Los costos ocultos ambientales, sociales y sanitarios de los sistemas agroalimentarios
Metodología
Steven Lord desarrolló en el Instituto sobre el Cambio del Medio Ambiente de la Universidad de Oxford un modelo para que la Comisión Económica sobre Sistemas Alimentarios (FSEC) estimara los costos ocultos de los sistemas agroalimentarios en las tres dimensiones: ambiental, social y sanitaria1. El modelo se emparejó con la Base de datos estadísticos sustantivos de la FAO (FAOSTAT) y otras fuentes mundiales que incluían datos disponibles de múltiples países y períodos de tiempo relacionados con las repercusiones de los sistemas agroalimentarios, en particular las emisiones de GEI y de nitrógeno, el uso de la tierra, la carga de morbilidad derivada de los hábitos alimenticios y la incidencia de la pobreza moderada y la subalimentación. El modelo proporciona estimaciones preliminares de los costos ocultos ambientales, sociales y sanitarios cuantificados anuales de los sistemas agroalimentarios nacionales de 154 países en el período 2016-2023. Al hacer referencia a ellos como “cuantificados”, se reconocen las deficiencias de datos en numerosos países que impiden la estimación de todos los costos ocultos como, por ejemplo, los asociados a la exposición a plaguicidas y la degradación de la tierra. Debido a que los costos ocultos se consideran a nivel nacional y se presentan como medida monetaria, pueden agregarse a nivel mundial, regional y de ingresos y compararse con indicadores macroeconómicos como el PIB.
Los costos ocultos anuales de los sistemas agroalimentarios se obtienen multiplicando las cantidades correspondientes a las repercusiones (por ejemplo, las emisiones de GEI) por sus respectivos costos ocultos marginales a nivel nacional.
Los costos ocultos se cuantifican en dólares PPA de 2020, que representan la cantidad de una cesta básica de alimentos y servicios que se habría comprado con un solo USD, una vez cambiado a la moneda local, en un país determinado en 2020. En otras palabras, la PPA elimina las diferencias de precios entre países e iguala el poder adquisitivo de las divisas. Los bienes y servicios representan el bienestar a través de su consumo. En consecuencia, los costos ocultos cuantificados representan la reducción del bienestar (pérdidas de bienestar) debido a una reducción del poder adquisitivo. Una ventaja de los costos ocultos cuantificados como pérdidas del PIB en términos de PPA es su comparabilidad con cuentas nacionales y otras medidas del gasto de un país. También permiten agregar resultados, tanto entre categorías de costos (por ejemplo, entre los costos ambientales y sanitarios) como entre países. Una desventaja de cuantificar los costos ocultos como pérdidas del PIB en términos de PPA es la incapacidad de medir variaciones en la desigualdad de ingresos. Otra desventaja es la asunción de una sustitución perfecta entre pérdidas en los flujos de ingresos relacionados con el capital natural, humano y producido. Por último, resulta importante señalar que los costos ocultos difieren de los costos de reducción (véase el Glosario), los cuales se excluyen del análisis por falta de datos y de factores de valoración.
Para explicar los costos ocultos que asumirán las futuras generaciones, el modelo también emplea como referencia una trayectoria socioeconómica común “intermedia” (trayectoria SSP2 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) y presupone una tasa de descuento social de Ramsey con una preferencia temporal de 0 y una utilidad esperada marginal constante del consumo de 1,52. Para obtener una descripción detallada de cómo se concilian los costos ocultos en el marco proporcionado por la trayectoria SSP2, véase Lord (2023)1.
