En el presente informe se estima que el valor previsto de los costos ocultos mundiales de los sistemas agroalimentarios en 2020 —derivados de las emisiones de GEI y nitrógeno, el uso del agua, el cambio del uso de la tierra, los hábitos alimenticios poco saludables, la subalimentación y la pobreza— ascendió a 12,7 billones de dólares PPA de 2020. Este valor representa alrededor del 10 % del PIB PPA mundial en 2020. Por día, estos costos equivalen a 35 000 millones de dólares PPA de 2020. Como ya han puesto de manifiesto análisis anterioresl, a la vista de estos resultados, las consecuencias medioambientales, sociales y sanitarias que tienen nuestros sistemas agroalimentarios en la sociedad son alarmantes y se hace necesaria una transformación urgente hacia la sostenibilidad en todas sus dimensiones.
Una característica atractiva del análisis de la CCR que sustenta los resultados presentados aquí es que permite intervalos de confianza que reflejan la incertidumbre de los costos ocultos de los sistemas agroalimentarios. Estas estimaciones utilizan distribuciones de probabilidad para tener en cuenta la gran incertidumbre que existe en el cálculo de los costos. Dicha incertidumbre es el resultado no solo de la falta de datos sobre diversos costos ocultos (como las repercusiones en los servicios ecosistémicos), sino también de los datos incompletos de algunos países y regiones. Por ello, las estimaciones pueden presentarse como intervalos en lugar de estimaciones puntuales al objeto de reflejar esa incertidumbre. Cuando esa incertidumbre se contabiliza, existe un 95 % de probabilidades de que los costos ocultos mundiales estimados alcancen o superen los 10,8 billones de dólares PPA de 2020, y un 5 % de probabilidades de que alcancen o superen los 16 billones de dólares PPA de 2020 (para obtener más detalles, véase el Recuadro 7)1. Con todo, incluso partiendo del valor más bajo de 10,8 billones de dólares PPA de 2020 se hace evidente la innegable urgencia de transformar los sistemas agroalimentarios para minimizar el enorme desafío al que se enfrentan el planeta y toda su población. En otras palabras, la incertidumbre no se debería utilizar como motivo para posponer la adopción de medidas.
Recuadro 7Incertidumbre en las estimaciones mundiales de los costos ocultos de los sistemas agroalimentarios
Arrojar luz sobre la incertidumbre y reconocerla es un paso fundamental para la adopción de decisiones, ya que permite determinar las estrategias adecuadas que funcionan bien en una amplia gama de condiciones a las que nos enfrentamos ahora y, posiblemente, en el futuro. Calcular los costos de las repercusiones ocultas de los sistemas agroalimentarios comporta un alto grado de incertidumbre, que se hace patente en el presente informe mediante el amplio margen de variación de las estimaciones: los costos ocultos oscilan entre 10 y 16 billones de dólares PPA de 2020, o posiblemente más, con un resultado previsto que alcanza los 12,7 billones de dólares PPA de 2020. El examen de las distintas categorías de costos nos permite desglosar la incertidumbre y conocer cuáles son las repercusiones de los sistemas agroalimentarios con mayores limitaciones de datos. La figura ilustra la contribución de cada categoría de costos a la suma total de costos ocultos cuantificados, así como la incertidumbre inherente en forma de distribución de probabilidad. En la distribución de probabilidad más elevada se combinan todos los costos ocultos cuantificados.
Los costos asociados a las emisiones de nitrógeno y a los hábitos alimenticios poco saludables tienen los valores previstos más elevados, seguidos de los costos de las emisiones de GEI y de los cambios del uso de la tierra. No obstante, los costos del nitrógeno presentan el mayor nivel de incertidumbre, como ilustra la prolongada curva verde. Esto se debe a la falta de conocimientos sobre el valor de los servicios ecosistémicos, a la ausencia de datos explícitos desde el punto de vista geográfico sobre el daño a la productividad de los ecosistemas por la carga de nitrógeno y a la incertidumbre compuesta a lo largo de la cascada del nitrógeno. En términos generales, la transferencia de los valores marginales de los servicios ecosistémicos mediante estadísticas a escala nacional, a pesar de recurrir a la selección más amplia de estudios disponibles, da lugar a una gran incertidumbre a la hora de extrapolar los valores a los servicios ecosistémicos de otros países22. Como resultado, el valor previsto de los costos ocultos de las emisiones de nitrógeno es superior a los costos previstos asociados a las emisiones de GEI, aunque, en realidad, los efectos económicos son probablemente de la misma magnitud, ya que las dos distribuciones de probabilidad son bastante similares, excepto en el caso de la prolongada curva que representa al nitrógeno.
