fuentes de datos y la aplicación de ponderaciones, incluidas las limitaciones, véanse la Sección S3.2 y el Cuadro S3.3 en el Material complementario del Capítulo 3.
Pasar de una definición de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición a catalogarla respecto de asignaciones financieras es una tarea difícil, pero necesaria, independientemente de la definición que se aplique. Dado que los actuales flujos de financiación y presupuestos se definen en relación con cada sector, como ya se ha explicado, resulta difícil aplicar cualquiera de las definiciones de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición y, si se hace, no pueden evitarse suposiciones burdas. Así ocurre no solo para la nueva definición recién expuesta, sino también para todas las demás definiciones de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición aplicadas en estudios publicados, aunque esto no siempre se manifiesta explícitamente o se menciona de forma transparente. Como los recursos financieros se clasifican por sector, existe el riesgo de “sobrestimar” o “subestimar” los gastos y las inversiones de apoyo a la seguridad alimentaria y la nutrición y su importancia relativa.
En el presente informe se aporta transparencia a este proceso, al tiempo que se proporciona una nueva definición de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición y se brindan orientaciones para su aplicación que concuerdan mejor con las iniciativas de financiación necesarias para cumplir las metas 2.1 y 2.2 de los ODS. Se trata de un primer paso de cara al futuro para emplear una definición que se debería seguir perfeccionando y mejorando. Con este informe, el sistema de las Naciones Unidas y todos los gobiernos disponen ahora de una definición y un marco adecuados para hacer seguimiento de la financiación disponible y de la necesaria para la seguridad alimentaria y la nutrición, como parte de los medios de aplicación para cumplir las metas 2.1 y 2.2 de los ODS. Con todo, ¿nos permiten los datos aplicarlos?
En el Capítulo 4 se muestra que solo existen datos para aplicar la nueva definición de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición a algunos flujos de financiación y, por lo tanto, no es posible hacer un balance realista de la cuantía de la financiación disponible, ni mucho menos calcular el déficit de la financiación destinada a respaldar las actividades orientadas al cumplimiento de las metas 2.1 y 2.2 de los ODS. En consecuencia, deben promoverse fuentes de datos y metodologías para velar por que se disponga de mejores datos con miras a fundamentar la adopción de decisiones basadas en hechos comprobados en relación con la financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición. En realidad, en este informe también se hace un llamamiento fuerte y claro para mejorar los datos que se pueden utilizar a fin de hacer seguimiento de la financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición. Sin ello, esta tarea seguiría siendo esquiva.
En el presente informe también se propugna la adopción y la transparencia universales en relación con el uso de un enfoque normalizado para poner en práctica la nueva definición a efectos de su catalogación y aplicación a los datos financieros.