Alcance del análisis
En la Figura 5 del Capítulo 2, se ilustra el alcance de los sistemas agroalimentarios abarcados por el análisis, así como los costos ocultos considerados. En resumen, el análisis comprende costos derivados de las emisiones de GEI, las emisiones de nitrógeno, el uso de agua azul, las transiciones en el uso de la tierra y la pobreza, así como las pérdidas de productividad derivadas de los hábitos alimenticios y la subalimentación. Debido a las deficiencias de datos, no se tienen en cuenta la exposición a plaguicidas ni la degradación de la tierra. Las actividades forestales también quedan fuera del alcance del análisis, pues no se disponía de estimaciones de los costos ocultos asociados a las actividades económicas relacionadas con las actividades forestales (por ejemplo, la explotación forestal). Específicamente, y tal como se indica en la Figura 5, el análisis incluye costos ocultos relacionados con lo siguiente:
- Medio ambiente: costos externos (véase el Capítulo 1) de las externalidades derivadas de los GEI emitidos a lo largo de toda la cadena de valor alimentaria, desde la producción de alimentos y fertilizantes al uso de la energía, las emisiones de nitrógeno (volatilizadas y en escorrentía) en la producción primaria y procedentes de aguas negras, y el uso del agua y el cambio de uso de la tierra en las explotaciones.
- Sociedad: como resultado de las pérdidas de productividad derivadas de la subalimentación (definidas en el documento FAO, 20223) o a través de la contribución de los sistemas agroalimentarios a la pobreza moderada. Se presupone que los costos ocultos relacionados con el daño social se derivan de la ineficacia de las políticas y las instituciones para abordar los problemas relacionados con la pobreza y la inseguridad alimentaria. El fundamento es el siguiente: en primer lugar, se dispone de calorías suficientes en el mundo para lograr
- Salud: como resultado de hábitos alimenticios poco saludables que causan una carga de obesidad y ENT y, en consecuencia, pérdidas de productividad. Específicamente, las dietas poco saludables con un bajo contenido de frutas, hortalizas, frutos secos, cereales integrales, calcio y grasas protectoras y con un consumo elevado de sodio, bebidas azucaradas, grasas saturadas y carnes procesadas se han asociado a una morbilidad y mortalidad relacionadas con neoplasmas, cardiopatías y diabetes tipo 2 que son evitables4. Una gran variedad de ineficacias de los mercados, las instituciones y las políticas (véase el Capítulo 1) impulsa estos hábitos alimenticios al aumentar la disponibilidad de los alimentos de alta densidad energética y mínimo valor nutricional, reducir su precio y hacerlos más convenientes.
En Lord (2023)1, se debate la distinción, a nivel nacional, entre la producción de costos ocultos (producción de costos), la carga de los costos ocultos que puede haber producido ese país u otro (asunción de costos) y la obtención por parte de esos actores de beneficios gratuitos derivados de que otros actores asuman esos costos (obtención de beneficios).
Cantidades relacionadas con las repercusiones, fuentes de datos y cobertura
Las cantidades relacionadas con las repercusiones hacen referencia a los subproductos de las actividades llevadas a cabo en los sistemas agroalimentarios, por ejemplo, las emisiones de GEI, que dan lugar a costos ocultos. Se obtuvieron datos sobre cantidades relacionadas con repercusiones de 154 países entre 2014 y 2020. Los datos faltantes se interpolaron empleando una media móvil o tasas de variación regionales. Los datos correspondientes al período 2021-23, incluidos el PIB y otros indicadores macroeconómicos, se extrapolaron empleando métodos estadísticos específicos o previsiones proporcionadas por la FAO y el Banco Mundial. En las siguientes secciones se presentan las fuentes de datos y la cobertura en las tres categorías de costos ocultos (ambientales, sociales y sanitarios). Para obtener una descripción detallada de los métodos de interpolación y extrapolación, y consultar las fuentes de los datos, véase Lord (2023)1.
Cantidades relacionadas con las repercusiones ambientales
Empezando con las emisiones de GEI, los datos nacionales correspondientes a las emisiones (directas e indirectas) de CO2 de Nivel 1, metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) se obtuvieron de FAOSTAT para el período 2014-20205. Los datos de uso agrícola de agua azul a nivel nacional se extrajeron del Sistema mundial de información de la FAO sobre el agua y la agricultura (AQUASTAT) entre 2014 y 20206. Los datos de conversión del uso de la tierra, es decir, la conversión de bosques y pastizales sin gestionar (una amplia categoría que incluye matorrales, pastizales y terrenos de pasto sin gestionar) a tierras de cultivo y pastos, y de tierras de cultivo y pastos a bosques y terrenos de pasto sin gestionar —de 2014 a 2019— se obtuvieron del conjunto de datos de la Evaluación de la Dinámica Histórica de la Tierra (HILDA+)7. Las emisiones de nitrógeno a la atmósfera procedentes de amoníaco (NH3) y óxidos de nitrógeno (NOx) volatilizados derivadas de la producción agrícola y el uso de la energía en 2015 se obtuvieron del conjunto de datos (versión 5.0) de la Base de Datos para la Investigación Atmosférica Mundial de la Comisión Europea (EDGAR)8–10. Las cantidades de escorrentía de nitrógeno hacia aguas superficiales y la filtración a aguas profundas se calcularon a partir de conjuntos de datos espaciales del Modelo integrado para evaluar el medio ambiente mundial-Modelo de nutrientes mundial (IMAGE–GNM)11, 12.