El intervalo de estimaciones también es firme ante la incertidumbre inherente a los costos ocultos procedentes de las interacciones entre los costos ocultos ambientales, sociales y sanitarios (para consultar un análisis de sensibilidad, véase Lord [2023])1.
FIGURACOSTOS OCULTOS CUANTIFICADOS DE LOS SISTEMAS AGROALIMENTARIOS A NIVEL MUNDIAL, CON INCERTIDUMBRE Y DESGLOSADOS POR CATEGORÍA DE COSTOS, 2020
En la Figura 6 se muestran los costos ocultos cuantificados asociados a los sistemas agroalimentarios desglosados por categoría (izquierda) y subcategoría (derecha) de costos. De un total de 12,7 billones de dólares PPA de 2020 en costos ocultos cuantificados en 2020, más de 9 billones de dólares PPA de 2020 (o el 73 %) se debieron a los costos relacionados con la salud derivados de las pérdidas de productividad inducidas por los hábitos alimenticios. Los costos ambientales, probablemente subestimados, tienen un valor previsto de unos 2,9 billones de dólares PPA de 2020, lo que corresponde a cerca del 20 % del total de costos ocultos cuantificados causados por los sistemas agroalimentarios. De esa cifra, más de la mitad correspondía a las emisiones de nitrógeno (sobre todo por escorrentía a las aguas superficiales y emisiones de amoníaco a la atmósfera), en parte debido al elevado grado de incertidumbre (véase el Recuadro 7). Les siguieron las contribuciones de las emisiones de GEI al cambio climático (30 %), los costos del cambio del uso de la tierra (14 %) y el uso del agua (4 %). Los costos ocultos sociales asociados a la pobreza y la subalimentación fueron menores y representaron apenas el 4 % de la totalidad de los costos ocultos cuantificados, impulsados en su mayor parte por la pobreza moderada en el sector agroalimentario.
Figura 6 Costos ocultos cuantificados de los sistemas agroalimentarios desglosados por categoría (izquierda) y subcategoría (derecha) de costos, 2020
Es posible que a muchos les sorprenda la conclusión de que los hábitos alimenticios poco saludables que desembocan en problemas de obesidad y ENT son los factores que más contribuyen a los costos ocultos mundiales, sobre todo teniendo en cuenta que históricamente se ha hecho hincapié en las repercusiones de los sistemas agroalimentarios sobre el medio ambiente natural. Sin embargo, esta conclusión no debería desviar la atención de las consecuencias ambientales de la agricultura y la producción alimentaria. Más bien, esto enfatiza la importancia de reorientar el apoyo público actual destinado a la agricultura y la alimentación y a los entornos alimentarios actuales hacia la producción de alimentos nutritivos y variados que conformen dietas saludables y, paralelamente, capacitar a los consumidores para que elijan ese tipo de dietas mediante políticas complementarias relacionadas con los sistemas agroalimentarios10. La urgencia de promover ese tipo de dietas se justifica además por las repercusiones positivas que tendrán no solo en la salud de los consumidores, sino también en el medio ambiente. Ya está demostrado que la adopción de unos hábitos alimenticios más saludables y sostenibles reduce los costos relacionados con el cambio climático hasta en un 76 %19. Además, si en el costo de las dietas se incluyeran los costos ambientales y sanitarios, los hábitos alimenticios más saludables y sostenibles tendrían unos costos al por mayor más bajos, de media, que las dietas actuales. En otras palabras, una contabilización más completa de los costos aumenta el costo de los hábitos alimenticios actuales (poco saludables), pero también hace que los hábitos alimenticios más saludables y sostenibles sean relativamente más asequibles19.