FAO

A menos de seis años antes de 2030, preocupa mucho que los avances en la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible avancen demasiado despacio o hayan retrocedido, ensombrecidos por la intensificación de los desafíos. Los conflictos, los fenómenos climáticos extremos, la degradación medioambiental y las crisis económicas, combinados con el elevado costo de los alimentos nutritivos y las crecientes desigualdades, siguen amenazando la seguridad alimentaria y la nutrición. Sabemos que más de 3 100 millones de personas, más del 40 % de la población mundial, no pueden permitirse una dieta sana. El hambre y la malnutrición se producen de manera desigual según el continente y el país, así como dentro de estos, y los sistemas agroalimentarios actuales son muy vulnerables a las perturbaciones y alteraciones derivadas de la variabilidad del clima y los fenómenos climáticos extremos, que agravan las crecientes desigualdades.

A día de hoy, los sistemas alimentarios acuáticos cada vez son más reconocidos por sus contribuciones a la seguridad alimentaria y nutricional. Pero se puede hacer más para alimentar a una población creciente y urbanizada. Debido a su gran diversidad y su capacidad para proporcionar servicios ecosistémicos y nutrientes esenciales que permitan llevar dietas saludables, los sistemas alimentarios acuáticos representan una solución viable y eficaz que ofrece mejores oportunidades para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición mundiales tanto actualmente como para las futuras generaciones. No obstante, si queremos que los sistemas alimentarios acuáticos aumenten su contribución al desarrollo sostenible, la transformación de estos resulta esencial. En 2021, la FAO adoptó la transformación azul, una área prioritaria del programa anclada en el Marco Estratégico de la FAO 2022-2031, destinada a ampliar al máximo las oportunidades que brindan los sistemas alimentarios acuáticos para incrementar la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición, erradicar la pobreza y apoyar el logro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Además, estos objetivos se ajustan plenamente a las estrategias clave de la FAO sobre cambio climático, innovación y biodiversidad.

Esta edición de El estado mundial de la pesca y la acuicultura está dedicada a la “transformación azul en acción”. En ella se ilustra cómo la FAO utiliza eficazmente sus recursos, conocimientos especializados y ventaja comparativa para promover esfuerzos e iniciativas de colaboración en los que participan Miembros, asociados y partes interesadas clave. Estos esfuerzos e iniciativas, descritos en el Programa de transformación azul, presentados en las Conferencias Regionales de la FAO durante 2024, se centran en acciones prioritarias para alcanzar tres objetivos a nivel mundial: el crecimiento sostenible de la acuicultura para atender la demanda creciente de alimentos acuáticos; la ordenación eficaz de la pesca mundial con vistas a lograr poblaciones de peces más saludables y medios de vida equitativos; así como la mejora de las cadenas de valor de los alimentos acuáticos, garantizando su sostenibilidad a nivel social, económico y ambiental.

El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2024 se ha beneficiado de mejoras significativas en la recopilación de datos, los instrumentos analíticos y de evaluación y las metodologías, generando así datos más fiables y amplios sobre el estado mundial de los recursos pesqueros y acuícolas, su explotación y su utilización. En 2022, la producción pesquera y acuícola alcanzó un récord histórico de 223,2 millones de toneladas, con un valor récord de unos 472 000 millones de USD y una contribución estimada de 20,7 kg de alimentos acuáticos de origen animal per cápita. Esta contribución constituyó aproximadamente el 15 % de las proteínas de origen animal consumidas por la población mundial, superando el 50 % en varios países de Asia y África. Aunque la producción de la pesca de captura ha permanecido en general sin cambios durante décadas, la acuicultura se ha incrementado un 6,6 % desde 2020, contribuyendo a proporcionar más del 57 % de los productos acuáticos empleados para el consumo humano directo. El sector de la pesca y la acuicultura emplea a una cifra estimada de 62 millones de personas solo en la producción primaria. En los casos en que se dispone de datos desglosados por sexo, se observa que aproximadamente el 24 % de la mano de obra total eran mujeres, de las cuales el 53 % trabajaba en el sector a tiempo completo, una gran mejora desde 1995, cuando únicamente el 32 % de las mujeres trabajaba a tiempo completo. Los productos acuáticos siguen siendo uno de los productos alimentarios básicos más comercializados, pues más de 230 países y territorios participaron en su comercio y generaron un récord de 195 000 millones de USD en 2022 teniendo en cuenta todos los productos acuáticos.