Cantidades relacionadas con las repercusiones sociales
Los datos nacionales sobre la prevalencia de la subalimentación y el número de personas subalimentadas correspondientes al período 2014-2020 se obtuvieron de FAOSTAT13. Los datos sobre brechas de pobreza y el número de personas en situación de pobreza moderada con un umbral de ingresos de 3,65 dólares PPA de 2017 al día se obtuvieron del Banco Mundial14. El porcentaje de trabajadores de los sistemas agroalimentarios en el empleo total se utiliza como indicador del porcentaje de trabajadores de los sistemas agroalimentarios en situación de pobreza moderada15. Para la mayoría de los países con niveles elevados de pobreza moderada, es probable que este indicador esté subestimado, pues la mayor parte de los trabajadores de los sistemas agroalimentarios están empleados en la agricultura, que tiene una mayor prevalencia de la pobreza16.
Cantidades relacionadas con las repercusiones sanitarias
En lo que respecta a los hábitos alimenticios, la carga de la morbilidad y la mortalidad evitables en el capital humano se mide en AVAD perdidos para cada país entre 2014 y 201917. Los AVAD también estiman un índice de masa corporal (IMC) elevado para cada país en el mismo período17. Se emplean factores de mediación para evitar la doble atribución de AVAD a un IMC elevado y a factores relacionados con la alimentación18, 19 . Esta interdependencia significa que los AVAD representan una cantidad sobre repercusiones por país al año y que la carga de morbilidad derivada de la obesidad y las ENT atribuibles a hábitos alimenticios poco saludables no se tratan como dos cantidades independientes. Otra complicación es la atribución de la carga de morbilidad a las actividades de los actores de los sistemas agroalimentarios, pues la pobreza y la genética pueden ser cofactores en la obesidad y la prevalencia de las ENT. En el presente estudio, el 75 % de los AVAD se atribuye a la ineficacia de las actividades de los sistemas agroalimentarios. Este nivel de atribución varía en el análisis de la incertidumbre20.
Lord (2023) examina más detalladamente las limitaciones de datos y los métodos de cálculo de costos. En dicho documento se presentan desgloses de la producción y asunción de costos ocultos nacionales que no se han incluido en el presente informe1.
Fuentes de datos y métodos para calcular costos ocultos marginales
Los costos ocultos marginales se calculan en dólares PPA de 2020 empleando el modelo de costo marginal del daño SPIQ-FS versión 0 elaborado para la FSECn, y se proporcionan con estimaciones de la incertidumbre en forma de distribuciones de probabilidad parametrizadas22–26. El daño a las economías futuras se estima teniendo en cuenta previsiones de un futuro sin cambios (SSP2)2. La pobreza es la excepción, ya que su costo se calculó directamente empleando datos del Banco Mundial, no se aplicó un modelo con incertidumbre. Al igual que con las cantidades relacionadas con las repercusiones, en las siguientes secciones se describen las fuentes de datos y el método para estimar los costos ocultos marginales en las tres dimensiones.
