Los retrocesos en los progresos alcanzados y la persistencia en los últimos años de niveles altos de hambre, inseguridad alimentaria y malnutrición han apartado al mundo del cumplimiento de las metas 2.1 y 2.2 de los ODS: acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y todas las formas de malnutrición para 2030. Han sido lentos los avances en la lucha contra muchos factores determinantes, y la mayor incidencia e intensidad de varios de estos factores nos mantendrán en una trayectoria de empeoramiento a no ser que abordemos los riesgos con firmeza.
En ediciones anteriores del presente informe se ha señalado repetidamente la intensificación de destacadas causas de la inseguridad alimentaria y la malnutrición, en particular los conflictos, la variabilidad y las condiciones extremas del clima y las desaceleraciones y recesiones de la economía, en combinación con factores subyacentes arraigados que contribuyen a la inseguridad alimentaria y la malnutrición, como la falta de acceso a alimentos nutritivos y la inasequibilidad de estos, unos entornos alimentarios poco saludables y la desigualdad alta y persistente.1-4. No solo han aumentado la frecuencia y la intensidad de los principales factores determinantes, sino que estos también aparecen a la vez más a menudo, y en combinación con los factores subyacentes, a raíz de lo cual aumenta la cantidad de personas que padecen hambre e inseguridad alimentaria (véase el Capítulo 3).5 En el presente informe, estos factores conocidos o intensificadores, junto con las complejas combinaciones de estos que subyacen a la persistencia de niveles altos de hambre, inseguridad alimentaria y malnutrición, se denominan “principales factores determinantes”, a no ser que en el texto se indique otra cosa.
Los factores de ese tipo que son externos a los sistemas agroalimentarios (como el conflicto o los fenómenos climáticos extremos) y los de carácter interno (como la baja productividad y un suministro inadecuado de alimentos nutritivos, en particular de frutas y hortalizas, y la oferta excesiva de alimentos hipercalóricos baratos altamente procesados con un alto contenido de grasas, azúcares o sal) elevan el costo de los alimentos nutritivos y hacen más inasequibles las dietas saludables.5, 6 Este aumento de los costos pone en jaque la seguridad alimentaria y la nutrición no solo en las zonas rurales, sino también a lo largo del continuo rural-urbano, como se observa en la edición del año pasado del presente informe.6 Dependiendo del factor principal o de la combinación de factores que determinan la seguridad alimentaria y la nutrición en un país, para abordarlos será necesaria una cartera de políticas articuladas en torno a las seis vías de transformación expuestas con detalle en El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021.5
Para que las medidas alcancen la escala necesaria, son esenciales niveles de financiación suficientes para abordar las dificultades en materia de seguridad alimentaria y nutrición e igualdad de acceso al respecto. Como se señalaba en la edición de 2022 del presente informe, es esencial reorientar el actual apoyo a las políticas alimentarias y agrícolas para ganar en eficacia y eficiencia en relación con los costos y adaptarse al objetivo de acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y todas las formas de malnutrición.7 Gran parte del apoyo a la alimentación y la agricultura no siempre se ajusta a este objetivo, lo cual a veces merma involuntariamente la seguridad alimentaria y la nutrición y los efectos conexos en la salud. La mera reorientación de los actuales presupuestos públicos no basta para cumplir las metas 2.1 y 2.2 de los ODS. Es decisivo movilizar financiación y asignarla y salvaguardarla para abordar los determinantes principales de la seguridad alimentaria y la nutrición y los principales factores que subyacen a las tendencias más recientes.

Procesamiento de manís.
© FAO/Judith Mulinge
El tema del informe de este año se centra en la financiación orientada al logro de las metas 2.1 y 2.2 de los ODS: financiación para acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas. En el Capítulo 2 se presentan las últimas estimaciones de la seguridad alimentaria y diversos indicadores de la nutrición a nivel mundial, tras lo cual se procura responder a preguntas urgentes sobre el actual estado de la financiación para alcanzar la seguridad alimentaria y abordar todas las formas de malnutrición. Pese a que se dispone de una definición convenida de seguridad alimentaria y nutrición, son acusadas las diferencias en la estimación de sus actuales niveles de financiación. En el Capítulo 3 del informe se indaga en los motivos de estas discrepancias y se propone una definición y una metodología nuevas para cuantificar la financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición. Mediante estas definición y metodología nuevas se abordan las principales causas y factores determinantes del hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas.
En el Capítulo 4 se aplican dichas definición y metodología para obtener estimaciones de los actuales niveles de financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición y se describe el déficit de la financiación necesaria para cumplir las metas 2.1 y 2.2 de los ODS. Para subsanar este déficit considerable también se necesitarán opciones de financiación innovadoras, inclusivas y ampliables dirigidas a abordar las principales causas y factores determinantes del hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas. En el Capítulo 5 se analizan en profundidad las opciones de financiación ampliable innovadora y sinérgica en torno a una tipología de países definidos por su situación en materia de seguridad alimentaria y nutrición y su capacidad de obtener financiación. También se examina la manera de mejorar la coincidencia y las sinergias entre distintas fuentes de financiación para lograr las metas 2.1 y 2.2 de los ODS, con inclusión de la financiación para el clima, la financiación de emergencia y la financiación del desarrollo, así como los cambios de la actual arquitectura de la financiación que se necesitan para lograr la seguridad alimentaria y abordar todas las formas de malnutrición.