A pesar de estos logros significativos, el sector todavía se enfrenta a desafíos importantes derivados del cambio climático y los desastres, la escasez de agua, la contaminación, la pérdida de biodiversidad y otras repercusiones provocadas por el ser humano. Tenemos que acelerar los esfuerzos para garantizar que el 100 % de las poblaciones de peces estén gestionadas de manera eficaz, revertir prácticas insostenibles, luchar contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y reducir la sobrepesca. La intensificación y expansión de la acuicultura en el futuro debería basarse en un enfoque ecosistémico a fin de reducir al mínimo las repercusiones ambientales y garantizar la salud de los animales y la inocuidad de los alimentos, con un uso eficiente, diverso y sostenible de los insumos y los recursos, en particular el agua, la tierra y los piensos, mejorando al mismo tiempo los rendimientos y apoyando los medios de vida, sobre todo para las comunidades y poblaciones más vulnerables. Aunque se han notificado mejoras significativas en la elaboración y utilización de alimentos acuáticos, es necesario realizar esfuerzos adicionales para reducir la pérdida y el desperdicio de productos acuáticos, ampliar la escala de las iniciativas de la FAO satisfactorias que promueven tecnologías innovadoras, aplicar soluciones de economía circular, facilitar el acceso de los productores, especialmente los que trabajan en pequeña escala, a los mercados regionales e internacionales y hacer que los alimentos acuáticos estén disponibles para todos los consumidores.

La importancia de la pesca y la acuicultura para el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14 (Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible) destaca la responsabilidad de la FAO, como custodio de cuatro de los 10 indicadores del ODS 14, para acelerar el impulso mundial que permitirá garantizar dietas saludables a partir de océanos sanos y productivos. Esto se está llevando a cabo de manera eficaz mediante actividades destinadas a mejorar las capacidades de los Miembros para aplicar, seguir y notificar los progresos e informar sobre los desafíos a los que se enfrentan para lograr las metas del ODS 14 relacionadas con la pesca y la acuicultura.

El reconocimiento de la importancia de la pesca y la acuicultura en los foros mundiales se ilustra a través de la creciente inclusión de los sistemas alimentarios acuáticos en los diálogos de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, las negociaciones en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, además de la aprobación del acuerdo en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar relativo a la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional, y el Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca de la Organización Mundial del Comercio, así como el próximo acuerdo internacional sobre la contaminación por plásticos, en particular en el entorno marino.

Está previsto que la población mundial alcance los 8 500 millones de personas para 2030, muchas de ellas viviendo en zonas urbanas, y casi 600 millones seguirán padeciendo desnutrición crónica. Suministrar alimentos, nutrición y medios de vida suficientes para esta población en aumento requiere inversiones significativas. Como se subraya en este informe, la acuicultura tiene una función importante que desempeñar, especialmente en África, cuyo enorme potencial todavía no se ha realizado. Debemos explorar con urgencia todas las oportunidades y adoptar medidas transformadoras para hacer que los sistemas agroalimentarios sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles. Estas medidas transformadoras son necesarias para avanzar hacia un mundo con una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás.

El estado mundial de la pesca y la acuicultura, una publicación emblemática de la FAO, sigue proporcionando información basada en datos objetivos, así como perspectivas normativas y técnicas sobre los desafíos y las innovaciones que determinan el presente y el futuro del sector. Espero que esta edición de 2024 cumpla las expectativas de su creciente público de encargados de formular políticas, personal directivo, científicos, pescadores, acuicultores, comerciantes, miembros de la sociedad civil y consumidores de informar sobre la función esencial y las contribuciones de la pesca y la acuicultura a la hora de abordar los desafíos del siglo XXI.

Qu Dongyu
Director General de la FAO

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