Costos marginales ambientales
En lo que respecta a las emisiones de GEI, el modelo SPIQ-FS vuelve a realizar un muestreo de las simulaciones del costo socialo de las emisiones de GEI en 2020 realizadas por el Grupo de trabajo intergubernamental sobre el costo social de las emisiones de gases de efecto invernadero en 202028, 29. Se proporcionan simulaciones de este grupo de trabajo para tres tasas de descuento (2,5 %, 3 % y 5 %) y cinco hipótesis socioeconómicas. Empleando previsiones del crecimiento del PIB nacional para la trayectoria SSP2 hasta 21002, las tasas mundiales se correspondieron con una tasa de descuento del 3 %. Dada esta tasa de descuento, se realizó un muestreo uniforme de los costos sociales del carbono en las cinco hipótesis para obtener estimaciones de la incertidumbre adicionales de futuros económicos en el contexto de la trayectoria SSP2. Se proporcionan costos sociales por separado para el CO2, el CH4 y el N2O. Los costos de la emisión de GEI en un país determinado se asumen a nivel mundial a través de los cambios en el clima. Para atribuir el costo de una emisión como costo del país que causó dicha emisión, se presupone que los actores económicos de ese país están obligados a pagar una cantidad por emisión igual al costo social de la respectiva emisión de GEI. En principio, estos fondos se destinarían a compensar a quienes asumen el costo de la emisión dentro o fuera del país.
En el cálculo del costo del uso agrícola de agua azul, se emplearon las tasas de descuento de la trayectoria SSP2 para determinar las repercusiones de la escasez de agua en el futuro. No obstante, los costos ocultos marginales se han subestimado debido a la falta de datos de costos sobre la pérdida de flujos ambientales. El costo de los cambios del uso de la tierra en términos de servicios ecosistémicos perdidos, mantenidos o recuperados por hectárea al año se deriva de la base de datos “Ecosystem Services Valuation” (Estimación de los servicios ecosistémicos)30, 31. En la medida de lo posible, los servicios de fijación de carbono se excluyeron de la estimación para evitar contarlos por duplicado con el cálculo del costo de las emisiones de GEI. Se emplearon tasas de descuento nacionales en el marco de la trayectoria SSP2 para descontar los servicios ecosistémicos perdidos por la deforestación de 2020 a 2100 a fin de obtener valores acumulativos por hectárea del cambio del uso de la tierra. Para la tierra devuelta a su hábitat natural, se emplearon 14 años de servicios ecosistémicos adquiridos con vistas a obtener un valor acumulativo por hectárea del cambio del uso de la tierra. Esto se modificó en el análisis de incertidumbre. El cálculo del costo de las emisiones de nitrógeno se basa en el modelo SPIQ-FS para la volatilización del NH3 (amoniaco) y del NOx (óxidos de nitrógeno) a la atmósfera y la escorrentía de nitrógeno reactivo en aguas superficiales y su lixiviación al suelo, predominantemente el NO3- (nitrato) soluble.
Costos marginales sociales
El modelo de costos SPIQ incluye un modelo elaborado a partir del número de personas subalimentadas y AVAD derivados de la malnutrición proteicoenergética sobre la base de los datos de la OMS. El costo de las pérdidas de productividad derivadas de la malnutrición proteicoenergética se calcula empleando datos históricos sobre productividad de la mano de obra procedentes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)32. En lo que respecta a la pobreza moderada, los datos sobre la brecha de pobreza nacional con un umbral de 3,65 dólares PPA de 2017 diarios en el período 2014-2020 proceden del Banco Mundial14, y están ajustados para tener en cuenta la inflación en dólares PPA de 2020. Las brechas de pobreza se convirtieron en déficit de ingresos por año. El costo atribuible total de la pobreza se define como el bienestar equivalente en ingresos necesario para eliminar la pobreza moderada atribuible a ineficacias distributivas en los sistemas agroalimentarios. Se calcula multiplicando el número pertinente de personas en situación de pobreza moderada por el déficit medio de ingresos en términos de PPA.
Costos marginales sanitarios
Los costos de las pérdidas de productividad provocadas por enfermedades atribuibles a las dietas y a un IMC elevado se calculan empleando datos históricos de productividad de la mano de obra procedentes de la OIT32.
Indicadores de intensidad de los costos ocultos ambientales, sociales y sanitarios de los sistemas agroalimentarios
La determinación de los costos ocultos de los sistemas agroalimentarios a nivel nacional en relación con el PIB PPA permite comparar los costos con indicadores nacionales como, por ejemplo, el VAB agrícola en términos de PPA. Por tanto, en el presente informe, se proponen tres indicadores de intensidad calculados como relaciones entre los diferentes tipos de costos (ambientales, sociales o sanitarios) y los diferentes indicadores macroeconómicos.
Cuanto más elevado es el valor de estos indicadores, más dañinos se consideran los costos ocultos en relación con los beneficios aportados por las actividades agroalimentarias que causan dichos costos. Un valor de cero denota la asunción de un costo neto cero, mientras que un valor negativo representa beneficios netos. Un ejemplo de esto último sería una ganancia en los servicios ecosistémicos derivada de la contracción de los terrenos agrícolas y la restauración del hábitat.
Índice de impacto de las externalidades agrícolas
El primer indicador es el índice de impacto de las externalidades agrícolas (IIEA), que se obtiene dividiendo el valor actual de los costos ocultos derivados de la producción agrícola y el cambio del uso de la tierra en el PIB PPA entre el VAB de la agricultura, la actividad forestal y la pesca. Los datos relativos al VAB de la agricultura, la actividad forestal y la pesca se extraen del Banco Mundial para los 154 países como porcentaje del PIB y, a continuación, se multiplican por el PIB PPA33. Se realiza un promedio del VAB de la agricultura, la actividad forestal y la pesca a lo largo del período 2016-2020 y este promedio se convierte a dólares PPA de 2020 para mantener la coherencia con el numerador. Y como los costos ocultos se pueden agregar a nivel mundial, regional o nacional, el indicador también. La siguiente fórmula muestra cómo se calcula el indicador IIEA y cómo se deriva de otros dos indicadores:
donde:
CEAT es el valor actual por hectárea de los costos ocultos derivados de la producción agrícola y el cambio del uso de la tierra, que incluye el uso agrícola del agua, los cambios del uso de la tierra (de los bosques a los cultivos o pastos y viceversa), las emisiones de nitrógeno a nivel de explotación y las emisiones de GEI en la explotación como medida de la intensidad de esos costos ocultos por unidad de tierra agrícola (siendo la tierra el principal factor de producción en la agricultura);
BEAT es el VAB por hectárea de la agricultura, la actividad forestal y la pesca, como medida de la intensidad de la productividad agrícola (fase primaria).
Índice de impacto de la distribución social
El segundo indicador es el índice de impacto de la distribución social (IIDS), que se obtiene dividiendo la suma de: i) el déficit de ingresos de los trabajadores agroalimentarios con respecto al umbral internacional de la pobreza moderada (situado en 3,65 dólares PPA de 2017 al día) y ii) el valor actual de las pérdidas de productividad derivadas de la subalimentación, entre los ingresos medios de las personas que se encuentran en situación de pobreza moderada. Se calcula empleando la siguiente fórmula:
donde:
DSPOVA denota el déficit de ingresos con respecto al umbral de la pobreza moderada de los trabajadores de los sistemas agroalimentarios;
DSPDS se refiere a las pérdidas de productividad totales anuales provocadas por la subalimentación (que, por motivos de simplicidad, se asume que las experimentan las personas afectadas por la pobreza moderada) empleando datos históricos sobre productividad de la mano de obra procedentes de la OIT32;
DSING representa los ingresos anuales totales de las personas afectadas por la pobreza moderada.
El indicador IIDS se calcula como promedio a lo largo del período 2016-2020. Los ingresos de la población que se encuentra en situación de pobreza moderada proceden de datos del Banco Mundial y se expresan como promedio del período 2016-2020.
Índice de impacto de los hábitos alimenticios
El tercer indicador es el índice de impacto de los hábitos alimenticios (IIHA), que se obtiene dividiendo el valor actual de las pérdidas de productividad derivadas de la obesidad y las ENT provocadas por los hábitos alimenticios (en el PIB PPA) por el PIB PPA. La siguiente fórmula muestra cómo se calcula el indicador IIHA y cómo se deriva de otros dos indicadores:
donde:
PHACAP representa las pérdidas de productividad per cápita provocadas por los hábitos alimenticios, cuyo costo se ha calculado empleando datos de la productividad de la mano de obra procedentes de la OIT32;
PIBCAP representa el PIB en términos de PPA per cápitap.